Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ojos Bonitos -En Edición- por Ari_123_love

[Reviews - 340]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hace mucho tiempo que no me pasaba por esta historia. La verdad, muchas cosas han pasado desde entonces, y llegué a un punto donde realmente creí que ya no iba a ser capaz de continuarla. No tenía las ganas, y no quería saber de ella. Pensé que si me encargaba de pequeñas cosas, como la edición de los primeros capítulos, lograría regresar mi atención a ella. Ni siquiera puede terminar de editarlos, no avancé más allá del quinto capítulo. 

Extrañamente, a pesar de sentir aversión por ella, tampoco quería dejarla morir. Y se lo prometía a cualquiera que me preguntara, la historia no iba a morir. Mis sentimientos estaban muy encontrados, y supongo que aún lo están. Sólo que ahora he empezado a volver a ver la historia, me he tomado este tiempo para poder volver a hacerlo. Por eso el capítulo de ahora es más corto que lo usual. Creo que de ahora en adelante, van a ser un poco más de los capítulos planeados, pero serán cortos.

-Hola…- Taesung levantó el ramo seco que estaba en la lápida, y dejó uno nuevo que estaba constituido de lavandas y lilas. -¿Cómo has estado madre?

Suspiró, sentándose a un costado de la lápida, recargando su cabeza junto a ella. Cerró los ojos, disfrutando del silencio que había en el lugar. Muy al contrario de lo que los demás pensaban, a él le gustaba el lugar donde su madre estaba enterrada, era callado, tranquilo, se podía respirar paz. Todo lo que él estaba necesitando.

-Sí que he sido un mal hijo, no te he venido a visitar en un rato.- Jadeó. –Hay tanto que tengo que contarte.- Mordió el interior de su mejilla. -¿Sabes? Siempre creí que, la razón por la que no te extraño de manera desgarradora se debía al accidente. Los doctores me dijeron que podría haber perdido algunas emociones…Ahora estoy seguro que no se trata de eso.- Suspiró. –Conocí a alguien, el más maravilloso de todos.- Abrió los ojos, mirando la lápida. Lo único inscrito en ella era el nombre de su madre Lee Se Jin. A su padre aún le dolía su muerte, y era entendible que no quisiera inscribir los datos de nacimiento y fallecimiento. –Pero su corazón ya está tomado.- Exhaló. –Está tomado por un fantasma, y yo no puedo luchar contra ello.- Pegó sus piernas contra su pecho, cruzando los tobillos y aferrándose a ellas. –Aun así, cuando no está a mi lado, lo extraño como jamás he extrañado en toda mi vida. Estoy tan enamorado de él, que me es imposible pensar que nos conocimos por accidente. Quisiera decir que es el destino, pero entonces el destino es una perra, por hacerme caer por alguien que ya no puede amarme con todo su corazón. Minho insiste en que soy el amor de su vida…- Jadeó, sintiendo como su voz se quebraba. –Pero yo no siento que lo sea.

Taesung bajó su rostro, hasta sus rodillas y se recargó en ellas. No podía seguir fingiendo estoicismo, cuando tenía tantas ganas de llorar. Él no era una persona que llorara, no lo había sido nunca, hasta que conoció a Minho. Por el hombre había llorado tanto, y seguía sin poder entender qué le hacía aferrarse a la idea de que algún día le amaría del mismo en que él le amaba.

-Pensé…- Jadeó, alzando el rostro y limpiándose las lágrimas. –Que si pasaba todo mi tiempo con él, él sería capaz de sólo verme a mí. Pero me equivoqué. Creo que, sólo logré que Minho pensara más en ese chico. Ya no sé de quién es la culpa. Yo entré a su vida, sin preguntarlo…Pero él se robó mi corazón.- Gimió con torpeza, atragantándose con el aire que se escapaba de sus pulmones. –Debería dejar de hablar de él, ¿no? Pensar en Choi Minho sólo me hace sentir mal.- Exhaló. –Sin embargo, sé que ha habido muchas cosas buenas en mi vida, últimamente.

