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Nuestro secreto (Thor x Loki) por Fighter

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Era una noche fría en Asgard, los guardias de las cárceles discutían la singular desaparición del hijo de Laufey que hace solo unas lunas atrás había ingresado a las prisiones, como un prisionero más de mano de quien en su infancia había sido su hermano. Dichos guardias, asustados por la seguridad de Padre de Todo, fueron a comunicarle esto a Odín, el cual, molesto, ordenó que su hijo, Thor, lo buscara. Curiosamente, este comunicado no pareció tomar por sorpresa al dios del trueno, quien lideró las tropas que arrasaron con todo Asgard para encontrar al Jotun.
Ya pasaban días sin señales de Loki.
La reina era quien más estaba preocupada por quien aún creía era su hijo, aunque no de sangre, ya que lo había criado como si le hubiese dado a luz ella misma. Frigga se paseaba angustiada por los jardines reales, esperando que llegara su hijo, trayéndole el informe de cómo le había ido en la búsqueda. Cuando apareció, Thor le dijo que aún no daban con su paradero, no estaba en Midgard ni en algún planeta cercano. Frigga solo atino a agachar la mirada, dejando que Thor parta en búsqueda del Rey.
Los ciclos lunares marcaron los dos meses que detuvieron la búsqueda prematuramente, habían encontrado el cadáver de Loki en un desolado y estéril planeta donde la luz brillaba por su ausencia. El cuerpo del dios del engaño tenía señales de haber estado bastante tiempo allí, aun encadenado de manos, con la piel azulada y fría, característica natural del joven Jotun.
El funeral solo admitió a los guardias, a Padre de todo, su esposa Frigga y el futuro rey, Thor. Los ciudadanos de Asgard no se enteraron de la desaparición del mago, aun menos de que era un prisionero, o de que su cadáver estaba al lado de un vehículo destruido perteneciente al mismo Asgard. Todo se mantuvo en secreto, aunque por las noches, en su soldad, la pobre Frigga no podía esconder sus prominentes lágrimas.
Midgard
Noche del 26 de junio del 2014, tiempo terrestre
En Alemania, un joven de oscuros cabellos como la noche cerraba una pequeña cafetería mientras la blanca nieve caía lentamente en las calles y en su abrigo. Con parsimonia, guardó la llave en su sobretodo y se acomodó la bufanda verde alrededor de su cuello, cubriéndose la boca.
Su emprendimiento iba a flote, prosperaba pese a que solo tenía un mes y medio de ser creado, no tenía un auto aun, ya que por ahora se pagaba un alquiler en un cómodo departamento a unas pocas cuadras de la cafetería, además, le gustaba caminar y sentir como el aire fresco mesclado con la lluvia o la nieve caía sobre su blanca piel, le recordaba a casa.
Al llegar a su departamento prosiguió a cambiarse la ropa húmeda y recostarse en el sofá mirando la tele. Los humanos sí que estaban pies arriba. En cada canal de noticias hablaban de lo mismo: secuestros, violaciones, robo, asesinato y uno que otros chismes de la farándula. Hastiado de todo eso, decidió cambiar de canal y mirar una película de ficción que hace poco acababa de empezar.
Justamente había acomodado su brazo como almohada cuando el timbre sonó en el recibidor. Lo dejo pasar, se encontraba muy cómodo en ese momento. El timbre siguió repiqueteando con insistencia y, molesto, el joven se levantó a ver quién osaba molestarlo en horas tan tardías. Al abrir la puerta, una ceja se elevó interrogante al ver a un alto y fornido rubio con sonrisa burlona parado tan naturalmente, como si con una armadura ostentosa no llamaría con demasía la atención de los mortales, no, ¿olvidé mencionar que, empuñado en su mano derecha, llevaba su Mjolnir?
-¿Qué es esto? Por fin el todopoderoso dios del trueno se decide a visitarme… ¿para qué?- dijo cruzándose de brazos fingiendo molestia mientras clavaba sus verdes gemas en los azulados ojos de Thor. A fin de cuentas, lo dejo pasar.
El dios nórdico colgó su martillo en un perchero bajo la atenta mirada de Loki, quien lo siguió impaciente hasta la sala, donde se sentó junto a su hermano en el sofá. Thor encontró interesante el pequeño aparato con botones que encontró allí.
El hijo de Laufey tocio un poco, llamando la atención del Asgardiano
-deberías abrigarte más- le dijo Thor, al momento que presionaba los botones del aparato, logrando que la televisión se apagase, mientras que la música clásica salía de los parlantes del estéreo. Loki revoleo los ojos presionándose el puente de la nariz- yo no lo hice- se excusó. Definitivamente ese bárbaro no tenía remedio.
-deja eso o lo romperás- ahora sí, molesto, el pelinegro le arrebató el control universal de las manos al Asgardiano – ¿a que vienes? ¿A vigilarme?-cuestiono
-¿Qué, no puedo visitar a mi consorte?-sonrió galante el rubio. Las cejas de Loki se juntaron
-no soy tu consorte… ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿El viejo sabe que estas aquí?-se cruzó de piernas.
