Estaba meciéndose en la silla, como si de un balancín se tratara, mientras su mente volaba entre sus recuerdos. Pepper hablaba a su lado, moviendo papeles y tecleando en su ordenador mil y una cosas que, en esos momentos, no le interesaba. Entre sus manos jugueteaba con una de esas pelotas anti estrés tan blandas, llevándola de una mano a otra ininterrumpidamente. Sus ojos estaban clavados en la amplia ventana situada a la espalda de la joven. Una espléndida vista de Nueva York se presentaba cada día ante ellos, pero pocas veces podía disfrutarla tan plenamente como lo estaba haciendo en esos momentos.
… Y aún está el asunto del discurso en Manchester- dijo Pepper, de pronto- ¿Aceptas o no aceptas?- Tony dibujó una enigmática sonrisa al tiempo que la miraba.
Era obvio que Tony Stark no creía de buenas a primeras todo lo que le decían, y menos cuando él estaba involucrado. Por muy sólidas que parecieron las explicaciones de Loki sobre su presencia esa mañana en su cama, no le había creído ni por un segundo. Conociéndose, que lo hacía y mucho, tenía la certeza que no se habría quedado quieto hablando amigablemente con un joven tan atractivo y que lo ponía tanto como Loki. No, él habría atacado, simple y llanamente. Por eso, y aunque le había dicho que le aburriría recurrir a las imágenes de la cámara de seguridad, lo había hecho la pasada noche. Y nada de lo que había visto le había sorprendido en absoluto.
Una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar esas instantáneas que había visto varias veces para recordarlas perfectamente. Ambos sentados en el sofá, con sendas bebidas, y hablando cosas que en un estado lúcido jamás se habría atrevido a tratar. En eso no le había engañado el joven. Pero en su explicación de la noche se había saltado lo más importante: la manera en cómo sus labios se habían tanteado, el sabor de su cuello y de su pecho lampiño, el roce de su cuerpo sobre el suyo, el tacto de su sedoso cabello,… Desvió su mirada, algo alterado por recordar esas escenas y el efecto que habían tenido en su cuerpo. ¿Cómo había sido capaz de dormirse en ese momento? Aunque, la verdad, lo agradecía. Haberse acostado con Loki y no acordarse habría sido muy duro para él. Aun así necesitaba que aquello se repitiera, necesitaba experimentar con toda su lucidez aquellas sensaciones que su ebriedad había borrado. En el vídeo parecía feliz, deseoso, excitado. Disfrutaba completamente y envidiaba extrañamente a ese tipo que tenía a Loki en sus brazos, aún siendo él. Apretó con fuerza la pelota anti estrés entre sus manos, clavándole los dedos.
¡Tony!- dijo de golpe Pepper- ¿Aceptas o no aceptas?- le repitió mirándolo expectante.
¿Cuándo es?- preguntó. La joven miró unos papeles.
De aquí a tres semanas. Un poco justo…- pero Tony ya estaba tramando algo.
No importa. Iré- dijo al fin, sorprendiendo a Pepper.
¿Lo dices en serio? Sabes que si aceptas no puedes presentarte tres horas tarde con una sonrisa de oreja a oreja… No funcionará- el moreno la miró confiado.
Eso no será necesario. Iré puntualmente- la joven sonrió conforme y sorprendida ante la nueva actitud ¿responsable? de su jefe- ¿Eso era todo?- Pepper asintió.
Oye, Tony- dijo de repente- ¿Puedo saber a qué viene tanto interés en ir a Inglaterra? Hace unos días que ni se te pasaba por la mente- el moreno la miró de reojo.
Es parte del plan- sonrió, cosa que no agradó a Pepper- Quiero que alguien tenga su venganza. Y, de paso, saco mis propios beneficios- la joven negó con la cabeza.
¿Qué ocurre, Tony?- él se levantó de su sitio y volvió a jugar con la pelota en sus manos- Tú nunca das puntada sin hilo. Estoy segura que tramas algo y no estoy segura de que vayas por el buen camino- el moreno la miró.
Estate tranquila, no pasará nada- pero ella estaba lejos de sentirse tranquila.
