La universidad se había convertido en una aburrida rutina para Sunggyu. Se levantaba temprano por las mañanas, se daba una ducha y después, si tenía tiempo, tomaba un pequeño desayuno antes de ponerse en camino hacia las clases.
Aquella mañana hacía bastante calor, y Sunggyu llevaba una camiseta de manga corta de color verde oscuro, además de unos pantalones vaqueros rotos por la rodilla.
Su compañero de clase, Sungjong, se acercó trotando hacia él, pasando el brazo por su cuello.
“¡Buenos días!” saludó, sonriente.
“Hola.” la verdad es que Sunggyu no era una persona muy mañanera, y los ojos se le cerraban a cada momento con el sueño.
La universidad estaba a unos quince minutos de su casa a pie, por lo que no se tenía que dar mucha prisa para poder llegar allí a tiempo.
Incluso después de tres horas de clase, Sunggyu seguía siendo incapaz de despertarse por completo, y se sentó en la mesa del almuerzo, al lado de Sungjong, y dejando caer la cabeza sobre la mesa con un pesado plof.
“¿Alguien no durmió anoche?” preguntó Sungyeol, otro de sus compañeros.
Sunggyu negó ligeramente con la cabeza, e internamente suplicó que lo dejaran en paz para que pudiera dormir aunque fuera unos diez minutos, o no llegaría vivo al resto del día.
Lo cierto es que se había acostado temprano la noche anterior, puesto que quería ver unos cuantos capítulos de una serie. Pero, cuando quiso acordar, quedaba una hora para que su despertador sonara, y se había acabado las dos temporadas de su serie por completo.
Aún con los ojos cerrados, fue notando cómo sus amigos se iban sentando alrededor de la mesa, y escuchó vagamente sus conversaciones, aunque no es que le interesaran mucho.
Al cabo de unos minutos, el espacio libre a su lado fue ocupado por una persona, cuyo muslo rozó contra el de Sunggyu.
“Vaya, Woohyun, ¿te has cortado el pelo?” preguntó uno de los chicos.
Sunggyu giró la cabeza hacia su lado y entreabrió los ojos, para ver a un borroso Woohyun con el pelo de color morado oscuro, y un corte recto, aunque despeinado por el flequillo.
Sunggyu respiró con fuerza, y todo el sueño que tenía pareció desaparecer de golpe.
Se incorporó en el asiento, y sujetó a Woohyun por la barbilla, moviendo su cara suavemente de un lado a otro, para inspeccionarlo.
“Te sienta muy bien.” dijo, con la voz ronca por el sueño, y pudo notar perfectamente cómo Woohyun se ruborizaba.
Sunggyu se levantó, en dirección a la zona dónde estaban las bandejas de comida, y cogió una manzana antes de abandonar el comedor.
****
Las clases por fin habían acabado, pero Sunggyu se quedó esperando en una de las salas auxiliares, con el pretexto de estar repasando para su próximo examen, el cual tendría lugar en dos semanas.
La verdad es que estaba esperando a que el equipo de fútbol terminara sus prácticas, lo cual sucedía alrededor de las seis de la tarde.
Sunggyu vio el reloj, y calculó que mientras recogía las cosas y se encaminaba hacia la parte del campus dónde se llevaban a cabo los entrenamientos, llegaría justo a tiempo.
Los pasillos estaban prácticamente vacíos, a excepción de algunos profesores y alguna que otra pareja besuqueándose en los recovecos.
Cuando Sunggyu llegó hasta la zona del gimnasio, su respiración era errática y le dolían las piernas. El ejercicio no era lo suyo.
Sunggyu esperó en uno de los bancos a que todos los futbolistas del equipo hubieran dejado el vestuario antes de introducirse en él, cerrando la puerta tras de sí.
El único sonido que se escuchaba era el de la ducha, y Sunggyu caminó hacia allí, colocándose justo al lado del cristal de esta. Las duchas estaban diseñadas de tal manera que pudieras ver de forma difuminada el cuerpo de la persona, excepto en la zona de las partes privadas, donde el cristal era completamente opaco.
De repente, acompañando al sonido del agua, se incorporó una voz, grave y melodiosa, que entonaba una de las canciones favoritas de Sunggyu.
“Woohyun.” dijo, y casi pudo ver cómo el chico daba un salto dentro de la ducha.
“¿Qué haces aquí?” preguntó este, abriendo un poco la mampara y asomando la cabeza. “Que susto me has dado, joder.”