Alzó el rostro, dejando que el aire le refrescara un poco, y lograra serenarse. El sol no le calentaba demasiado, porque aún era temprano, pero pronto el calor sería demasiado como para seguir sentado ahí donde estaba. Se restregó los ojos una última vez, quitándose los restos de lágrimas, hasta sentir que ya estaba más calmado.

-¿Sabes, mamá? No me queda la menor duda, de que fuiste tú quien envió a Jaehwan a vivir a lado de papá.- Rio. –Pensé que nunca lo haría, pero he podido ver cómo papá ha ido cambiando sus sentimientos hacia Jaehwan. Sé que muy pronto estará totalmente perdido por él.- Exhaló. –Es lo que papá necesita.- Suspiró. –También, Moonkyu y yo hemos estado discutiendo sobre expandirnos un poco más.- Suspiró. –No sé si puedo acostumbrarme a la idea de que dejemos de ser sólo nosotros dos, pero Moon tiene razón, necesitamos ayuda, buscar los libros nosotros mismos, arreglarlos, y llevarlos a su destino final no es tan fácil, como cuando sólo nos movíamos por algunas ciudades de Corea. Además, creo…

Taesung dejó de hablar, escuchando con atención aquel ruido que hizo su corazón latir preocupado. ¿Era un bebé llorando desconsoladamente? Tragó duro, cuando se dio cuenta que nadie hacía nada por consolarlo. Se levantó de golpe, tratando de seguir el sonido del llanto. ¿Por qué no le daban consuelo al niño? Jadeó, aumentando su paso, hasta casi correr por los senderos entre cada tumba. Los enormes árboles que había de vez en cuando le obligaban a dar un par de giros, alargando más su camino hacia la fuente del sonido.

Entonces le vio. El pequeño bulto sobre una tumba. Taesung contuvo el aliento. ¿Qué hacía un bebé ahí? Miró a su alrededor, acercándose con precaución al lugar.

-¿Disculpen?- Llamó antes de agacharse y recoger al bebé entre sus brazos. -¿Alguien? No pueden dejar a su bebé...- Gimió, sintiendo que su corazón se destrozaba ante tal horrorosa escena.

Acababan de abandonar a un bebé en un panteón. Frunció los labios, buscando con la vista si había alguien cerca. No lo había. Probablemente el bebé tenía algún rato ya ahí, pero acababa de despertar y darse cuenta que estaba solo. Taesung miró al niño, porque era un varón cubierto en una manta color azul, como poco a poco dejaba de llorar para fijar su vista en el hombre que le cargaba. Sus ojos llenos de lágrimas hacían un esfuerzo por enfocarle antes de volver a llorar al notar que no era nadie a quien debía conocer.

-Shh, hey no pequeño, no llores.- Taesung le arrulló, acariciándole una mejilla despacito, dejando que el bebé tomara su dedo entre sus manos pequeñitas. -¿Ves? No voy a hacerte daño.- Susurró, calmándole. ¿Cómo podían hacer esto? Este niño no debía de tener más de un par de días de nacido. Era una cosa pequeñita, sin peso alguno. Taesung miró el lugar donde le habían abandonado. Una tumba de una mujer. -¿Es tu bebé?- Le preguntó, aún sabiendo que no obtendría una respuesta. Sin embargo, no era muy difícil de suponer. El entierro se veía fresco, y el año de muerte de la mujer era actual. A Taesung le caló un poco notar que se trataba de una mujer sumamente joven. Debería de estar cumpliendo los 26 años, si no es que ya los había cumplido. -No te preocupes por favor,- hice una breve reverencia hacia el monumento- voy a cuidar bien de tu hijo.