¿Cómo vas con Loki?- aquello lo tensó de golpe- ¿Es buen ayudante?- la manera en cómo había desviado su mirada, el tensión en sus manos, la forma de comportarse del hombre, la pusieron nerviosa. Lo conocía demasiado bien- Tony… Espero que no hayas cometido ningún error…- pero antes de que acabara, la calló.
No he hecho nada malo… aún- Pepper se levantó y lo miró de frente.
¿Pero estás loco? No es más que un estudiante, un chico que se supone que quiere aprender del mejor y no que lo metas en tu cama- aquello le hizo alzar las cejas.
No sé yo…- las imágenes de la cámara, tan recientes en su retina, respondían esa pregunta por sí solas. En ese momento recordó cómo Loki se había acurrucado entre sus brazos, apoyando su cabeza en su pecho para dormir. Pepper negó con la cabeza.
Aunque se meta desnudo en tu cama, te bese o te incite, no debes acceder, no con él- Tony se cruzó de brazos.
¿Y por qué? Somos dos adultos- frunció el ceño- ¿Y desde cuándo te preocupas tanto de mis relaciones? ¿Acaso estás celosa?- le gustaba esa idea.
No, Tony- dijo poniendo los brazos en jarras- Sólo tengo en cuenta los intereses de la empresa, cosa que parece que a ti no te importa- el moreno hizo un gesto con la boca. Aquello no tenía sentido- Por cierto, he hablado con Steve- y Tony abrió los ojos ante la realidad de los acontecimientos.
Ahora entiendo todo… te pones de su lado- esa jugada era muy sucia por parte de Steve.
No me pongo del lado de nadie, sólo me preocupo por ti- le puso la mano en el hombro- Eres mi amigo, te quiero y no quiero que metas la pata, otra vez- aquello hizo sonreír al moreno.
¿Crees que meto la pata tanto?- Pepper sonrió.
No te puedes imaginar cuánto- Tony bufó, cansado, y se sentó de nuevo en la silla.
¿Y qué hago?- se encogió de hombros- Fui sincero con Steve, le dije que no podía estar más con él, que era lo mejor- Pepper le dedicaba una sonrisa triste- No es la primera vez que se lo digo y lo sabes- ella asintió.
Lo sé, pero eso no lo hace menos duro para él- se apoyó en sus piernas- Está destrozado- el moreno volteó los ojos.
No me ayudas mucho diciéndome eso- la joven abrió sus manos en señal de incomprensión.
Es la verdad. Y lo verás así si tienes la decencia de salir de vez en cuando de tu taller y atender los asuntos de empresa- Stark se levantó pesadamente.
Estoy aquí, ¿no?- dijo visiblemente aburrido- Además, ¿para qué quiero verlo si me pondrá cara de cachorrito abandonado? No, gracias- empezó a caminar hacia la puerta.
Tony- lo llamó Pepper al llegar a la puerta- Piénsalo bien y no la fastidies con Loki. Por ti- y le dedicó una sonrisa confiada que al moreno siempre le pesaba. Simplemente se limitó a asentir y se fue.
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Hacia un buen día, demasiado bueno para ser otoño, por lo que habían decidido pasar las últimas horas del viernes tirados en el césped del parque cerca de la universidad mirando el cielo azul. A Natasha le gustaba buscar formas en las nubes que pasaban encima de ellos. Ninguna de las cosas que ella decía las percibían los otros dos chicos, lo que provocaba más de una carcajada para malestar de la joven pelirroja. No tenéis imaginación , replicaba malhumorada, mientras buscaba otra nube para analizar. Clint, por su parte, prefería jugar con su teléfono móvil a un nuevo juego tremendamente asfixiante que lo tenía enganchado. Apenas y decía dos palabras seguidas coherentes.
Si no me haces un mínimo caso, te quedarás sin sexo un mes- dijo de golpe Natasha sin dejar de mirar las nubes. Clint, absorto en su juego, sólo se limitó a asentir diciendo un evasivo ‘ Ajá’ que no convenció a la muchacha- De acuerdo, como quieras- y se acomodó mejor.
