—Channie. Chanyeol —llamó Baekhyun a su novio que se encontraba leyendo un libro de economía sentado en una de las muchas bancas en el jardín que la facultad ofrecía—. Tengo que decirte algo...
La voz de Baekhyun sonaba nerviosa, ¡y claro que iba a sonar así! No sabía cómo decirle a su novio de un año que estaba embarazado de un mes, que iban a ser padres, que tal vez deberían dejar de estudiar e irse a vivir juntos —porque no, no vivían juntos—, Baekhyun no sabía realmente que lo que fuese a pasar; tenía miedo.
Hace una semana que se había enterado de su actual estado, pero, no se había atrevido a darle la noticia a Chanyeol. Con ánimos de su mejor amigo Jongdae, Baekhyun decidió darle la noticia un día como hoy, un jueves. Y Baekhyun sentía mucho miedo, ¿qué pasaba si lo dejaba? ¿si le pedía abortar al bebé? ¿si le rompe el corazón? Con respecto a sus padres eso lo vería después, Chanyeol primero.
Habían empezado a salir cuando Baekhyun tenía diecinueve y Chanyeol dieciocho con un año de diferencia, pero, eso no les impidió nada, se portaban como si se conociesen de toda la vida y supieran todo del otro, su relación se empezó a basar en abrazos, risas, besos robados —algunos subidos de tono sin llegar a nada— y algunos manoseos. Y cuando cumplieron el año de noviazgo, Baekhyun decidió entregarse en cuerpo a Chanyeol —que éste había sido demasiado paciente y fuerte al respecto— y habían empezado a tener relaciones. Lo que nunca pensaron es que Baekhyun iba a terminar embarazado; habían tenido sexo sin protección unas dos o tres veces, sin preocuparse por ello. Ahora Baekhyun tenía veinte años y Chanyeol diecinueve, e iban a ser padres, Baekhyun tenía a la criatura, producto de su unión carnal, cargando en su vientre.
—Claro Baek, habla —había levantado su vista del libro mirándolo. Esbozó una gran sonrisa tranquilizadora a su novio.
—Yo...— las palabras no salían de su boca. ¡Rayos! Esto era tan difícil, pero tenía que hacerlo—. ¿Podemos hablar en otro lugar? En uno más privado, ¿sí?
Chanyeol lo miró extrañado, sin embargo, no tardó en asentir sonriente a su novio. Lo amaba en serio.
Caminaron por el campus hasta que lo llevó lejos de la gente. Pocos estudiantes andaban por ahí, casi ninguno, de hecho; era la parte trasera de la facultad, donde todo lo inservible lo tiraban ahí, como sillas, pupitres, etc. Nadie iba por ahí.
Cuando estuvieron parados uno frente del otro, Baekhyun puso gacha la mirada y empezó a jugar con sus manos sudorosas de los nervios, sacó una hoja de su bolsillo trasero del pantalón y, decidido y con el corazón latiendo a mil por hora, enfrentó con la mirada a Chanyeol, haciendo que éste se pusiera más nervioso y confundido de lo que ya estaba al observar a Baekhyun.
—Chanyeol, tú me amas, ¿verdad? —preguntó casi afirmando sosteniendo la hoja de papel doblada en sus manos fuertemente.
—Sin dudarlo, Baek —hizo un ademán para acercarse a su novio, no obstante, se lo impidió levantando una mano deteniéndolo. Chanyeol lo miró confundido, ¿qué le pasaba a Baekhyun?
—¿Me seguirías amando aunque hayamos metido la pata los dos? —no dejó que respondiera—Channie —respiró hondo cerrando sus ojos y apretando más la hoja en sus manos—, estoy embarazado, estoy esperando un bebé.
Y de repente el mundo paró y Chanyeol sintió que su corazón se paró justo en el instante en el que su novio le había pronunciado las palabras ''estoy embarazado'' . Estaba conciente de que no habían utilizado condón últimamente, pero, no creía lo que sus oídos escuchaban. Miró a Baekhyun y éste lo miraba con los ojos aguados en lágrimas en forma de disculpa, Chanyeol no sabía qué hacer, no supo cómo reaccionar, así que sólo se quedó mirando a su novio y dio una mirada a su vientre aún plano; no podía creerlo.
Fue cuando Baekhyun estiró su brazo y le entregó la hoja de papel que sostenía en manos y la sostuvo, la abrió y miró lo que decía en ellas. Efectivamente: Baekhyun estaba embarazado, y de un mes, ¡un mes, carajo! Mas sin embargo, sonrió, sonrió como idiota y corrió a abrazar a su pequeño novio, cargándolo y dándole vueltas.
