Podía oír a la audiencia aplaudiendo con desgana... sabían que los combates de los nivel E no eran nada comparados con los de nivel S pero... estaba MUY nervioso, empecé a balancear mi cuerpo para liberar tensión.
- Hiiiii... – siseé tratando de ahogar un grito, inflando mi pecho, cuando sentí cómo una mano se posaba en mi hombro de forma brusca. Enseguida reconocí a Yuiko...
- ¿Nervioso? – dijo con un tono compasivo... me tenía pena... no dije nada, tan solo me relajé y giré bruscamente la cabeza hacia otro lado. No quería amigos por pena... son los peores, los que después te traicionan. – Buena suerte.
Fueron sus últimas palabras antes que saliera por esa puerta que daba a una de mis peores pesadillas... era mi primer año haciendo eso, no iba a dejar ganarme pero si las cosas se empezaban a poner feas me iba a dejar inconsciente dejando que me golpearan.
Respiré hondo y di el primer paso hacia mi futura tumba.
- ¡Acercaos! – dijo el instructor mientras nos veías salir de la Puerta y quedarnos ahí parados cómo idiotas. Le obedecimos, cuando llegamos dónde él estaba empezó con las instrucciones: - Tan solo hay una norma chicos, gana el último que quede en pie y... intentad no mataros.
Se fue a la zona cubierta y protegida de los ataques, que suerte...
Nada más oír el sonido que indicaba el inicio del combate vi cómo Irina y Pavlov iniciaban sus transformaciones. Iban a darlo todo por ese combate.
Yo no hice nada, tan solo me quedé observándolos... Sus transformaciones tenían forma humanoide… mejor, pensé, si eran de mi tamaño – relativamente - me sería más fácil vencerles.
Oculté mi presencia a la vez que ellos empezaban a pelear y el público aplaudía entusiasmado, para ser de clase E, la chica luchaba ferozmente.
En unos pocos minutos enseguida vimos cómo el chico caía al suelo mientras un gran charco de sangre se formaba a su alrededor. La chica se alejó de él mientras los paramédicos se le llevaban a la enfermería y el instructor le daba por fuera de combate.
Sentí cómo me buscaba de la mirada pero mientras yo decidiera seguir oculto ella no sentiría mi presencia.
Me acerqué a ella por detrás y le asesté un golpe en la espalda haciendo que saliera volando hacia el otro lado de la pista y golpeara con la pared. Si tenía suerte no se levantaría y todo esto terminaría de forma, más o menos, pacífica.
Pero no pudo ser así, la chica tuvo que levantarse aunque enseguida noté como cojeaba su pierna derecha... probablemente le había roto algo.
Se estiró para relajar sus músculos y aliviar el dolor mientras me buscaba furiosa con la mirada.
Deshice mi hechizo de ocultación y todo el público rugió al verme aparecer en medio de la arena totalmente tranquilo, en mi forma humana y sin un rasguño.
La chica gruñó como un animal y se abalanzó hacia mí, esquivé su ataque y le asesté un par de puñetazos a su espalda... la audiencia estaba atónita ante mis movimientos, era un chico de estatura baja, esa chica me sacaba unas dos Cabezas y media pero ahí no acababa la cosa, también tenía más masa corporal que yo así que el hecho que le estuviera pegando una paliza sin estar transformado... Les sorprendió.
Sonreí con inocencia para hacerla enfurecer y que me atacara sin pensar. Funcionó y enseguida pude noquearla.
Al ver que no se levantaba di por terminado el combate. Me giré para volver al interior de la arena dónde estaban Yuiko y Yayoi viéndome cómo si fuera la primera vez que me miraban junto con algunos de mis compañeros.
Pero fui un ingenuo.
Sentí demasiado tarde cómo la chica se levantaba y trataba de atacarme por la espalda cómo yo había hecho.
Mis ojos se volvieron dorados mientras mis pupilas adoptaban forma alargada, como las de los gatos. Mis reflejos aumentaron, me giré con una velocidad sobrehumana alzando la mano mientras paraba el puño de la chica… pero me salí de control… una parte de mí se vio amenazada, haciendo que saliera el monstruo que llevaba guardando durante tanto tiempo.
Mi cuerpo empezó a aumentar la temperatura corporal hasta el punto que el puño de la chica estaba empezando a quemarse, pero eso solo fue el indicio de lo que iba a suceder a continuación… una pequeña parte de mi poder se liberó, el estadio estalló en llamas mientras la audiencia gritaba entusiasmada. Cuando se disiparon tan sólo vieron cómo el débil chico tenía unos ojos dorados que les hipnotizaban, su camiseta se había quemado ya que dos gigantes alas de fuego salían de su espalda.
No quedaba rastro de la chica.
La había pulverizado.
Con ese pensamiento volvió a la realidad cómo si hubiera estado en trance.
Vio todo a su alrededor con espanto… Había vuelto a matar…
No podía ser…
Alzó sus alas y las batió creando un fuerte viento mientras se elevaba por el aire.
Ignoró los gritos de su instructor, del público junto con varias amenazas…
Ahora ya nada importaba… le habían descubierto y tendría que irse.
Se elevó por encima del estadio mientras volvía a entrar en una especie de estado de trance.
Lo había vuelto a hacer… todo era su culpa…
La muerte de esa chica…
La destrucción de su pueblo…
La muerte de su familia…
Él mató a sus padres…
Era el único responsable de la muerte de su hermano…
Y era algo que jamás se podría perdonar.