Loki, sentado al lado de la pareja, no dejaba de juguetear con las hebras verdes que lo rodeaban con la mirada algo triste. No podía borrar de un plumazo lo que había sentido en los brazos de Tony Stark ni cómo se había sentido al besarlo. Lo había negado ante él, inventándose una excusa que, a cada día que pasaba, le parecía más pobre y sin sustancia. ¿Quién estaría hablando tanto tiempo con Stark sin acabar entre sus brazos? Los rumores parecían ser ciertos y, cada vez que lo pensaba, llegaba a la misma conclusión: se había convertido en una de aquellas historias no confirmadas; formaba parte del grupo de los polvos olvidados, aunque en su caso, no había tenido el gusto de disfrutarlo. Porque si hubiera sido así, al menos, se habría llevado algo. Bufó con las manos en las sienes, hastiado de darle tantas vueltas a algo sin dejar de sentirse un poquito más miserable.
No deberías comerte la cabeza con eso, Loki- dijo Natasha sin dejar de mirar el cielo- Lo pasado, pasado está- aquello parecía fácil decirlo, pero no tanto hacerlo.
No lo puedo evitar, Nat. Me siento idiota- ocultó la cara entre sus manos.
Es que lo eres- el joven agudizó su mirada y la miró de reojo- Y tuviste muy mala suerte. Habría sido un polvo fantástico, seguro- Loki se sonrojó levemente.
Gracias por recordarlo- como si no fuera suficientemente frustrante pensarlo, ahora en voz de otro no era mejor. Natasha se incorporó y lo miró fijamente.
En serio, Loki, da igual. ¿Acaso querías ser un número más en su lista?- el joven desvió su mirada- Quizás es lo mejor que puede haberte pasado. Liarte con el jefe nunca le ha salido bien a nadie-
Salvo a las secretarias rubias y mosquita muertas de los seriales que veía mi madre hace años- dijo de golpe Clint- Pero Loki no es ni secretaria, ni rubia, ni mujer- sentenció.
Ni mosquita muerta- añadió Natasha, haciendo reír a Clint, que no quitaba su mirada del móvil- Por cierto, cariño, te quedas sin sexo durante un mes a partir de esta noche- aquello alarmó al joven, que se incorporó mirándola con los ojos como platos.
¿Por qué?- dijo casi con lágrimas en los ojos- ¿Justo este fin de semana?- Loki los miró.
¿Qué pasa este fin de semana?- Clint dibujó una sonrisa enigmática.
Los del club de tiro con arco van a organizar una fiesta cerca de una de esas hermandades con letras griegas. Una de esas fiestas grandes, como la de Proyecto X- aquello hizo reír a Loki. Los tres habían ido a ver esa película hacía unos años y habían decidido que debían asistir a alguna de ese tipo.
¿Cuál es? ¿La quinta fiesta tipo Proyecto X a la que asistiremos?- dijo Natasha en tono aburrido- Todas son iguales, muchas expectativas y luego a las cuatro de la mañana nadie se puede tener en pie. Débiles- refunfuñó. Pero a ojos de Loki, la joven no tenía por qué quejarse tanto ya que en esas fiestas siempre acababa en algún cuarto con Clint o perdiéndose no sé cuántas horas sin saber nada de ellos.
Yo creo que paso- sentenció el joven de ojos verdes. No estaba de ánimo.
¿Por qué?- dijo Clint mirándole- No te lo iba a decir, pero hay un tipo del club, un tal Phil, de primer año, que le encantaría conocerte- aquello acabó por zanjar el asunto: definitivamente, no iba.
Paso de esas cosas y lo sabes- su amigo hizo un mohín con los labios. Loki se levantó pesadamente, recogiendo sus cosas pausadamente.
¿Te vas ya?- dijo mirando su reloj. Natasha sonrió a su lado.
Quiere ver a su adorado Stark- aquél comentario hizo fruncir el ceño al joven.
Esto no tiene nada que ver con el romanticismo, sino con la responsabilidad de cumplir con mis deberes- la chica amplió su sonrisa.
Ya…- Clint se reincorporó y lo miró.
No tiene nada de malo admitir que ese tipo te gusta de más- Loki gruñó malhumorado.
