Trataba de negarla la realidad, que de alguna forma sus ojos dorados como el sol le hayan fallado por un momento y no fuera cierto lo que vio o que de alguna forma estuviera durmiendo y pronto despertara de aquella pesadilla. Apenas ayer era el mismo joven risueño y alegre que todos conocían y ahora se encontraba la sombra de él, en su departamento se encontraba Kise perdido en sus pensamientos mientras trataba de no derramar ninguna lagrima. Su desconsuelo y decepción solo iba creciendo mientras la imagen de aquello se repetía en su mente. Desde que vio aquello ha logrado no sollozar pero no sabía si lograría hacerlo por mucho tiempo.
Flashback:
En su trayectoria del estudio a su departamento decidió mejor hacer una desviación e ir por un nieve de Napolitano ya que argumento para sí mismo que hacía mucho calor y no le vendría mal uno. Hace tiempo que no venía al centro comercial así que recorrió el lugar tranquilamente hasta que dio con la heladería Pecados, ingreso y salió rápidamente ya con su helado cremoso en sus manos y degustándolo se dirigía a una zona donde había bancas en las cuales podría sentarse y comer a gusto ya que si no temía que se manchara el uniforme y con ello recibiría una reprimenda por parte de su Senpai.
Mientras estaba en ello empezó a pensar en todo lo que le había pasado en la semana y había dos cosas que lo inquietaban; Su senpai y Aomine. El primero porque desde aquella vez que hablaron por teléfono estaba actuando raro y por alguna razón que desconocía el pelinegro siempre que salía el nombre de moreno parecía que quisiera hacerle algo malo y cruel, siempre Kise hablaba de el como si fuera SUPER GENIAL y aunque para algunos solo lo fuera en el baloncesto, el As de Kaijo parecía en serio adorar a su novio pero Kasamatsu parecía no estar de acuerdo contradiciéndolo cada vez que podía y en ocasiones sin argumentos concretos o válidos.
Y otro asunto que más o menos iba relacionado era su pareja. Decir que hace tiempo que no se veían no sería una mentira, había mensajes o llamadas pero el rubio notaba ese tono de desinterés por parte de Aomine y se preguntaba si lo fastidiaba y no debería molestarlo porque tal vez estuviera cansado aunque aquella idea no podía ser válida ya que resultaba que Aomine seguía faltando a las practicas. A veces se cansaba de ser el único que pusiera de su parte para sobrellevar su relación, desde que empezaron a salir la negativa por parte de muchos no se hicieron esperar y por ello mismo Kise a tratado de comprobar que están equivocados y que su amor aunque parecería ilógico y absurdo podría ser genuino y verdadero pero lograrlo le parecía algo difícil por la actitud de su novio. A esta altura temía que fuera cierto lo que los demás decían sobre ello…
´´Esa pareja no resultara´´
´´Aomine es incapaz de amar, el solo tiene el baloncesto y los senos en su mente´´
´´No duraran´´
´´Eso no es amor, solo es deseo´´
Aunque quisiera no reconocerlo había veces donde parecía que solo tenían sexo casual y aunque mentiría si dijera que no lo ha disfrutado el siempre desea algo más, aunque no supiera la diferencia que hubiera en Hacer el amor y follar, si sabe que algo falta. Su única opción es conversar con él pero algo lo detenía. Durante su profunda reflexión se dio cuenta que ya debía ser hora de regresar su casa así que se levantó de su lugar y se dirigió a la salida y al dar vuelta en una esquina vio lo que al principio era una alucinación pero después de tallarse los ojos estupefacto se dio cuenta que era real.
-¿Q-Qué?....No p-puede ser- susurró
En frente de el a unos metros de distancia estaba su pareja, estaba Aomine abrazando a una chica de cabello pelirrojo corto mientras compartían un fogoso beso y parecería que le estrujaba los pechos. Su garganta se secó y su pecho se comprimió mientras negaba con la cabeza aquella situación y corría en dirección contraria de aquel par, aunque cualquiera hubiera ido a reclamar una explicación, Kise no estaba preparado o mejor dicho no deseaba enfrentarse aquello además era obvio que pasaba no necesitaba ser genio para ver que estaba siendo infiel.
Fin del Flasback
-¿Q-Que se supone que debo…. Hacer?-
Había solo pasado un día desde que vio la realidad con sus propios ojos y aun así no podía ni quería aceptarla. Estaba en una contienda consigo mismo, contradiciéndose.
