Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La maldición de la gota de agua por Keiran

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Una horas después de todo lo que había pasado esa noche, desperté… desperté sumamente adolorido de mis brazos y espalda baja, mire a todos lados en mi habitación y no había nadie, la puerta estaba cerrada y la luz de la madrugada apenas si quería comenzar a notarse en el cielo cuando me levante.

Los pantalones del pijama aun los tenía hasta los tobillos, igual que mi ropa interior… estaba sucio de mi vientre y pecho, recordé que había sido porque Jack había deslizado su mano por mi cuerpo después de que me había corrido sobre su mano. Me cohibí en mi lugar parado y sentí que mi mirada fue una llena de tristeza después. Mi primera vez la había tenido con Jack, pero no de la manera en que tanto desee que sucediera, no sabía cómo iba a actuar después de esto… no quería tenerle miedo, pero la duda estaba allí… ¿sería capaz de volver a tomarme por la fuerza?. No lo sé…

Me quite rápidamente el pijama y lo lance al cubo de basura de la habitación de mi madre, jamás, jamás volvería a ponerme esas prendas… me dirigí al baño de mi habitación en una toalla con mucho cuidado de que mi cuerpo no doliera tanto y enseguida me duche con agua helada, lave mi cuerpo con lentitud, tratando de no dejar huella alguna de lo que le habían hecho a mi cuerpo, tratando de que no quedara absolutamente nada de la esencia de Jack en él. Y hacer esto dolía.

Llorando debajo de la regadera, note algo extraño… ahora un color rojo llamo mi atención al mirar mi cuerpo bajo el agua… y era que la marca de esa pequeña gota al lado de mi ombligo se había hecho un rojo carmín muy brillante, le puse atención y me pregunte qué era lo que había sucedido para que hubiera cambiado de un día para otro… esto definitivamente tenía que hablarlo con Alexander cuando llegara en la noche, ya que al estarme hablando acerca de nuestra especie jamás menciono una marca como esta…

¿Y acerca de lo otro? Sería mejor jamás volverlo a recordar…

Pase toda la tarde jugando al solitario en mi computadora, estar distraído era mejor que estar pensando que Jack posiblemente estaba abajo esperando a que bajara o me viera… no tenía miedo, me sentía incómodo, no sabía qué hacer. Lo que Jack había hecho conmigo fue solamente bajar la calentura el verme desnudo le había provocado, lo que más me había dolido fue el que dijera que fingiera sentir que él me amaba como yo a él. Definitivamente todo había salido mal… Mi vida feliz estaba torciéndose… y no sabía si este era solo el comienzo o el final.

Ya era de tarde, casi noche y como era de esperarse no había salido de mi habitación para nada, solo escuchaba de vez en cuando unas pisadas del otro lado de la puerta, tal vez era Jack en el corredor, no sabía exactamente qué era lo que estaba haciendo o si estaba tratando de querer hablar conmigo, así que lo deje pasar… fui y abrí las cortinas de mi habitación y aire entro llevándose el aire guardado de adentro, respire profundamente y al bajar mi mirada vi a Alexander abriendo la puerta del patio con algo al costado, había traído la cena… me vio en la ventana y me sonrió…

—     Baja para que comas algo…— me dijo yo le regrese la sonrisa

—     Claro que si…— reí un poco y alegre me puse las pantuflas para salir de mi habitación, pero al abrir la puerta me encontré de frente con Jack, quien parecía apenas iba a tocar la puerta— J-Jack…— dije su nombre y él fue bajando la mano lentamente hasta su costado— ¿Q-Que sucede? — le pregunte al ver que se me quedaba viendo atentamente

—     No es nada… solo—corto lo que fuera que hubiera querido decir al escuchar como abrían la puerta de la entrada, me miro de nuevo y dijo— No volverá a pasar… no volveré a descontrolarme— fue rápido y cortante, se dio la vuelta para alejarse de mí y yo en un impulso lo tome de la muñeca y lo estire suavemente

—     ¿Por qué lo hiciste? — le pregunte, la voz se me quiso quebrar, pero contuve el tono con dificultad, quería saber si solamente me había utilizado, si solamente había sido la distracción del momento

—     No lo sé Kyle…— me contesto y se soltó de mi— Deja de rondar el asunto… solo olvídalo, es fácil—

—     Contigo nada es fácil Jack… hasta tú lo sabes— le dije, trate de contener nuevamente las lágrimas y él lo noto

