Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ayudándote a superar tu claustrofobia por 1827kratSN

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holis~

Les recuerdo que esta historia fue escrita hace tiempo, yo sólo estoy corrigiendo errores ortográficos y volviéndola a subir XD

Muchas gracias por las que lo vuelven a leer~

 

 

 

 

— ¿Reborn eres tú? – la voz del chico estaba igual que siempre – espero que cuando vuelva no quieras matarme – Tsuna se rió bajito demostrando que estaba bien. Hibari se mantuvo sereno, pero en el fondo estaba emocionado pues al menos podía escuchar de nuevo la voz de su pequeño – creo que cometí un error

—no dejarás de ser un dame. Haz hecho que todos estemos en ascuas. Tu padre casi mata a Hibari cuando se enteró – sonrió de medio lado al recordar ese incidente, el estrés de Iemitsu se relajó después de ese intercambio de golpes

—así que están ahí – aquella voz se mostraba bastante tranquila – salúdalos de mi parte – alguna otra voz en el fondo le ordenaba con brusquedad “no creas que es una llamada familiar. Apresúrate y suplica para que te liberen” – jamás rogaría… ¿acaso eres imbécil? – un duro golpe se escuchó al fondo y un quejido hizo que la furia de los presentes aumentara. Hibari estuvo a punto de gritar algo, pero Reborn lo calló con la mirada

—oye, debes tener puesto el altavoz, ¿no es verdad? – gruñó el hombre de patillas – si tú o tus malditos compañeros le hacen algo…  se arrepentirán

—ustedes deberían apresurarse antes de que me canse y empiece a dañar esta linda carita

—si le haces algo ya no tendrás el dinero – amenazó Reborn mientras le ordenaba a Hibari mantenerse calmado – no pienso recibir a un niño que no es digno de recibir el cargo de sucesor – varios empleados tuvieron que detener a Hibari, quien quería lanzarse contra Reborn por decir aquello, pero el de patillas se mantenía calmado

—¿acaso eres idiota? ¿No quieres a tu sobrino de vuelta? – se asombraron del otro lado mientras el castaño se reía sonoramente – ustedes son los idiotas. Mi tío es un sádico y jamás tendrá consideración con algo que no le sea de utilidad – el castaño parecía divertido

—lo quiero de vuelta – gruñó Hibari cuando alcanzó a Reborn que lo veía de mala forma apartándose de inmediato – déjame hablar con él – exigió escuchando un leve “no estorbes” de parte del de patillas

al parecer a alguien si le interesa – susurró aquella voz mientras otra más dulce tomaba el habla – si no vuelvo completo perderé el cargo, ya sabía eso… el rescate no valdrá nada si ustedes me hacen algo

—ya lo escucharon. Si no me gusta las condiciones en las que Tsuna vuelva, no les pagaré nada – gruñó Reborn

solo están fingiendo, deja de seguirles el juego y cuelga. Deben estar intentando ganar tiempo en la comunicación para localizarnos, aunque será inútil mientras “éste” tipo esté con nosotros – ordenó otra voz al fondo mientras Reborn fruncía notablemente el ceño al ver la negativa en sus empleados –

—ya veo que tienen a un prodigio con ustedes – susurró Reborn mientras se sentaba y era vigilado constantemente por un Hibari más tranquilo al entender el juego – Tsuna… soporta un poco más, te sacaremos de ahí

—Reborn, Hibari—san, abuelo, papá, mamá… Seguramente Lambo también está por ahí – la voz del chico se mostraba un poco más seria – parece que les he dado muchos problemas y… ¿sabes que es lo peor?

—¿no te han dado buena comida? – se burló el mayor al teléfono – ¿o te han tratado como a un perro?

—estoy aburrido – se quejó el castaño a través de la línea – parece que necesito buscarme alguna diversión – Reborn se levantó de inmediato señalando a sus empleados que tomaran lugares para la localización mientras Hibari se unía al grupo verificando los monitores. Algo interesante iba a ocurrir – creo que… estos tipos piensan que no soy una amenaza, parece que ni se imaginan las cosas que me has enseñado Reborn

—¿y las pondrás en práctica?