—Gracias, Baek. Eres el mejor —le susurró en el oído cuando lo bajó—. Gracias por darme un hijo. Y Baekhyun sonrió y le dio un beso a su novio, padre de su hijo.
Una semana después ambos hablaron con sus padres al respecto y les dieron apoyo, con la condición de que la responsabilidad caía en ellos, y así lo hicieron. Pero una mudanza no es fácil y mucho menos encontrar un lugar o el dinero para poder hacerlo; sus padres habían sido comprensivos ante aquello y mientras encontraban el lugar y reunían el suficiente dinero, habían seguido viviendo con sus respectivos padres.
Los dos estaban felices, no podían pedir más. Iban a tener un hijo con el amor de su vida y su relación se había vuelto más fuerte, ya no podían vivir uno sin el otro. Chanyeol había suspendido sus practicas de basquetbol con el equipo a cambio de acompañar a Baekhyun todos los días a su casa —y no es que antes no lo hiciera, pero esta vez quería insistir a Baekhyun— y también acompañaba a su novio a todos lados, lo mimaba mucho y llegó a la conclusión de que estaba seguro que quería pasar el resto de su vida con Baekhyun.
Cuando Baekhyun cumplió los dos meses empezó a tener más nauseas, mareos y algunos vomitas. Sentía que estaba un poco débil, pero, se alegró por ello, su bebé le daba más indicios de que estaba bien. A veces se preguntaba cómo iba a ser físicamente, si tendría los ojos de Chanyeol, si se iba a parecer a los dos o a alguno en específico. Miraba su vientre, que ya pronunciaba una leve elevación, y ya quería que estuviese tan grande y sentir las pataditas de su bebé; su bebé probablemente tendría el tamaño de una pasa o un poco más grande y ya lo amaba más que nadie.
Llegó la primera consulta de Baekhyun para hacerle el ultrasonido, el padre de Chanyeol lo había arreglado, era médico en un hospital, y le alegraba tener un nieto. Estaban tan emocionados en la sala de espera junto al consultorio, ocasionalmente se regalaban sonrisas y se daban besos en las mejillas o algún apretón de manos. Una enfermera los llamó y los hizo pasar, cuando entraron vieron al ginecólogo sonriente y les hizo tomar asiento, entregaron los análisis que días antes le habían hecho y luego procedió a pasar a Baekhyun a una camilla, levantó su playera y le pidió bajar un poco la cintura de su pantalón para después verter el gel frío en su vientre y pasar el émbolo sobre.
Sus manos se mantenían conectadas como sus miradas en una leve sonrisa. El ginecólogo avisó que había encontrado al bebé y ambos miraron hacia la pantalla de la computadora donde la imagen viva dentro de su vientre se fijaba. Era tan pequeño, tan pequeño como una ciruela pasa, aún no tenía mucha forma, pero fue hermoso. Se escuchaban los latidos fuertemente y Chanyeol sintió ganas de llorar al igual que Baekhyun, se miraron y se susurraron un ''Te amo'' quedito. El doctor siguió viendo la pantalla mientras movía el émbolo en el vientre de Baekhyun con una mirada extraña, tratando de asegurar lo que veía en la pantalla mientras la pareja se abrazaba
—¡Felicidades! —gritó sin más. Chanyeol y Baekhyun miraron sorprendidos, el inesperado grito del ginecólogo los había asustado—No esperan uno, esperarán dos. Baekhyun, eres muy afortunado, ambos los son. ¡Serán padres de gemelos!
Y esta vez sí lloró Chanyeol, sus bebés estaban dentro de su amado, de su compañía idónea, y esperaba gemelos, ¡gemelos! Mientras Baekhyun parecía derramar un río entero por sus ojos, lágrimas de felicidad salían de ellos. No podían ser los padres más felices del mundo.
Los siguientes días Chanyeol se vio a pensar seriamente en pedir la mano de Baekhyun, lo amaba tanto y quería pasar el resto de su vida con él y sus gemelos. Tenía que hablar con sus padres sobre esto, y cuando lo hizo su madre gustosa le heredó los anillos de compromiso que sus abuelos habían usado y ahora quería entregárselos a él para que los usara con Baekhyun. Todo marchaba bien, ya tenía bastante dinero como para mudarse con Baekhyun y formar su familia, tenía al mejor novio —pronto prometido— del mundo que esperaba gemelos y ahora sus padres apoyaban la decisión de casarse con él; sin embargo, tenía que hablarlo con el señor Byun.
