Érase una vez, esa es la frase con la que todos los cuentos de hadas comienzan… es la frase que nos dice de inmediato que la historia tendrá un final feliz, es esa la frase la que nos da garantía de que todo no ira bien, y de que en algún momento seremos felices, mas no todas las historias terminan así… solo aquellas en donde la princesa es rescatada por el príncipe, solo aquellas que comienzan en “érase una vez”.
Más aun así, esta historia no tiene un final feliz, (y ni siquiera se si realmente tiene un final) aun así quiero comenzar con la bendita frase:
Érase una vez en un país x, en una región x y en una ciudad x, un chico alegre bondadoso y respetuoso, este chico tenia todo lo que alguien podría pedir, una buena familia, una hermana gemela que lo adoraba, buenos amigos, y un futuro prometedor.
La vida de este chico era muy buena, mas sin embargo como en todas las historias y como en toda persona no todo era felicidad, este chico tenia una suerte personalmente mala, esta no afectaba a nadie en su alrededor, mas si afecta su entorno, tan solo esa mañana se había levantado del lado izquierdo de la cama, un perro lo persiguió camino a la universidad, una bicicleta casi casi lo atropella, se le paso el tren, su celular se quedo sin batería, y casi le cae una biga en la cabeza en una zona en construcción… si, este chico no contaba con una buena suerte.
Su mejor amiga le decía cortantemente que solo era su imaginación, todo lo que pasaba era que el era descuidado, que si ponía atención a su entorno la “mala suerte” desaparecería, mas solo era un consejo y el sabia que no funcionaria, para él el mundo era un lugar peligroso, y constantemente debía mantenerse alerta.
Mas sin embargo un golpe de lo que podría llamarse mala suerte mezclada con buena fue lo que le hizo conocerle.
Era un día como cualquier otro, habían terminado sus clases sin preámbulos algunos, estaba saliendo de la universidad, y cruzando la calle para dirigirse a la estación de trenes, cuando una camioneta de reparto perdió el control y de manera precipitada se dirigió hacia él, ¿murió? ¿La camioneta lo atropello? ¿Qué abra hecho? La verdad… no mucho estaba aterrado de ver ese enorme carro cada vez mas cerca, sintió como sus músculos se agarrotaban y le impedían el movimiento, cerro los ojos y se despidió de todos aquello a quienes amaba, su momento estaba cerca y nada podría cambiarlo, o eso creía él.
Sintió un golpe, mas no era el golpe que esperaba, este se sentía mucho mas suave que el golpe de una camioneta desbocada, no era como si supiera como se sentía ser golpeado por un carro sin control pero creería que seria un golpe mas fuerte, el chico desafortunado sintió solo el golpe en la espalda y algo aforrándose a el por espalda y hombros.
El realmente no creía en el amor a primera vista, es mas este desafortunado chico nunca había tenido un romance decente en toda su vida, acosadoras, locas y por demás estaban en su corta lista de novias y hasta ahora el pobre chico nunca jamás se había interesando por un hombre, pero como dije… “hasta ahora”.
Levanto la mirada y se encontró con un par de ojos azules profundos, oscuros y perfectos, eran un mar tormentoso oscuro y peligroso y sin embargo también mostraban la calma después de la tormenta, algo totalmente contradictorio que amo en el primer segundo… el amor a primera vista si existía o por lo menos para el si.
-¿estas bien?- dijo el chico de los hermosos ojos aforrándolo aun mas a él.
El chico desafortunado solo movió los labios intentando hablar, aferro sus manos a la camiseta del otro y empujo un poco… el chico de los hermosos ojos lo soltó un poco y al fin pudo llorar y gritar.
Es verdad, era un hombre valiente al que muchas cosas desagradables le habían pasado, mas nunca en su vida había estado tan cerca no solo de la muerte si no que del amor… estaba desbordado llorando y temblando pensando en que si no fuera por aquel chico ahora seria papilla de carne, sangre y huesos bajo las ruedas de aquel camión.
El chico de los ojos azules lo soltó y no supo que hacer, le decía cosas como “tranquilo estas bien” o “para de llorar o yo también llorare” mas nada funcionaba, tan solo cuando lo abrazo nuevamente el chico desafortunado se calmo.