—     Yo solo vivo el momento, no me aferro al pasado ¿entiendes? No pienso disculparme, te recomiendo que lo olvides…—

—     Pero… yo—las lágrimas se escaparon de mis ojos con rapidez al escuchar eso

—     Kyle, lo que hice ayer no fue hacer el amor… fue solo sexo, solo eso— limpio una de las lagrimas que se me escaparon y suspiro— No quiero que te apegues a la idea de eso... —

—     Ya no te conozco…— le dije mientras nuestras miradas estaban conectadas y vi como eso lo dejo confundido, jamás creí que llegara a desconocer a Jack algún día, y en estos momentos ante todas esas palabras que me había dicho creí que habían secuestrado al verdadero y me habían dejado a este robot en su lugar

Mis hombros decayeron por completo, y me limpie las lágrimas delante de él, después así de simple al escuchar el grito de Alexander hablándonos comencé a caminar pasando a su lado… en el corredor escuche como el también comenzó a seguirme y bajamos las escaleras algo apartados, me pare cera de la puerta de la cocina y vi como era ignorado olímpicamente por él, entre y vi a Alexander allí, había unos vasos sobre la mesa… ignorando lo que me decía fui y me abrace a él con fuerza, me abrace a Alexander excesivamente fuerte mientras mis ojos desataban un llanto silencioso…

Podría haber llenado hace unos meses un libro entero de las razones del por qué me había enamorado de Jack, podría haber escrito mil poemas haciendo saber a los demás el por qué estaba realmente enamorado de él, podría haberle demostrado de muchas maneras como hubiera sacrificado mi vida por él, pero ahora habían cero cosas que podía demostrar cuanto amor seguía sintiendo… desde que me había transformado Jack se había convertido en mi verdugo, en mi ángel caído, haciéndome sufrir cada vez más conforme pasaban los días…

Después de que Alexander me sostuvo cuando estaba llorando, se preocupó muchísimo por mi… le pedí entre hipidos que no le llamara a Jack, que solo me abrazara y que no dijera nada más, y así lo hizo, me abrazo con fuerza mientras sentía como mi cuerpo temblaba entre sus brazos, no entendía el por qué todo estaba resultando de esta manera y solo unos cuantos segundos desee el poder volver a ser humano de nuevo, para ver si así Jack volvía a tratarme igual que siempre, quería saber si el ser un vampiro era el problema… pero era en vano, no dejaría de serlo así como así. Tenía que aceptarme a mí mismo, tenía que hacerlo… no porque Jack despreciara a los vampiros y a mí por serlo iba a desear dejar de ser lo que soy ahora… así que me fui tranquilizando poco a poco… hasta solo respirar con un poco de cansancio, Alexander me soltó y se sentó a mi lado… en silencio espero y espero, hasta después fue que me hablo.

—     ¿Qué es lo que te sucede? — me pregunto— Estos días has estado algo extraño…—

—     ¿Por qué cuando se es vampiro no se puede dormir como antes? — pregunte mirando fijamente el vaso de sangre frente de mi

—     Exactamente no lo sé, en si nadie de nuestra especie lo ha descubierto… pero, dormimos cada cierto tiempo, yo por ejemplo, no he dormido cerca de unos tres años— lo mire con incredulidad y solo me sonrió— Es normal que te sientas un poco extraño al no dormir, pero ahora te será mucho más difícil conciliar el sueño— se terminó el vaso que tenía en frente y se removió un poco en el banco— Pero no creo que por no dormir hayas llorado tanto…—

—     Bueno…— le mire— Creo que la realidad me dio una bofetada muy dura hace unas horas…—Alexander suspiro— Pensé en que ser un vampiro no es tan agradable como al principio lo creí, no podré estudiar, no podré salir con amigos, no poder ver los rayos del sol nuevamente, Gabriel probablemente pueda ya no querer volver a verme y me tenga terror, tal vez jamás conozca a su hijo, y jamás alguien pueda amarme—

—     Kyle…— me hablo y dude en voltear a verle— ¿Jack te hizo algo…?— me pregunto, yo solo deje escapar un suspiro

—     Claro que no— le oculte la verdad, como me había dicho Jack, era algo que tenía que dejar en al olvido— No me ha hecho nada… en si ni siquiera he salido de mi habitación desde ayer— confesé— Pero… ¿Por qué relacionaste a Jack con mi problema? — le pregunte

