Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Día de estudio por ShuKoi

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Segundo fic de TPOT... Así que vayan acostumbrándose a mi presencia. Como el primero, será Momo/Ryoma, ¿NO se nota que amo esta pareja? Es simple, tierno, y romanticón. Espero que les guste!

- ~Día de Estudio~ -

El prodigio del Seigaku, había sido invitado por Momoshiro a su casa, para explicarle unas cuantas cosas de inglés, ya que el mayor, era un tanto bruto con los idiomas. Ryoma aceptó gustoso, ya que esa tarde, no tenía nada más que hacer, y eso también le ayudaría en sus estudios ya que era inglés más avanzado y entendería antes.

Se dirigió a paso lento a la casa de Momoshiro, leyendo un cuaderno de inglés del año superior que Kaoru le había facilitado para esa “clase” improvisada. Un poco cohibido, tocó la puerta de la casa de Takeshi, recibiendo como respuesta un leve.

- ¡Ya voy! – Por parte de la voz de su amigo. Sonrió levemente, imaginándose cómo sería el interior de la casa de ese muchacho desarraigado y… “liberal”

El muchacho le abrió la puerta luego de observar por la mirilla de quién se trataba, sonriendo ampliamente. Estaba vestido con unos jeans y una camisa azul, bastante normal, para estar en casa. Ryoma lo observó un poco, sonriendo, y lo saludó.

- Buenos días, Momo –

- Hola, Ryoma, bienvenido, y muchas gracias por venir a ayudarme, que el inglés no es mi fuerte. – Sonrió de una manera baka, y le abrió el paso a su amigo. – Ven, pasa. Está un poco desordenado, lo siento, pero he estado revisando algunos cajones aprovechando que mi madre no está y soy algo desastroso.-

- No, no importa. Yo tengo muy parecido mi cuarto. – Y decía el muy parecido porque parecía que un huracán hubiese arrasado con la casa de Momoshiro. Seguro y su madre lo reñiría unas 10 veces al día.

- Jeh, bueno… vamos, subamos a mi habitación. – El mayor señaló las escaleras y dejó que el muchacho de ojos miel subiera antes que él. Ryoma, asumiendo que esa era la habitación, entró en el primer cuarto a la derecha, y sí, de hecho era la habitación de Momoshiro.

Había distintos afiches de jugadores famosos de tenis sobre las paredes, y tenía una enorme cama y un gran escritorio.

- Me gusta tu habitación…- Susurró, sonriendo el muchacho, dejando sus cosas en el suelo y esperando a que Momoshiro entrara. El mayor cerró la puerta con seguro, para que no les molestasen, y se sentó en una de las dos sillas frente al escritorio. Ryoma sonrió, y lo imitó.

Pasaron a sacar sus cuadernos de inglés y repasar los verbos en pasado participio, que era la parte baja de Momoshiro, repitiéndolos una y otra vez y luego practicándolos con frases escritas y habladas. Ryoma tenía muy buena paciencia, especialmente si se trataba del inglés, que era su materia favorita.

- Estás mejor de lo que esperaba, Momo…- Sonrió Ryoma. – Tomemos un descanso, ya han pasado dos horas… -

- Está bien, muchas gracias por tu ayuda… Oye, mañana no hay… clases… ¿Te quedarías a dormir en mi casa hoy? Me gustaría que me ayudaras con el presente perfecto, que tampoco soy muy bueno en eso… -

- Bueno, sólo tengo que llamar a mi casa y avisarles que me quedaré a dormir, ¿Por ti no hay problema? – Preguntó luego Echizen, pensando en que no tenía un pijama para ponerse.

- Mi madre… está de viaje de negocios y yo estoy solo en casa…- En realidad, Momoshiro no quería confesar que se sentía algo solitario en esa casa tan grande y él solo. – Bueno, lo que sea. El caso es que no me gusta estar sólo en casa y me gustaría que me acompañaras…- Confesó finalmente.