El día que el señor Byun le permitió hablar con él, Chanyeol era un manojo de nervios. Habían ido a uno de los restaurantes más caros de Seúl —cortesía del padre de Chanyeol— , también había ido la señora Byun que amaba a Chanyeol, para ella Chanyeol es lo mejor que se pudo haber cruzado en la vida de su hijo. Cenaron tranquilamente mientras platicaban temas del bebé y le daban tips sobre aquello. La pasaron realmente bien, aunque extrañó a su pequeño novio ahí, pero para él tenía una sorpresa más grande. Cuando terminaron de cenar Chanyeol decidió que era el momento.
—Y bien, Chanyeol, ¿cuál es el motivo de tu repentina invitación a un lugar como este? —preguntó el señor Byun.
—Antes que nada a ustedes, señores Byun, los aprecio bastante y agradezco que me permitan permanecer al lado de su hijo —esbozó una sonrisa nerviosa y prosiguió—. Pero quisiera que Baekhyun se case conmigo. Vengo a pedir su mano, señor Byun.
Los señores Byun sonrieron con sinceridad y no pudieron evitar reír un poco.
—Esperaba el momento, Chanyeol. Te estabas tardando. Mas te vale hacer muy feliz a mi hijo y cuidar bien de tu familia —hizo una breve pausa—. Me agradas, Chanyeol.
—Ellos ya son mi familia.
Días después Chanyeol se lo propuso a Baekhyun. Con ayuda de sus amigos Kris, Joonmyeon y Jongdae, prepararon una sorpresa sencilla pero perfecta para ambos. Lo había llevado a un parque donde infinidad de árboles de cerezo se encontraban —los favoritos de Baekhyun— y como era primavera las flores estaban hermosas; habían tenido un pequeño picnic donde se robaron muchos besos y se dijeron infinidad de cursilerías en el oído, y cuando la noche cayó, ese era el momento.
Se quedaron sentados a la orilla del rio que poseía el pequeño parque abrazados, Baekhyun pegado como un pequeño koala a Chanyeol, cuando fuegos artificiales empezaron a iluminar el oscuro cielo y Chanyeol sonrió, Baekhyun se mantuvo emocionado observando los fuegos artificiales en el cielo, le encantaban. Instantes después la voz de su amigo Jongdae sonó de fondo, era una canción romántica, donde se encontraba junto con Kris haciendo los coros. Las luces de las bombillas pertenecientes a los postes de luz se apagaron por un instante para después encenderse un juego de pequeñas luces en los árboles y arbustos, que frente a ellos en la oscuridad formaban una frase que decía: ''¿Te casarías conmigo?''
Chanyeol se separó de Baekhyun y supo lo que pasaba pero no podía creérselo. Su novio se había hincado ya frente a él, y Chanyeol con las manos temblorosas y los nervios de punta, sacó la pequeña caja aterciopelada de color rojo carmín del bolsillo de su abrigo y la abrió lentamente mostrándosela a Baekhyun.
—Baek, quiero darte las gracias por ser lo mejor que me pudo ocurrir en la vida, por darme una hermosa familia, por darme gemelos —sonrió—, por soportarme, por estar conmigo. No quiero que nunca te separes de mi, quiero cuidarte, quiero protegerte, quiero que envejezcamos juntos, que seamos abuelos juntos, quiero formar una familia contigo y sólo contigo, quiero disfrutarte toda mi vida. Quiero estar contigo toda la eternidad si fuera posible, moriría por ti, Baek, por nuestros hijos —hizo una pausa—. Eres todo en mi vida. Te amo, Baekhyun. ¿Te... te casarías conmigo?
Todo el tiempo desde que Chanyeol empezó y terminó, Baekhyun había aguantado las lágrimas en sus ojos y las manos las tenía sobre su boca tapándosela. ¡Chanyeol le estaba pidiendo matrimonio! Y cuando terminó asintió fuertemente la cabeza, y murmuró un ''Sí'' en respuesta; estiró su brazo y Chanyeol puso el anillo en su dedo anular izquierdo y besó su mano después, Baekhyun ya estaba llorando, sus lagrimas caían sobre sus mejillas y abrazó a su ahora prometido.
—Te amo, Channie. Te amo tanto —susurró y unieron sus bocas en un beso lento y tierno.
