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Ayudándote a superar tu claustrofobia por 1827kratSN

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Notas del capitulo:

Holis

cmo han estado?, bueno quería que ese pequeño relato se expandiera y aunque me tardé, aqui está

 

Espero que disfruten de mis locuras, será el primer fic que escriba de éste par y también en un futuro el primer lemon de mi pareja favorita jejeje 

 

Un pequeño capítulo como para comenzar, una tierna introducción jejeje 

Disfrutenlo 

 

El miedo le era algo desconocido a aquel hombre galante o al menos eso sería lo que pensarían las personas que osaran a mirarlo a los ojos metálicos que lo caracterizaban. Pero cada persona tiene una debilidad y él no era la excepción, solo faltaba algo, ¡Descubrirla!

 

El interés por aquel chico de cabello castaño había empezado desde el primer día que lo había visto, cuando lo observó en el proceso de mudanza. El castaño estaba acompañado de un hombre alto de patillas y otros dos jóvenes a su parecer de la misma edad del castaño, aunque demasiado insignificantes. Pero aquel chico de cabellera desordenada… de alguna forma despertó su interés, más aún cuando lo saludó con esa adorable sonrisa presentándose con amabilidad, y él solo se había limitado a responderle fríamente como era su costumbre. Para él todos eran herbívoros sin valor. A veces cuando se topaba con el menor, éste daba un pequeño brinquito y temblaba ante su imponente presencia, eso le parecía de cierta forma… adorable, a partir de entonces le ponía mayor atención en las pocas veces en que se cruzaban

 

Cuando se quedaron atrapados en el ascensor, Hibari se sintió algo emocionado al descubrir el miedo del castaño. Le causó mucha gracia y tomó ventaja de ese suceso, no se arrepentía de nada después de todo, los labios del castaño eran suaves y dulces, no se comparaban con nada y en sus planes estaba monopolizar a aquel pequeño conejo.

 

 

Y de nuevo la coincidencia…

 

 

—B—buenos días, Hibari—san… — el castaño apenas y pudo saludarlo con amabilidad, ¿acaso el mundo lo odiaba? estaba claro que así era. De nueva cuenta se había quedado dormido y de nuevo tuvo que usar el maldito aparato. Lo peor de todo ¡¡¡su aterrador vecino estaba con él!!! ¿Habría algo peor? claro que sí, el recuerdo del suceso anterior en ese mismo ascensor logró avergonzarlo a tal punto que trató de estar lo más lejos posible de ese hombre, colocándose en la esquina opuesta del ascensor

—Sawada… — la voz del azabache era profunda y seria, lo que hizo que el castaño temblara de nueva cuenta y saltara un poco – ¿acaso debo ayudarte de nuevo con el pánico que sientes? – sonrió de lado al observar que el más bajo se convertía en un bombillo de navidad… completamente rojo

—e—estoy b—bien a—así… Hi—hibari—san…— ¿Acaso ese hombre lo hacía solo para burlarse de él? ¿Qué otra razón abría? esos pensamientos del castaño no estaban ni cerca de la realidad

—Pues no parece… — el azabache se acercó un poco al más joven mirándolo con intensidad – estás temblando… como un pequeño herbívoro

—yo… yo… no…— ¿dónde había quedado su amplia gama de palabras? en ese momento solo podía balbucear cosas sin sentido. Se sentía completamente nervioso al tener a aquel hombre a solo unos centímetros de él

—vez que es fácil olvidar tu claustrofobia – mencionó Hibari mientras veía la puerta abrirse en la planta baja – solo necesitas MI ayuda – dijo antes de salir del dichoso aparato con paso firme y elegante, característico de él

—…— lentamente el jovencito también lo hizo, aún el rubor se mostraba en las mejillas del castaño. ¿Por qué ese hombre lo había besado la vez anterior? ¿Acaso solo quería ayudarlo? no, claro que no, ¿acaso se estaba burlando? sí, eso debería ser – no… no debería burlarse de los miedos de otra persona – habló con firmeza mientras enfrentaba al mayor que se giró para observarlo mejor

—no me estoy burlando – mencionó Hibari mientras mostraba una media sonrisa

—lo está haciendo – a pesar de que el miedo lo invadía, logró mantenerse firme – todos tenemos algún miedo, incluso usted debe temerle a algo

—el miedo es solo para los herbívoros

—no somos animales, Hibari—san…— ¿de dónde había sacado tanto valor? – somos seres humanos y como tales sentimos miedo, incluso usted

—hmm… interesante – habló seriamente mientras se asombraba ver que ese pequeño tenía dos facetas. Sus ojos chocolate mostraban decisión y valor, al igual que un carnívoro defendiéndose de algún intruso – tienes valor como para enfrentarme

—dígame Hibari—san, ¿a qué le teme? – alguien debería hacer que sus labios pararan, no sabía ni por qué estaba enfrentando a ese ser tan aterrador