-no fue difícil, hermano, padre de todo a caído en el sueño de Odín, madre está con él, usé el bifrost alegando que debía resguardar la seguridad de Midgard y le coquetee a la mortal de allí abajo para que me digiera en donde te resguardabas- le soltó con simpleza mientras lo rodeaba con sus brazos
-¿coqueteo? Y dices ser mi consorte aunque quieras ligar con otros…seres- espeto molesto el príncipe del engaño mientras se ponía de pie y caminaba hasta la mesa de té, dejando allí el mando.
Thor se levantó para seguirlo. Le encantaban los celos de Loki, le hacían sentir querido por el delgado pelinegro. Con delicadeza coló sus brazos en la cintura del ojiverde, atrayéndolo hacia su cuerpo para abrasarlo mientras le besaba la mejilla susurrándole:
-sabes que, a pesar de eso, el único que a hechizado mi corazón, haciéndome quedar indefenso a sus pies, sin posibilidades de poder siquiera alzar el Mjolnir en mi propia defensa, eres tú, hermano-
La sonrisa de Loki broto con naturalidad, mientras una suave risa movía sus cuerdas bocales, se dio la vuelta enfrentando al dios.
Los labios del rubio fueron capturados por Loki, mientras su fría lengua se movía insaciable, buscando el tan esperado contacto que, gracias a las circunstancias de su separación, no se pudieron dar.
Nadie pensó en que la desaparición y muerte del príncipe jotun, era una treta de los amantes, para vivir más momentos como este con suma libertad. Si, efectivamente, Loki utilizo su magia para crear una copia solida de sí mismo y tomar una nave de escape asgardiana, ayudado por Thor, quien lo saco de la prisión sin ser visto. Luego de haber dejado el cadáver en su lugar, Loki solo escondió su presencia para que Heimdall no lo descubriera al momento de utilizar una de sus entradas secretas que lo guiarían hasta el mundo mortal. Todo había salido a la perfección y ahora la pareja podía disfrutar de amarse sin miedo a ser descubiertos ante nadie que pudiese separarlos, ni el mismísimo guardián del cosmos se daba cuenta de lo que sus ojos le mostraban, no se daba cuenta que esa midgardiana que sus ojos juraban ver, no era otro que el mismísimo Loki utilizando su magia.
Y así se internaron ambos al mar de la lujuria sin reparos. Los besos y las carisias en sus cuerpos desnudos se reanudaron, sedientos uno del otro. Sus sexos despiertos se rozaron, logrando que ambos soltaran un jadeo entre sus bocas.
Thor besaba y lamia la blanca y fría piel del jotun, mientras que sus manos acariciaban con lujuria desmedida cada rincón de su amante, el cual se retorcía debajo de él.
Loki jadeaba extasiado al enredar sus piernas en las caderas de Thor, haciendo que este se recostara sobre él, logrando que sus miembros se tocaran más. Si, le encantaba sentir su peso.
Con malicia, el rubio le jalo las piernas a su hermano para colarse entre ellas, levantándole de las caderas, paso su lengua por toda la rosada entrada del pelinegro, haciendo que este saltara al momento que su respiración se volvía un poco más errática.
Si a Loki le gustaba ser sometido por Thor, a este le encantaba someter el lampiño cuerpo de su hermano adoptivo.
El miembro de Loki por fin recibió la atención que le exigía a su amante. Este comenzó a masturbarle a un ritmo lentamente desquiciante, presionándole el glande hacia abajo, haciéndole sufrir pequeños espasmos al pasar su lengua por toda la longitud, llegando hasta sus testículos, los cuales chupo y presionó entre sus labios, para luego hundir un poco la punta del musculo en la caliente y estrecha cavidad. Loki presionaba las sabanas curvando la espalda hasta el límite, de sus labios brotaban los lujuriosos gemidos que tanto ponían a su pervertido hermano, quien aprovechó esto para internar tres dígitos en la boca del pelinegro. El jotun los lamio mientras tomaba a Thor por la rubia melena, jalándolo de esta para que aumentase el ritmo de la felación en su hinchada virilidad. Por los jodidos dioses, esa boca le fascinaba.
Thor retiro sus dedos al sentir que Loki prontamente llegaría a su orgasmo y los guio a la entrada de este. Loki apretó los dientes al sentir el primer dedo abrirse espacio ente sus nalgas, tensándose al instante. Su hermano se dio cuenta de esto y decidió callar sus quejas con un hambriento beso, volviéndolo a masturbar para aligerar la sensación de molestia que incomodaba al pelinegro. Pronto aquella estrecha entrada se expandió un poco y fue invadida por otros dos dígitos. Esta vez Loki soltó un jadeo de dolor y unas cuantas lágrimas se escaparon de sus ojos
-Loki…relájate, por favor- le susurro Thor al oído, lamiendo las traicioneras lágrimas de su hermano, quien se aferraba a él, arañándole la ancha espalda.