—ahora mismo – se escuchó un leve “se acabó el tiempo niño” – creo que… me divertiré – de pronto se escuchó un duro golpe del otro lado – ¡QUÉ HACES NIÑO DEL DEMONIO! – varias cosas se escucharon caer y los gritos de los sujetos se mezclaban – VUELVE A TOMAR CONEXIÓN – los empleados empezaron a alterarse mientras empezaban a localizar la llamada, los monitores mostraban un mapa completo con diferentes alertas y de pronto empezaba a detectar el origen de la llamada – MALDITO NIÑATO… — alguno de los empleados susurró “ya casi lo tenemos” pero después de unos segundos se cortó la señal – por poco… tu sobrino es un maldito – se escuchó leves golpes al fondo y Reborn supo entonces que habían detenido a Tsuna – EL MALDITO AQUÍ ERES TÚ…. ALÉJATE DE MI – Tsuna empezaba a gritar y los presentes solo escuchaban ruidos irreconocibles que estaban siendo grabados mientras se concentraban en captar la señal, pero no funcionaba – NI CREAN QUE ME QUEDARE AQUÍ SIN HACER… NADA – se escuchaba cosas caer, murmullos, gritos de dolor, golpes, una ventana romperse – no soy fácil de mantener encerrado IDIOTAS – se escuchaba los pasos alejarse – ATRÁPENLO… MALDITO MOCOSO LAS PAGARÁS

— ¡vamos! ¡todo el mundo trate de localizar el origen! – ordenó el de patillas mientras le lanzaba el teléfono a Hibari – ¡no desperdicien la oportunidad que les dio Tsuna! – Hibari tomó el teléfono escuchando el silencio. Tsuna debió escapar a la fuerza. Hibari jamás dejaría de sorprenderse por las acciones de su conejito transformado en león. Cada presente esperó, para tal vez de nuevo poder escucharlo, temerosos por el castigo que le darían a Tsuna si es que llegaban a atraparlo

señor… — de pronto una vocecita se escuchó al fondo, los presentes se callaron de inmediato para poder verificar que no estaban alucinando en conjunto

—¿quién eres? – todos se pusieron en alerta al escuchar ese sonido por el teléfono

Tsuna me dijo: en la frontera, al sur de la fábrica de lácteos. No sabe que distancia, pero aquí no hay muchas casas y donde estamos hay tres de dos pisos juntas y una bodega – todos estaban asombrados al escuchar la voz de un pequeño niño – eso es todo… ya vienen… – susurró mientras escuchaban unos pequeños pasos alejarse

—¿que fue eso? – susurró Reborn mientras esperaban escuchar algunos ruidos de nuevo

MALDITO NIÑO… VERÁS LO QUE TE PASA POR INTENTAR ESCAPAR – al parecer los malditos secuestradores no se habían dado cuenta de que el teléfono seguía en funcionamiento. Varios golpes se escucharon al fondo y Tsuna se quejó fuerte – oye, el teléfono – alguien tomó el aparato murmurando maldiciones – lo dejaste encendido

—¡suelten a Tsuna! – Hibari amenazó al que estuviese más cerca, perdió la paciencia al escuchar a su pequeño quejarse

mejor así – gruñó otra voz en el fondo – escuchen… será mejor que respeten la fecha, tengan todo listo y… les daremos una muestra del peligro que corre su querido heredero

— ¡no te atrevas!

si algo sale mal e intentan capturarnos. Lo mataré – un fuerte golpe se escuchó y al instante un grito desgarrador departe del castaño estremeció a los presentes – A VER SI APRENDES A COMPORTARTE – de nuevo los gritos de Tsuna invadieron la línea, desgarradores, dolorosos, lastimeros y después simplemente el silencio. Habían colgado

 

 

 