—     Porque me he dado cuenta de lo que sientes por el— Me sorprendí, él lo sabía— Hace unos meses me di cuenta… pero como maestro de ambos es mi deber bajarte de las nubes para que no caigas de sentón algún día…— Alexander miro su vaso sobre la formica de la isla completamente vacío y dijo— Las señales que una persona te da acerca de sus sentimientos muy frecuentemente suelen ser confusas, no sabes si sí o si no tus sentimientos son correspondidos, a veces las señales son tan extrañas que jamás te das cuenta de ello… pero lo bonito y hermoso del amor, es que uno jamás deja de sentirlo, aun aunque su relación haya terminado hace años siempre habrá algo que te recordara los días que pasaste con ese alguien quien te hizo sentir en el cielo, en sí, es como una maldición… — sonrió con algo de nostalgia— Te recomendaría que jamás te dieras por vencido, aun aunque sientas que ya estás cansado de intentar, trata de encontrar esas señales, te prometo que nada será en vano…—

—     Sonreí ante su plática— Muchas gracias Alex…—

—     De nada…— tomo el vaso y lo acerco a mí— Come, que no quiero obligarte poniéndote un embudo en la boca—

—     Claro…—

La siguiente semana, Gabriel había llegado a casa por la noche con Lidia y su enorme vientre de ocho meses de embarazo, los chicos no estaban conmigo, se habían ido a cazar y me había quedado solo… cuando Gabriel me vio lo único que dijo fue “¡Santo cielo, pareces un pan crudo, mira que pálido estas!” quiso llevarme al hospital enseguida para ver si no tenía anemia o alguna otra enfermedad extraña, le dije que no había problema… que me sentía sumamente bien, se quedó platicando un tiempo corto conmigo y ese día me entrego las llaves de su camioneta en manos…

—     ¿Por qué me das esto? — le pregunte

—     Pronto cumplirás la mayoría de edad peque— Lidia me sonrió, yo le sonreí por el comentario— Gabriel te llevara a hacer tu prueba de manejo y pagara tu licencia para que puedas manejar el Jeep—

—     ¿El Jeep? — mire hacia afuera y habían dos autos, una camioneta negra y la Jeep azul que tanto me había gustado, en verdad… ¡esto tenía que ser una broma! — ¡No puede ser! ¡¿Es enserio?! — pregunte con mucho entusiasmo

—     Es tu regalo de graduación— me dijo Gabriel y salte a sus brazos feliz

—     Oh gracias Gabriel… en verdad este es el mejor regalo— reía con felicidad mientras Gabriel se apoyaba en el marco de la puerta para que no me lo llevara hasta el suelo

—     Tranquilo, puedes dar una vuelta si quieres pero solo en el vecindario, no quiero tener que pagar una multa antes de que nazca la bebe—Me aparte de él y mire el auto, me aguantaría hasta que se fueran, al menos él ya me había enseñado a manejar hacia unos meses

—     Será después… cuando no estés para regañarme— le dije moviendo mis manos como una mosca

—     Nos llegaran muchas infracciones a la casa cielo— Lidia comenzó a caminar lentamente hacia afuera, ya iban a irse— Vámonos que se me van a hinchar los pies más de lo que ya están…—

—     Ya voy amor— le dijo Gabriel y me miro— Bueno Kyle, me voy, estas semanas no voy a poder venir… yo te llamare por teléfono si ya nació la bebe, te he dejado dinero suficiente para que surtas la despensa estas semanas, los recibos ya están pagados y creo que será hasta que la bebe nazca que vengamos a visitarte—

—     Descuida Gaby… estaré bien— le sonreí al verlo caminar al auto— no quemare la casa—

—     Eso ya lo sé, lo que me preocupa es que no vendré en un buen tiempo… te quiero primo, hasta pronto— abrió la puerta de la camioneta y entro, les dije adiós con una mano y arrancaron el auto yendo a su hogar

Cuando los chicos llegaron esa misma noche, vieron la camioneta afuera creyendo que Gabriel estaba en casa… tocaron la puerta para ser corteses esta vez, y cuando supieron que era mía solo se alegraron por mí. Aunque en verdad solo iba a podré usarla por las noches…

—     ¿Por qué no le dijiste? — me pregunto Jack, estos días nuestras platicas eran muy limitadas, a veces ni siquiera me respondía las preguntas que le hacía, estaba confiando en lo que Alexander me había dicho, no quería darme por vencido aun

