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Hello, my daddy por Kisaki

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Notas del fanfic:

Hola de nuevo!

Bueno, he de decir que esta historia sera cortita, tan solo dos capitulos, pero he de decir que aunque teng aun otros fic que acabar la idea de escribir este Two short vino de repente y a las que somos escritoras sabemos de sobra que  cuando llega la inspiracion hay que aprovecharla al maximo.

Como siempre no pondre advertencias ni parejas porque como sabeis no me gusta autospoilear mis historias por lo que si quieren saber de que trata solo lean!

y sin mas os dejo con esta corta pero bella historia (^.-)/

Notas del capitulo:

Esta es la primera parte de este fic ^.^, solo espero que os guste tanto como me gusto a mi escrbirlo y decir gracias y mil veces gracias a los que se animaron a comenzar a leerlo.

Sabeis que los autores siempre estamos mendigando Review de nuestros trabajos, pero yo personalmente me siento siempre muy feliz cuando veo que la gente comenta sobre la historia, me cuenta sus ideas y sus espectativas y porque no decirlo XD me encata escuchar esas amenazas amorosas que aveces me lanzan.

asi que bueno, como siempre digo disfrutad del Fic y si os ha gustado no dejeis de apoyarlo ^^, bye!

Abrió perezosamente sus parpados cuando comenzó a escuchar el sonido lejano de lo que parecía el timbre de la puerta principal. Decidió hacer como que no estaba en casa, después de todo era domingo. su único día libre para poder levantarse a las 12 de la tarde si le daba la gana, sin embargo al parecer quien se hallaba tras esa puerta era más insistente que su cabezonería por negarse a levantarse de entre aquellas mullidas sabanas y cojines que reconfortaban plenamente su musculado cuerpo…

“Ding—Dong”

— ¡Que ya voy joder! —Pudo notar su desnudez cuando sintió frio en su parte genital al salir de entre las sabanas, por lo que busco con la mirada sus pantalones  y cuando dio con ellos se los coloco antes de oír de nuevo ese insufrible sonido.

Camino por el largo pasillo con suelo de mármol sintiendo el frio del pavimento en sus pies al no haber ni si quiera encendido la calefacción central de la casa. Tardo solo unos segundos hasta llegar a la puerta, sin embargo al desgraciado que había tras su puerta le había dando tiempo a tocar su timbre al menos tres o cuatros veces más. Para cuando abrió la puerta pensó en matar a quien fuera que fuese, pero al ver allí a un adolescente se quedo sin saber que decir, esperando que fuera este el que dijera algo.

El joven en cuestión era al menos 8 o 10 centímetros mas bajo que el, su cabello era rubio y lo llevaba cortado en capas dándole un aire bastante cool, por no hablar de aquellas enormes gafas de sol que tapaban gran parte de su pequeña cara, aquella ropa que rozaban la palabra “macarra” y un sinfín de accesorios que adornaban manos, cuello y cintura.

— ¿Eres Yutaka Uke? — la voz de aquel muchachito le sonó demasiado grave cuando pregunto por su nombre, incluso se le hacía demasiado extraño que aquel joven muchacho que no conocía de nada  le estuviera buscando a él.

—Lo soy, ¿Qué deseas?

— ¿El mismo Yutaka Uke de la Ps Company?

—El mismo, ¿a caso eres un fan? —Contesto sin realmente entender qué clase de pregunta era esa un domingo por la mañana de a un niñato desconocido —¿Puedo ayudarte en algo? —se atrevió a preguntar tras unos segundos en los que el chico se quedo en un incomodo silencio.

Pero el chico no le contesto y para su sorpresa se introdujo en su hogar sin ni si quiera pedir permiso, cargando consigo una mochila y un macuto. Aquello le dejo unos segundos completamente sorprendido y parado en la puerta de la entrada, pero rápidamente salió corriendo tras ese delincuente viendo como este pareció ya acomodarse en uno de sus carísimos sofás de cuero blanco permitiéndose incluso apoyar sus botas malgastadas y sucias contra el pequeño puff frente a él, no sin olvidar que había pisado la alfombra con aquellas mismas botas que venían de la calle. Más específicamente del sucio y mojado suelo de la calle.

—Hey , Hey ¿Qué te crees que estas haciendo?, primeramente quita esos pies de mi mueble y en segundo lugar, ¿ qué clase de modales tienes de entrar en  casa ajena sin ni si quiera presentarte…

—Ruki, mi nombre es Ruki. — Se quedo callado y atónito cuando le contesto de repente con su nombre, a su parecer burlándose de él, pero no fue capaz de contestarle cuando escucho la voz de su pareja a su espalda.

— ¿Quién es Kai? — Cuando se giro pudo ver las largas y torneadas piernas de su novio asomarse por aquella camisa que a su deducir debía ser la que el mismo llevaba puesta la noche anterior, por otra parte sus cabellos alborotados y sus ojos aun a medio abrir le hacían ver claramente que aun estaba medio dormido.

— ¿Tenias una puta escondida? , que fuerte…no esperaba algo así de alguien como tu.—Aquel comentario proveniente del muchacho le sorprendió y aunque se autodenominaba un hombre tranquilo y pacifico aquello fue la gota que colmo el vaso de su paciencia. No solo entraba en su casa sin su permiso y tomaba total confianza con sus cosas, sino que también se permitió el lujo de insultar a su pareja delante de sus narices.

— ¿Perdona?, ¿pero quién demonios te crees niñato?, ¿Quién es el Kai?

—Yo no tengo ni ide…

—Su hijo. — Aquella contestación sorprendió a ambos presentes, olvidándose por completo de la falta de educación, la falta de respeto y cualquier falta que aquel joven hubiera tenido desde que puso un pie dentro de su propiedad.

— ¡¿Qué?! —Gritaron la pareja al unisonó.

— ¡Kai! — Esa vez fue la reclamación de su pareja mirando indignado al moreno.

—Un momento, un momento…eso es imposible ¿Qué edad se supone que tienes? — Echando cuentas ese chico debía estar entre los 16 o 17 años y él apenas acababa de cumplir hacia unas semanas los 34 años, por lo cual…—Katy— susurro sorprendiéndose el mismo de haber olvidado su primera experiencia sexual con una mujer mayor que él a la temprana edad de 16 años.

—Bingo. —Canturreo el rubio con una sonrisa viendo la cara de ambos hombres que tenía en frente, ambos igual de sorprendidos aunque notablemente la cara del afectado de un tono mas pálido.

