El viento golpeo con fuerza la puerta, causando un estremecimiento en el pelinegro, quien tranquilamente estaba sentado en frente del pelirrojo. Su pelirrojo favorito.
Jimin: Hyung, do you want to know a secret? – Pronunció, con su poca experiencia en el inglés, a su hyung favorito, quien le mostro la sonrisa más hermosa, y la que siempre causaba sensaciones en todo su cuerpo y mente. Definitivamente no podía permitirse un día mas guardando estos sentimientos para sí mismo. Era más que frustrante, agotador. Porque, después de tanto tiempo, ahora estaba seguro de sí mismo, ahora se sentía cómodo con decir lo que pensaba, lo que sentía, frente a Suga. Además, el estaba seguro de que Yoongi sentía lo mismo por él; y si no era así, no se deprimiría, sabía que su hyung jamás lo rechazaría o odiaría. Él le prometió jamás alejarse de su lado y combatir siempre juntos. Jimin lucharía por Suga, cueste lo que cueste.
Suga: Yes – Le respondió, simple. Pero no pudo evitar mostrar sus encías en una encantadora sonrisa de nuevo. El pelirrojo simplemente no podía dejar de sonreír cuando estaba a solas con Jimin, el lo alegraba demasiado y se lo demostraba con una sonrisa siempre. Jimin suspiro, preparándose para lo más difícil.
Sus posiciones no ayudan en nada a Jimin. El pelinegro estaba sentado en la cama, de piernas cruzadas, con su espalda recostada en la fría pared, temblando inconscientemente por el frío y conscientemente por los nervios, a pesar de estar seguro. Sus manos reposaban nerviosamente en sus piernas juntas. El pelirrojo, quien estaba sentado en la misma cama, muy cerca del pelinegro, notó sus estremecimientos.
Suga: Diablos, Jimin. Vas a enfermarte. – Su cara se transformo a una de disgusto, cuando se dio cuenta de que su Jiminie podía enfermarse – No quisiera que te enfermes y te sientas mal – Dijo mirándolo a los ojos, con compasión y otro sentimiento más fuerte – Aunque si me gustaría que te enfermes y me dejen poder cuidarte todo el día mientras ellos van a los ensayos y demás. – Termino Suga, dejando a un sonrojado Jimin, quien bajo la mirada y sonrió ante su hyung.
Jimin: Hyung, no me desvíes del tema. ¿Quieres? – Le retó Jimin haciendo un puchero que se le antojo por demás de delicioso a su hyung favorito. Suga solo mostro esa sonrisa que lo venía volviendo loco desde que lo conoció. – De acuerdo, escúchame bien por favor. Esto es muy difícil para mí. – Comenzó Jimin, mordiendo su labio demostrando sus nervios. Suga se preguntaba si acaso el pelinegro podía ser aún más perfecto, de lo que ya era. – Yoongi hyung, eres muy importante para mí. – Jimin se atrevió a mirarlo a los ojos, encontrando su mirada atenta. Se dio ánimos, sabiendo que su hyung siempre lo escuchaba atento. – Cuando nos conocimos siempre fuiste muy distante con todos, y conmigo aún más. – Dijo el pelinegro deteniendo su declaración, recordando con una pequeña sonrisa la primera vez que se conocieron.
Suga: Lo siento, Jiminie. Créeme que tu también eres alguien muy importante para mí. Eres… la persona más importante en mi vida. – Dijo Suga, con algo de color en sus mejillas. Jimin sintió morir de alegría ante las palabras de Yoongi. – Tú me has enseñado a mostrar mis sentimientos, pero créeme que eres el único con el que los comparto. Jimin… Gracias por estar en mi vida. – Le confesó Suga, evitando su mirada, perdiéndose la esplendorosa y gigantesca sonrisa del pelinegro.
Jimin: Suga… Yoongi… mírame – Le pidió, y muy despacio, Suga obedeció. Cuando sus miradas se encontraron, ambos se sintieron cómodos y tranquilos una vez más. – Yo… Realmente te quiero mucho como amigo – Jimin intentaba encontrar las palabras pero se le hacía muy difícil. Yoongi tuvo una puntada justo en su corazón al escuchar esa palabra. Amigo.
Suga: Yo también, mi Jiminie. – Respondió el pelirrojo, aun manteniendo la mirada con Jimin, aunque sus ojos detonaban algo de tristeza al ver que el pelinegro lo tomaba solo como un amigo, estaba dispuesto a intentar cambiar eso, esta noche. – Hay algo que quisiera confesarte yo también enano, así que mejor apresúrate. – Dijo sonriéndole con gracia, contagiando a Jimin, quien soltó una carcajada nerviosa.