La calma de Hibari se fue por la borda al escuchar el sufrimiento de su pequeño, se desquitó con las cosas del lugar prometiendo que los mataría en cuanto los encontrara. Reborn logró calmarlo a punta de golpes, algo que los liberó de la furia a ambos. Daban gracias que ningún otro miembro de la familia había escuchado esa llamada o estarían igual de frustrados y agitados como ellos. Era hora de ponerse en marcha, no podían perder más tiempo. Al menos Tsuna se había comunicado con ellos a través de ese niño, no sabían cómo, pero el pequeño fue su salvación. Tenían la localización y ahora solo era cuestión de tiempo hasta saber en dónde atacar de inmediato. Aquellos tipos pagarían caro el dolor que le causaron al joven heredero. Se ordenó apresurar la búsqueda y obtener la ayuda de la policía para la captura

 

 

Prueba…

 

 

En menos de cuarenta y ocho horas ya tenían localizado aquel lugar. Armar la emboscada fue fácil y en la hora justa empezó todo. Cautelosos ingresaron al sitio, tres sencillos autos estaban en el lugar transportando dos miembros de seguridad de Vongola y dos policías en servicio bien armados. Era de madrugada y al parecer nadie esperaba que los localizaran. Los Vongola esperaron hasta que la luz del sol iluminase el lugar para dar la orden a que empezara todo. La prioridad era encontrar a Tsuna, así que ingresaron a las tres casas de forma simultánea, buscando con la mirada, pero no contaron con que uno de ellos se los encontrara y diera la alarma.

INTRUSOS”, el grito alertó a todos y empezó el caos. Los policías dentro de las casas tuvieron que salir debido a la lluvia de balas que de pronto los amenazó. Los gritos para que salieran a defender alertó que al menos tenían dos personas armadas en cada vivienda y que el prisionero estaba bien custodiado. Dos patrullas se unieron a la labor de rescate llevando con ellos también a Hibari y Reborn. Apenas llegaron los refuerzos, ingresaron a la primera casa para tratar de encontrar a Tsuna, cada habitación fue revisada, cada oponente fue mordido hasta la muerte por Hibari y sus huesos rotos cortesía de Reborn, pero no tuvieron suerte, la primera estaba vacía.

Los disparos seguían constantes en las afueras, la tercera construcción estaba un poco alejada y tenían la leve sospecha que ahí podría estar su joven heredero. Los dos mayores trataron de acercarse, pero los disparos hicieron imposible seguir y no les quedó otra que retroceder en custodia de los policías. “Necesitamos deshacernos de la amenaza primero, por favor permanezcan atrás”. Uno por uno los delincuentes cayeron y la siguiente casa fue revisada. Sólo faltaba la tercera, pero los malditos enemigos sobrantes se arrinconaron en el lugar. “MALDITOS, VERÁN QUE NADIE SE METE CON NOSOTROS” un par de ellos se mostraron confiados mientras ingresaban

Algo fue lanzado cerca de las patrullas y un “CORRAN” fue la alerta para que todos se alejaran, evitando la explosión de la bomba casera que logró incendiar una de las patrullas. Hibari intentó adentrarse en el lugar, pero fue detenido por un policía que disparó hacia la entrada de la vivienda evitando que otra bomba fuese lanzada. Nadie se dio cuenta que la detonación era inevitable. Escucharon el grito desesperado de uno de los bandidos y se congelaron, “¡EL GAS!… ESTAMOS MUERTOS”. Nadie se atrevió a moverse ni un milímetro al escuchar tal cosa y vieron con horror la detonación de la bomba. Pequeña, sutil, pero indicando una reacción dentro de la casa

Los gritos de los bandidos se apagaron por una explosión demasiado fuerte como para ser normal. La onda expansiva derribó a cada miembro de la policía y fuerza de seguridad, los autos vibraron hasta que sus alarmas sonaron, el almacén que faltaba revisar también resultó afectado siendo sus cimientos encendidos en llamas, y el horror en las personas que se levantaron de inmediato, un poco aturdidos, se hizo presente al notar la destrucción