—     Por qué no tuve el valor… aparte, Lidia vino también y no quería afectarla por su bebe— dije sentado ahora al lado de Alexander en el sofá

—     ¿vino su esposa? — Alex me pregunto— ¿Cuántos meses de embarazo tiene? —

—     Ocho— sonreí— está a punto de explotar… la bebe viene grande, y le harán cirugía para que nazca—

—     Que horrible, que te abran el vientre como si te fueran a extirpar un tumor… niños que no nacen, son extirpados como un organismo maligno de tu cuerpo— Reí con la cara que Jack estaba poniendo al decir esas cosas— Como extraterrestres…—

—     ¿No dijiste que te gustaban los bebes? — le pregunte

—     Sí, pero saber cómo es que nacen me da fobia…— sobo sus brazos como si le dieran escalofríos, yo solo reí

—     Ya, dejen de estar criticando…— Alexander hablo— por cierto Kyle, mañana por la noche iremos al bosque…—

—     ¿en serio? ¿Podemos ir en la Jeep? — pregunte

—     ¿No te multan? —

—     Si no hago una infracción no… aparte, la carretera hacia al bosque siempre esta despejada, y más de noche, no hay patrullas cerca—

—     Bien, con tal de no caminar— Jack paso los brazos por su nuca y cerro sus ojos con lentitud

—     ¿y que aremos exactamente? — le pregunte

—     Te enseñaremos a cazar— Alexander sonrió

Debo admitir que me sentí nervioso, pero cuando ese momento llego me sentí realmente lleno de valor… Alexander me había prestado una especie de navajas sumamente pequeñas, como las que llevan los cortaúñas… casi toda la noche me enseñaron a lanzarlas, tenía una muy buena puntería según me había dicho Alexander ya que solo fallaba una vez de las diez oportunidades que tenía… Después de un rato de haber estado vagando por el bosque y ver la flora que había en el me dejaron solo para ir en busca de alimento, encontré un venado que estaba comienzo una especie de corteza de uno de los árboles y en sigilo me acerque lo más que pude, ya cuando estuve lo suficientemente cerca le lance las navajas con rapidez incrustándose todas en su cuello y cabeza… cayo inconsciente al suelo en instantes sin ni siquiera correr y aplaudieron atrás de mí. Lo había hecho genial. Pronto Alex me daría un arma propia… y así, después, comenzaríamos a buscar que clase de don me había sido otorgado por dios.

Pasaron las semanas muy lentamente, Jack y yo solamente hablábamos lo normal, aunque a veces era sumamente cortante conmigo y se enojaba de la nada… ahora que lo veía tenía un carácter voluble. Cuando Alexander me entrenaba por las noches en el patio trasero de mi casa siempre estaba haciendo que me esforzara al máximo, desde movimientos rápidos de pelea hasta lanzar esas navajas pequeñas o pelear contra él, me había hecho demasiado ágil, mi cuerpo resistía mucho más y si llegaba a cortarme mis heridas sanaban rápidamente, en solo dos días ya no había cicatriz alguna… todo fue cambiando después de un mes. Tenía demasiada hambre, la garganta me quemaba mucho más rápido que antes pero Alexander no me dejaba ir solo al bosque a cazar, porque a pesar de que ya tuviera un entrenamiento básico y muy completo jamás había puesto en práctica mis nuevas habilidades, me ponía de mal humor cuando no comía a las horas que mi cuerpo me lo pedía, y cuando llegaba Alexander enseguida me servía mi alimento…

La hija de Gabriel ya había nacido y decidieron llamarla Sharon, un hermoso nombre según mis gustos… aun aunque había dicho que iba a venir a verme, solo pasaba para dejarme el gasto de las semanas y se iba, porque necesitaba trabajar horas extras o cuidar de la niña y Lidia, en lo que necesitaran. Estaba contento por ellos, ahora su familia era más grande y Lidia estaba pasando los días de la cuarentena que le restaban tranquila en su hogar…

Después de dos meses de ese suceso terrible en la habitación de mi madre, las cosas con Jack habían cambiado y me resultaba creíble que nuestra relación ya no fuera como antes, evitaba quedarse solo conmigo en la habitación y se iba fuera de la casa la mayoría del tiempo cuando Alexander no estaba, últimamente me estaban diciendo que no podría vivir aquí por mucho tiempo, ya que los vecinos estaban notando su presencia que jamás se iba de mi hogar… me estaban tratando de enseñar a volar y para serles sincero nadie quiere ver por la ventana y que alguien este flotando en el patio del vecino. Así que entendía el por qué Alexander quería que pronto nos fuéramos de mi hogar, y era obvio, yo tampoco iba a poder quedarme allí para siempre…

