Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vampiros de día por Almuchi

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Después de taaaanto tiempo, he decidido retomar esto. No sé si tendrá popularidad después de tanta inactividad, pero realmente quiero terminarlo. ¡Gracias por leer!

Era la primera vez que asistiría a un evento de tal magnitud, normalmente no dejarían entrar -Ni siquiera por trabajo- a alguien de su clase. Sin embargo, esta vez la suerte parecía sonreírle y pudo permitirse estar allí.


Por supuesto, no era que le emocionara participar del evento; pero había oído por su madre que, una vez terminara, los empleados podían llevarse a casa toda la comida sobrante.
Estaba al tanto que los vampiros no necesitaban comer para poder vivir, sin embargo él sí. Y para ser sincero, ya le había echado el ojo a un gran pastel de chocolate que se miraba delicioso en la mesa de postres.

— ...shi-kun.

Rezaba, sobre todo, que sobrara aquella delicia. Y cómo no quererlo, si aquel pastel de tres pisos, cubierto enteramente de chocolate derretido y fresas bañadas en crema se alzaba glorioso entre las tartas de fruta mucho más pequeñas e insignificantes a su lado.

— Atsushi-kun...

Esperaba que a nadie le gustara el chocolate. Ya se le hacía agua a la boca. Realmente no le había sacado el ojo de encima desde el comienzo del evento.

— ¡Atsushi-kun!

Volteó la vista rápidamente, se había quedado tan absorto pensando en... El pastel, que no se dio cuenta que una compañera lo había estado llamando desde hace un buen rato. Se disculpó apropiadamente, pero no dio explicaciones de su despiste. Si lo hacía, tal vez ella también pondría un ojo en su pastel de chocolate, y eso era lo que menos quería.


La muchacha humana le explicó cual sería su tarea esa noche. Los invitados comenzaban a llegar y el debía servir las mesas con lo que le pidieran. Tuvo que despedirse mentalmente de su pastel por ahora y comenzar a realizar el trabajo que le había sido asignado.

~.~

Bajó de la limosina cuando el chofer procedió a abrirle y sus ojos se entreabrieron asombrados con la gran mansión que se alzaba ahí delante. Podía jurar que era tan grande como la de Midorima, pero aún así le sorprendía.
No estaba acostumbrado al estilo de vida de la gente rica y ver un espectáculo así tan de repente lo dejaba, simplemente, atónito. Sobre todo porque había pasado las últimas semanas encerrado en una mansión, y no había tenido el lujo de salir en todo ese tiempo.


Miró alrededor y muchísimos vampiros más se hacían presentes a lo que, dedujo, sería una fiesta de ricachones. Realmente esperaba encontrarse con personas gordas, con cara de anciano y cabello blanco, quizás algunos calvos y otros enclenques, como aquellos magnates que solían aparecer en las películas que él veía de niño. Pero luego recordó que ellos no eran humanos, sino monstruos. Los vampiros poseían la característica de vivir para siempre y una belleza deslumbrante que utilizaban como ventaja para cazar a sus presas. Atrayéndolos con su encanto para atraparlos y matarlos sin misericordia.


Uno de ellos pasó justo por su lado, sin embargo no hubo reacción por su parte. Extraño. Creyó que se daría cuenta en seguida que él era un humano.

— Te proporcioné un suero que te hará oler como vampiro por esta noche. Pensarán que eres un híbrido y ni siquiera voltearán a verte. — Su respuesta llegó sin él tener que preguntar. Suspiró, con marcada molestia. Así que eso fue lo que Midorima le inyectó anteriormente. Por su culpa sus planes estaban arruinados, ¡Qué bien! ...Nótese la ironía.

— ¿Por qué me trajiste? — Sin embargo, esta vez no obtuvo respuesta. El más alto lo tomó del brazo, llevándolo con él hasta la entrada principal. Quisó replicar, pero decidió callarse a último momento, cuando su mirada se cruzó con un par de vampiros. Dedujo inmediatamente que se trataba de unos gemelos; una corriente eléctrica le recorrió la espalda al toparse con unos ojos heterocromáticos observale directamente, aquel sujeto le daba mala espina.

— Bienvenido, Shintaro ¿Y...?

— Takao, un híbrido. Mis padres no pudieron asistir así que me acompaña. — El gemelo de ojos rojos levantó una ceja, obviamente no se tragó ese cuento. Takao desvió la mirada, un poco incómodo.