—No puedes estar hablando en serio, di que esto es una broma Kai, que hay alguna cámara oculta en algún lugar de esta habitacion o algo—al no obtener respuesta del moreno, aun en estado de Shock, pareció sobrepasar la paciencia limitada del castaño haciendo que desapareciera por el largo pasillo que conducía a las habitaciones interiores, Solo hay pareció reaccionar.

— ¡Espera Shima!; tú no te muevas de ahí— advirtió antes de caminar por el mismo pasillo que su pareja hasta llegar a su habitación. Vio como el castaño andaba de un lado para otro recogiendo sus prendas y reemplazándola por donde ahora se encontraba su camisa— Espera Uruha, tiene que ser un error.

—Pero puede ser ¿no? — De nuevo aquel silencio y él solo comenzó a apresurar aun mas sus pasos para terminar cuanto antes.

—Tengo que hablar con él Uruha, no sé si es cierto pero de serlo…

—Llámame cuando lo hayas arreglado. —Dijo cuando hubo terminado de arreglarse— y de mientras quédate esto— Susurro entregándole la caja que la noche anterior el moreno le había dado.

Con ella habían celebrado su tercer aniversario juntos y el batera había decidido que ya era hora de pedirle al castaño que se fuera a vivir con él. Todo había sido perfecto, había reservado en el restaurante mas exclusivo y que tanto le gustaba al castaño y tras eso le llevo a casa y junto a un buen vino y le entrego en una caja las llaves de su apartamento, todo habría sido maravilloso de no ser por ese niñato.

Rápidamente camino para intentar alcanzar a Uruha, pero cuando llego a su salón solo logro escuchar la puerta de la entrada cerrarse. Suspiro y desvió su mirada hacia el chico que tenia sentado aun en su sofá.

—Tu novio se ha ido.

—A ver, tú y yo tenemos que hablar. — Tomo asiento en el sillón que se encontraba justo al frente del rubio — Dame el teléfono de tu madre, hablare con ella y aclararemos esto — En realidad no sabía que otro tipo de solución tendría ese problema. El pensaba pasarla todo el día del domingo con Uruha en la cama y no con un niñato que decía ser su hijo.

—Suerte, ella solo me dijo que era hora que tu tomaras responsabilidades y después de eso desapareció— aseguro lanzándole su teléfono móvil con el numero de su madre preparado— he intentado llamarla muchas veces y te aseguro que de no ser porque el dueño de la casa me ha pegado la patada en el culo no habría venido, pero visto que me he quedado en la calle “Hola papi”. —Aquella sonrisa sínica y burlesca junto a aquella frase le dejo sorprendido pero no quiso que el joven lo notara tomando aquel teléfono y marcando inmediatamente el número recibiendo como respuesta un “el número marcado  no se encuentra disponible”.

Su rostro debía ser todo un poema en el momento que separo el teléfono de su oreja y ver de nuevo esa risilla burlesca de parte de aquel rubio que sin duda se divertía con todo aquel asunto.

Dejo aquel dichoso aparato sobre la mesa y le miro buscando en su mente cuales serian las palabras apropiadas. En primer lugar lo que tuvo con la supuesta madre de aquel muchacho fue solo sexo esporádico a la tierna edad de 16 años, inteligente por su parte ¿no?, lo cierto es que todo comenzó cuando sus padres la contrataron como su profesora particular de ingles, decían que el ingles era importante y no lo dudaba pero ¿a que padre se le ocurría contratar a una joven inglesa de 25 años y dejarla sola con su hijo adolescente y con las hormonas revolucionadas? , A sus padres solo les importaba el aprobado y punto, sin embargo tras aquella relación esporádica la joven desapareció sin más y no volvió a saber de ella hasta ahora, o al menos hasta saber que tenía un hijo en común con ella.

—Dime…

—Ruki — Le recordó.

—Eh…si, Ruki. ¿Cómo puedo saber si lo que dices es cierto?, quiero decir, que seas mi hijo y todo eso. No es que no me fie de ti…

—No. No te fías, pero es comprensible—Aseguro el joven mirándole atento aun con aquellas grandes gafas de sol colocadas en su rostro— puedo hacerme una prueba de paternidad si lo deseas, pero mínimo los resultados tardaran un mes en llegar y no vas a dejarme solo en la calle ¿verdad?, ya sabes…no te convendría que los medios se enteraran de todo esto…

Esa amenaza hizo al músico levantar una ceja. Al parecer aquel joven estaba bien informado de su vida como imagen pública y como accionista en una de las discográficas más importantes de todo Japón. Una noticia como la de un hijo ilegitimo en  ese momento sería sin duda un gran problema para su carrera.

—Una semana, si en una semana no logro contactar con tu madre te harás las pruebas de paternidad y si el resultado es negativo te largas por dónde has venido y no volveré a saber nada de ti, ¿trato?

Vio como la sonrisa de aquel chico se ensancho aun mas sobre su fino rostro antes de tomar la maleta con la que había entrado en su casa y se paro frente a él quitándose por primera vez aquellas gafas de sol dejando ver unos bonitos ojos de azul claro.

—Entonces, ¿Cuál es mi habitación?

**************************************************
El sabor amargo del café inundo sus pilas gustativas cuando el líquido caliente atravesó sus labios haciéndole despejar su mente desde el primer sorbo.  El reloj apenas marcaban las 9 de la mañana pero ya se sentía más cansado de lo que normalmente se sentiría tras un largo y duro día de trabajo, sin embargo  él sabía el motivo de su cansancio. Era ese maldito mocoso insoportable que llevaba en su casa desde hacia exactamente 4 días.

Había intentado contactar con la madre del muchacho innumerables veces, incluso intento conseguir algún otro número o dirección por otros medios, pero no había ni rastro de la mujer que en el pasado fuese su profesora de ingles. Nada, como si se la hubiera tragado la tierra.

Por otro lado Uruha seguía enfadado con él. No cogía sus llamadas ni respondía a sus mensajes y en el trabajo lo ignoraba, aunque no podía culparle, debía de ser difícil descubrir que tu pareja podía tener un hijo ilegitimo, mas a un cuando era una relación hombre/hombre.

Volvió a darle otro sorbo a su café descansando su espalda en la silla antes de soltar un largo suspiro que vacio por completo la capacidad de sus pulmones.