 

 

Shock

 

 

Delante de todos ellos, una flama naranja muy poderosa devoraba con rapidez el primer piso de aquel lugar. El humo negro se despedía con potencia invadiendo el cielo, el grito de uno de aquellos individuos que se quemaba, despertó a los agentes de su letargo momentáneo y a su vez un par de azabaches corrían para poder ingresar a aquel lugar en llamas. El miedo, el horror. Reborn y Hibari no sabían que era lo que los dominaba, pero solo querían ingresar con rapidez, nada más les importaba. “¡PAREN! ES PELIGROSO” ni siquiera esas advertencias los detuvieron y cuando estaban a punto de ingresar por la puerta principal, el segundo piso cedió. Grandes vigas impidieron el paso, el calor abrazador se sentía a distancia, pero ellos no se vieron amedrentados y buscaron con desesperación algún acceso

“TSUNA”, ambos azabaches gritaron ese nombre una y otra vez, pero nadie respondía. No había manera de ingresar, el fuego lo consumía todo. Alguien logró alcanzarlos antes de cometieran la locura de entrar en vano. Los derribaron para impedirles movimiento alguno, “no hay posibilidad ¡YA ES TARDE!”. Los gritos no tuvieron efecto en ellos, intentaron seguir su camino, su más preciado tesoro estaba ahí enfrente, pero las llamas solo evidenciaban muerte. Ambos azabaches unidos con aquella persona por motivos diferentes, el uno con lazos sanguíneos, una vida compartida, y el otro unido con algo más fuerte que evitaba que su cerebro pensara en ese momento. El deseo de Hibari por tener a su castaño junto a él, de ver la sonrisa, aquellos gestos amables, el deseo de querer abrazarlo y tenerlo el resto de su vida, lo motivaban a luchar para poder ingresar a ese lugar. Estaban tan cerca, pero a la vez tan lejos… y solo se les permitió ver como aquel mar de fuego se llevaba lo que más amaban

 

 

Llamas…

 

 

Los bomberos fueron los únicos capaces de intentar apagar aquellas llamaradas infernales, mientras con horror, los demás presentes veían el lugar consumirse rápidamente. Las ambulancias recogieron a los heridos. Hibari fue puesto en custodia de dos agentes para que no cometiera alguna locura mientras recibía los primeros auxilios para las lesiones que tenía. Reborn, en igual condición, permanecía cerca. Ninguno dijo nada, solo esperaron a que algún milagro sucediese, pero…

 

 

—lo siento. Nadie está con vida en el lugar — aquellas horribles palabras fueron dichas cuando al fin lograron calmar las llamas

 

 

Los restos negros, carbonizados, cruel evidencia de que su intento fallido de rescate. El par de hombres se ubicaron en frente de aquellos restos, mientras algunos todavía estaban tratando de buscar a alguien entre los escombros. La primera bolsa negra, cerrada, fue retirada del lugar

 

 

—lo siento, no es conveniente que lo vean

 

 

Reborn y Kyoya tenían algo en común, su mente se quebró, aquel par de hombres imponentes se quedaron en silencio. El uno acomodó su fedora ocultando las finas gotas que resbalaban en sus mejillas, el otro simplemente se dio vuelta y se retiró del lugar. Kyoya jamás aceptaría tal suceso y sin permiso un par de lágrimas se deslizaron con lentitud siendo retiradas con rapidez. Por primera vez en su vida, el dolor, el miedo, la desesperación, todo se revolvió dentro del cuerpo de Hibari, pero algo le obligaba a creer que todo eso no era nada más que una pesadilla y que pronto la realidad se mostraría espléndida, burlándose de su idiotez

 

 

Dolor…

 

 

