It was not a mistake
Camina de un lado a otro, tratando de contener lo que sea que estuviese sintiendo en esos momentos. Por Dios, sólo tiene veinte años. ¿Qué se supone que va hacer?, ¿Qué se supone que se hace ante la situación presentada?
Todo comenzó un mes atrás, cuando su libido estaba a punto de alcanzar-literalmente- el cielo. Tenía unas ganas inmensas de tener relaciones sexuales, le picaba la necesidad al grado de querer hacerlo también. Podría culpar a Sehun por haberle dicho que había tenido sexo con Luhan pero no, no podía. Él más que nadie sabía que la acción de un acto sólo era responsabilidad de quien lo ejecutaba.
Por ello hoy estaba en ese tipo de situación y no podía seguir renegando cuando fue él y la otra persona involucrada los culpables de todo.
Jongin deseaba con tanto fervor tener a alguien con quien, al menos, podría desahogar la lujuria que recorría su cuerpo, sin tener algún tipo de compromiso. Por ello e insistencia de Sehun, Jongin terminó el sábado siguiente en un restaurante esperando a un amigo de Luhan, según lo que le había dicho su mejor amigo. Recuerda claramente las palabras de Sehun, un día antes de la cita: Podrías conseguir un buen polvo si lo tratas bien.
Pensó en ello. Tal vez y sólo tal vez podría tener sexo con este amigo de Luhan, quien era totalmente desconocido para Jongin. Lo único que Luhan le había dicho de ese muchacho era su nombre. Do Kyungsoo.
Alrededor de quince minutos estuvo en completo silencio y con su propia compañía hasta que una pequeña y delicada figura hizo acto de presencia. Piel nívea, cabello negro, ojos enormes de un color café oscuro, labios abultados color carmín y en forma de corazón. Es precioso pensó Jongin al instante.
—Hola.-Susurró el recién llegado — ¿Eres Jongin?-cuestionó.
—Hola, sí, mucho gusto.-Jongin habló apresuradamente como también se puso en sus dos pies para luego estar su mano en dirección del otro muchacho —Kyungsoo, ¿cierto?
—Así es.-Asintió el pelinegro —Un gusto conocer Jongin,-sonrió —Luhan hyung me ha hablado mucho de ti y Sehun cada día insistía que tenía que aceptar esta cita.-informó alegremente el más bajito. Jongin no dudo ni un segundo en sonreír porque, diablos, el niño bonito era encantador.
— ¿Crees que te has equivocado en aceptar la cita?-Preguntó con coquetería Jongin, dirigiéndole una mirada silenciosa.
—No lo sé.-Musitó Kyungsoo —Esto apenas comienza, así que aún hay mucho por decir y ver.-aseguró y Jongin rió encantado por la respuesta. Ambos se dedicaron hablar de cosas triviales como también cosas sobre ellos mismo. En cuestión de nada Jongin sabía que Kyungsoo es un estudiante de música, que le gusta cocinar y escuchar música, así como cantar en inglés–aunque el más bajito insiste en que no tiene una buena pronunciación–. Entre risas, platicas y toques sutiles de piel contra piel, las horas se pasaron rápidamente, llegando en el momento que tenían que despedirse.
—Bueno,-Comenzó el más alto —esto ha sido bonito.-sonrió — ¿Valió la pena venir a la cita, Kyungsoo?-cuestionó, una vez más.
—Sí, sí que lo valió.-Respondió con sinceridad el pelinegro, mostrando una hermosa y amplia sonrisa —Sería perfecto si volviésemos a salir, ¿no lo crees?
—Estaré encantado.-Confirmó Jongin. Ambos se miraron en silencio durante un segundo donde, inconscientemente, el más alto daba sutiles pasos hasta posicionarse a unos cuantos centímetros de distancia del más bajito, bajando con lentitud su cabeza hasta nivelarla con la contraria. Sus respiraciones chocaban las unas con las otras, nariz contra nariz. Jongin suspiró en el momento que sus labios capturaron a los contrarios. Sí alguien le preguntase si conocer a Kyungsoo fue lo mejor que le había pasado hasta hace poco, Jongin asentiría y diría que Kyungsoo es lo mejor que le ha pasado en años.