— ¿Aun no das con la madre del chico? — Volvió su mirada para encontrarse con los oscuros ojos de su amigo viendo como tomaba asiento junto a él. Los únicos que conocían en aquel momento la existencia de ese chico eran Uruha, él y su mejor amigo, Aoi.

—Nada aun. — Cuando desvió su mirada se encontró con su castaño entrando en la cafetería, quien aparto su mirada de la del moreno rápidamente en un claro gesto de enfado.

—Y parece que aun no lo has arreglado con Uruha, de verdad que tienes el gafe encima. — Bromeo el moreno en un intento fallido de animar al batería. — Vamos no estés tan deprimido, en el peor de los casos solo tienes que hacerle una prueba de paternidad para sacarte de dudas ¿no?, además, dudo que Uruha siga mucho tiempo enfadado contigo, recuerda, yo Salí con él antes que tu— Le guiño un ojo  tras eso y al fin logro sacarle aunque fuera una minúscula sonrisa.

El resto del día para él fue igual de agotador, no por el trabajo en sí, si no por la preocupación que traía en mente los últimos 4 días. El solo hecho de pensar en aquel problema que traía encima se le hacía más cansado que una sesión completa de 2 horas tocando la batería, sin embargo tenía claro que pensar todo el día en ello solo acabaría destrozándole aun más la vida y no iba a permitirlo, el primer paso sería recuperar a su pareja.

Pasado el día no llego a su casa hasta  pasadas las diez de la noche, esperaba llegar y meterse directamente en la cama, pero se sorprendió cuando al entrar en su hogar lo encontró todo completamente recogido y limpio con las luces apagadas y todo en total tranquilidad. Todo era demasiado extraño, ¿Dónde había ido el crio?, ¿a caso le había robado algo?

Con aquel pensamiento soltó sus cosas rápidamente en el primer sillón que encontró y salió corriendo a su despacho, donde solía guardar lo que era más importante e irremplazable como eran los documentos de la empresa, las composiciones de nuevos álbum y ese tipo de cosas que si salieran a la luz sin duda alguna se le caería el pelo.

Avanzo un poco mas por el pasillo cuando pudo ver un hilo de luz sobresalir por el marco de la puerta donde tenía su estudio de música personal montado, donde se pasaba la mayor parte de las horas cuando tenía tiempo libre. Era una habitación insonorizada, por lo que no pudo oír si es que alguien estaba adentro hasta que no abrió con cuidado la puerta dejando pasar el sonido que tras ella se ocultaba.

Decidió permanecer quieto y en silencio al escuchar como de aquella habitación salía una dulce y tranquila melodía de guitarra acompañada de una increíble voz. No debía ser un genio para saber que aquella  profunda pero a la vez bonita voz era la de ese crio, y debía añadir que jamás había escuchado una voz como la suya.

Pasaron quizás 30 o 40 segundos antes de que el sonido de aquella guitarra y aquella voz se cortara drásticamente volviendo su mirada hacia chico, al parecer este se dio cuenta de su presencia lo que produjo un silencio incomodo entre ambos durante unos segundos antes de que el rubio hablara.

—Lo siento, no quise tocar tus cosas, pero me aburría y…

— ¡No!, está bien. Quiero decir, no importa — Interrumpió inmediatamente, y de nuevo, un incomodo silencio antes de que fuera él mismo quien lo interrumpiera esta vez—eso que tocabas…sonaba increíblemente bien, ¿Qué canción era?

—La compuse cuando era un crio, quiero decir, aun mas crio— se permitió sonreír dejando aquella guitarra a un lado, colocándola con cuidado en su soporte— No sabía que tocaras la guitarra, solo te he visto tocar la batería.

—Es de Uruha, pero no le digamos nada de que la has cogido— Guiño uno de sus ojos dedicándole una sonrisa traviesa que hizo reír al más joven. Noto entonces el ambiente entre ellos menos tenso y por primera vez desde que el rubio había llegado sentía que podía respirar con un poco menos de dificultad.

—Tienes una bonita batería. — dijo de repente el chico antes de levantase del asiento y dirigirse al centro de todo aquel estudio donde descansaba la joya de la corona como él la llamaba.

—Es la primera que logre comprar con todos mis ahorros. — Aquel recuerdo le hizo sonreí con un poco de nostalgia mirando la pintura roja metalizada desconchada en algunas zonas del descaste— no es tan buena como la que tengo ahora, pero sin duda es mi favorita— de nuevo ese silencio entre ellos, aunque esta vez no lo notaba tenso,  a decir verdad era un silencio bastante soportable, sin embargo él era un hombre que era incapaz de quedarse mucho tiempo sin hablar— ¿has cenado ya Ruki?

—Comí un paquete de Ramen— Contesto simplemente.

— ¿Y al medio día? — recibió la misma respuesta que anteriormente haciéndole levantar una de sus cejas en signo de incredulidad viendo como el chico rápidamente desvió su mirada hacia el suelo— Eso ni si quiera puede catalogarse de alimentación Ruki, ¿es lo que has estado comiendo estos días? — al no recibir respuesta alguna solo soltó un largo suspiro y después le miro dándose cuenta de algo, y es que había sido bastante injusto con aquel muchacho.

En los últimos 4 días solo había estado pensando en él mismo, en que él se había peleado con Uruha, en que a él le había caído un problema del quince y mas él, él y él, pero nunca se paró a pensar en la situación del rubio. Un chico adolescente al que su madre había abandonado de la noche a la mañana obligándole a abandonar cualquiera que fuera su hogar y su vida para buscar a un hombre del que no sabía nada con la “esperanza” de que este le mantuviera.

No, definitivamente no había pensado en la posición de aquel joven que ahora tenía frente a él.

—Vamos, preparare algo decente para cenar. Soy bastante bueno en la cocina ¿sabes?

Después de aquello algo dentro de él había despertado y era un sentimiento de protección que solo hacia sentido por Uruha cuando ambos comenzaron a salir.

Ambos se pasaron toda la cena hablando sobre sus gustos, había descubierto que el chico era todo un prodigio en la música, aunque no había pensado dedicarse profesionalmente a ello, solo era un hobbie según él.  Por otro lado él le había contado varias anécdotas sobre su trabajo y él como había empezado su carrera como batería suplente y al día de hoy era simplemente el batería más conocido e importante de todo Japón.