-N-No es verdad, tal vez lo malinterprete-
-¡No seas idiota! ¡Aquello es verdad!-
-Pero….Aomine-cchi n-nunca… ¡No puede!-
-Ya lo hizo y quien sabe desde cuando ¡Soy un idiota!-
El esmero y el anhelo de poder estar con su antiguo compañero de Teiko ahora se volvían la fuerza de querer negar todo aquello pero tenía aun una parte cuerda que le daba bofetadas para que se controlara. No quería mencionar esto a nadie porque sentiría pena por él y eso no lo necesitaba ya sentía lastima por el mismo no así falta la de alguien más asimismo sabía que se derrumbaría. No ha soltado una sola lágrima porque seria la muestra de su debilidad, seria fuerte ante aquella situación lo sabía pero lo que no sabía era…..como afrontarlo.
-No quiero odiarte……pero tampoco quiero seguir amándote maldito Aomine-
Si su mente dejaba de querer engañarse a sí mismo por solo un momento era cuando llegaban pensamientos perjudiciales que lo apuñalaban más.
-Solo te uso….-
-Nunca te amo como tú lo hiciste…-
-¿Qué se siente el ser usado?-
-¿Qué se siente ser engañado?-
¿Qué se siente estar enamorado?-
-Basta……. ¡BASTA!-
-¿Qué harás?-
-¿Seguirás lamentándote? Normal de un inútil-
-Te venció en la cancha y te usa…..que genial ¿No?
-¡Silencio! ¡Cállate!-
-¿Lo amas tanto para seguir con este juego?-
Abrió los ojos al escuchar aquello se su subconsciente. Tenía razón en algo…. ¿Realmente haría como si nada hubiera pasado? ¿Cerrar los ojos y seguir? No, el realmente deseaba amor y aquello no lo era. El de algo estaba seguro es que odiaba la soledad; le provocaba melancolía y una sensación de frialdad que necesitaba ser eliminada con la sola presencia de alguien que le demostrara que nunca estará solo y si no está consigo mínimo tiene su apoyo, con Aomine deseaba que fuera aquella presencia que le ayudara alejar a la soledad que aborrecía pero….
La soledad es estar esperando aunque el que esperamos este junto a nosotros…junto, al lado pero NO con nosotros.
Kise espero por mucho tiempo el amor, el apoyo y el cariño de Aomine pero esta nunca llego como deseaba, estaba envuelto en una soledad que nunca soportara más. Si nunca lograría tener esa presencia no hacia aferrarse a ella.
Lo enfrentaría y dejaría de seguir anhelando algo imposible. Adiós a la soledad. Adiós….Aomine Daiki. Aunque eso no garantizaba nada ya que después de todo era como tratar de dejar una droga….sabes que te hace daño pero la deseas.
-¿Seré capaz….?
ÒnÓ
El estar confundido le molestaba mucho ya que lo hacía sentir como un imbécil. El tomar decisiones confundido era incorrecto porque aquello ocasionaba que muchas veces pudieras errar en tu elección. Aomine desde hace mucho tiempo se cuestionaba si fue correcto dar una respuesta tan vaga a una interrogante tanta seria como le había dicho Kise hace un tiempo.
Debe admitir que su repentina confesión lo había sorprendido mucho pero que le preguntara si le gustaría salir con el cómo novios era algo que lo dejo sin aliento ni respuestas por un momento. Que no odiaba al rubio era cien por ciento cierto pero no estaba seguro quererlo de esa forma ya que después de todo él era Aomine ¡Aomine Daiki! ¡Un jugador de baloncesto que le gustan las mujeres! ¡Le gustan los pechos! ¡Es hombre!
Ese tipo de pensamientos surcaron su cabeza. Su orgullo de hombre estaba en juego o al menos para él, debía dar una contestación a una interrogante que lo abrumaba mucho ¿Sería capaz de fijarse en un hombre?
En aquel momento decidió tomar la arriesgada opción decir que si e ir experimentándolo poco a poco aquel mundo.
Paso el tiempo y aunque mantenía la relación con Kise anduvo relacionándose con demás personas, entiéndase mujeres que lo satisfacían en su voraz hambre de sexo aunque había algo que aomine había notado hace un tiempo atrás, cada vez que lo hacía y terminaba sentía algo anormal, como si algo faltara y nunca lograba satisfacerse por completo pero lo que no había notado y apenas descubrió hace poco fue que con el rubio no sucedía lo mismo
¿Qué diablos pasaba?