Miró una vez más a su al rededor, buscando a algún encargado de mantenimiento. No había nadie cerca. ¿Qué debía hacer? Mordió su labio inferior. No podía simplemente irse, le acababa de decir a esa mujer que cuidaría del niño, pero tampoco podía llevárselo así como así. Tal vez la persona que lo había dejado ahí se arrepentiría, y tal vez volvería por el bebé. Miró con preocupación el lugar, tenía que tomar una decisión.

Decidió buscar ayuda en la única persona en quien confiaba lo suficiente como para recurrir en este momento. No podía dejar el niño aquí, temía que lo llevaran a un mal lugar para huérfanos, cuando este pequeño a penas cabía entre sus manos. Le había hecho una promesa a su madre, cuidaría bien del bebé.

 

 

 

No se molestó en tocar la puerta, después de todo Jaehwan era como su padre, un descuidado que dejaba la puerta sin seguro, permitiendo que cualquiera fuera capaz de entrar hasta el fondo sin permiso alguno. Claro que, influía mucho que ese era uno de los barrios más ricos y mejor vigilados de la ciudad. Simplemente no había esa conciencia de mantener todo bajo llave.

Taesung sin embargo, no se sorprendió por la puerta abierta en la casa del vecino de su padre -¡bah! Eso era común.- No señor, él se sorprendió al ver a su padre ahí, besando a Jaehwan. Eso sí que es nuevo. Sonrió, alegrándose de ver que su padre le estaba dando una nueva oportunidad al amor. Dejó escapar una pequeña risilla, alertando a los adultos.

-¡Sunggie!- Exclamó su padre, alejándose un poco de Jaehwan, mientras carraspeaba su garganta en lo que lograba guardar compostura. -Hijo, cariño ¿qué haces aquí?- Entonces lo notó.-¿Por qué tienes un bebé, Taesung ah?- Se pusó de pie, acercándose a su hijo. -¿De dónde vino este bebé?

El rostro de Taesung se deformó una vez más en una mueca de tristeza. Todavía no podía creerlo, no lo entendía.

-Papá, abandonaron a este bebé...- Jadeó. -Jaehwan, ¿qué debo de hacer?- Miró hacia el sofá donde el otro hombre miraba con la boca abierta la situación.

-Oh cariño.- Jaehwan se alzó, corrriendo hacia Taesung. Tomó al bebé en brazos, arrullándolo. El niño no lloraba, pero hacía pucheros de no estar conforme. -¿Dónde? ¿Cómo lo hallaste?- Cuestionó.

-Estaba visitando a mamá.- Explicó, volteando a ver a su padre. -Papá, lo escuché llorar. Y nadie estaba con él, lo habían dejado sobre una tumba.- Su voz se cortó. -Creo que es su madre, lo dejaron junto a ella.

-Ven aquí,- Taekwoon le abrazó, consolándole.

-No sabía que hacer, me dio miedo dejarlo ahí, y que ellos no supieran manejar la situación.- Comentó rápidamente. -Pero, pero, yo tampoco sé que hacer.- Empezó a llorar. -Tenía que venir a ustedes, no sé que hacer. ¿Por que lo abandonaron?- Balbuceaba entre sus lágrimas. -Es tan pequeño y frágil, y su madre...Ella...Si ella en realidad es su madre, entonces quien debió dejarlo...Este bebé ya no tiene a nadie...- Enterró su rostro en el hombro de su padre, llorando.

-Cariño, respira, vamos.- Taekwoon le alentó a calmarse. -Entiendo, no podías dejarlo ahí.- Aprovó su decisión. -Gracias por venir a nosotros.- Le alzó el rostro, para sonreírle. Taesung poco a poco empezaba a regularizar su respiración, hipando entre alientos. -Vamos a arreglar esto, ¿de acuerdo? Nadie debería de abandonar a un bebé, y fuiste muy noble al querer protegerlo.- Le aseguró. -Vamos, siéntate.- Le ordenó de manera suave, sentando después a Jaehwan a su lado.