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Las citas, abrazos, mimos, caricias y besos llegaron como también los continuos mensajes que compartían el uno con él otro. Jongin esperaba obtener un buen polvo pero consiguió algo mejor que ello. Y eso era Kyungsoo.
Jongin no tardó en declararse con el pelinegro, quien había aceptado los sentimientos del alto, compartiendo que él también se sentía atraído y que sería inmensamente feliz comenzar una relación, porque sabía que valía la pena.
Kyungsoo veía un futuro para ellos y su relación, así que seguro de sus sentimientos y los de Jongin, entregó lo que jamás había entregado a nadie a su corta edad de dieciocho años: Su virginidad.
Las caricias que ambos compartían a veces se salían del límite permitido y fue así como en una noche que ambos se encontraban en el departamento del mayor, terminaron teniendo relaciones sexuales. Inmersos en la pasión, la lujuria y el amor, ellos olvidaron algo que no previeron antes. Algo importante.
Ellos no usaron condón.
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Jongin se había reunido con Kyungsoo esa tarde en el departamento del último. Estaba preocupado porque Kyungsoo nunca era escueto en los mensajes. Tenemos que hablar seriamente, eso decía el mensaje que Jongin recibió de su pequeño novio y se alarmó totalmente porque podía leer la seriedad de aquellas palabras y no dudo ni un segundo de coger sus llaves e ir hasta el departamento de Kyungsoo.
Cuando llegó, subió rápidamente y tocó la puerta de madera. Escuchó unos pasos dentro del departamento y luego la puerta se abrió, dejando ver a su pequeño y bonito novio con sus ojos rojos. ¿Kyungsoo había estado llorando? Jongin frunció el ceño y entró, cerrando tras de sí la puerta. Sujetó la muñeca de su novio y lo arrastró consigo, dirigiéndose a la sala y finalmente preguntar qué sucedía.
— ¿Qué ocurre?-Cuestionó sin rodeos. Kyungsoo negó —No me mientas.-bramó el mayor —Te conozco lo suficiente, Soo y sé que algo está ocurriendo, así que por favor no me mientas.
—Yo–Jongin lo siento.-Susurró Kyungsoo, rompiendo en llanto —No quería quedar en estado y lo sabes. ¡Debimos usar condón!-gritó el pelinegro en un ataque de llanto — ¡No puedes culparme sólo a mí!-se excusó entre gritos. Jongin comenzó a procesar la información: Estado–condón– ¿Un embarazo? ¿Kyungsoo estaba embarazado?
—Espera–¿Qué?-Jongin no podía salir de su estupor — ¿Estás embarazado?-cuestionó tontamente, a sabiendas la respuesta.
—No nos protegimos y al parecer funcionas bien porque me has dejado en cargo en la primera.-Habló el bajito entre sollozos —Estoy seguro que estas pensando que esto es un error.-Jongin camina de un lado a otro, tratando de contener lo que seaque estuviese sintiendo en esos momentos. Por Dios, sólo tiene veinte años. ¿Qué se supone que va hacer?, ¿Qué se supone que se hace ante la situación presentada? Sabía las repuestas y tampoco dudó en decir lo que su confusa mente le gritaba.
—No fue un error.-Habló, claro y fuerte, deteniendo el llanto de Kyungsoo —A veces un error no siempre es uno.-Jongin tardó en escuchar sus descontrolados sentimientos; incredulidad, confusión, temor, ternura, amor, deseo, necesidad, felicidad. Kim Jongin no dudó en acercarse a su pequeño novio y rodearlo con sus brazos para luego besar su frente —Te amo, Kyungsoo. Me vas a dar un hijo y es la mejor noticia que me han dado en mucho tiempo y lo sé, no estábamos preparados para esto pero definitivamente este error-hizo entrecomillados con sus dedos- no es ningún error. Este bebé es nuestro bebé y el fruto de nuestro amor, Soo.
— ¿No estás molesto?-Jongin negó y le dio un corto besó a Kyungsoo.
—No, no estoy molesto.-Respondió con sinceridad —Incrédulo, tal vez, pero no me importa.-aseguró —Podremos con esto bebé; por ti, por mi y nuestro hijo.-Kyungsoo miró a Jongin con lagrimas en sus ojos y lo abrazó tan fuerte como sus pequeños brazos le permitieron. Sí, algunas veces un error no siempre lo es y de eso estaban seguros los futuros padres.
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