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Cuidarte el Alma por selphie_tait

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Notas del capitulo: NA:
Bien este es el primerito, primerito fic que hago y por supuesto que subo, por lo que espero que les agrade así como a mí, espero escribir algo más después, pues tengo algunas ideas por ahí. Haaaaa tmb gravitation no me pertenece a mi, desafortunadamente, y hago esto sin ánimo de lucro ni nada parecido, sólo por diversión y por no tener nada mejor que hacer -_-!!

 

Por cierto la canción se llama Cuidarte el Alma y es de Chayanne

 

*la palabra se refería a femenino por lo cual tuve que cambiarlo a masculino, para que quedara si me entienden. ^_^!

 

BYE, espero dejen comentarios buenos y malos
CUIDARTE EL ALMA

 

 

Estaba un poco adormilado, a pesar de todo no había dormido muy bien y sin embargo, por extraño que pareciera, se sentía relajado. No dejaba de pensar que sería un típico día aburrido y solitario, su mirada se volvió un poco opaca por aquellos recuerdos que invadieron su mente sin permiso alguno, aun así ya despierto del todo se fijo en el silencio que se percibía por doquier en el departamento, dio un rápido vistazo al ventanal, sin lugar a duda a fuera haría un calido día, y él seguía preguntándose que de especial tienen los días como ése.

 

Sí, simplemente era un día común, de hecho todo era común, su rutina, su vida, e incluso, porque no decirlo su propio físico, no había nada fuera de lo común.

 

 

“Sólo si pudiera estar con tigo
Tú dormido* entre mis brazos
Y mirarte en el silencio”

 

 

 

Sí, sin lugar a duda todo era común…
¿¿Todo era tan común?? No pudo evitar preguntarse eso y es que sin darse cuenta existía algo, algo que le indicaba que no era exactamente así, y entonces lo recordó, había un detalle.

 

¿¿¿Había realmente un detalle???

 

 Sí así era, y de no ser por ese pequeño detalle, un pequeño y diminuto detalle, no existiría diferencia entre vivir y sobrevivir, entre lo monótono y lo divertido… y es     que sin embargo ese detalle era lo único no común en todo lo que le rodeaba.

 

Y es que sino fuera por ese detalle su vida misma podría no existir en esos momentos. Desde el instante en que decidió no vivir, tuvo la certeza de que nadie, jamás, se atrevería a buscarlo o llamarlo siquiera, pero realmente que se equivoco, y sí que se había equivocado con respecto a él.

 

¿¿¿A él???

 

 

“Sólo si pudiera dibujarte una escena de mis sueños
Donde siempre estas presente.
Con sólo tenerte aquí
Decirte lo que yo siento”

 

 

Sí, con respecto a él, puesto que ahora lo era su todo, y ese pequeño detalle había dejado de llamarse detalle, poco a poco, para irse convirtiendo en algo más, algo grande, capaz de abarcarlo todo con su sencillez e ingenuidad, con sus sonrisas y sus llantos, que se convirtió en su amante, su pareja, su amigo, e incluso, porque no, hasta en su novio, su todo, simple y sencillamente se transformo en su vida misma.

 

 

“Es que me gusta tu cara, me gusta tu pelo
Soñar con tu voz cuando dices te quiero
Me gusta abrazarte, perderme en tu aroma”

 

 

 

Y ahí estaba como siempre, desde hacia ya dos años, tan diminuto y frágil, pero a la vez tan grande y fuerte, sí porque eso demostraba, era difícil que ocultara toda esa maraña de sentimientos su pequeño koibito.

 

Era tan increíble que todo ese hielo forjado a su alrededor se derritiera tan fácilmente, y todo por las alocadas ideas de un niño, pero eso si, ya no cualquier niño, sino SU niño, sí debía admitirlo por más que lo hubiera intentado en el pasado ya no podía separarlo, simplemente ni siquiera recordaba exactamente el por que quería alejarle de sí.

 

Pero se sentía bien de que él no accediera a todos sus desplantes y malas caras en el comienzo de su relación, ya que ahora podía disfrutar de ese pequeño detalle.

 

 

“Poder encontrar en tus ojos el cielo
Me gusta tu risa, me gusta tu boca
Me gusta creer que por mí tú estas loco*
Cómo quiero que sientas conmigo la calma
Y cuando llegue la noche, cuidarte el alma”

 

 

Ahí se encontraba, presente y ausente a la vez. Ese cuerpo calido y dulce, entre sus brazos, aún profundamente dormido. Nada podría igualarse a esa sensación tan placentera, pero no por referirse al placer insano o morboso, no!! Todo lo contrario, el simple placer de tenerle allí, el simple placer de saberle cercas y aún más el simple placer de saberse amado y poder amar.

 

Podía sentir sus pequeñas manos, una sobre su pecho amplio, y la otra abrazándole posada en su cintura, como si no quisiera que se lo arrebataran. ¿Y él?, él también le abrazaba con ambas manos, una sobre sus hombros rodeándolo y la otra sobre su pequeña espalda.

 

Esa pequeña espalda que sin lugar a duda le encantaba tanto como el resto de piel que poseía ese “mocoso”, esa piel que se sentía suave y dulce al ser besada.

 

 

“Cómo despertar en la distancia, sin tu piel junto a la mía
Amando tú fotografía
Podemos mandarnos besos con el viento
Mirar la luna al mismo tiempo
Contar un día más…”

 

 

 

Vaya que sí se sentía en la gloria, no importaba que no estuvieran haciendo el amor, el simple hecho de contemplarlo así, lo hacia sentir en la gloria. Porque si podía abrazarlo, besar sus mejillas cuando se sonrojaba, oler la agridulce fragancia que desprendía de su piel, y poder ver sus  hermosos y expresivos ojos, sí! esos ojos únicos que nadie más podía poseer, esos ojos con los que le encantaba perderse en su profundo violeta.