Mi cuerpo por el contrario se sentía realmente diferente, me sentía de un muy malhumor el día de hoy, y más que nada ahora al comer me daban muchos ascos… tan solo me tome un poco de esa sangre en mi vaso fui al fregadero y sentí como los chico me veían comenzar a vomitar…

—     Creo que aun tienes algo de repelencia a la sangre— me dijo Alexander desde donde estaba sentado— ¿en verdad estas bien? —

—     No se…— me lave la boca ante la mirada de ambos— Mi estómago está muy sensible últimamente— les dije y me erguí en mi lugar— Creo que estoy enfermo…—

—     Los vampiros no nos enfermamos…— Jack me contesto yo voltee a verlo a él y después a Alexander

—     ¿Es verdad eso…?—

—     Si, ninguna enfermedad nos afecta, incluso si tenías cáncer siendo humano y jamás te enteraste de él, en estos momentos ya no lo tienes—

—     ¿Por qué crees estar enfermo? — me pregunto Jack

—     Me siento últimamente muy fatigado, por las prácticas de Alexander, la caza, la sangre ya no me sabe bien… y el olor de ustedes…— dije inconscientemente y ambos alzaron una ceja curiosos

—     ¿Nuestro olor? — pregunto Jack— ¿nuestro olor te molesta…?—

—     No es que huelan mal… pero, es muy intenso, y me dan ganas de vomitar cuando estoy en la misma habitación que ustedes— hice una mueca al ver como Alexander estaba a punto de reírse— No te rías, es en serio… no he podido comer bien desde hace días, aunque me esfuerzo de las tres veces que me alimento en el día me esfuerzo por al menos no vomitar mucho—

—     Bien, es bueno que te esfuerces por no vomitar mucho…—Me dijo borrando un poco su sonrisa, fue entonces que recordé la marca que tenía al lado de mi ombligo, y yendo hacia el me levante la camisa, Jack frunció su ceño, y me miro molesto— ¡¿Q-Que haces niño sin vergüenza?! — Alexander se tapó el rostro al ver mi pecho descubierto y las líneas que iban hacia mi pelvis

—     No soy un sin vergüenza… mira— le señale la marca en mi estómago plano—Tal vez me siento mal por esta marca ¿ustedes no la tienen? — les pregunte, Alexander se destapo la cara y miro la marca de una manera indiscreta

—     Claro que no…— me dijo Jack y tomo la mano de Alex cuando estaba a punto de tocar mi estómago y se miraron unos momentos, eso me confundió, después Alex me dijo

—     ¿Te hiciste un tatuaje? —

—     No, apareció después de que me Jack me transformo, era azul al principio… y luego…—pensé un momento en ese día, recordé los gemidos de Jack en mi mente y las marcas que traía aun algo notorias en mi pierna cuando todo había terminado, pero interrumpieron mis pensamientos tronando los dedos frente a mi

—     Despierta niño… ¿y luego qué? —me pregunto Alexander

—     Al principio era azul y después se hizo roja, una semana después—confesé y mire a Jack como lo miraba antes, el solo aparto la mirada de mis ojos mirando a la ventana

—     Definitivamente no la tenemos, es extraño que tengas esa marca ahora… — Alexander se levantó— es rara y extraña…—

—     ¿entonces por eso estaré así? — baje mi camisa lentamente mientras Jack me miraba con detenimiento

—     Es muy probable, en ningún otro vampiro he visto ese tipo de marca, si las cosas empeoran es mejor que te lleve ante el consejo, es lo mejor para que examinen tu caso con detenimiento… el señor Link es muy minucioso cuando se trata de algo extraño— Alexander me respondió…

Después de haber comido un poco más las náuseas no se hicieron esperar, fui a mi habitación para recostarme un poco y nada podía quitármelo… me levante de la cama y a tientas entre la oscuridad trate de sostenerme del buro en donde tenía mi despertador, pero caí al no haberme sostenido bien y la lámpara cayo a mi lado rompiéndose, me sentía mareado… y una incomodad horrible se albergó en la boca de mi estómago, me levante del suelo trate de caminar hasta el baño… enseguida alguien abrió la puerta, era Alexander… quien al ver mi rostro se acercó rápido al verme recargado en el marco de la puerta.