Jimin: De acuerdo, pero tu tampoco eres un edificio Yoongi hyung. – Dijo bromista Jimin, a lo que Suga sólo rió. – Hyung, yo sé que nuestra relación no supera la barrera de la amistad… Pero realmente me… me atrajiste desde el primer momento en que te vi. Y créeme que eso no ha cambiado en estos años. – Jimin se sonrojo más que nunca en su vida y cerro sus ojos para poder seguir hablando. Suga solo lo escuchaba sin poder creerlo. ¿Su Jiminie se sentía igual que él? ¿Cómo no lo noto antes? – Esto es definitivamente difícil de decir. – Dijo suspirando, el pelinegro – Hyung, sé que no te iras de mi lado, porque me lo prometiste y porque jamás dejaría que eso pase. Pero por favor no me tengas asco, al menos eso te pido. Tal vez no aceptes mis sentimientos o no te sientas como yo, pero quisiera que me des una oportunidad porque… Y-yo te amo- Jimin espero con los ojos cerrados alguna respuesta, pero no oía ninguna. Asustado abrió sus ojos rápidamente, encontrándose a un Yoongi sonrojado, se atrevería a decir que era el mayor sonrojo de su vida, y llorando. Si, Suga estaba llorando. Lo que más había esperado, pacientemente en su vida, había llegado, y simplemente se había quedado sin palabras. El pelinegro no sabía que pensar. – ¿Hy-hyung? ¿Suga hyung? – Pregunto, pero Suga seguía igual, solo que ahora se había tapado la cara de la vergüenza, y sollozaba fuertemente.
Suga: ¡Abrázame, idiota! – Gritó Yoongi, avergonzado y apenas audible por sus manos en su cara. Jimin desconcertado y nervioso, lo abrazo, pero bruscamente. Haciendo que Yoongi grite como niña al caer al piso bajo Jimin.
Jimin: Lo siento, lo siento hyung, lo siento, realmente yo lo siento mucho, soy un bruto, lo siento – Suga le tapo la boca, y cuando vio que Jimin dejo de hablar, le coloco el dedo índice entre sus abultados y deliciosos labios, en señal de que se calle.
Suga: Yo… siento lo mismo. – Se limito a decir, Jimin rió fuerte.
Jimin: Hyung, que expresivo – Dijo Jimin, cuando termino de asimilar que su hyung le correspondía, con un tono sarcástico, acomodándose más cómodamente arriba de su hyung.
Suga: Ya… Ya sabes que no sirvo para estas cosas románticas – Dijo Suga fingiendo enojo, porque realmente le era imposible enojarse con su Jiminie. – Ahora… - Suga miro profundamente a los ojos de Jimin, y luego dirigió su vista a sus preciosos labios. – No sabes cuánto deseo tus hermosos labios – Diablos, había pensado en voz alta. Suga espero un hermoso sonrojo de Jimin, pero no fue así. Simplemente lo vio sonreír de una forma pícara, que le encantó, y acercarse cada vez más a sus labios.
Jimin no se había percatado aun de lo cerca que estaban, ni tampoco de la posición en la que estaban. Pero lo hizo cuando Suga le dio un alago, bastante común, pero muy especial viniendo de su hyung favorito, a sus labios. No pudo resistirse y lo besó. El pelinegro se sintió en el cielo cuando sus labios tocaron los de Yoongi, no pudo evitar moverlos a los segundos de haberlo besado. Suga sintió un gran alivio y satisfacción cuando al fin juntaron sus labios; no pudo evitar que un pequeño gemido escapara de su garganta, cuando el pelinegro movió sus labios. Ambos llevaban un ritmo lento, delicioso, acompasado. Sentían sus corazones latir fuertemente, queriendo expresar todo con un beso. Y vaya que lo estaban haciendo.
Los momentos de amistad más felices que tuvieron juntos, pasaban por la mente de ambos. Haciéndolos sonreír por dentro, con el corazón. Ninguno, sinceramente, podría explicar tanta felicidad con palabras, tal vez para eso se estaban besando. Para decirse el uno al otro cuanto se amaban, que la espera de estos 3 años juntos, no fue tan mala. Después de esa espera, vino lo mejor, dos corazones unidos, perfectamente.
Se separaron por falta de aire; Suga gimió en desaprobación.
Jimin: Hyung, si sigues gimiendo vas a matarme. – Dijo Jimin volviendo a tomar sus labios rápidamente, sorprendiendo por unos segundos a Suga, quien inmediatamente le correspondió, feliz. Esta vez el ritmo fue un poco más rápido, y Jimin se animo a morder el labio de Yoongi al terminar el beso; Suga no pudo reprimir un jadeo desde el fondo de su ser. – Ok… ya basta. Como… ¿Diablos puedes ser tan sexy Suga? – Le pregunto Jimin con la mirada algo oscura, perdido en lo apuesto que era para él su hyung, debajo de él, con la respiración algo entrecortada, sus labios rojos, sus cachetes sonrojados y, para matarlo del todo, su hermoso cabello pelirrojo desordenado. Jimin se encontraba tan inmerso en la belleza de su hyung favorito, que no notó cuando Yoongi acorto la distancia entre ambos, pero esta vez para morder con rudeza su labio inferior. - ¡Suga! – Lo reto, fingiendo enojo. - ¿Por qué lo has hecho? – Dijo haciendo un puchero irresistible para Suga, quien volvió a morderle el labio sin compasión, para después pasar su lengua, haciendo que Jimin se estremezca y suelte un gemido demasiado sensual para los oídos de Yoongi.
Suga: En primera lo he hecho porque tú me mordiste primero – Dijo acariciando el cuello del pelinegro, quien seguía encima suyo. – En segunda porque olvidaste decirme hyung, cosa que me vuelve loco. Y en tercera – Dijo acercándose a su oído – Olvide la tercera con ese delicioso gemido que me regalaste, regálame más, Jiminie. ¿Quieres? – Dijo con la voz más sensual que nunca pensó que tuvo el pelirrojo, para después lamer su lóbulo, con una sonrisa.