—…— el azabache se le acercó e inclinó hasta que sus rostros solo estaban a escasos centímetros y a pesar de eso el castaño no se mostraba dudoso – no le temo a nada, el miedo es para la presa y yo… soy un cazador – se alejó dispuesto a marcharse, satisfecho de haber descubierto cosas interesantes acerca de ese castaño – se te hará tarde, Sawada

 

 

Al escuchar eso, Tsuna regresó a la realidad y presuroso salió del edificio, rogando por alcanzar el tren para llegar a su segunda clase. En el camino solo podía pensar en lo que había hecho, ¿por qué pregunto aquello? “¿a qué le teme Hibari—san?”, ¿le interesaba saber algo así?, ese hombre le producía ciertas inquietudes. Sacudió su cabeza un par de veces para desechar todos sus pensamientos, pero al recordar lo que le había hecho la vez anterior, ¡Ese hombre le había robado su primer beso! su rostro no podía esconder un intenso rubor

Y si…  Sawada Tsunayoshi jamás había besado a nadie. La razón era muy simple, jamás salió con nadie, ¿por qué? simplemente tenía miedo de confesarse y ser rechazado. Él era la persona más temerosa del mundo, solo el reconocerlo lograba deprimirlo, “Mi primer beso fue robado por UN HOMBRE y peor… al que APENAS CONOZCO” ese pensamiento terminó por acabarlo completamente. Dejándose caer en el asiento, pero por alguna razón no le desagradó… eso fue la gota que derramó el vaso, ¡estaba completamente loco!

 

 

 

Hibari Kyoya residente de Namimori, un policía que amaba su ciudad y a las leyes, fuerte… casi hasta invencible, serio, inteligente, dominante, ¿A qué podría tenerle miedo?, a nada, esa era la verdad. Hibari se sentó en su oficina para ocuparse de todos los asuntos antes de su respectiva rutina de patrullaje por la ciudad, sus pensamientos de pronto se vieron invadidos por los pequeños recuerdos de aquel castaño. Sus labios se curvaron en una media sonrisa tras recordar esa preguntita ¿a qué le teme?  Ese castaño era muy interesante

Entonces el azabache se decidió al fin, ese pequeño sería su nueva presa y disfrutaría el devorarla lentamente. Jamás alguien le había mostrado tanta valentía a pesar de que su cuerpo temblara, ojos intensos a pesar de que su mente seguramente dudaba, tanta ingenuidad a pesar de que ya tendría al menos 19 años y para finalizar una sonrisa radiante capaz de iluminar el corazón de cualquiera

 

 

 

 

Para Tsuna la vida era difícil, él era sencillo y deseaba una vida simple sin problemas, pero nada era como deseaba. Debía estudiar para alcanzar su sueño de ser profesor de primaria, adoraba a los niños y cuando llegó la hora de decidirse por su futuro no dudó en convertirse en maestro. Deseaba trabajar, tener su propio departamento, ser independiente, casarse y tener hijos, no quería lujos ni dinero, era feliz con las cosas básicas, así era él, una persona promedio

Hace poco se había mudado con su tío Reborn ya que sus padres se habían ido de viaje alrededor del mundo, una locura que decidieron una tarde mientras bebían té. Cómo los adoraba, pero eran demasiado… ¡impredecibles! claro que ellos no querían que viviera solo así que tuvo que aceptar la oferta de su tío. Reborn era un investigador independiente, muy bueno por cierto y muy solicitado, aunque para Tsuna era un tutor malvado que no dudaba en someterlo a “entrenamientos” para que dejara de ser tan torpe. Lo había hecho desde que era un niño y aún seguía haciéndolo cuando tenía tiempo libre. Tsuna sonrió ante los recuerdos, pero a pesar de todo, Reborn siempre lo protegía y aconsejaba, una evidencia fue que sin que nadie se lo pidiese él se ofreció a mantenerlo en su casa y vigilarlo

Así terminó en un edificio lleno de gente, ¿cómo describirlos?… Un poco diferentes. Había un científico que se la pasaba encerrado y solo lo había visto un par de veces cuando salía a fumar un cigarrillo aún con su bata blanca. Skull, un motociclista que estaba lleno de pircings y que Reborn trataba como su sirviente. Tsuna se había reído de eso la primera vez, en cierta forma él y Skull se parecían un poco por el terror que les daba contradecir a Reborn. Había un hombre que siempre se vestía de negro y andaba con capucha, Viper, que andaba haciendo cuentas por aquí y allá. Un par de militares o algo así, que discutían siempre, si mal no recordaba se llamaban Lal y Collonelo. Una mujer muy dulce, Luche, con sus hijas Aria y Yuni. Un genio de artes marciales, o eso creía Tsuna, llamado Fong, quien extrañamente se parecía mucho a Hibari—san. Otros vecinos que eran normales y saludaba con cortesía, en fin… su vida era común o al menos lo intentaba

 

 

 

 

Continuará………..

 

 

Notas finales:

Espero que no haya sido tan aburrido pero como ya mencioné solo es una pequeña introducción, cualquier crítica, sugerencia, comentario será bien recibido

 

Nos veremos en la próxima

Besos!!!


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