—Yo también te amo, Baekhyunee. A ti y a nuestros pequeños —acarició el creciente bulto en el vientre de su prometido sobre la ropa y ambos sonrieron. Pero las sorpresas no acababan, no todavía.
Cuando todo hubiera pasado y sus amigos los hubiesen felicitado ya se encontraban en el auto de Chanyeol regreso a casa. El día había sido hermoso, muchas emociones para Baekhyun y su embarazo lo estaba cansando, así que durmió todo el camino en el asiento del copiloto. Sin apuros ni prisas llegaron al destino que Chanyeol tenía planeado, pararon en un pequeño pero acogedor vecindario, despertó a Baekhyun y el chico pareció confundido cuando notó donde estaban, parpadeó y miró a su prometido con extrañeza.
—Channie, ¿dónde estamos?
—En casa, Baek —respondió y lo besó en los labios. Era una pequeña casa a comparación de donde vivían con sus padres, pero se veía acogedora. Chanyeol salió del auto y ayudó a Baekhyun a hacerlo— Firmé los papeles ayer, la casa es nuestra, podremos vivir aquí y criar a nuestros bebés —Y por segunda vez en el día Baekhyun lloró de felicidad. Era su casa, su casa con Chanyeol.
--
Baekhyun ya se encontraba por entrar en el cuarto mes de gestación, ya se habían mudado juntos y habían sabido el sexo de sus gemelos; tendrían un parejita, un niño y una niña, estaban indecisos por qué nombre ponerle a sus bebés, pero estaban felices. Baekhyun había dejado la faceta de las nauseas y los vómitos, y había pasado a la de los antojos y el incremento de apetito sexual, además, se estaba poniendo muy radiante, se veía más lindo de lo normal según Chanyeol, el embarazo le estaba asentando de buena manera. Su vientre había crecido de manera impresionante, por tratarse de gemelos, estaba más grande y abultado que un embarazo de cuatro meses que con un solo bebé lo sería.
Algunos chicos en la facultad miraban a Baekhyun como si se lo quisieran comer. Constantemente cuando iba caminando en los pasillos, sin Chanyeol, le tiraban piropos y algunas veces, —cuando los comentarios eran bastante descarados— decían que ellos eran el padre del bebé, cosa no cierta. Baekhyun sin duda estaba más que hermoso con el embarazo. Pero cuando Chanyeol los escuchó, lo tomó fuerte de la cintura y les dijo a aquellos chicos que si tocaban a su prometido podrían verse pronto fríos y cinco metros bajo tierra.
Un día cuando Baekhyun estaba sentado en la biblioteca esperando a Chanyeol para estudiar sintió un pequeño golpe en el vientre y después otro. Sonrió de manera exagerada y miró el pequeño bulto de su vientre, llevó una de sus manos a él y lo acarició.
—Hola, bebés —sonrió—. Sé que todavía no me pueden escuchar, pero los amo mucho, mucho. ¿Están felices? Porque yo sí de tenerlos.
—¿Con quién hablas, Baek? —Era Chanyeol y se estaba sentando al frente suyo en la mesa— Pareces bastante emocionado, ¿estabas hablando con los bebés? —Baekhyun asintió.
—Ellos patearon mi vientre, Yeol. ¿Quieres sentir? —su novio asintió y se sentó a su lado, Baekhyun guió su mano derecha a su vientre y una pequeña patada se pudo sentir. Soltó una risita— Les agradas, Yeol. Saben que eres su padre, patearon más fuerte incluso.
—Hola, bebés. Soy Chanyeol, su papi. Los amo mucho, son lo mejor que pudieron pasarnos —y sin quitar su mano del vientre de su novio besó tiernamente el pequeño bulto—. Van a ser igual de tiernos que tú, Baek.
—He tenido una idea de cómo llamarlos, Yeol, sólo si tú estás de acuerdo —su novio asintió dándole la palabra—. ¿Qué tal Youngmi para la niña y Youngri para el niño? Tu sabes, son gemelos y sus nombres tienen que sonar parecidos. Además, suenan originales, ¿no?
Y a Chanyeol le pareció demasiado tierno que su lindo prometido haya buscado nombres parecidos para sus gemelos y se inclinó hacia Baekhyun y lo besó en los labios acariciando el vientre con una de sus manos, agradeció el que la mesa donde se encontraban estuviese lejos de donde se encontraba la señora gruñona de la biblioteca.