El momento había llegado
Cuando Thor lo sintió lo suficientemente preparado, saco sus dedos del interior del príncipe jotun, y guió su adolorido miembro a la entrada de este, metiendo apenas la punta, esperando a que las apretadas paredes se acostumbraran a la intromisión
-ohm…l-la tienes…enorme-soltó con dificultad Loki, sacándole una sonrisa socarrona a Thor, el cual tomo esto como un permiso para moverse un poco más adentro, más rápido de lo que esperaba-¡ despacio bestia!- le regaño, sintiendo como su trasero ardía al recibir tamaña intromisión
-lo siento…-le respondió ansioso, clavándose todo lo que pudo dentro de Loki para esperar la señal para comenzar con las embestidas.
Loki lo volvió a atrapar en él, enredándole las piernas en su cintura, fue quien empezó a moverse haciendo que Thor lo penetrara. El rubio lo tomo por las piernas y comenzó con las ligeras estocadas, sintiendo la carne ceñirse alrededor de su pene, caliente, apretada, húmeda.
La pequeña habitación se llenó de pesados y cargados gemidos que delataban la pasión de aquellos amantes invictos. La cama chocaba con rudeza contra la pared al ser movida por las fuertes estocadas que Thor le propinaba a su hermano menor.
Las nalgas del rubio quedaron marcadas por las garras de Loki y sus oídos casi quedan sordos al capturar los agudos gemidos de pasión que el pelinegro soltaba.
El dios del rayo no soporto más, necesitaba más contacto, entrar más en ese trasero tan exquisito. Sin medir su fuerza tomo a Loki por las caderas y lo hizo girar, dejándolo de espaldas a él, pegándole el pecho al colchón.
-¡¿qué demonios…?!
-quiero verte bien- le interrumpió con la voz ronca de tanto placer, abriéndole las nalgas y masajeándolas, volvió a pasar la lengua por el ano de Loki, haciéndole estremecer y gemir a lo alto. Loki no soportaba tanta tortura
-co- cógeme Thor…necesito que…me folles huum- aquella mirada libidinosa nublo por completo a Thor, ya no resistió. Tomándole de los negros cabellos, mordió los rosados labios de su amante y de una rápida estocada entro en las entrañas de Loki, haciéndole gritar. El Asgardiano sujetó al jotun por las caderas y observo desde lo alto como el trasero de su amante lo recibía tan cálidamente, joder, le encantaba ese apretado trasero. Mordiéndose los labios, Loki enterró el rostro entre las almohadas sintiendo como Thor golpeaba su próstata como se fuera un saco de boxeo, sentía como lo estaba partiendo por la mitad
-a-ah ¡Loki!- jadeo Thor, propinándole una nalgada juguetona al momento que se curvaba, recostándose sobre la espalda de Loki, le mordió los hombros como un animal en celo, aumentando las frenéticas estocadas
-me vengoh mhaa- jadeo Loki, apretando el mimbro de Thor en su interior. Los espasmos se adueñaron de su cuerpo junto a una intensa sensación eléctrica y calurosa que lo recorrió de pies a cabeza. Sus piernas se acalambraron cuando el prominente orgasmo le nublo los sentidos y sintió como el caliente semen de Thor lo lleno al completo.
Ambos habían acabado el acto que tantas veces los había unido como a un solo ser.
Los cálidos rayos del sol aparecieron, alumbrando la cama que habían compartido hace tan pocas horas atrás, logrando que el jotun se removiera inquieto al no encontrar rastros de Thor a su lado. Abrió los ojos con pesadez y se fijó la hora, las doce y cuarto pasadas. Suspiro. Se había quedado dormido y todo le dolía al ser tomado por la bestia de su ex hermano. Con una mano se tiró el cabello hacia atrás y descubrió que a su lado había una nota que decía: “Lamento tener que irme así, hermano, pero no deseo que sospechen de esto en Asgard, solo debes saber que te amo con locura y prontamente volveré a visitar tus aposentos, te ama, tu príncipe”. Loki frunció el ceño leyendo la carta otra vez
-¿…mi jodido que?- se susurró divertido a sí mismo. Está bien, su hermano era un troglodita, sí, pero lo amaba aunque era un ególatra, narcisista e idiota.
Asgard
Thor llegaba en el bifrost con una sonrisa plasmada en sus labios cuando se topó con Heimdall, quien le sonrió pícaramente al momento que lo saludaba con una pequeña reverencia. El rubio sabía lo que pensaba, pero estaba equivocado. Aunque los ojos de Heimdall hayan capturado el rostro sonrosado de una mujer, era Loki quien yacía jadeante debajo de Thor, pero ese era un secreto entre esos dos hermanos que cubrían una mentira pasional y amorosa con el peso de más mentiras. Vamos, que era un juego inocente para ellos, algo que los hacia felices no debía de estar mal… ¿cierto?

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