Sunggyu sonrió y le dio un pequeño toquecito con su dedo índice a la punta de la nariz de Woohyun.
“¿Quieres que me una?”
Woohyun se sonrojó y cerró la mampara de un golpe seco.
“¡Espérame fuera!”
Por lo tanto, Sunggyu tuvo que sentarse en uno de los bancos, jugando con sus dedos mientras esperaba a que el chico saliera de la ducha.
Cuando lo hizo, solamente llevaba una toalla alrededor de sus caderas, colgando demasiado holgadamente de estas, para el gusto de Sunggyu, quien tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para mantenerse sentado.
“¿Te gusta lo que ves?” preguntó Woohyun, pasándose una mano por las hebras mojadas de su pelo.
“Bastante. Aunque me gustaría más si esa pieza de tela desapareciera.”
“Una pena, eso no sucederá.”
Woohyun caminó hacia su bolsa de gimnasia, dónde tenía la ropa interior de recambio, y le sacó la lengua a Sunggyu.
“Woohyun.” lo llamó este, y metió su mano en su mochila para sacar una barra de chocolate, la preferida del chico. “¡Toma!”
Woohyun la alcanzó al vuelo, y sonrió como un niño pequeño.
Sin esperar siquiera a haberse puesto la ropa interior, Woohyun rompió el plástico y le dio un fuerte bocado a la barra de chocolate.
Sunggyu se levantó, caminando hacia él, pero el chico estaba tan concentrado en su chocolate que no se dio cuenta de que lo había hecho hasta que lo tuvo delante.
Sunggyu cogió un pequeño trozo de la barra de chocolate y sujetó a Woohyun por la barbilla, obligándolo a mirarlo fijamente y a entreabrir la boca, depositando el trozo de chocolate sobre su lengua.
En un abrir y cerrar de ojos, Sunggyu se había inclinado, atrapando el trozo de chocolate de la lengua de Woohyun con sus labios y, una vez este estuvo dentro de su boca, se volvió a inclinar, envolviendo la lengua del chico con sus labios, lamiéndola.
Woohyun sintió como su estómago daba un vuelco ante la sensación, y su cabeza comenzaba a nublarse.
Algo le decía que debía alejarse e ir a vestirse, pero la lengua de Sunggyu siempre se sentía demasiado bien cuando hacía aquellas cosas que conseguían volverlo loco.
Al final, Sunggyu decidió unir sus labios, besándolo, y Woohyun no tardó en responder al beso, colocando sus brazos alrededor de su cuello para atraerlo más cerca.
El cuerpo de Woohyun colisionó contra una de las taquillas con un sonoro estruendo, y sus ojos se desviaron hacia la puerta, preocupado, pero pudo alcanzar a ver que el pestillo estaba echado.
Las manos de Sunggyu comenzaron a recorrer todo su torso, sus dedos parándose en sus pezones para apretarlos y endurecerlos, mientras que la otra mano jugaba por la zona de su cadera, amenazando con terminar de soltar el agarre que la toalla tenía sobre esta.
El poco contacto estaba siendo una tortura para Woohyun, quién se reclinó aún más contra la taquilla de tal manera que su reciente erección se rozaba directamente contra la de Sunggyu, quién dejó escapar un pequeño gemido contra sus labios.
“Uhmmm.” murmuró Sunggyu, desplazando esta vez sus labios hacia abajo, jugando con su cuello y sus clavículas desnudas.
Esta vez la mano de Sunggyu no titubeó, y deshizo el nudo de la toalla, dejando que esta cayera al suelo. Woohyun dejó escapar un pequeño gemido al sentirse completamente desnudo, pero Sunggyu no le dio tiempo a quejarse, puesto que sus labios estaban esta vez sobre sus pezones, mordiéndolos a placer mientras que sus manos trazaban pequeños movimientos circulares alrededor de su cadera.
Sunggyu se dejó caer al suelo, de rodillas, aprovechando la altura para recorrer el estómago de Woohyun con su lengua, trazando sus delineadas abdominales.
El miembro de Woohyun, el cual estaba prácticamente erecto, pedía atención a gritos, y Sunggyu fue benevolente, inclinándose para recorrerlo también con su lengua.
Woohyun se retorció bajo su agarre, echando la cabeza hacia atrás, hasta que esta chocó dolorosamente contra una de las taquillas.
Sunggyu relamió un par de sus dedos, humedeciéndolos, y entreabrió las piernas de Woohyun lo suficiente como para poder deslizarlos en su interior, mientras con su boca seguía chupando su miembro.