Luego de eso llego la policía, le hicieron un montón de preguntas pero con lo nervioso que estaba no dijo mucho tan solo que estaba “bien”, mas todos sabían que no era así su nariz aun moqueaba y su mentón palpitaba, y el chico de los hermosos ojos decidió quedarse con el.
Llegaron a una cafetería, aun intentaba mantenerlo animado y decía cualquier estupidez para lograr sacarle sonrisas forzadas, el chico desafortunado estaba aun asustado de haberse visto envuelto en tal accidente, su mala suerte estaba empeorando.
Pidió dos cafés y algunas galletas, comenzó a hablar cosas sin sentido y poco a poco el chico desafortunado comenzó a reaccionar, cuando llego el pedido al fin le estaba sacando algunas risas, se mantuvieron así toda la tarde y supieron bastante cosas, como que iban a la misma universidad y aunque estudiaban diferentes cosas sus horarios eran bastante parecidos, ambos gustaban de la misma música, y además los dos odiaban los lugares concurridos y ruidosos.
El día paso y el chico desafortunado llego a casa acompañado de el chico de los hermosos ojos, estaba tan agradecido fascinado y enamorado a primer vistazo de aquel individuo que le atormentaba mas el no volver a verlo que el haber sido casi atropellado.
Mas el destino es caprichoso, y aquella noche después de inventar alguna escusa a sus padre por la llegada tarde llego el siguiente día, y con el la derrota de haber conocido y ni siquiera haber tenido el numero de teléfono, mas al llegar a la universidad mas deprimido de lo normal el chico desafortunado tuvo su primer chance de buena suerte en mucho tiempo, choco con quien quería ver.
No se esperaba aquel encuentro y no le molestaba tampoco, después de todo se había pasado la noche en vela lamentándose el no volverle a ver, el chico de los hermosos ojos le sonrío calido y le dijo un “buenos días” seguido de un “ que bueno que estas bien” todo sucedió de manera secuencial, como el día anterior se pasaron todo el tiempo que tuvieron libre charlando, riendo y bromeando, eran increíblemente parecidos y adoraba aquel hoyuelo que se formaba en la mejilla cuando sonreía como esos ojos azules hermosos brillaban mas al reír.
Con el paso del tiempo las preocupaciones desaparecieron eran los mejores amigos, incluso le presento a su familia y lo recibieron bien mas al saber que le había salvado la vida, mas noto algo extraño, su hermana miraba demasiado a su mejor amigo, mas no le tomo importancia su hermana siempre se comporto así con sus amigos.
El tiempo paso, los años siguieron y la amistad se profundizo, al igual que su amor por el… aun soñaba con su érase una vez… es mas si el debiera comenzar su historia comenzaría en el momento en que lo conoció…
“érase una vez un chico desafortunado que por una desafortunada situación y en un desafortunado momento conoció al amor de su vida”
Bonito comienzo ¿no? aunque era extraño para el sonaba perfecto.
Salio de la universidad, se independizo comenzó a trabajar y aun así seguía al lado de quien amaba… como su amigo pero estaba junto a quien amaba, mas al mismo tiempo su amigo comenzó a evitarle, cada vez que le pedía salir a “parrandear” o simplemente quedarse en casa para ver una peli o jugar videojuegos (si veinticuatro años y aun hacían esas cosas) este le respondía “estoy ocupado en otra ocasión” al verse rechazado su mejor opción era sacar su despecho con su hermana quien siempre lo escucho y apoyo mas no sabia de su unilateral amor.
“hermano lo siento en estos momento estoy ocupada pero apenas tenga tiempo iré contigo… veras… estoy conociendo a un chico y quiero realmente algo serio con el”
No hubo mas que decir al fin su hermana se interesaba en el sexo opuesto (además de el y su padre claro esta) no le arruinaría una cita.
Pasado el tiempo su hermana también comenzó a desaparecer mas seguido sus padres en sus “retiros maritales” tampoco eran de mucha ayuda, se sentía solo y excluido.
Sin embargo todo seguiría cambiando para peor…