— No sé en que te estás metiendo ahora, pero ten cuidado. — Seijuuro observó al más alto con desaprobación y un deje de preocupación. Sabía que ese tal "Híbrido" en realidad era un humano. No entendía las razones de su amigo para traerlo con él, pero tampoco le preguntaría ahora mismo. Evidentemente ese no era el mejor momento. Observó a Midorima, que solamente asintió con la cabeza. Luego observó a su hermano, con aquella mirada entendió perfectamente que su gemelo pensaba igual que él. Sonrió nuevamente y los dejaron pasar.

~.~

— Realmente... ¿Sólo viniste por eso?

— ¿Hm? ¿De qué hablas?

— Digamos que llevo una hora viéndote comer y empieza a hacerse aburrido. — Himuro Tatsuya estaba sentado en una de las mesas, con una brazo apoyado sosteniéndolo, en una posición que denotaba aburrimiento. Y es que habían llegado realmente temprano a pedido de su hermano. Sinceramente, creyó que le interesaba ser el primero en llegar para explorar un poco la zona, pero la realidad era que su hermano sólo quería probar toda la comida antes que se acabara. Si supiera que existen vampiros que no les gusta comer...

— ¡Oh! Lo siento, es cierto que tú si necesitas comer para vivir, ten. — Y le pasó un pedazo de su tarta, como el gesto más maravilloso que hubiera existido, antes de volver a tragar. Si que era un buen hermano.

Suspiró, buscando con la mirada algo o a alguien para entretenerse. Pero era muy difícil, no conocía a nadie y tampoco dominaba muy bien el idioma del lugar, sin mencionar que era un procreado y no cualquiera se voltearía a hablar con él. Y de repente, como si lo hubiera invocado, una cabellera rubia que conocía muy bien apareció a la vista, acompañado de un muchacho bajito que había conocido hace poco. Alzó la mano para saludar a Kise y al rubio se le iluminó la cara al encontrar a quien ahora era su compañero de piso. Casi que corrió, trayendo a rastras a su compañero, hasta la mesa que ocupaban él y Taiga.

— ¡Himurocchi, Kagamicchi~! — Saludó, animado, sentándose allí. Su acompañante, Kuroko, también saludó aunque muchos menos enérgico que el rubio. Inmediatamente, Taiga dejó la comida de lado para saludar al recién llegado -Kuroko, por supuesto- e ignorar inconscientemente al rubio. — ¡Moo, Kagamicchi! — Se quejó, pero al segundo su rostro cambió a un semblante más vigorizado. — Parecen llevarse muy bien, esos dos.

— Pienso lo mismo, a pesar de que recién se conocen. Aunque creo que eso es bueno para Taiga, me siento mejor al saber que no está solo. — Se unió Himuro, observando como Kuroko hablaba con su hermano, ambos se levantaron de la mesa.

— Tatsuya, Kuroko me mostrará el lugar, ¿Te importa si te dejo?

— Está bien, ve y diviértete. Yo me quedaré con Ryouta. — Señaló al rubio quién asintió y Kagami sonrió a su hermano antes de irse. Lo siguió con la mirada hasta que salió del gran salón, desapareciendo de su campo de visión. Suspiró con alivio. Él había acompañado a su hermano desde tan lejos por temor a que no encajara en este nuevo lugar, pero al parecer sólo se estaba preocupando por nada. — ¿Y bien? — Ahora su atención se centró completamente en el chico sentado a su lado.

— ¿Hm? — Desentendió Kise, ladeando apenas la cabeza.

— Cuéntame de ti, no hemos tenido la oportunidad de hablar demasiado desde mi llegada. — Le guiñó un ojo, coqueto. Vio como el chico delante suyo se avergonzaba, seguro de que si tuviera sangre corriendo por su venas, se habría sonrojado.

~.~

— Ésta mansión es de unos amigos, aunque es muy linda este es mi lugar favorito. — Mnecionó al ver la curiosidad marcada en la cara de Kagami por un poco de información de donde se encontraban.

Kuroko y Kagami se alejaron del bullicio del Gran Salón, perdiéndose entre el enorme jardín de la mansión. A Kuroko no le gustaban demasiado este tipo de fiestas, plagadas de personas intimidantes con las que debía socializar, no porque fuera tímido o tuviera miedo, sino porque realmente no se sentía cómodo allí. Él disfrutaba la tranquilidad, aislarse y leer tranquilamente sin tener que conversar con personas que sólo se le acercaban por ser rama principal. Odiaba las etiquetas.


