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El cazador por Wolfy_chan

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Notas del capitulo:

Notas de la autora: He aquí el segundo capítulo, a ver qué opiniones me dan. No había podido actualizar por la escuela, pero ya me busqué un tiempecito para escribir esto, espero que lo disfruten- Wolfy-chan.

¡¡¡Hola!!!...bueno, aquí me tienen de nuevo, con otra historia de Full Metal Alchemist, de nuevo basándome en un cuento. Como he tomado la costumbre de leer últimamente los cuentos que me leían de niña, varios de ellos me parecen buenos para una historia. A ver qué les parece, ustedes me dirán cómo queda.

Disclaimer: Los personajes de Full Metal Alchemist le pertenecen a sus respectivos creadores, yo solo los utilizo con fines de entretenimiento, nada lucrativo.
 

Notas: Al ser basado en un cuento, la historia es AU y los personajes muy probablemente sean OOC. Basada en el cuento “Alex, el cazador”, que le pertenece a su respectivo autor.
 

“El cazador”
Por Wolfy-chan

Ed miraba por la ventana de la entrada, esperando ver a su esposo llegar. Para ser sinceros, estaba muy preocupado por él. Ya habían pasado algunas horas desde que Roy se había ido con los militares y él no estaba para nada cómodo al ver que no volvía. El Führer no le inspiraba confianza, menos aún con la clara mirada de deseo que le había dirigido en la tarde. Sabía que las personas como el Führer eran capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que querían y ese hecho lo angustiaba. ¿Y si lo habían mandado encarcelar? O peor aún…¿Y si lo habían ido a buscar para ejecutarlo? Ed sintió que el miedo se apoderaba de él al solo pensarlo, amaba demasiado a Roy y no quería que le pasara nada. Si acaso esos desgraciados se habían atrevido a ponerle una mano encima a Roy, tan seguro como que existía el infierno que él haría que lamentaran el siquiera haberlo pensarlo.
Ya Ed estaba pensando que el arrancarles las uñas una por una, despellejarlos y finalmente hundirlos en una tina llena de sal y jugo de limón era una forma bastante atractiva para hacerles pagar, cuando escuchó que la puerta se abría. Levantó su cabeza inmediatamente y vio a Roy, que cerraba la puerta con algo de fuerza, el ceño fruncido con molestia. Ed sintió una oleada de alivio al verlo y se acercó rápidamente a él.
-¡Roy!-se le colgó al cuello y empezó a llenarle la cara de besos, siendo ésta la única manera que se le ocurría para calmar la angustia que había sentido y mostrar lo feliz que se sentía por el hecho de que Roy estaba de vuelta y no parecía lastimado.
Roy, algo sorprendido por el recibimiento, devolvió el gesto aferrando la estrecha cintura de su pequeño y acariciando suavemente su largo cabello color oro, ahora suelto sobre sus hombros. Cuando Ed dejó de atacarlo a besos, inspeccionó rápidamente el cuerpo del pelinegro, asegurándose de que no tuviera ni un pequeño rasguño.
-¿Estás bien Roy? ¿Esos malditos te hicieron algo?-al escuchar la preocupación en la voz del rubio, Roy sonrió levemente y acarició la mejilla de Ed, intentando calmarlo un poco.
-Estoy bien, no me han hecho nada-Ed refugió su rostro en el pecho de Roy, sintiendo que el alivio hacía que sus fuerzas mermaran un poco-No te preocupes pequeño, calma.
Ed levantó su rostro del pecho de Roy para mirarlo a los ojos, los ojos brillando con enojo y alivio.
-Te lo advierto Roy, nunca vuelvas a asustarme de esa manera, me preocupé mucho por ti-le dijo en una voz queda que a Roy le sonó extraña, siendo que ésta no era común en su normalmente expresivo esposo-¡¿Y A QUIÉN LLAMAS TAN PEQUEÑO QUE SI EN EL SUELO HUBIERA CHARCOS NECESITARÍA UNA HOJA QUE USAR COMO BOTE PARA CRUZARLOS!?- Roy sonrió al ver que su esposo volvía a actuar normalmente.
-Yo no dije eso y tú lo sabes-le contestó, ciñéndolo más a su cuerpo y aspirando su aroma particular de madera y lirios, contento de estar con él.
-Roy…¿Qué fue lo que sucedió con el Führer? ¿Para qué te quería?-le preguntó Ed, mirando seriamente a Roy, que puso la misma expresión y lo sentó en una silla para que hablaran.
-De eso quería hablarte-le dijo mientras se sentaba en una silla continua-Creo que el Führer la ha tomado contra mi y lo ha hecho de una forma que no me deja muchas salidas.
-¿A qué te refieres Roy?-Ed sentía como la preocupación volvía a surgir en él.
-Verás, esto fue lo que pasó…
-------------------------Flash back--------------------------------------------------------------------
Roy se encontraba en medio de un elegante salón, que tenía grandes ventanas adornadas con finas cortinas y con lujosas alfombras adornando el suelo. Frente a él estaba el Führer, sentado en una silla hecha de la mejor de las maderas y con un hombre de cabello negro parado a un lado de él.
Mientras cualquier otra persona se sentiría impresionada entre tantos lujos, Roy no podía más que sentirse muy incómodo, acostumbrado como estaba a las cosas humildes y sencillas. Además, ninguno de los dos hombres frente a él le eran de ayuda para sus nervios, considerando que no le tenía confianza ni a uno ni a otro.