He visto fotos y, la verdad, es un tipo muy atractivo- Clint miró a su novia con las cejas elevadas- ¿Qué?- replicó ella- Tengo ojos- su novio negó con la cabeza.
Loki los miró de reojo y se despidió de ellos, a sabiendas que tardarían muy poco en reconciliarse y a decirse aquellas palabras que tan enfermo le ponían. Pero ahora tenía que centrarse en lo que venía a continuación. Que sus amigos hubieran incidido en su frustrante lío con Stark le había hecho ver lo mal que había hecho en comentarles nada. Les parecía una historia tan fantástica que no podían parar de hablar de ella no sin cierta sorna en sus voces. Debía haberse callado, debía habérselo comentado sólo a Jane, ya que era la única que parecía mantenerse en silencio sobre el tema y la única que siempre estaba dispuesta a escucharle sin juzgarle ni burlarse de sus malditas malas experiencias. En serio, ¿Qué había visto en Thor?
El camino a la torre cada vez se le hacía más corto y no sabía si eso era bueno o malo. Pasó todos los sistemas de seguridad, la cara escalofriantemente sonriente de la joven y ya estaba subiendo por el ascensor con el estómago incómodo. ¿Podía dejar de sentir aquellos molestos nervios? Así no podía actuar como una persona normal. Pasó por el pasillo, viendo de lejos a Steve, algo cabizbajo, mientras hablaba con otro de los chicos tomando un café. Cada vez que lo veía sentía un punzante dolor en el corazón. Por un lado se sentía mal al verlo, ya que después de pillarle besando a Stark días antes estaba avergonzado de su comportamiento la noche de la fiesta. Era así como se había comportado Peter ante él, destrozándole el corazón y marchándose lejos. Pero por otro, Tony le había asegurado que entre ellos no había nada serio, bueno, ni entre él y Stark había nada serio tampoco. Un beso y unas cuantas caricias estando borracho no debían contar para nada. ¿O sí? Se tocó el pecho y notó cómo los latidos de su corazón se intensificaban. Quizás sí, quizás sí que contaba y no le gustaba esa sensación. Aún no.
Caminó hacia el largo pasillo, intentando controlar el ansia que empezaba a sentía. Aquello no debía estar pasando, aquello debía ser divertido. Llegó a la puerta y se quedó pasmado ante el cristal. ¿Es que no podía llegar al taller sin ver a Tony Stark abrazado a alguien? ¿En qué ser se había fijado? Al otro lado, un Tony muy afectuoso tenía el cuello de un hombre, aun de espalda a él, agarrado mientras sonreía divertido. El otro parecía querer quitárselo de encima, pero el moreno parecía apretar y apretar. Fue entonces cuando miró a su espalda y lo vio. Su sonrisa se amplió e hizo aspavientos para que entrara. Parecía ser que la puerta estaba abierta. Loki entró sin dejar de mirarlos, muy interesado en saber quién era ese hombre.
Como siempre, puntual, Loki- dijo Tony- No como otros- dijo mirando al hombre de aspecto tímido que tenía a su lado. Loki lo miró con la sensación de haber visto su cara en algún sitio. De repente, su cara se iluminó.
Es usted el doctor Banner, ¿cierto?- el aludido sonrió acercándole la mano.
¿Has oído hablar de mí?- parecía que aquello le parecía inconcebible a Bruce, más trabajando a la sombra del gran Tony Stark. Loki asintió.
Por supuesto. He leído alguna de sus investigaciones sobre los rayos gamma- aquella alusión lo tensó.
Sí, bueno. Casi me cuesta caro, pero… en fin- el joven se lo quedó mirando. Recordó el artículo que había salido en la prensa sobre su accidente, motivo por el cual la empresa había decidido darle unas vacaciones.
Bueno- dijo Tony rompiendo el momento melodramático- ahora que Bruce ha vuelto, nos podemos poner a trabajar- aquello descolocó a Loki. Si el doctor Banner había vuelto, eso significaba que él ya no le servía como ayudante. ¿Dónde lo iban a recolocar? La simple idea de irse de allí lo decepcionó, pero no lo demostró. Aquello no iba a durar siempre, tan sólo unos meses, así que lo mejor era despegarse ahora que estaba a tiempo. Porque aún estaba a tiempo, ¿verdad?