Cuando conoció a Kagami tuvo la oportunidad de hablar muy poco con él, pero averiguó de igual manera que tampoco era un adepto a este tipo de eventos. Por eso mismo le propuso mostrarle el lugar, sin embargo no creyó que aceptase tan fácilmente, después de todo se le notaba concentrado en su ardua tarea de comer. Por eso se puso algo feliz cuando aceptó acompañarle, quería conocerlo un poco más y disfrutaba pasar algo de tiempo a solas con él. Y lo mejor de todo es que no tendría que preocuparse por lo que su padre dijera, ya que estaba encantado de que entablara amistad con Taiga. ¿Acaso sería por el secreto que guardaba? No iba a mentir que sentía curiosidad por saber qué era lo que ocultaba, pero quería esperar a que confiara en él para contarle, no le gustaba obligar a la gente a hacer algo que no quisiera.

— Wow, es enorme.

— Un poco. — Sonrió.

— Nah, esto es como una plaza o algo así.

Se sentaron en una de las bancas del lugar, observando el despejado y estrellado cielo de aquella cálida noche de verano. Para Kagami, que vivía en un departamento en los Estados Unidos ese lugar le parecía un palacio. Su familia también poseía mucho dinero, pero no pertenecían a una clase seleccionada de vampiros para vivir como reyes. Todo le parecía impresionante; y pensar que pudo llegar a conocer todo eso gracias a su extraña habilidad.

— Kagami-kun no mentía.

— ¿Ah?

— Cuando dijiste que era genial que hubiera comida. Tragabas como si no hubiera un mañana.

— ¡Ah! ¡E-Eso es porque...! Bueno, es todo muy delicioso, sería un desperdicio si no puedo comer. ¡No hay nada que no me guste!

— Uhmm, yo no lo creo. Debe haber algo que odies.

— Ah, bueno, no me gustan taaaanto las verduras, ¡Prefiero las hamburguesas!

— Kagami-kun es todo un norteamericano.

— ¡Oye, no te rías! — Lo despeinó un poco, sonriendo. — Por cierto, ¿A tí qué te gusta?

— Realmente no me gusta la comida humana...

 

¿Qué?

 

— ...¿Qué?

 

...

 

¡¿Acaso podía ser posible?!

 

— ¡¿Eso es posible?! — Por supuesto, no cabía en su cabeza que hubiera alguien en el planeta que no disfrutara de la comida humana. — ¿Pero has probado todo?

— No realmente, es sólo que...

— Si no lo hiciste, ¿Cómo lo sabes?

— Yo... No lo sé. Me da miedo probar.

— Un día de estos te haré algo que te encantará, ¡Ya lo verás!

— ¿Kagami-kun sabe cocinar?

— ¡Por supuesto que sé! Vivo solo así que tuve que aprender.

— Sólo quiero avisarte que mi casa no está asegurada contra incendios.

— ¡Maldito, no confías en mí?! — Dijo, simulando enojo mientras le revolvía el pelo de forma afectuosa. Kuroko rió, se merecía eso, él lo provocó. Pero no le disgustó, hacía mucho tiempo que no se reía tanto. De verdad, estar con aquel chico siempre lograba sacarle una sonrisa. — Tienes una risa muy bonita.

— ¿Huh? ... — Se sorprendió un poco. No se esperaba para nada un comentario como ese. Y al parecer Kagami tampoco. Sus palabras salieron tan naturalmente que no se detuvo a pensarlas y agachó la mirada, algo averonzado.

Un pequeño silencio se instaló entre los dos presentes. Kuroko intentaba entablar una conversación, pero se le hacía muy difícil, no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones.

— Es una noche muy bonita... — Y se quisó palmear la frente. ¿Por qué habar de eso? Ellos son vampiros, todas las noches son exactamente iguales, ese tema de conversación es tan interesante para ellos como ver crecer el césped.

— Lo es. No acostumbro a verla muy seguido. — Respondió Taiga, como si fuera normal para él esa situación. Kuroko volteó a verlo sorprendido, ¿A qué se refería?

— ¿Kagami-kun no sale... de noche? — Ahora quien quería darse de bruces era Taiga, ¡Le había salido demasiado natural! ¡Y ya no podía echarse atrás!