Echizen dejó soltar una risita, tapando sus labios con una mano sutilmente. No esperaba eso de Momoshiro. – Sin duda, Momo. Llamaré inmediatamente-

Los minutos que tomó el que Ryoma pidiese permiso se hicieron interminables para Momoshiro, el cual dio vueltas por la habitación para calmar los nervios. Cuando colgó el teléfono, se acercó a su amigo, preguntando. – ¿Y bien? –

- Me dejaron quedarme… Comamos algo, tengo hambre…- Declaró sonriendo el menor, siendo víctima de un abrazo-aplasto por parte del otro muchacho, que luego de soltarlo, bajó a preparar algo de comer. Ryoma, un poco ruborizado, se quedó en la habitación un momento para pensar.

Me voy a quedar esta noche a dormir en casa de Momoshiro…” pensó, sintiendo sus mejillas arder furiosamente. “Le voy a hacer compañía, aunque me hubieran dicho que no; me quedaría… ¿Por qué, Momoshiro? ¿Por qué me haces sentir esto? ¿por qué no puedo negarme a nada de lo que me pidas? ¿Por qué me he enamorad de ti…?” Se preguntó, levantándose para bajar por las escaleras, viendo de solsayo la figura que estaba en la cocina, canturreando una canción en japonés. Rió. “Sí. Definitivamente por lo baka y descuidado que eres”

- Yo te ayudo, Momo.- Dijo Ryoma, entrando en la cocina y riendo abiertamente ante el tierno delantal que cubría las ropas de Momoshiro.

- Está bien, si quieres… - Respondió sonriente Takeshi, poniendo unos huevos a freír para preparar todo lo necesario para hacer un bento. (Bento: Pequeña caja de comida japonesa)

Ryoma buscó las verduras y puso a cocinar unas pequeñas salchichas picadas, para luego moldear el arroz y preparar unos onigiri. Sería un almuerzo bastante grande, pero con el apetito que tenía ese muchacho…

Cuando por fin terminaron de cocinar, los bento se encontraban frente a ellos en la mesa. Momo sonreía, y después de decir “Gracias por la comida” abrió su bento, tomando los palillos y empezando a comer las salchichas.

Ryoma sonrió, un poco expectante por saber qué le parecía. Luego, abrió su propio bento, comiendo los huevos especialmente preparados por Momoshiro, que estaban simplemente deliciosos. Sonrió abiertamente, felicitando a su amigo con un sonido de afirmación, y prosiguiendo a comer el resto de la comida.

- Está delicioso, Ryoma – Dijo Momo, con algo de comida en la boca y continuando con su tarea de masticar. – Eres muy buen cocinero, no lo sabía. –

- No es para tanto, tú también eres muy bueno, esto está delicioso… - Y siguieron comiendo. En silencio, sin decir nada más. Luego de eso, se dedicaron a guardar las cajas de bento. Cuando terminaron, subieron de nuevo a terminar de repasar lo que faltaba.

- No, Momo. La pronunciación no es así… Tienes que mover lentamente los labios, y hacer que en vez de sonar “Dus” Suene “Dos”…. – Lo riñó Ryoma, colocando un dedo sobre sus labios haciendo que su pronunciación se volviese un susurro. El menor sintió un estremecimiento ante ese tacto, pero movió ligeramente los labios de Momoshiro, haciendo que pronunciara bien. El mayo, un poco cohibido, a modo de juego, mordió el dedo de Ryoma.

- ¡Hey! – Protestó el menor, sintiéndose ruborizar de golpe ante el recordar el sutil tacto que había provocado la mordida entre la lengua de Momoshiro y su dedo.

- Eso te pasa por querer controlar mis palabras, Ryoma…- Dijo, riendo el moreno, mostrándose un poco colorado respecto al tacto anterior.

- Si no quieres aprender de la manera sutil te tendrás que aprender todos los verbos en presente perfecto si maltratas a tu profesor! – Siguió riñéndolo el más pequeño, sintiendo el tacto del brazo de Momoshiro rodearle la espalda y pegándolo a su cuerpo. Se sintió tan embriagado por el calor que desprendía el fornido cuerpo del moreno…

Los ojos violáceos del más alto lo miraron, sonriendo. – Gracias por ayudarme a estudiar.- Dijo, sin romper su abrazo. El chico de ojos miel se ruborizó hasta el tope, sin creer lo que estaba sintiendo. Su corazón estaba latiendo rápidamente en el interior de su pecho, y sentía todo su cuerpo arder. Poco a poco, pensó en responder al abrazo, rodeando el cuerpo de Momoshiro con sus pequeños brazos para acercarlo aún más a él. Se sentía tan bien compartir ese calor…

- De nada, Momoshiro… Sabes… que puedes contar conmigo…- “Aunque nunca me llegues a corresponder… seré feliz así, a tu lado…” Un suspiro escapó de sus rosados labios. Momoshiro, curioso, le levantó el rostro.