Nana, Iemtisu, Timoteo, Lambo, Gokudera, Yamamoto, Reborn, Hibari, todos esperaban a que alguien les diera información acerca de los análisis forenses. Tenían la expectativa de que los médicos dijeran que Tsuna no estaba entre los caídos. Los minutos se volvieron horas, las horas completaron un día, “lo siento. Hay cuatro cuerpos irreconocibles por las quemaduras. No podemos comparar su información genética” el dolor se transformó en llanto para todos exceptuando por los pilares de aquel grupo. Hibari y Reborn esperaron a que el hombre ahí parado diera más detalles. “uno de los cuerpos tenía esto en posesión” les fue entregado una bolsita plástica, Iemitsu se encargó de abrir y sacar el contenido “es el anillo familiar” susurró apenas antes de quebrarse definitivamente, sosteniendo el objeto llamativo entre sus manos. El nombre del castaño se pronunció con dolor una y otra vez por sus familiares y amigos. Las lágrimas podían formar un pequeño riachuelo, los sollozos eran la melodía fúnebre para Vongola y solo dos imponentes figuras salieron del lugar sin decir ni una sola palabra

 

 

—¿A dónde vas, Kyoya? – a la salida del lugar decidió detener al azabache

—a buscarlo – fue su simple respuesta

—¿no te resignarás? – susurró mientras se quitaba la fedora y levantaba su mirada al cielo

—tu tampoco – habló con desgano

—tienes razón. Todavía nadie me ha confirmado que mi sobrino está muerto

—no lo está

 

 

 

Reborn y Hibari se mantuvieron en búsqueda constante a partir de ese momento. Cualquier pista que tuvieran la compartían, contrataron a un pequeño grupo de ayuda. Timoteo les dio las facilidades, después de todo, era uno de los pocos que aún tenía fe, incluso después de tener aquel anillo ya limpio en su dedo. Iemitsu reemplazó a su hermano en los negocios familiares, Nana junto con Gokudera y Yamamoto se consolaron para evitar entrar en depresión. Lambo abandonó la mansión en busca de apoyo en brazos de sus padres. Las noticias llegaron hasta Japón en dónde más de uno quedó destrozado, la amargura invadió a los allegados, el dolor permanecía en cada rincón de aquel lugar, pero solo… les quedó continuar

 

Un mes después de la tragedia, Timoteo perdió la fe, los resultados dados por la búsqueda de su hijo y el gran amor de su nieto no mostraban más que vacíos. El líder de Vongola dio la orden de dar una ceremonia de despedida a los cuerpos que un día después del informe forense fueron incinerados, volviéndose solo un pequeño conjunto de cenizas. Italia se vistió de negro por la pérdida del décimo heredero a la fortuna Vongola, un heredero que ni siquiera llegó a tomar cargo, pero que permanecería en la memoria de todos. Todos estuvieron presentes en el cementerio, lloraron una vez más para alivianar la amargura. Un par de azabaches se mantuvieron alejados de la multitud, sin derramar ni una lágrima, sin decir nada, sin creer todos se resignaran a la pérdida de Tsuna, pero ellos… jamás dejarían de buscar

 

 

Cielo…

 

 

La mañana era fría, el viento acarició sus mejillas, suspiró mientras observaba las casas a lo lejos. Apenas era un pueblo pequeño, pero le gustaba. Sonrió abiertamente al sentir el agarre en su mano

 

 

—¿oto—chan ya llegamos? – la dulce voz de aquel pequeño lo distrajo de todos sus recuerdos

—sí, estamos aquí… quiero que conozcas la tierra que vio nacer a mi familia – el mayor de ellos se arrodilló en el suelo, acarició la mejilla del niño y besó su frente – ahora estamos en casa, hijo mío

—¿qué vamos a hacer primero? – se emocionó el pequeño abrazándose al cuello de su oto—chan

—pues… comeremos algo – lo cargó con cuidado – debes estar cansado, ¿verdad?

—solo un poco

—te cargaré desde aquí, ¿qué quieres comer? –

—leche y pan

—entonces vayamos a buscar algún sitio – una vez más besó la mejilla de su pequeño y empezó su nueva ruta

 

 

 

Continuará…

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).