— ¡Ah, eso, no...! — ¿Qué debería hacer? No tenía tiempo para inventarse una excusa y si le decía la verdad podría no creerle o hasta reírse. Bueno, ya en una ocasión intentó contarle, y no parecía el tipo de persona que se riera de algo así...

Kagami parecía estar pensando a toda velocidad, Kuroko se dio cuenta en seguida, había algo que ocultaba; lo sabía. Aquella era la razón por la que estaba hoy ahí. Pero no le obligaría a contar. — A veces está bien guardarnos un secreto, Kagami-kun. — Y le sonrió, dándole a entender que no era necesario explicarse. Kagami le devolvió la sonrisa, aliviado porque entendiese. Ah, además de su hermano, no había conocido a alguien que supiera de su secreto pero no se molestase por que lo mantuviera oculto. Verdaderamente le agradaba Kuroko,mientras más lo conocía mejor se sentía estando con él. Tuvo muchísima suerte de quedarse en su casa y no en la de otra rama principal.

Iba a decir algo más, pero uno de los mozos llegó hasta ellos, se encontraba agitado. Seguramente debió haber estado buscándolos hace un buen tiempo.

— D-Disculpe Kuroko-sama, pero se solicita que todos vayan al Gran Salón para dar inicio al evento.

~.~

El Gran Salón estaba repleto con todos los vampiros nobles y ricos del distrito y sus alrededores. Hablando amenamente entre ellos y esperando con emoción el anuncio tan importante que convocó a la reunión de ese mes. Los gemelos, como anfitriones, observaban que las cosas se desarrollaran a la perfección. Hasta ahora nada parecía ir mal, sólo llevaban un pequeño... retraso.

— ¿Dónde se metió? — Seiji daba vueltas, con notable impaciencia marcada en su semblante duro y Seijuuro intentaba tranquilizarlo. El anuncio más importante de la noche debía ser dicho en breve y el responsable de él no se hallaba por ningún lado. La gente observaba el escenario de anuncios con gran expectaviva, deseando que ya llegara el momento clave y razón de este banquete.

— Seijuuro-kun, Seiji-kun, ¿Me estaban buscando?

— Kuroko. — Saludó Seijuuro, aliviado por su llegada, detrás de él, Seiji casi que se abalanzó hasta su amigo.

— Tesuya. — Lo recibió con una de sus típicas sonrisas. — Finalmente, creímos que habías huído.

— ¿Huir? ¿Por qué? — Ante la confusión del más bajo, los gemelos intercambiaron una mirada rápida.

— Ah.

— Ya veo.

— ¿...?

— Supongo que tu padre no te lo mencionó, para que no escaparas. — A Seijuuro se le escapó una pequeña risita. — Digamos que la razón de este banquete es descubrimiento de mi padre y el tuyo, así que ambas familias estarán presentes en el escenario. — Explicó Seijuuro. Se podía palpar con claridad el cambio en el semblante de Tetsu, de un rostro que claramente denotaba confusión a uno de terror. Por supuesto, quien no lo conociera no notaría el cambio, pero los gemelos ya podían descifrar las expresiones del pequeño.


Kuroko odiaba llamar la atención y no le gustaba participar en esa clase de cosas. No es que tuviera que decir nada, pero el sólo hecho de pararse en aquel escenario, y ser observado por todos lo llenaba de pánico. ¿Todavía estaba a tiempo de escapar? No dudaba de ello, estaba seguro que lo intentaría. O eso pensó, hasta que sintió la mano de Seiji posarse en su hombro y sus ojos heterocromáticos mirarlo fijamente.

— Tú padre dijo que es tu deber. — Y el rostro de Tetsu se congeló ahí mismo. No podía llevarle la contraria a su padre, era su deber. Así que debería cumplirlo sin quejarse. — Estaremos ahí contigo, no sufras. — Seiji relajó la mirada, sonriéndole, le hizo saber que no estaría solo. Kuroko suspiró más calmado, al menos sus amigos estarían con él.

~.~

Dos ramas principales subieron al escenario alineándose en él. Inmediatamente las miradas se posaron sobre ellos. Kuroko y Akashi Seijuuro estaban uno al lado del otro en la parte izquierda del escenario, cerca de la escalera para bajar, a pedido de Kuroko. Mientras Seiji seguía de largo, situándose en medio del escenario junto al micrófono de pie que estaba allí, listo para dar el anuncio. El Sr. Akashi observaba a su hijo mostrarse con seguridad y elegancia, tal como se le había sido enseñado, orgulloso de que el próximo al mando fuera contemplado con respeto por sus espectadores. La próxima cabeza de la Familia Akashi, Akashi Seiji, ya era superior a cualquier persona en esa sala.