—     Kyle ten cuidado…— me sostuvo— ¿Estas mareado...? —

—     Llévame al baño por favor…— se lo suplique prácticamente, apenas me inclino un poco delante del retrete regrese todo lo que había intentado comer, la sustancia roja pintando ligeramente el color de la cerámica me hizo tener muchos más malestares de los que creí y las ganas de vomitar siguieron

—     Demonios… Jack se ha ido a cazar, tengo que llevarte a la penumbra pronto, no sé qué hacer ante esto, no es normal que te sientas así… si no comes adecuadamente entraras en un delirio— Alexander sobaba mi espalda con insistencia al escucharme vomitar— Relaja tu estomago Kyle… necesitas respirar ¿de acuerdo? —Trate de relajar mi estómago lo más que pude, pero así como así los espasmos seguían haciendo que se pusiera duro, me apoye en el tanque del retrete y me eleve un poco, pude respirar mejor, el mareo seguía, pero al final pude controlar mejor mi cuerpo que hacía unos segundos— Le dejare una nota a Jack… tendré que tomar la Jeep para llevarte debido a que aún no sabes volar ¿de acuerdo? ¿Dónde están las llaves? —me pregunto

—     Se cayeron al suelo cuando me caí por el buró…— le dije lentamente— ¿Jack regresara hasta mañana no es así? —

—     Alexander fue por las llaves y me respondió desde afuera— Así es, de todas maneras cuando volvamos le  en dos días le explicaremos todo lo que ocurrió…—

Con ayuda de Alexander pude bajar por las escaleras y llegamos al auto, me puse en el asiento del copiloto y ajuste el cinturón de seguridad, enseguida el auto comenzó a andar en plena noche, pasaban algunos autos por la angosta carretera al lado de nosotros y una pequeña lluvia comenzó a caer fuera… veía en la ventana como pequeñas gotas chocaban contra el vidrio, ¿Qué era lo que estaba pasando conmigo? ¿Por qué me sentía de esta manera? Jamás me había sentido así en toda mi vida… y por alguna extraña razón todo me estaba recordando en algo a Lidia.

Cada vez el bosque se hacía más espeso, comenzábamos a alejarnos de la ciudad, y al ya ir muy lejos por el camino desapareció la carretera para darle paso a un cierre… había un letrero que decía “Precaución, acantilado” Alexander lo único que hizo fue retroceder un poco en el camino y muy lentamente sobre paso la carretera para adentrarse por el bosque, la camioneta se meneaba con lentitud, Alexander era cuidadoso al manejar… pero a mi esos movimientos me provocaban muchos malestares… el tiempo que pase dentro de la camioneta me pareció eterno, calculaba que habían llegado a pasar alrededor de tres horas estando sentado allí, me removí incómodo y al final me hice una bolita en mi asiento mientras tocaba un poco mi estómago… de repente Alexander hablo…

—     ¿Te sientes mejor o aún sigue allí? — me pregunto

—     Me siento un poco mejor, ya no tengo tantos ascos— le dije enderezándome en mi asiento, y baje las piernas

—     ¿Vez ese lugar de allí adelante? — me señalo frente al parabrisas— caminaremos solo unos diez minutos y llegaremos a la penumbra… ¿te grabaste el camino hasta acá? —

—     No, no estaba poniendo atención por donde pasábamos…— le conteste mientras el detenía el auto y desabrochaba su cinturón de seguridad, desabrocho el mío con rapidez y abrió su puerta

—     Descuida, ya te grabaras el camino de regreso— me dijo antes de bajar, yo abrí la puerta de mi lado y salí despacio, cerramos bien el auto y enseguida pude oler la hierba, las hojas, todo lo que caracterizaba al bosque… los arboles de este lugar eran sumamente altos y espesos, las raíces sobresalían de la tierra realmente enormes y Alexander me hablo para que caminara a su lado…

Al pasar los minutos vi como llegábamos cerca de un puente de piedra, se veía realmente extraño, había algo de agua abajo y rocas… pero entre la oscuridad no podía diferenciar exactamente a que altura estaban… Alexander me tomo de la mano y me invito a caminar por encima de ese puente que parecía tener algunas reparaciones en lugares donde se habían desmoronado el concreto del que estaba hecho, al seguir caminando llegamos a una pared, una pared que parecía también hecha de rocas y algunas plantas sobresalían de partes que tenían tierra… esperamos unos momentos, y Alexander al tocar la piedra se asustó un poco al sentir que esta pared comenzaba a abrirse lentamente, yo apreté su mano con fuerza por haberme asustado…

—     Tranquilo…—me sonrió entre la oscuridad y yo me acerque a él sin dudarlo, ¿Por qué la pared estaba abriéndose de esa manera? ¿Qué clase de edificio era este?