¿Y qué tienes entre manos, Stark?- dijo Banner subiéndose las mangas de su camisa y mirando alrededor.
Pues algo muy aburrido, la verdad- dijo él. Loki miró a su alrededor y se dio cuenta que no había rastro del reactor ARK, ni de los brazos ni las botas mecánicas. No había rastro alguno del nuevo proyecto en el que habían estado trabajando las últimas semanas. El joven los siguió sin saber bien qué hacer, como si de un observador se tratara. Ante ellos, Stark desplegó un plano con un montón de indicaciones y garabatos que no estaba seguro cómo interpretar. Según les explicó había estado trabajando en ese proyecto para mejorar la manera de reducir las emisiones contaminantes en la ciudad, algo de lo que Loki no había oído hablar.
Pasaron media tarde hablando, haciendo una lluvia de ideas sobre mejoras y los problemas a los que se suponía que se enfrentarían a la hora de ponerlo en práctica. Durante aquél tiempo, Loki estuvo sorprendentemente a gusto con ambos. Bruce era un cerebro brillante, algo taciturno, pero con unas opiniones y unas sugerencias muy interesantes. De Stark, a esas alturas poco podía decir de él, salvo que había descubierto una nueva cara de él: la seria, la comprometida con un proyecto y la habilidad que tenía de trabajar en grupo cuando quería. Era muy individualista, pero le gustaba saber que cuando estaban implicadas más personas, aunque a regañadientes, sabía adaptarse.
Llegó la hora de irse para Loki y, aunque había una parte que quería quedarse a su lado, seguir trabajando y compartir esos momentos con él, otra parte le gritaba que se fuera, que huyera ahora que podía, que empezaba a engancharse demasiado y que aquello iba a acabar pronto. Muy pronto. Se fue hacia la puerta y recogió su mochila. Una mano en su hombro lo paró.
Oye- le dijo Tony- supongo que te habrá parecido raro que no le mostrara nuestro pequeño proyecto secreto a Bruce- Loki sonrió al escuchar cómo lo llamaba ‘nuestro’. Asintió- Pero no quiero que sea algo de dominio público, al menos por ahora- él lo entendía y, lo cierto, es que le hacía muy feliz que confiara en él de aquella manera. De nuevo se sentía aprisionado por sus redes.
No diré nada- prometió, sacando una sonrisa de Tony, quién lo miraba fijamente, analizando su expresión. Se quedó mirándole unos instantes, como embobado.
¿Estás seguro que no pasó nada durante la fiesta?- susurró fijándose en sus labios. La proximidad de aquél hombre lo seguía poniendo nervioso.
Seguro. ¿Por qué?- preguntó tragándose los nervios.
Por nada. Sólo quería estar seguro- de golpe, Tony se separó abruptamente- Dentro de un par de días se va a celebrar una de esas galas benéficas que esponsoriza Industrias Stark- lo miró y le sonrió- ¿Te apetecería venir?- Loki se lo quedó mirando, agarrándose al asa de su mochila.
No creo que sea el lugar más indicado para mí- se encogió de hombros, disimulando la incomodidad que esa petición le provocaba- Además, yo no pertenezco a la empresa- Tony dibujó una leve sonrisa.
Eso no es del todo cierto- se apoyó en una de las mesas, dejando ver parte de los restos de las aleaciones que él mismo había desechado- Seguramente eres el miembro más productivo de esta empresa; obviamente después de Pepper y de mí- y le sonrió, acelerando el pulso de Loki. El joven desvió su mirada, cada vez más y más incómodo.
Aún así, no creo que deba ir por… - pero Stark no le dejó acabar, dando un paso hacia delante y posando sus manos en sus hombros.
Bueno, si no quieres venir, no vengas. Pero… - se aleja de él y le guiña un ojo antes de desaparecer para reunirse con Bruce. Loki se quedó mirándole, ahí de pie, respirando algo agitado. ¿Pero? Oh, aquello era un ataque muy bajo. Aún siendo por parte de Stark. Se agarró la mochila, algo cabizbajo y pensativo, y salió de aquél edificio rumbo a casa.