El bebé empezó a llorar de nuevo, llevándose las manos a su boca, tratando de morderlas.

-¿Qué le ocurre?- Taesung se apanicó.

-Tranquilo, Sunggie. Tiene hambre.- Jaehwan le aseguró, mesiendo un poco más al bebé para distraerle.

-En efecto, es llanto de hambre.- Taekwoon secundó. -Iré a comprar fórmula y algunos biberones, no podemos dejarle sin comer.- Entonces sacó su celular de su pantalón y se lo dio a su hijo. -Llámale a tu padrino, cuando vea que eres tú llamándo desde mi celular sabrá que es urgente.

Taesung asintió, mirando como su padre se movilizaba rápidamente. Él se había asustado ante este nuevo llanto del bebé, y en cambio su padre había entrado en modo automático arreglando todo. ¿Esa era la paternidad que se supone aflora en los momentos críticos? Taesung sintió su pecho oprimirse, él no habría sabido qué hacer, aún si el bebé supiera hablar. Lo único que sabía, era que no podía dejarlo sólo, no podía abandonarlo.

 Después de que su padre se fue a comprar lo necesario,  marcó el número de su padrino. Sabía que de todos modos, Hongbin siempre trataba seriamente las llamadas telefónicas, pero tenía la necesidad de gritarle que se apresurara a responder el teléfono.

-¿Qué se te ofrece...

-¡Padrino! Soy Sung.- Se apresuró a aclarar. -Necesito que tú y mi madrina vengan ya, es urgente. Estamos en la casa de Jaehwan.

-Estaremos ahí en treinta minutos.- Le confirmó.

Taesung colgó la llamada, sintiéndose algo perdido. ¿Para qué que ocupaban a su padrino? Bueno, entendía que sus padrinos debían de saber del incidente, pero ¿con tal urgencia?

-Hey,- Jaehwan le llamó -¿quieres sostenerlo?- Le señaló al pequeñín. -Voy a calentar agua para esterilizar los biberones, y preparar la leche tibia.

-¿Ah? Sí...- Extendió los brazos, recibiendo al bebé. No entendía en lo absoluto lo que el hombre le había dicho, pero debía de tener razón. Miró al pequeño, sollozaba con una de sus manos dentro de su boca, probablemente buscando comida. -Shhh, pronto te daremos de comer.- Susurró, tratando de sacar la mano del nene de su boca. -Vas a estar bien, te lo prometo. Mi papá sabe que hacer, él va a ayudarnos.- Le tocó la punta de la nariz, distrayéndole. -Voy a cuidar de ti.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

-Ten.- Jaehwan le ofreció el biberón a Taesung.

-¿Yo?- Jadeó, tratando de sacar su dedo de las manos del bebé.

-A pesar de tener hambre, él parece calmarse cuando tu le hablas.- Señaló. -Creo que debes de alimentarlo tú.- Se sentó a su lado. -Vamos, te enseñaré a sostener el biberón para que no se atragante con la leche.

Taesung asintió. El niño seguía quejándose, pero había dejado de llorar por completo cuando Taesung empezó a platicar con él. Le prestaba total atención. Ahora que el adulto le acercaba la mamila a la boca, se apresuró a succionar, incluso tratando de poner sus manos alrededor del bote.

-Está ansioso.- Jaehwan rio por lo bajo. -Sosten la botella un poco más abajo, para que no se atragante. Conforme se vaya acabando, la vas moviendo de posición.- Le indicó.

-Sí...- Taesung sonrió, mirando al niño. Ambos se miraban fijamente. Era tan bonito. Y eso hacía el corazón de Taesung revolotear. -Hey, ¿ya te sientes mejor?- Volvió a hablarle. -¿Sabe bien? Yo nunca he probado las leches de fórmula...estando conciente, así que no puedo opinar.- Rio.