Había descubierto un lado de ese chico que le había gustado y  después de todo descubrió que no eran tan diferentes.

Cuando despertó a la mañana siguiente todo el cansancio acumulado de los últimos días había desaparecido. Extrañamente parecía que aquella conversación con el rubio había echo que toda la carga hubiera desaparecido dejándole descansar al fin, y al parecer ese hecho no paso desapercibido en el trabajo.

—Parece que hoy tienes mejor cara, ¿al fin has encontrado a la dichosa mujer? — Cuando miro a su lado vio de nuevo la negra mirada de su amigo posada sobre el junto a un café y un dulce, como era rutina para el moreno por las mañanas antes de trabajar “El azúcar me hace ser creativo” le argumentaba más de una vez.

—No, aun no hay noticias de ella, peeero ayer mantuve una interesante conversación con Ruki

— ¿Con quién? — Interrumpió con su boca llena de chocolate por el bocado a su croissant relleno.

—Con el mocoso. — Aclaro— pero dejando a un lado eso tiene una voz espectacular Aoi, ni si quiera te lo puedes imaginar.

Le conto a su moreno amigo todo lo que había experimentado la noche anterior en aquella intensa conversación con el rubio, como le había pillado infraganti tocando la guitarra de Uruha y cantando y el cómo este le había contado que también sabia tocar la batería, pero nada de aquellas palabras le eran tan importantes al moreno como el contemplar esa manera tan efusiva en la que el batería le contaba su experiencia con aquel joven que decía ser su hijo.

—Vaya, parece que de repente te cae bastante bien ese crio ¿Eh? — Indico con una sonrisa  un tanto burlesca, al parecer el batería no se había dado cuenta aun del hecho de que de un día para otro la impresión que tuvo con ese chico había cambiado completamente.

—Bueno…no me había parado a hablar con él antes así que… — El moreno solo sonrió de nuevo al descubrir lo idiota que podía ser veces su querido amigo.

—Entonces tráelo. — Al parecer aquella simple oración dejo confuso al menor logrando que un pequeño suspiro saliera de sus labios— dices que ese chico es todo un prodigio en la música y que su voz es increíble, tú tienes un 40% de las acciones de la Ps Company y tienes buenas relaciones con los managers. Traerlo, que haga una prueba y ya veremos que podemos sacar de él— opino sin más dejando de nuevo al menor con un rostro al que él solía denominar “cargando” — No se te había ocurrido, ¿verdad?

—Cállate Shiroyama.

El mayor solo pudo sentirse avergonzado de no ser él quien tuviera esa brillante idea, ¡después de todo la ps company era prácticamente suya! Y tenía un chico de gran talento delante de sus narices, lejos de ser o no su verdadero hijo  estaban hablando de fichar a una joven promesa en el equipo y en el hipotético caso de que el rubio finalmente no fuera hijo suyo podría tener una oportunidad de mantenerse por sí mismo con la música.

Tan enfrascado estaba en sus pensamientos que ni si quiera se fijo cuando el alto, delgado, guapo y castaño guitarrista que era su novio entro en la cafetería y cuando se dio cuenta ni si quiera aviso a su acompañante, simplemente salió corriendo hacia él prácticamente abordándolo y sin dejarle opción a la huida.

—Uruha, por favor Uruha déjame hablar contigo. — Casi suplico al castaño, el cual vio perfectamente las intenciones de Huir — Shima por favor— volvió a insistir antes de agarrar la mano del castaño y mirarle fijamente a los ojos.

El más alto pareció dudarlo por unos minutos antes de terminar accediendo a la petición del moreno, quizás por el hecho de que todos en la cafetería se les quedaron mirando aunque bien era sabido que los dos eran pareja desde hace mucho, o porque la mirada de suplica de Kai era la única a la que no podía resistirse. Cualquiera que fuera la opción el castaño termino por llevar a su pareja hasta el despacho de este y que así pudieran hablar en privado.

— ¿Solucionaste lo de ese crio? —Fue la primera pregunta que el castaño le hizo notablemente enfadado aun con sus brazos cruzados en su pecho esperando por la respuesta.

Bien sabia el moreno que el guitarrista que tenia de novio podía ser muy temperamental, aunque en los medios de comunicación y entrevistas demostraba una actitud siempre distraída y tranquila que ocultaban muy bien la verdadera personalidad de la estrella.

—Estoy en ello te lo prometo, pero entiende que esto para mí también ha sido una sorpresa, ¡tenía 16 años cuando todo eso sucedió Uruha! — Espero alguna reacción del castaño. Por aquel entonces estaba seguro de que le diría algo, le gritaría o le insultaría, pero solo lo miro y tras una mirada profunda estuvo dispuesto a irse— Espera, Espera por favor…quiero arreglar esto Shima, no soporto estar un minuto más enfadado contigo , te prometo que solucionare todo esto en cuanto pueda, pero el que yo tenga un hijo, o no, no cambiara el hecho que te amo y que eres el amor de mi vida; y si llegara a perderte por esto yo jamás me lo perdonaría, dame una oportunidad Shima por favor, vayamos hoy a cenar a tu restaurante favorito. Tú y yo solos.

El castaño pareció dudar aun a su proposición aun teniendo esa iniciativa de soltarse del agarre del batería y salir de aquella sala, sin embargo tras largos segundos de una espera que carcomía por dentro al moreno decidió hablar.

—Recógeme a las 9 en mi apartamento, y no tardes, sabes que odio cuando te retrasas— le advirtió dándole así la oportunidad que el moreno tanto le había suplicado.

Por su parte el ahora feliz baterista solo dedico una enorme sonrisa al más alto antes de asentir y acercarse aun cautelosamente hasta los labios del mayor para comprobar si este hacia algún gesto de reproche o lejanía, sin embargo al no ver hostilidad en sus acciones prosiguió con su camino hasta atrapar aquellos labios tan peculiares con los suyos.

—Gracias— susurro antes de dejar marchar al castaño para dejarlo proseguir con su trabajo y él continuar con el suyo.

Desde aquel momento solo pudo esperar con ansias la hora de salida para llegar a su apartamento rápido y veloz y prepararse debidamente para su cita con Uruha y cuando finalmente su jornada laboral dio por finalizada vio que en su reloj ya marcaban las 20:32. Rápidamente descarto la idea de ir hasta su casa para cambiarse como tenía planeado, sin embargo daba gracias a ser lo suficientemente precavido como para tener una moda de ropa limpia en su despacho por si las moscas, y lo cierto es que esa vieja costumbre le había sacado muchísimas veces de grandes apuros.