Su relación parecía ir de lo mejor, muchos les tenían envidia. El primer regalo para los gemelos llegó del propio Chanyeol y fueron unos pequeños mamelucos con sus zapatitos bordados incluidos, eran de Pororo, porque Chanyeol estaba demasiado seguro que sus bebés iban a amar a Pororo justo como su padre; días mas tarde los padres de Baekhyun les obsequiaron una cuna doble y algunos accesorios como sonajas a juego, Baekhyun parecía morir de ternura con cada regalo que sus gemelos recibían, absolutamente todos eran hermosos y perfectos. No obstante, toda la felicidad y el color rosa no duran para siempre.
Cuando Baekhyun ya estaba en el quinto mes de embarazo a Chanyeol le llegó un aviso de su padre. El padre de Chanyeol adoraba la relación de su hijo con Baekhyun, pero la noticia era que Chanyeol tenía que salir del país, unos mafiosos habían amenazado a su familia porque el señor Park, como médico, no había podido salvar a la pequeña hija de aquel mafioso, así que, se vieron amenazados y la familia Park tenía que salir cuanto antes del país. Chanyeol no supo cómo explicárselo a Baekhyun y terminaron por tener una gran pelea.
Baekhyun creyó que Chanyeol ya no quería tener nada que ver con él y sus hijos, después de que lo hubiera ilusionado con pedirle matrimonio. Él no sabía que estaba equivocado y le lanzó a Chanyeol el anillo de compromiso en la cara y le dijo que quería regresar a casa de sus padres y que no quería que el fuera el padre de sus gemelos; el más alto a su pesar recogió el anillo y lo guardó en aquella caja aterciopelada que aún guardaba. Chanyeol al principio creyó que era lo mejor y llevó de regreso a Baekhyun a casa de sus padres, creyó que era mejor porque a juzgar por el embarazo de Baekhyun no podía meter preocupaciones y dañar el estado de salud de su prometido y sus hijos, y con todo el dolor del alma se separó de Baekhyun. La cuna y las cosas de grande tamaño las mandó un día después de haber regresado a Baekhyun a casa de sus padres.
Chanyeol sintió que todo él se rompía, porque el quería ser el mejor padre para sus hijos, quería estar con Baekhyun y protegerlo, sin embargo, ésta era la forma de protegerlo. Por fortuna los mafiosos no sabían de Baekhyun y no podían hacerle daño, en cambio, si estuviera con Chanyeol sí, y si Chanyeol le hubiera contado la verdadera situación a su prometido no se hubiera separado de él y se quedaría sin importar qué, pero Chanyeol temía por sus gemelos. La mejor decisión era esa.
Pero no se podía ir así nada más sin alguna explicación, no podía dar por perdida la relación con Baekhyun, Chanyeol regresaría, no sabe el tiempo exacto pero estaría ahí para Baekhyun cuando todo termine. Sin avisar a nadie fue a casa de Baekhyun, había pasado un mes ya y no había tenido contacto con su prometido, ni tampoco lo había visto en la facultad. Cuando llegó tocó el timbre y se escuchó un "Ya voy" de Baekhyun, sabía que a estas horas el chico embarazado se encontraba solo en su casa, estaba feliz pero nervioso a la vez, sería prácticamente la última vez que vería a su prometido en un tiempo indefinido.
La puerta se abrió lentamente dejando ver a Baekhyun realmente embarazado, su vientre había crecido mucho más, ya estaba en el sexto mes y se le notaba demasiado.
—Hola —saludó Chanyeol con una sonrisa nerviosa. Extrañaba tanto a su pequeño, a su pequeño con sus bebés cargando—. ¿Puedo pasar?
—S-sí —se hizo a un lado abriendo paso para Chanyeol y después cerrar la puerta tras de sí y caminar hasta el salón donde se encontraban los sillones. Baekhyun quería gritar y correr a Chanyeol de su casa, pero también lo había extrañado, había extrañado a su gigante.
Se quedaron en silencio unos segundos, pero Chanyeol habló antes de que se volviera incómodo.
—Baek, lo siento. Lo siento de verdad, yo quiero estar contigo siempre, como cuando te pedí matrimonio, por favor, perdóname —se quedó en silencio por un momento—. Yo... ¿Puedo?
Señaló con la mano al grande vientre de Baekhyun y éste asintió tímidamente, dejando que Chanyeol acaricie su vientre.
—Han crecido tanto —habló Chanyeol orgullosamente, sin embargo, su voz sonó un tanto quebrada.