 

 

“Con sólo tenerte aquí…
No sabes lo que me faltas…”

 

 

Se encontraba tan perdido en sus pensamientos  que no se dio cuenta cuando empezó a acariciar los suaves cabellos rosas, mientras que con la mano libre se permitió viajar por su lisa espalda, ejerciendo un movimiento lento, cariñoso de arriba hacia abajo y viceversa. Mientras que también consintió ocupar su boca repartiendo pequeños y ligeros besos por la frente, ojos y mejillas de su koibito, de tal forma para no despertarlo puesto que aún dormía.

 

Poco a poco fue abriendo los ojos, sabía perfectamente quien se encontraba a su lado.
Era inconfundible ese aroma tan masculino y propio de él. Lo vio muy pensativo y decidió darle los buenos días, muy a su estilo, a su adorado amante.

 

 

 

“Es que me gusta tu cara, me gusta tu pelo
Soñar con tu voz cuando dices te quiero
Me gusta abrazarte, perderme en tu aroma”

 

 

 

Sintió unos calidos y dulces labios sobre los suyos, no dudo ni un segundo en corresponderle, adoraba el contacto con esos carnosos, apetitosos y suaves labios, que sin proponérselo ya se había hecho adicto a ellos, y no era para menos.

 

 

“Poder encontrar en tus ojos el cielo
Me gusta tu risa, me gusta tu boca, me gusta creer que por mi tu estas loco*
Como quiero que sientas con migo la calma
Y cuando llegue la noche, cuidarte el alma”

 

 

 

Ligeramente se separaron, sus miradas estaban entrelazadas, ojos miel fundiéndose en unos amatistas llenos de amor y vitalidad que le robaban el alma misma; sus cuerpos de igual forma se entrelazaban, sus piernas se enredaban, unas delgadas pero firmas con otras más fuertes pero gentiles; y sus brazos atrapando al cuerpo del otro, uno pequeño otro más grande.

 

Por alguna razón, MUY BUENA RAZÓN!!, al mayor le agrado ese gesto de buenos días por parte de su niño.

 

     -         Buenos días!!!! YUKI  n_n
     -         …

 

El pequeño no tomo en cuenta el hecho de que no recibiera una respuesta, más todo lo contrario se permitió acomodarse mejor entre los brazos del mayor y colocar su cabecita en su amplio pecho escuchando los latidos suaves de su corazón así como su tranquila respiración, en sus labios no hubo lugar más que para dibujar una gran sonrisa, la cual pudo ver sin ninguna dificultad el rubio escritor.

 

     -         Si no te apuras seguro que K vendrá por ti
     -         Mmmm… ya, pero me quiero quedar así un poco más, contigo - dijo haciendo un gracioso puchero, medito un rato y dijo un tanto enojado - pero Yuki HOY ES DOMINGO
     -         Si ya se – dijo sin tomarle importancia
     -         Entonces porque me dijiste que me apurara, malo, que no quieres que este aquí contigo?? – se puso aun más triste.

 

 

Al ver esto el mayor no pudo más y soltó una risa, era increíble como aquel mocoso con todo  y sus cambios alocados de actitud le hiciera reír, pero simplemente no podía evitarlo.

 

     -         Ya Baka, no aguantas ni una broma
     -         ¿…..?
     -         Además no podemos quedarnos así todo el santo día
     -         Pero a mi no me disgusta nadita, YUKI  ^_^

 

 

“Y a pesar de todo, y sin darnos cuenta
Estaré en tu puerta diciéndote otra vez…

Es que me gusta tu cara, me gusta tu pelo
Soñar con tu voz cuando dices te quiero
Me gusta abrazarte, perderme en tu aroma”

 

 

El mayor se levanto lentamente zafándose así de su pequeño acompañante, quien no estaba del todo conforme, aún así se dispuso a hacer lo mismo que su rubio amante y se dispuso a levantarse también.

 

 

     -         Qué haces Baka?
     -         Nani?, no dijiste que me levantara….
     -         Y no querías seguir acostado? – interrumpió
     -         Siiii, pero si tu no estas a mi lado púes me siento solitoooo, Yuki, además tú no quieres seguir aquí  T_T
     -         Y quien te dijo eso?
     -         Pues te levantaste ¿no?
     -         Si, pero voy por el desayuno y regreso, o prefieres levantarte? – el pequeño rápidamente negó con la cabeza, además de no poderse creer lo que había oído, que su adorado escritor le llevaría el desayuno a la cama era realmente un sueño.

 

Mientras caminaba a la puerta de la habitación el escritor volvió a hablar

 

     -         Pero no te acostumbres – dijo aparentando un falso enfado.

 

 

El rubio escritor salio de la habitación pero antes de estar totalmente fuera escucho un dulce….

 

     -         Te quiero Yuki

 

….De labios de su hiperactivo niño.

 

Y así se dirigió a la cocina, sin que el menor notara ese brillo intenso en sus dorados ojos y esa sonrisa sincera, llena de amor, que se había dibujado irremediablemente en su rostro.

 

 

“Poder encontrar en tus ojos el cielo.
Me gusta tu risa, me gusta tu boca,
Me gusta creer que por mi tu estas loco*.
Como quiero que sientas con migo la calma
Y cuando llegue la noche, cuidarte el alma”

 

 

 

 


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