Cuando termino de vestirse y prepararse llego al apartamento del castaño incluso 5 minutos antes de la hora acordada. Debía de admitir que aunque el principio de la noche se volvió un poco tensa en cuanto llegaron al restaurante el temperamento del castaño se relajo y pudieron disfrutar de una tranquila y romántica velada. Él se encargo de que el guitarrista se encontrara totalmente cómodo y la noche paso más deprisa de lo que él hubiese deseado.

Durante el tiempo en el que ambos habían estado en el restaurante había comenzado a llover con mayor intensidad hasta parecer un verdadero diluvio que no parecía querer escapar al menos en lo que quedaba de noche por lo que después de que ambos salieran del local decidió llevar al guitarrista directamente a su casa. No pregunto ni si quiera si podía pasar, sabía que después de un enfado Uruha siempre presentaba un tiempo de abstinencia, al menos hasta que este decidiera que su comportamiento merecía de su perdón y fue por eso mismo que tras dejar al castaño en su hogar después de unas palabras bonitas y algunos besos furtivos se despidió de él y  condujo durante unos minutos más hasta su casa.

La fuerte lluvia le impedía ver correctamente, por lo que decidió bajarse de su lujoso coche para abrir el garaje manualmente, sin embargo se quedo helado con la imagen de un muchacho sentado en las escaleras de su casa recibiendo la fría y dura lluvia en su espalda. Se abrazaba a sí mismo y aunque tenía su rostro tapado por la capucha de su sudadera supo inmediatamente que se trataba del joven rubio.

— ¡Ruki!, ¿Qué demonios haces aquí afuera? — se acerco hasta el menor para entonces ver su rostro notoriamente mas pálido de lo normal y su cuerpo temblar por encontrarse mojado— maldición…vamos, ven conmigo .

Olvido por completo que dejo aparcado de mala manera el que podría decirse era el segundo amor de su vida, simplemente ayudo al joven a mantenerse de pie y se introdujo rápidamente en su casa, encendiendo  la calefacción central y corriendo hacia el baño para abrir el grifo de agua caliente y  llenar la bañera mientras volvía a la entrada con una toalla para secar un poco el cuerpo mojado del menor.

— ¿Qué hacías ahí afuera ¿ querias morir de hipotermia?  — Pregunto quitando la capucha de la cabeza del joven y rápidamente comenzar a secar su cabello— Quítate la ropa. Solo mírate, estas helado…

—Normalmente llegas del trabajo a las 20:00 como muy tarde…por eso me quedo en la biblioteca hasta las 20:00 y luego vuelvo a casa…

Cuando le dio aquella contestación cayó en la cuenta de que ese chico no tenia modo de entrar en la casa, este siempre solía llegar después de él  por lo que nunca llego a pensar en que el hecho de que el rubio viviera ahora con el supondría que tuviera que tener también una llave de su casa. Por otro lado también recordó que ni si quiera habían intercambiado sus números para que pudiera llamarlo. Había sido un descuido bastante desconsiderado de su parte.

—Lo siento, no recordé que no tenias como entrar en casa y fui con Shima a cenar, fue un error mío— Susurro terminando de secar el cabello y la cara del joven.

Cuando dejo la toalla a un lado fue a desabrochar la sudadera del menor para ponerla a lavar mientras el chico tomaba un baño, sin embargo la reacción del menor al alejarse de él le dejo sorprendido por completo.

—Por favor prométeme que no te vas a enfadar— Solo aquella oración le hizo pensar que algo malo había hecho,  sin embargo cuando este fue bajando poco a poco la cremallera de su sudadera fue contemplando unos pelos de color negro y marrón sobresalir hasta que sin duda lo que salió de aquella sudadera era una cabeza de un perro canijo y mojado— esta lloviendo y lo encontré bajo un coche…prometo encargarme de él hasta encontrarle un dueño pero, no podía simplemente dejarlo ahí.

Aquella imagen se le hizo bastante curiosa pues no sabía realmente quien parecía más abandonado de los dos, aquel pequeño chihuahua o el rubio que tenia frente sus ojos totalmente empapado. En ningún momento hubiera permitido que un chucho entrara en su casa, mordiendo sus caros muebles o poniendo sus sucias patitas sobre su cama o su sofá, sin embargo en aquella situación solo llego a suspirar arrebatándole la pequeña bola de pelo de encima mientras lo miraba.

—Metete en la ducha y luego hablamos, corre antes de que pilles un resfriado. —Y tras ver como el de ojos azules desapareció por su largo pasillo tras su orden miro a la pequeña criatura que tenía entre sus brazos y tomo la misma toalla con la que había anteriormente secado al muchacho— Que he hecho yo para merecer esto…

Tras unos largos 20 minutos apareció de nuevo el joven muchacho por la cocina después de haberse cambiado y puesto un pijama que el mayor le había prestado. Había preparado una sopa rápida para que el cuerpo del menor entrara en calor mientras el pequeño Chihuahua se había quedado dormido después de comer un poco de pavo que tenía en la nevera.

—Vamos, siéntate y come— ofreció poniendo el plato lleno en el sitio que el rubio solía ocupar. Este pareció tímido al principio, sin embargo poco después ocupo el lugar que el mayor le indico y comenzó a comer sintiendo como poco a poco su cuerpo comenzaba a sentirse mejor.

—Gracias por la comida— susurro cuando termino el 2º plato que el batería le había servido mientras este solo bebía un poco de vino tinto sentado frente a él.

—Para que esto no vuelva a ocurrir— Susurro sacando de su bolsillo un pequeño manojo de llaves atados a un lazo morado— Eran de Uruha, pero algo me dice que él no las usara al menos en un tiempo…y mientras todo esto se soluciona puedes quedártelas y también a esa…cosa.

Vio sonreír a aquel chico por segunda vez desde que lo había conocido y debía de decir que tenía una bella sonrisa también, aunque la ocultaba tras su rostro de “todo me importa una mierda”.

—Gracias, eres realmente amable Kai.

Cuando dijo su nombre sintió su corazón latir sin entender realmente muy bien el porqué, ni si quiera podría denominarlo latido…fue un pequeño “Pom” que resonó un poco más fuerte que el resto, ¿acaso necesitaba visitar a un cardiólogo?; mientras él se hacia esa pregunta observo como el rubio se había levantado de su asiento y se haba acercado hasta el pequeño can para acariciar su ya seco pelaje.