— Damas y caballeros, es un gusto que puedan acompañarnos esta noche. — Comenzó el anuncio con seguridad, ante las extasiadas miradasde los presentes. — Como muchos sabrán, esta cena se hizo mucho antes de lo previsto porque, evidentemente, tiene una transfondo fundamental para la vida de nuestra especie. Todos aquí estamos al tanto de que la celebración de "La Gran Cena", hace años atrás, se realizaba con un objetivo particular: Mostrar los descubrimientos que las Ramas Principales obtenían tras los estudios realizados para conseguir nuestro deseo de vivir bajo el sol.

— Debido a la escasez de humanos en el mundo, a causa de los híbridos que no saben controlarse a la hora de la caza, los experimentos con la sangre humana tuvieron que dejar de realizarse y muchos creímos que la idea de salir a la luz sólo era una causa perdida. O eso creímos. — Una pequeña pausa, que dejó a más de uno boquiabierto entre el público. Ahora más que nunca prestaban atención a lo que sucedería a continuación. — Me complace anunciar que, la familia Akashi y la familia Kuroko buscaron otra forma de experimentar, no utilizando sangre humana, sino a los mismos humanos. Viajamos por todo el mundo hasta encontrar la población más numerosa de humanos, ubicados estratégicamente en el continente Americano. Nuestra meta era utilizar distintas condiciones del clima junto con sangre humana, ya que ésta cambia según el estado del clima. Así que estuvimos durante mucho tiempo persiguiendo la huella humana en lugar de matarla. Pero no logramos avanzar con la investigación. — El público se mostró totalmente cofundido con esa conclusión. Sin embargo, Seiji continuó. — No logramos avanzar con la investigación porque encontramos algo muy interesante, por no decir maravilloso.
Durante un viaje a los Estados Unidos encontré a un vampiro semi-puro viviendo junto a un procreado. Si, sé que muchos desaprobamos este tipo de relaciones y sin embargo allí resulta común. Por eso mismo pedí a mi padre un descanso para informarme sobre esto y fue ahí donde conocí a la familia Kagami. — Sonrió. — Pero ya es suficiente de aburrirlos con mis historias. Si quieren saber lo importante hablemos de un miembro de esa familia tan particular: Kagami Taiga. Un vampiro Semi-puro de mi edad, el único de su familia con una habilidad especial. Pero, ¿Para qué contarles si puedo mostrárselos? —

Inmediatamente la pantalla de televisión gigante que estaba colgada a la pared se encendió y ésta enfocaba la terraza de la mansión. Allí, en el centro de la terraza, Kagami estaba de pie observando hacia la cámara.
Tatsuya observó la pantalla frunciendo el seño, sabía que esto pasaría, pero no le agradaba demasiado la situación. Kuroko por su parte estaba asombrado, ¿Acaso revelaría el secreto qué lo trajo hasta aquí?

Mientras tanto, Kagami sólo esperaba. Sabía desde un principio que lo harían hacer algo así, pero no se esperaba que fuese de una forma tan... original. Dentro de la sala muchos se encontraban asombrados, gritando cosas cómo "¿Acaso está loco?" "¿Sabe la hora qué es?" "¿Quiere morir o qué?" Mientras que poco a poco, el sol se asomaba dejando ver un hermoso amanecer y los rayos del sol alcanzaban la piel del pelirrojo, la cual debería quemarse al mínimo contacto... Pero eso nunca ocurrió. Kagami Taiga era un vampiro al que el sol no le afectaba.

— ¿Cómo puede ser...? — Eso no se trataba de un truco. Lo sabía.

"No acostumbro a verla muy seguido." Como si de un flash se tratase, Kuroko recordó las palabras anteriormente dichas por Kagami.

Tras un pequeño discurso, Akashi Seiji dio fin al evento, dejando a todos anonados y esperanzados de lograr cumplir su deseo finalmente. Nadie esperaba que algo así pueda suceder y ahora era la noticia que corría por todo el país.

Notas finales:

¡Gracias por leer! Dejen comentarios ~

 

Si les gustó, ¡Recomiéndenlo!

Si no les gustó, ¡Recomiéndenlo igual! Para que se jodan los demás.

 

¡CIAO!

 

-A.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).