-Así que tú eres Roy Mustang-le dirigió la palabra el Führer, dando una mirada desdeñosa al hombre frente a él, mientras lo examinaba con atención.
-Lo soy, señor. ¿en qué puedo servirle?-la mirada que el Führer le había dirigido molestó a Roy, por lo que se había erguido aún más y miraba al Führer directo a los ojos, sin desviar la mirada.
-Verás, he oído que eres un muy buen cazador; pero además he oído que eres una persona hábil e inteligente, por demás valiente, por lo que creo que tú eres el indicado para esto-Roy solamente arqueó una ceja, desconfiado-Quiero que cumplas esta misión, o de lo contrario te ejecutaré-Roy sintió que el mundo se le venía encima, después de esa frase, esa misión no podía ser nada bueno-Esta es mi orden: Quiero que vayas a buscar al mejor arquitecto que haya, uno que sea muy hábil en su trabajo y que construya un castillo en el bosque, tan hermoso que incluso sea más majestuoso que el mío; después deberás conseguir a un ejército, uno de miles y miles de hombres, tan grande que ni el hombre más valiente ni el mejor de mis ejércitos se atreva siquiera a desafiarlo. Todo eso debes conseguirlo para mañana en la tarde, de lo contrario, estarás condenado a la muerte.
Roy, al oír esto, no pudo más que sentir que su boca se secaba y que el aire no llegaba a sus pulmones. El primer pensamiento que le llegó a la mente fue que no podían estar hablando en serio, pero la aparente seriedad con que le planteaban el asunto le hizo darse cuenta de que estaban hablando muy en serio.
-¡Pero eso es imposible! ¿Cómo se supone que encuentre a un ejército tan grande o que el arquitecto termine un castillo tan majestuoso en tan solo un día?-replicó Roy, francamente incrédulo.
-Eso a mi no me interesa. Te he mandado a ti a hacerlo porque dicen que eres una persona muy inteligente, de seguro podrás ver una solución a esto-le contestó el Führer y Roy pudo notar que todo eso lo decía en un tono burlón, seguramente disfrutando de verlo en aprietos-Ahora puede retirarse, espero que para mañana la misión que le encomendé esté cumplida.
Roy solamente se giró y caminó hacia la puerta, resistiendo la urgencia de sacar su cuchillo de caza y aventarlo justo en el corazón del Führer. Al fin y al cabo sabía que no iba a fallar, tantos años cazando animales mucho más rápidos que los humanos le habían dado una puntería excelente. Sin embargo, si lo mataba lo único que iba a conseguir era que lo mataran antes de tiempo.
Mientras Roy se internaba en el bosque, recorriendo el camino a casa, se prometió a sí mismo que si acaso lograba cumplir la estúpida misión, no dejaría que ese hombre volviera a acercarse a su hogar y menos aún permitir que se acercara a Edward o a él. Bastante tenían con lidiar con las bestias del bosque para que encima se le sumara ese desgraciado.
-------------------------Fin del Flash Back----------------------------------------------------------
-¡¿Que quiere qué?! ¿Es que acaso está loco?-Ed estaba simplemente indignado por la misión sin sentido que el Führer le había encomendado al otro.
-No Ed, es justamente lo que el quiere…Darme una tarea imposible de cumplir para poder matarme y de seguro para tenerte para él-Ed le lanzó una clara mueca de asco.
-Ni  siquiera lo sugieras…Además, yo no lo amo, así que puedes creerme cuando te digo que no me iría con él a ningún lado.
-Sin embargo, el Führer puede hacer algo para obligarte a casarte con él-le advirtió Roy, a lo que Ed lo miró con atención, preguntándose a qué se refería-A él no le interesa si lo amas o no, lo único que sabe es que te quiere como suyo. Y tiene poder que puede utilizar para obligarte. Por ejemplo, si se entera lo mucho que te preocupas por tu familia, lo más seguro es que la amenace si le das un “no” por respuesta.
Ed se tensó ante la afirmación de su esposo. Por más que odiara este hecho, sabía que lo que Roy decía era la pura verdad. El Führer era un hombre que no se interesaba más que en sus propios bienes, y no le importaba amenazar, herir o matar a alguien si con eso lograba lo que quería.
Lo que ahora  le preocupaba era el asunto de Roy; sin embargo, veía que Roy estaba muy agotado como para ponerse a discutir con él sobre qué hacer, así que sujetó a su esposo de los hombros y lo guió hacia su habitación, para al llegar empezar a quitarle los zapatos y la ropa.
-Roy, ya mañana veremos qué hacer, pero ahora estás cansado y yo también lo estoy, así que vamos a dormir para tener la mente clara en la mañana.
Roy sólo asintió levemente y se tendió en su cama, sintiendo como unos momentos después, la parte del colchón que se encontraba a su derecha se hundía y el cálido cuerpo de su esposo se apretaba contra él en busca de calor. Inconscientemente lo atrajo hacia su pecho y acarició distraídamente los rubios cabellos, con un último pensamiento surgiendo de su mente antes de sumirse en el sueño:

“No te preocupes Ed, no voy a permitir que ese hombre se salga con la suya tan fácilmente. No sé cómo, pero voy a evitar a toda costa que me mate y que te lleve con él, eso te lo aseguro”

Continuará…


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