Hoy un viernes por la noche se sentía harto de no encontrar una respuesta a esa interrogante. Encima de él estaba una chica de cabello de color azabache ojos color marrón que intentaba llamar su atención. No se sentía con ganas de hacerlo, no hasta que comprendiera que pasaba.
-Oye, préstame atención o quieres que yo te la de- dijo tratando de sonar sensual e incitarlo
-No quiero- suspiro pesadamente- Puedes irte que hoy no estoy de humor para estar contigo-
-De mejores lugares me han corrido- replico indignada
-¿Y a mí qué?-
Se dirigió a la puerta para cerciorarse que se fuera sin provocar algún problema. Abrió la puerta dejándole el paso pero ella se abalanzo sobre el tomando por el cuello y proclamando sus labios con un empalagoso beso que en si no duro ni 10 segundo antes de que Aomine se alejara pero esos segundos bastaron para romper un corazón.
Aomine volteo a su derecha y vio al As de Kaijo en su puerta con los ojos abiertos pero sin brillo. El ambiente se volvió tenso y la joven no tardo en notarlo y salir huyendo de ahí por la mirada que le dedicaba el rubio, juraría que un segundo más ahí parada y estaría muerta.
Nunca sintió miedo ante nadie, ante ningún adversario pero juraría que la presencia del rubio frente a el de esta forma lo hacía temblar.
-K-Kise…-
-Hehe- su tono de voz era vacío aun cuando trataba de hablar como siempre- Lo siento Aomine-cchi parece que te interrumpí, pero es que mi cel no funcionaba-
-¿Kise?- dijo confundido, aquella actitud le preocupaba
-Aomine-cchi siempre decías que entre más grandes mejor pero ella no las tenía-
-Basta…-
-¿Qué cosa?-
-No hables de esa forma, mira déjame explicarte-
-Mejor guarda silencio y déjame hablar a mí- aquello sorprendió al moreno ya que lo decía con una sonrisa
El dolor que sentía era hondo y profundo pero no se mostraría débil.
-Tengo tres preguntas………. ¿D-Desde cuando me estas engañando?- su forma de hablar era como la de siempre
-¿Qué? ¿C-Como? ¿Por qué quieres saber…-
-Responde-
-No lo sé, unos meses tal vez-
-Ehhh y yo no me había dado cuenta, que tonto soy- saco su lengua mientras se daba un ligero golpe en la cabeza
-Kise- susurro
-¿Nunca fue real?-
-….-
-Entiendo….-
-Kise yo realmente….no quise-
-¿Nunca me amaste?-
-Y-Yo no sé, ¡Maldita sea! ¡¿No te parece extraño?! ¡Somos hombres! Joder ya ni sé que pensar-
-Ya veo-
-Mira de algo estoy seguro es que no quiero que tú te alejes-
-¡Idiota! ¡Imbécil! ¡Maldito Aomine!-
-¿Q-Qué dijiste?-
-¡¿Qué excusa es esa?!-
-S-Solo es la verdad estoy confundido y creo que tú también lo estas de se- fue interrumpido por un golpe en su rostro que provoco que perdiera el equilibrio y cayera de seco al suelo.
Toco la zona afectada y empezaba a saborear el líquido carmesí con sabor metálico que brotaba de su boca. La mirada vacía de Kise se había convertido en una furia que dejo petrificado al moreno en su lugar admirando lo que había provocado.
-¡No te atrevas a decirlo! ¡Yo estoy seguro de lo que siento! ¡No soy como tú!-
-……-
-En serio…. ¡¿POR QUÉ ME ENAMORE DE UN IDIOTA COMO TU?!-
Después de darle una patada en el abdomen salió corriendo sin detenerse aun después de escuchar los gritos de Aomine. Sus piernas lo llevaban lejos hasta llegar a una esquina donde le importo poco que las personas se le quedaran viendo, se sentía vacío, sentía frio, empezaba a temblar y saboreo algo salado.
-¿Q-Que?-
Vio como sus propias lágrimas caían al suelo. Después de todo no pudo retenerlas, después de todo lo único que fue real fue su soledad latente.
-O el idiota ¿era yo? Al final de todo yo fui quien se enamoró- dijo con una sonrisa rota con lágrimas surcando su rostro hasta perderse en la cera.