- ¿Qué te ocurre? – Preguntó.

- Momoshiro… si yo te digo… algo… acerca de mí… ¿No te enfadas? – Preguntó, titubeando un poco. Pero estaba decidido, debía decírselo.

- Para nada, Ryoma, ¿cómo voy a enfadarme? – Preguntó incrédulo Takeshi, soltándolo y viéndolo a los ojos.

- Estoy enamorado… de alguien…-

- ¿EN SERIO? – Saltó emocionado el otro muchacho, sonriendo ampliamente. – Y dime, ¿Quién es la afortunada? –

- No es chica – Sentenció nervioso Echizen. Ya esperaba los gritos.

- Oh…- Momoshiro se ruborizó. “¿Y eso qué tiene de malo?” Se preguntó. “A ti también te gustan los chicos, no te hagas el idiota” – No importa. ¿Quién es? –

Ryoma abrió los ojos como platos, sorprendido. Esperaba un grito, una bofetada, un golpe, pero… ¿No importa? Eso ya era como un sueño.

- Pues… es un amigo mío….-

- ¿Sí? ¿Es de tu año? ¿Está en el club de tenis? – Preguntó luego emocionado.

- No, es un año mayor que yo… y sí; está en Seigaku…- Respondió con algo de reticencia Ryoma. Momoshiro sonrió, tontamente.

- No me digas que estás enamorado de Kaidoh... – Rió. Era estúpido, pero hacía mucha gracia…

- No, ¡idiota! – Ryoma le dio un zape en la nuca para hacer que cerrara su boca, y luego dijo. – Hay otra persona un año mayor que yo en Seigaku… -

Después de un proceso de asimilar información, Momoshiro abrió los ojos de par en par, ruborizándose al tope. - ¿Estás… enamorado de mí? –

Ryoma asintió. – Estoy enamorado de ti, Momoshiro. Desde que te conocí…- Intentó abrazarlo, ocultando el rostro en el pecho de su amigo. Nunca esperó confesárselo de esa manera, pero no le había quedado de otra. Momoshiro no se apartó, suspirando y sintiendo su corazón latir pausadamente. ¿Porqué no quererlo? ¿Porqué no?

- Ryoma… Tú… me pareces un chico…. Lindo…- Susurró, acariciándole el lóbulo de la oreja con un dedo.

- Entonces… ¿quiere decir que tengo oportunidad? – Preguntó, frotándose contra su pecho sintiéndose como un gatito.

- Sí, mi neko. – Asintió el mayor, sonriendo ante la actitud neko-kawaii del muchacho. – Tienes tanta oportunidad… - Lentamente, buscó su quijada, levantándosela. – Que quiero besarte inmediatamente… - Susurró. Luego, unió sus labios con los de Echizen en un tierno beso. Lentamente, su lengua acarició la de Ryoma, haciéndolo estremecer ante tan íntimo acto. El menor se amarró con fuerza a su cuello, luego de romper el beso, con las mejillas altamente ruborizadas y la cabeza oculta entre la curvatura del cuello de Takeshi.

- Tienes el rostro caliente… - Suspiró el mayor, acariciando los suaves cabellos del chico que ahora se separaba de él para mirarlo. Sus labios estaban algo rojos, un poco más de lo normal por la fricción del beso, y su rostro estaba ruborizado. No había criatura más hermosa en la tierra en ese momento que no fuese Ryoma.

- Te quiero, Momoshiro… Muchas.... Gracias…- Y lo volvió a besar.

Esa noche, no se arrepintió de haberle pedido a su amigo el que lo ayudase a estudiar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).