—Me hacen comer demasiado. He subido unos tres o cuatro kilos éste último mes. Su cuerpo ya se ve más claro, Yeol; ya se ven sus manitas y sus piesitos, podría jurar que uno tiene tus orejas —su voz sonaba muy entusiasmada, después hizo una pequeña pausa—. Te he extrañado tanto, Yeol.
Separó su cuerpo de la mano de Chanyeol y se colgó de su cuello abrazándolo y hundiendo su cabeza en su pecho, Chanyeol correspondió sin dudar al abrazo. Lo había extrañado, un mes sin su gigante era horrible.
—Fue horrible estar sin ti, Chanyeol. No vuelvas a hacerme esto, por favor —susurró entre sollozos y Chanyeol supo que iba a suceder algo peor, que iba a dejar a Baekhyun, en contra de su voluntad, por un tiempo indefinido.
—No quiero hacerlo, Baek. En verdad que no quiero —su voz sonó quebrada, trató de sonar normal y se acercó de nuevo al vientre inclinándose y acariciándole— Hola Youngmi, hola Youngri, soy yo, papi Chanyeol. Los he extrañado tanto que pensé que moriría sin verlos a ustedes y a mami, ¿me han extrañado? Apuesto que sí. Yo los amo con toda mi alma —sintió unas patadas mas fuertes esta vez sobre el vientre—. Baek, ellos saben quién soy, me reconocen. Han pateado, ¿lo sentiste? —Baekhyun sonrió asintiendo y Chanyeol se puso de pie. De entrada sabía que venía a despedirse temporalmente de Baekhyun y sus hijos, pero había evitado eso hasta el momento.
—Baek, en realidad yo vine a hablar contigo. De nosotros, de lo que pasará. Escucha con atención, ¿sí? —y susurró un te amo antes de comenzar— Baek, yo me voy de Corea. No puedo decirte el por qué, porque te pondría en riesgo a ti y a los bebés y es lo que menos quiero, pero prometo regresar a ti, a que tengamos una familia. Mis padres y yo saldremos del país, esto casi nadie lo sabe y no debes decirle a nadie. Por favor espérame, espera a que todo vuelva a ser como antes. Si todo sale sin problemas prometo regresar antes de que los gemelos nazcan. Te juro que no quiero dejarlos, ustedes son mi familia, ya hace seis meses que son mi familia. Por eso traigo esto para ti.
Del bolsillo de su abrigo extrajo —justo como hace cuatro meses aproximadamente— la cajita aterciopelada de color rojo carmín, sacando el anillo de compromiso y colocándolo en el dedo anular de su novio por segunda vez. Baekhyun estaba llorando y no trataba de ocultarlo, Chanyeol se iría de nuevo y, probablemente, no estaría para el nacimiento de sus gemelos. Eso dolía horrores.
—No llores, esperaré por ti también. Ruego porque no esperemos demasiado, haré lo posible por estar contigo antes —limpió las lagrimas de su prometido con sus pulgares—. No llores porque tienes que ser fuerte por los bebés, ¿recuerdas?
—No... No, Chanyeol, no te puedes ir, necesitas estar aquí cuando los gemelos nazcan, necesitan a su padre en ese momento, ¡te necesito, Chanyeol!
—Lo sé, Baek.
—¡No, Chanyeol! Prometiste estar conmigo siempre, estar con nuestros hijos. Quiero ir contigo, quiero estar contigo, no te puedo dejar sólo.
—Prometo que jamás te abandonaré —besó sus labios—, pero, Baek, necesitas quedarte. Por la salud de los bebés, estás en peligro ahora mismo conmigo, no puedo estar contigo aunque yo quisiera. Realmente quiero que estén bien —hizo una pausa—. Promete que esperarás por mi.
—Lo prometo —susurró y se aferró a Chanyeol una vez más, su corazón dolía, demasiado—. Yeol, ¿podrías hablarle a los bebés de nuevo? Necesitan escucharte, no quiero que te olviden.
Y así lo hizo, se agachó hasta que su cara quedó a la altura del vientre y lo acarició, sus bebés eran lo más preciado para él.
—Youngmi-ah, Youngri-ah. Esperarán por papi, ¿cierto? Los tendré en mi mente siempre. Prometo regresar por ustedes y por mami, prometo no abandonarlos. Los amo mis amores. Tienen que cuidar de mami, ¿vale? —besó el vientre de Baekhyun y después a Baekhyun en la boca—. Te amo, Baekhyun, jamás lo olvides.
Y como si los bebés supieran lo que su papi les haya dicho empezaron a patear fuertemente al vientre. Chanyeol lo acarició una vez más y lo besó de nuevo.