—     ¿Qué esta pasando? — le pregunte, enseguida al abrirse las puertas vi a cuatro personas detrás, quienes estaban abriendo las compuertas hacia adentro de esta montaña, nos invitaron a pasar con una sonrisa, Alexander me estiro y entramos, escuche como las puertas comenzaron a cerrarse y adentro había antorchas encendidas en las paredes…

—     Esta es la penumbra… aquí vienen vampiros de todo el mundo a las reuniones— me dijo el, Alexander parecía hablar orgulloso del lugar— Iremos a la cámara sagrada y…—

Escuche un grito que me asusto en sobremanera, y ambos nos abrazamos con fuerza, nos habían dado un susto de muerte al escuchar esa voz atrás de nosotros y el cómo nos tocaron las espaldas de una manera horripilante… era una chica, una chica pelinegra que tenía unos ojos mieles muy bonitos iluminados por la luz de las antorchas…

—     ¡Capitán Alexander! — Alex se pegó a la pared conmigo en sus brazos y al verla simplemente dejo escapar un suspiro realmente largo mientras cerraba los ojos aliviado— ¿Ha venido a ver a mi tío Link? —

—     ¡Niña Glaw me ha asustado horriblemente! — Alexander le alzo la voz a la chica y me aparto un poco de el

—     Lo siento mucho… hoy me ha tocado hacer guardia y al verlo no pude evitar bajar de las celdas y sorprenderlo— nos dijo sonriendo, me vio a mí y su sonrisa aumento— ¿Quién es él, capitán Alex? —

—     Se llama Kyle… necesita hablar con el señor Link de algo importante— Alex le respondió rápidamente

—     Oh, pues… vengan, los llevare al comedor… creo que allí están todos cenando— la chica comenzó a caminar por ese estrecho corredor y comenzamos a seguirla

Pasamos por varias habitaciones y comencé a ver a muchas personas diferentes, desde muchachos de mi edad hasta hombres que se veían grandes de edad… cuando pensé en el señor Link y en que tenía más de cuatro mil años de edad pensé que vería a un hombre con una larga barba y arrugas en el rostro, entramos por otra puerta y con lo que me encontré fue todo lo contrario… había algunas personas sentados a una mesa realmente grande, casi del tamaño de la habitación con muchas sillas alrededor, enseguida al escuchar ellos nuestra entrada se levantaron al ver a la chica y a Alex quien enseguida los saludo con una pequeña reverencia…

—     Buenas noches…— un chico de pelos blancos se levantó y nos dirigió una sonrisa tímida— ¿Cuántas veces te he dicho que no tienes por qué hacerme reverencia Alexander? — su voz era delgada, y en verdad él era un hombre muy guapo

—     En verdad, no me sentiría cómodo si no me dirigiera a usted con respeto— Alexander le sonrió

—     Está bien, solo hoy lo pasare por alto…—me miro a mí y me tomo la mano en un saludo— Hola, es un gusto conocerte…—

—     M-Mi nombre es Kyle— le dije un poco apenado

—     Señor Link, ha venido para hablar de un asunto importante—

—     ¿En verdad? ¿Qué clase de problema? —

—     B-Bueno…— mire atrás de él y los otros muchachos estaban viéndonos, igual que esa chica llamada Glaw, sentía mucha vergüenza, enseguida el señor Link volvió a hablar

—     Entiendo, entiendo… vamos a una habitación ¿de acuerdo? Are que te sientas más cómodo en donde estos idiotas no te estén mirando como un trozo de carne— Asentí y comenzamos a caminar fuera de la cocina, Alexander se quedó allí, parecía que me iba a esperar hasta que regresáramos

El señor Link era realmente joven, se veía prácticamente de la misma edad que Jack, su pelo era sumamente largo y era algo más alto que yo, enseguida me guio a una habitación como cualquier otra… allí me pidió que me sentara en la cama… y comenzamos a hablar

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).