—Se que no puedo encariñarme de él, pero me gustaría que se llamara Koron.

—Mientras estés aquí puedes quedártelo, quizás tu madre te deje…— de nuevo el chico sonrió, sin embargo esta vez era una sonrisa totalmente diferente a la anterior, era una sonrisa solitaria y triste.

—Sí, quizás— fue su contestación casi inaudible.

El ambiente se noto un tanto tenso entre ambos y no le gusto ver aquella expresión triste en sus ojos, quizás había metido la pata, ¿Qué persona en su sano juicio querría ver a la madre que le había abandonado?

— ¿Sabes?, esta mañana hable con mi amigo Yuu Shiroyama

— ¿El guitarrista? — pregunto de repente mirándole con sorpresa e ilusión que solo le hizo reír, era la primera persona que veía ilusionada al nombrar a Aoi.

—Le hable de ti, de tu increíble voz y me dijo que te llevara a hacer una prueba, ¿Qué me dices?, ¿te gustaría?

No recordaba haber visto nunca antes un rostro tan lleno de ilusión como el que aquel chico que tenia frente a él le había mostrado, ni si quiera cuando le había pedido a Uruha salir, ni si quiera cuando le había ofrecido comenzar una nueva vida juntos y de nuevo ese “Pom”  resonó en su pecho.

************************************

—Tenías razón Uke, ese chico es realmente asombroso. —El moreno solo le dedico una sonrisa que indicaba un “te lo había dicho”.

—Tiene una voz increíble, ¿verdad?

—Y tanto, esta vez he de reconocer que me ha dejado impresionado.

En ese momento el joven del que ambos habían estado hablando apareció tras las puertas de cristal que separaban la sala de juntas del estudio 2. Este aun parecía nervioso pero por algún motivo no dejaba de sonreír, se le veía ilusionado e increíblemente feliz.

Desde que había entrado en su despacho y había visto a su compañero y amigo la cara de aquel muchacho había cambiado completamente. Como un crio que conocía a su ídolo al principio no podía ni si quiera mirar a los ojos al guitarrista, sin embargo cuando logro tomar la confianza era imposible hacer que parara de hablar con el moreno.

—Tengo una reunión ahora, pero bajen a tomar algo y luego hablamos ¿os parece?

—Claro, ve a lo que tengas que hacer, yo me quedare con él un poco más, estoy seguro que le gustara dar un pequeño Tour por la compañía— dijo guiñándole un ojo al nervioso muchacho que solo sonrió y asintió ante la proposición del batera.

Cuando el moreno mayor salió de aquella habitación se sorprendió al ver justo frente a aquellos ventanales al guitarrista castaño, este parecía molesto mirando en dirección a los que anteriormente le estuvieron acompañando. Cuando el moreno guitarrista fue visualizado por el castaño este endureció sus facciones frunciendo aun más fuerte el entrecejo.

— ¿Qué hace ese crio aquí? — pregunto vorazmente, casi pudo jurar que aquellas palabras iban acompañadas de puro fuego.

—Yo le dije que lo trajera a hacer una prueba — comento tranquilamente sabiendo que eso solo haría enfadar aun mas al guitarrista menor.

— ¿Es que acaso tu tampoco te das cuenta que ese crio solo busca estafarle?, no sé como podéis ser tan malditamente irresponsables, ¿a caso vez muy normal todo esto? ¿Qué de repente aparezca un puto niñato en la puerta de tu casa y diga que es tu hijo?

—Ni si quiera te has parado a escucharlo o a hablar con él  ¿me equivoco? — aquello solo dejo aun mas sorprendido al castaño quien solo desvió su mirada hacia aquella ventana  donde veía a un cariñoso Kai tranquilizando al nervioso chico, cosa que le gusto aun menos ver delante de sus narices.

Tan ensimismado estaba de mirar aquella imagen que ni si quiera se dio cuenta cuando el moreno mayor se le acerco asta posicionarse en su espalda y así poder contemplar la misma imagen que estaban viendo sus ojos.

—Solo míralo, Kai se ve tranquilo, relajado…¿hace cuanto tiempo que no veías ese hoyuelo en su cara? — aquello solo hizo que el castaño enfureciera decidido a golpear duramente la palma de su mano contra su cara de no ser porque el moreno fue más rápido tomándole la muñeca y así impidiéndole que llegara a golpearlo— ¿hace cuanto que tu no haces que Kai sonría de esa manera?, reconócelo Uruha, tienes la habilidad de comerte la vitalidad de los hombres con los que estas hasta volverlos una sombra sin vida ni sentimientos.

El castaño solo tiroteo del agarre intentando zafarse del moreno tras escuchar aquellas palabras, desde que ambos hubieran roto años atrás las conversaciones entre ambos no habían traspasado nunca más de 4 o 5 oraciones y si ambos fingían al menos el no tenerse rencor era únicamente por Kai, sin embargo siempre era igual, a la mínima que Aoi tenía la oportunidad le humillaba y le decía ese tipo de cosas que a él solo le hacían daño, ¿realmente era como Aoi decía?, ¿estaba haciendo infeliz al batería como supuestamente y según el guitarrista se lo hizo a él?

Todas aquellas preguntas se cruzaron por su mente antes de logar zafarse de aquel agarre del que le tenía preso el moreno y decidió irse, no iba a permitirse que él viera su rostro en aquel momento en el que se sentía vulnerable y débil. En aquel momento que se sentía humillado por la persona a la que una vez amo aun más que a sí mismo, la única persona que sabia como herirle y la única persona por la que había antepuesto su felicidad antes que la suya propia.

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Cuando finalmente había terminado la última reunión que tenía en el día el moreno dio una gran bocanada de aire para después ir soltándola lentamente hasta vaciar sus pulmones. Si algo odiaba de su trabajo eran las reuniones que se excedían mas de la cuenta por culpa de la mente retrograda de algunos de los miembros de la directiva que se negaban a cambiar o innovar en la música.

Era Sábado, por lo que saber que al día siguiente lo tendría totalmente libre le hacía respirar aun más tranquilo, al fin podría dormir al menos mas de las 6 horas que solía dedicar a su cama y al no estar Ruki esa noche en casa iría directamente a la cama.