Woohyun llevó sus manos hasta el pelo de Sunggyu, enterrando sus dedos en las hebras de color rojo furioso, dirigiendo el movimiento de la cabeza de este.
A Sunggyu le gustaba cómo se sentía el miembro del chico contra su lengua, y cómo encajaba perfectamente en su boca. Con su otra mano libre apoyada en el muslo del chico para buscar apoyo, Sunggyu aumentó la velocidad, succionando el miembro de Woohyun con ahínco, mientras sus dedos continuaban entrando y saliendo de su interior, dilatándolo para lo que vendría después.
Cuando su dedo índice alcanzó el punto sensible de Woohyun, este no pudo evitar gemir en alto, y Sunggyu sintió una sustancia caliente inundando su boca, la cual tragó, aunque una pequeña parte se escurrió por sus labios, y Woohyun aprovechó para lamerla, recorriendo así con su lengua el cuello del chico.
La piel de Sunggyu, blanca y suave, era la favorita de Woohyun, y este adoraba morderla y marcarla como suya, dejando roales rojos allá por dónde pasaba. Aprovechó para deshacerse de la camiseta del chico, tirándola hacia uno de los bancos.
El estómago de Sunggyu no estaba tan definido como el suyo, pero Woohyun acarició con sus dedos la línea de vello que comenzaba por debajo de su ombligo y bajaba, perdiéndose en el borde del pantalón.
Woohyun jugó con sus dedos con la pretina del pantalón y, cuando por fin los desabrochó y tiró de ellos hacia abajo, Sunggyu los pateó lejos, volviendo a empujar a Woohyun contra las taquillas, y levantando una de sus piernas para ponerla alrededor de su cadera, de manera que sus miembros estaban prácticamente el uno contra el otro.
“Qu-quítate eso...” susurró Woohyun, entre jadeos, y Sunggyu contempló la idea de hacerlo sufrir, pero la desechó porque él no podía aguantar tampoco mucho más.
Tras deshacerse de sus bóxers, volvió a hacer lo mismo que anteriormente, esta vez sus miembros entraron en contacto directo. Ambos movieron las caderas, al compás, aumentando la fricción con la que sus miembros se rozaban, y ninguno pudo evitar que los gemidos se escaparan de sus labios.
Sunggyu se inclinó, uniendo sus labios contra los de Woohyun en un húmedo beso, y continuó moviendo las caderas, frotando sus erectos miembros, hasta que sujetó a Woohyun de tal manera que ambas piernas estaban alrededor de su cintura, y su miembro se deslizó fácilmente en su interior.
Woohyun dejó escapar un fuerte gemido al sentir el miembro de Sunggyu en su interior, grueso y duro, y tampoco pudo evitar cerrar los ojos y continuar gimiendo cuando este comenzó a mover sus caderas de nuevo, penetrándolo una y otra vez.
Sunggyu no tardó mucho en cansarse desde esa posición, y bajó a un aturdido Woohyun al suelo, sujetándolo de la mano para dirigirlo a uno de los bancos.
Sunggyu se sentó en uno de ellos, y atrajo a Woohyun hacia sí, quien muy gustosamente se sentó en su regazo, penetrándose a sí mismo.
Woohyun abrió las piernas lo máximo que pudo para acomodarse en el regazo de Sunggyu, apoyando sus manos contra sus hombros para buscar estabilidad.
Con los pies colocados en el suelo para darse impulso, comenzó a subir y bajar sobre el miembro de Sunggyu, quien tenía los ojos cerrados y gemía el nombre de Woohyun en voz alta.
Desde esa posición, fue bastante fácil alcanzar el punto débil de Woohyun, cuyos gemidos alcanzaron un nivel peligroso, y ambos aumentaron la velocidad de las embestidas, hasta que Woohyun se corrió en un fuerte orgasmo entre el cuerpo de ambos, manchando, sobre todo, el pecho de Sunggyu con aquella sustancia blanca.
Woohyun continuó subiendo y bajando sobre Sunggyu, quien sabía que no podría aguantar mucho más, puesto que el interior de Woohyun ejercía una deliciosa contracción contra su miembro.
Finalmente, Sunggyu también se corrió, en el interior del chico, y lo volvió a sujetar de la barbilla, uniendo sus labios en un beso, esta vez, dulce y sin prisas.
“Debería traerte más chocolate a menudo.”