Dejó de platicar con el pequeño, mirando hacia el marco de la puerta que dividía la sala de estar con la cocina. Ahí se encontraban sus padrinos y su padre conversando. A pesar de hacerse de oídos sordos, sabía que discutían. Debatían acerca del niño. Taesung torció los labios, no pensaba dejar a su suerte al bebé, no estaba de acuerdo con lo que padrino había sugerido, de simplemente dejarlo en el orfanato más cercano. Su padre por otro lado, insistía que debían buscar a la familia del niño. Taesung tampoco estaba de acuerdo. Nada se lo aseguraba, pero si habían dejado al bebé en la lápida de su madre, debía ser porque no lo querían. No podía regresarles el bebé, si iban a abandonarlo a su suerte.

-...Conozco a un investigador privado...

Taesung estuvo a punto de quejarse, ¡no lo iba a permitir! Le había prometido a esa mujer cuidar del niño, y quería hacerlo.

-Sung...- Jaehwan colocó su mano sobre el hombro del joven, tratando de calmarlo.

-Sólo quiero que esté a salvo...- Jadeó.

-Él está a salvo a ahora.- Arrulló. -Lo has hecho bien.

 

-·+·-·+·-·-·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·+·-·+·--·

 

Minho marcó el discado rápido, tratando de contactarse con Taesung. Había hablado con él hacía semanas por última vez, y desde entonces el chico no le había llamado ni una sola vez. Eso realmente le estaba asustando, sobretodo porque cuando él le llamaba, el celular del chico sonaba hasta el cansancio, pero Taesung nunca alcanzaba a responder.

La única razón por la que no había terminado de perder la cabeza, es porque el menor le enviaba mensajes de texto pidiéndole disculpas por estar ocupado. Y ciertamente, ahora se encontraba bastante intrigado de lo que estaba ocupando tanto a su novio. Estaba decidido a saberlo, puesto que el trabajo de Taesung nunca le mantenía tan absorto como para no responder a sus llamadas.

Así que se decidió, no iba a dejar de insistir, hasta que le menor respondiera y entonces le dijera de qué se trataba eso que le estaba distrayendo tanto.

-Minho…

-Amor~,- Jadeó. –he estado preocupado.

-Puedo imaginarlo, lo siento por no estar tanto.- Taesung se disculpó.

-No he sabido nada de ti, ¿qué es lo que ocurre?

-Realmente he estado ocupado, Minho.

-¿Con qué?

-Erm…Realmente no es algo que se deba de platicar por teléfono, Minho.

-Tae…- Frunció el ceño, perdiendo un poco más de paciencia ante eso. –Por favor, dime.

-Te lo diré, Min. Eso haré. Iré a visitarte pronto, sólo mantén la mente abierta ¿sí?- Imploró.

-Sí, por supuesto. Cualquier cosa. Sólo dime, ¿estás bien? ¿Ocurre algo?- No quería preguntar si había un problema entre ambos, porque sabía que los había. Sólo que ahora se estaban tomando un descanso de ellos, y sinceramente se estaba asustando de esta lejanía que Taesung había puesto entre los dos.

-Sí, estoy bien. Estamos bien.

Notas finales:

Y ya que el capítulo es chiquito, les dejaré un dato curioso sobre este capítulo. 

La aparición de este bebé ha estado planeada casi desde el principio, de todas las versiones de esta historia que se me han ocurrido, quizás sólo en las dos primeras no se encontraba este bebé. Incluso, este hecho a influido en otras de mis historias (un ejemplo de ellas, es el bebé que aparece en Blind Love, ya que de hecho Ojos Bonitos es una historia que he tenido planeada desde mucho antes de que empezara a publicar por primera vez Blind Love.)

Este bebé va a cambiar las cosas, sobretodo entre las relación de Taem y Min, para bien, y para mal. 

Si aún siguen la historia, gracias por quedarse♥ Prometo continuarla, a pesar de todo, acabemos esta historia juntos por favor ^u^ 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).