Lo cierto es que cuando el menor le había dicho que no volvería esa noche se preocupo bastante, y fue en ese momento que aunque negaba ser el padre del chico en esos últimos días se había preocupado por él como si realmente lo fuera. Había obligado al menor a llevarse su teléfono personal e incluso había preguntado incitantemente por aquel chico al que llamaba Reita y con el que pasaría toda la noche, pero aunque sonara extraño no le pregunto por él al sentirse preocupado a que su “hijo” pasara la noche con un desconocido, si no porque el menor no pasaría esa noche con él como lo había echo las ultimas en las que ambos se quedaban hablando de sus sueños, en la que había descubierto que ese joven no era tan molesto como en un principio había pensado.

Otra cosa que no paraba de pasarle por la mente era que al día siguiente seria domingo y por lo tanto ya haría una semana desde que Ruki había llegado. En ese tiempo no había logrado encontrar a la que en el pasado fue su profesora de ingles y su primera vez.

Vaya suerte ¿no?, la primera vez que la metía y tuvo premio. Ya ni si quiera le importaba que el rubio rondara su vida, lo único que quería era hablar con esa mujer para aclararlo todo.

—Ya era hora, llevo aquí 20 minutos esperando — la voz conocida de aquella persona le hizo levantar su mirada hasta hallar su esbelta figura apoyado en su coche. Le sorprendió ver allí a Uruha pero sin duda no era algo que le desagradara.

—Acabo de salir de una reunión, ¿Por qué no me enviaste un mensaje como siempre?

—Lo hice, pero no contestaste.

Estúpido de él, su teléfono lo tenía Ruki  por lo que por supuesto no había recibido el mensaje de su pareja. Camino hasta él y cuando quedo a su lado iba a pedirle disculpas, sin embargo el castaño le agarro de improviso y sin más le dio un inesperado y profundo beso que le hizo incluso soltar el maletín que tenia agarrado con su derecha.

No iba a desperdiciar aquella oportunidad y sin más envolvió aquella estrecha cintura entre sus brazos hasta pegar sus cuerpos y sentirlo tan cerca como le fuera posible. Mientras tanto el castaño no pareció quedarse atrás y pasó sus brazos por el cuello del moreno hasta dejar que este le dirigiera hasta el coche y le acorralara, debía admitir que el batería sabía dominar cuando se lo proponía.

Las caricias comenzaron a ser más certeras y provocativas hasta que el propio moreno paro al darse cuenta en el sitio en el que estaban. Bien era sabido en la compañía que ambos eran pareja después de 3 años, sin embargo una cosa era que lo supieran y otra muy distinta a ofrecerles una linda escena porno a los de Seguridad.

—Vamos a tu casa—escucho el susurro que el castaño dejo sobre su oreja, caliente y húmedo seguido de besos que le hicieron incluso flaquear sus piernas.

No tuvo inconveniente en la petición del castaño, y más al recordar que aquella noche Ruki no dormiría en casa por lo que sin esperar un segundo más se introdujo en su coche y condujo hacia su casa. No sabía que le había pasado a Uruha, normalmente después de que hubieran discutido siempre pasaban una o dos semanas hasta que el castaño decidía “perdonarle” completamente.

Cuando aparco en el garaje y entraron en su hogar olvido el pequeño detalle de que un pequeño de 4 patas salió corriendo a saludarle, cosa que sorprendió sin duda al castaño.

— ¿Tienes un perro? — No sabía que contestar, sabía que si le decía que fue Ruki quien lo había traído el guitarrista montaría un gran escándalo y era algo que no  quería soportar, no al menos en ese momento cuando el castaño estaba de buen humor.

—Lo encontré abandonado y lo traje, venga vamos…

—Últimamente estas recogiendo muchas cosas abandonadas— puntualizo antes de entrar en aquel apartamento que conocía realmente bien.

El batería se adentro en la cocina mientras el guitarrista siguió caminando hasta el salón donde dejo su abrigo y su bolsa en uno de los sillones individuales, le sorprendió ver la casa tan recogida aun siendo Sábado ya que normalmente el moreno era bastante desordenado.

Cuando le observo llegar vio que traía consigo una botella de vino tinto junto a dos copas y eso era algo que realmente le encantaba de él, siempre hacia de cualquier situación una ocasión para celebrar y era especialista en cambiar un ambiente hostil en uno tranquilo y romántico.

Tomo el mando a distancia de la mini cadena que había en la estantería y pulsando el botón del Play dejo que una música tranquila inundara la habitación hasta llegar a la mesa y servir ambas copas. Si algo había aprendido bien de Uruha fue que una copa de un buen vino era suficiente para apaciguar a la bestia que guardaba dentro y en la que solo dos ocasiones había visto. La primera fue cuando él y Aoi rompieron y la siguiente cuando el moreno mayor en una ocasión se interpuso en su relación cuando esta apenas llevaba unos meses en pie.

— ¿Te apetece algo de comer?, ¿Tienes hambre? — le pregunto pasándole su copa, sin embargo en el instante que el Castaño la tomo entre sus largos y delgados dedos la termino de un solo trago y tras esta le arrebato de su propia mano la que él mismo se había servido para repetir la misma acción y tras dejas ambas copas de cristal sobre la mesa y sin esperarlo sintió como con una fuerza que él desconocía del guitarrista le derribo hasta  tenerlo sentado sobre el sofá y posicionarse sobre él— Shi…Shima, ¿Qué ocurre?

Su pregunta fue callada con un profundo beso que no se espero pero que recibió con gusto, no recordaba haber visto jamás a Uruha tan salvaje y debía admitir que sin lugar a duda esa faceta le estaba gustando demasiado. Lentamente mientras el Castaño llevaba el ritmo frenético de aquel beso el bajo sus manos hasta las perfectas y redondas nalgas del alto apretándolas entre sus dedos y jugando con ellas mientras el otro lo hacía con su boca y sus labios.

Llegado el momento en el que el castaño tuvo que separarse para buscar el aire el aprovecho para atacar su cuello, mordiendo su mentón y su cuello de manera deliciosa mientras sentía como las caderas del menor iban moviéndose en contra de su miembro que inevitablemente comenzaba a despertar dentro de sus pantalones.

Suspiro por ello y quería preguntar a que era debido aquella repentina pasión, sin embargo cuando dejo de sentir aquellos labios sobre sus labios olvido cualquier cosa que fuera a decir sintiendo ahora como los besos de aquel hombre viajaban mas debajo de su clavícula mientras sentía como aquellas habilidosas manos comenzaban a desabrochar la camisa que ese día llevaba.

—Shima—suspiro dejándose hacer, disfrutando de las caricias de su pareja hasta que sintió esta vez aquellas manos sobre el cierre de su pantalón, liberando hábilmente su miembro de aquella cárcel de tela que le oprimía y le apretaba— ahhh…Shima espera—susurro al sentir que este tomo la longitud de su entrepierna entre sus dedos y la masajeo unos segundos antes de bajarse totalmente de encima y arrodillándose frente a él tomo con sus labios lo que anteriormente tenía entre sus labios.

No recordaba la última vez que su pareja le había practicado un oral, según el guitarrista porque era cansado y no le gustaba hacerlo, sin embargo a él nunca le importo no recibirlo, Shima le aportaba muchas cosas más que algún oral de vez en cuando, sin embargo debía admitir que cuando este se tomaba la molestia de atenderle con su boca le volvía loco y conseguía en él un sensación aun más placentera que incluso el sexo con penetración.

No pudo evitar llevar su mano hasta los cabellos del castaño y tirotear un poco cuando sintió que aquella boca engullía y tragaba por completo su miembro, Uruha no le gustaba practicar el sexo oral, sin embargo se le daba de vicio. Lentamente el mismo comenzó a mover su cadera al ritmo que el castaño imponía sintiendo como no iba a poder continuar por mucho más tiempo.

—Basta…Para Shima o me correré— advirtió, y lejos de que este parara aumento el ritmo de sus succiones y la velocidad consiguiendo lo que anteriormente este le había advertido, ni si quiera se aparto cuando su semen salió despedido tragando por completo el viscoso y caliente liquido. El castaño incluso se permitió relamer sus labios tras aquello dejando sorprendido al moreno, ¿Quién era ese y que había echo con su novio?

No pudo evitar entonces tomar de nuevo al castaño para que volviera a colocarse sobre sus piernas, y cuando lo tuvo de nuevo en aquella posición fue él quien atrapo esos peculiares labios que tantas veces había degustado mientras con sus manos se las arreglo para deshacerse del agarre del pantalón y bajando solo lo necesario para poder manejar  sus manos en el trasero del castaño.

Subió desesperado la camiseta que llevaba puesto el alto atrapando entre sus labios ese pezón que le tentaba para morderlo y succionarlo mientas con su mano derecha comenzó a acariciar y preparar aquella entrada en la que siempre se entretenía en mimar antes de poseerlo salvajemente. Sabía perfectamente cuanto le gustaba al castaño que jugara en aquella zona cuando vio como retorcía su cuerpo por el placer y gimoteaba cerca de su oreja, todo era perfecto hasta que desvió su mirada por una milésima de segundo al recibidor encontrándose con la mirada sorprendida de Ruki y un joven alto que le acompañaba.

Quizás fue del susto o de la impresión, tal vez de la vergüenza al ser descubierto teniendo sexo en el sofá de su salón lo que hizo que lo único que se le ocurriera en ese momento por la mente fuera empujar al castaño tirándole de espaldas al suelo, por suerte acolchado por la alfombra pero sin duda aquello iba a traerle graves problemas.

—Lo…lo siento, no sabía que estaríais aquí, solo vine a por unas cosas — Se excuso de inmediato al ver aquella situación.

Kai simplemente no sabía donde meterse, veía a Ruki tan avergonzado como lo estaba el mismo, Uruha  aun continuaba en el suelo, claramente enfadado mientras intentaba vestirse como buenamente podía y ese joven con una bandita en la nariz tan solo parecía mirar la escena como un espectador más.

— ¿Le diste una llave?, ¿Mi llave Kai? —el grito que Uruha había puesto en el cielo cuando logro levantarse del suelo le hizo comprender que aquello no iba a acabar bien.

—Necesita una…está viviendo aquí Uruha…

—Le has dado mi llave Kai, la llave…la llave que me regalaste hace solo una semana a un crio que dice que es tu hijo y así sin más le crees.

— ¡Estoy intentando averiguarlo Kouyou, pero no podía dejarle en la calle! — tras aquello todo quedo en silencio, los dos jóvenes pasaron a un segundo plano y las miradas entre ellos demostraban que una sola palaba mas y todo habría terminado.

—A él no, pero a mí si — susurro el castaño antes tomar su bolso y su chaqueta de donde las había dejado.

Él no quería que todo acabara de esa manera y sabía que si dejaba irse a Uruha en aquel momento sería el fin para ellos. Dejo a ambos chicos en el salón mientras el decidió ir tras el castaño impidiendo que este alcanzara el pomo de la puerta aun.

—Por favor espera Shima…

—No….no, estoy cansado de esperar, estoy cansado de todo esto Kai y esto va a acabar con nuestra relación

— ¡No!,, no tiene porque…Escúchame Uruha lo arreglare, el lunes iré a hacerme la prueba de paternidad y en unas semanas…

— ¡No lo entiendes!...basta Uke o él o yo. Elige — la mirada del moreno debía ser de verdadera sorpresa y aunque el castaño esperaba incesantemente la respuesta el moreno era incapaz de contestar a algo así. Uruha era la persona que amaba, con la que había compartido 3 años de su vida pero Ruki podría ser su hijo ,y aunque no lo fuera era un chico solo y abandonado sin nadie a quien acudir, simplemente no podía dejarlo en la calle como un perro — ¿ves?, no puedes hacerlo…No puedes elegirme por encima de nadie Kai…

Al no obtener una respuesta por parte del batería el castaño solo tomo el pomo de la puerta que segundos antes estuvo a punto de abrir y sin decir más salió de aquella casa que prácticamente considero alguna vez como suya.

Notas finales:

Y hasta aqui la primera parte de lo que sera una historia de tan solo dos capitulitos ^o^

 

¿Que tal?, os ha gustado?, ¿pensais que es una puta M...?

Como siempre dejo tambien por aqui mis redes sociales para todo aquel que quiera conocerme un poco mas en lo personal ^^, decir que soy una chica simpatia y no muerdo...casi nunca XD

Facebook: https://www.facebook.com/laura.kisaki

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Espero veros pronto en la siguiene actualizacion. Mil besos!!!

y como siempre Dudas, quejas, Amenazas, cartas de amor...todo lo que quieran dejenlo en un Revienw *^*


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