Capitulo 2 – Familia
-¿Pero cuando recuperare mis recuerdos? –miro el suelo afligido.
-Puede durar días, meses, años...
Quede mirando a un punto de la habitación. Estaba en shock. Mi cabeza comenzó a hacerse diversas cuestiones sin respuestas posible en ese momento.
“¿Acaso iva a recuperar mi memoria alguna vez? ¿O viviría toda el resto de mi vida sin saber nada de mi? ¿Porque me siento como prisionero de mi propio vacío? ” -la única respuesta posible de saber quien fui me surgió de golpe.
-Mi familia...-susurre.
-¿Como?
-¿Le avisaron a mi familia que desperté? -abrió los ojos sorprendido. -Seguro que ellos estaban muy angustiados por mi. Aunque yo no tenga recuerdos de ellos seguro estarán felices por verme. -Vi como el doctor bajaba la mirada. -¿Que sucede?
-Lanny...tu...no tienes familia. -quede pasmado.
-¿Que? -no podía creer eso.
-Eres huérfano. -muy dentro de mi supe que el doctor dijo la verdad pero no lo pude aceptar.
-Miente...no es posible...-dije moviendo la cabeza.
-Lo siento.
-No es verdad. -grite.
-Tranquilo...se que puede ser difi... -Me tapo las orejas para no escucharlo.
-Vetee...-volví a gritar enojado. Sentía mi vista nublarse. -Déjame solo. -me cubrí por completo con las sabanas, me hice un ovillo debajo de ellas y le di la espalda al doctor.
-Lanny...discúlpame...por favor...-puso una mano sobre mi espalda.
-No me toques...-dije rabioso.
-Pero hay alguien..
-Solo lárgate. -cerré los ojos intentando parar las lágrimas.
Escucho sus pasos alejarse de mi y la puerta siendo cerrada. Quedando toda la habitación en silencio.
Mis lágrimas empezaron a salir sin parar. Inundando mi rostro. Como un diluvio. Acompañadas de un fuerte sollozo desgarrador proveniente de mi pecho. Toda la angustia y la incertidumbre dentro de mi, que se había acumulado desde el primer momento que desperté estallo en ese momento.
Agarre con fuerza las sabanas, las apreté hasta que mis manos temblaron por la fuerza y las tire hacia un costado furioso.
Comencé a patalear lleno de rabia, golpeando mi cabeza sobre la almohada y mis piernas y brazos sobre la cama. Eso provoco que se moviera el tubo de plástico del suero y golpeara sobre la barra metálica de la cama. Lo tome y lo arranque de mi brazo de un solo tirón. No dolió tanto, pero si lo hizo el sacar el drenaje. Seguro me había hecho daño pero lo ignore.
Quería salir de esa maldita cama a toda costa. Moví las piernas despacio hasta la orilla de la cama y me senté allí.
Me limpie los ojos con la mano, ya que las lágrimas estorbaban. Observe el piso debajo de mi por un momento. Sabia que podría caerme si me paraba. Por lo que opte por tomarme del tubo de metal donde estaba el suero. Lo tome y lo moví un poco. Parecía bastante seguro. Apoye la punta de mis pies sobre el piso frío. Sujetándome de mi bastón improvisado. Impulso mi cuerpo hacia arriba y noto mis piernas tambalear un poco. Me sostengo mas fuerte del tubo. Este bambalea un poco pero logre no caerme.
Moví las piernas unos cuantos segundos para darle fuerza a mis articulaciones y se acostumbren a que estar parado. Comencé a avanzar lentamente con pequeños pasos. Sin dejar de sostenerme del tubo de metal. Note como mis pies eran pesado y a veces se arrastran.
Avance hasta la segunda puerta entre abierta que conducía a un baño. Cuando estaba frente de ella, la abrí del todo con mi mano y alcance a prender el interruptor de la luz.
Entre y me sostuve del lavado para no caerme. Note que había un espejo encima de este y me vi por primera vez. Tenia la cara demacrada, los labios resecos y la piel muy pálida. Parecía un muerto en vida. Mi cabello negro se encontraba apagado y me llegaba hasta los hombros. Tapando mi cuello enflaquecido y mis ojos verdes. Que denotan tristeza y angustia.
Toque el espejo. Acariciando el reflejo de aquel joven con mirada abatida. Desconocía quien era, lo que había vivido y quien era su familia.
-Tu no tienes familia...-las lágrimas descendieron por sus mejillas.
Retrocedí al ver que mi reflejo negaba, sin mover la barra de metal, lo que produjo que esta se tambaleara hacia los costado y cayera junto conmigo. Mi cuerpo se impacto contra el suelo y mi cara se estrello contra la superficie fría del piso.
-Mierda...
Maldije al sentir un gran dolor por todas partes. No sabia si me había hecho algún daño, aun así no se comparaba con el que ya tenia.
Cerré mis ojos al sentir mas lágrimas salir y golpie con mis puños enojado el suelo. Solloce y gemí de mi propia impotencia.
-Soy un inútil...-dije golpeando con mas fuerza el piso.
No entendía para que dios me había despertado. Si era un completo torpe que ni siquiera podía mantenerse parado y se veía como si fuera un muerto. Para que seguir en este mundo cuando estaba solo y sin familia. No tenia a nadie.
-Hola...-escuche una voz desconocida. -¿Lanny?
Alce mi mirada hacia la puerta, vi a un chico parado en el marco. No sabia quien era. No bestia el uniforme ni de médico ni tampoco el de enfermero.
Empecé a mirarlo desde las zapatillas negras, pasando por unos jeans desgastados y una simple remera sin mangas negra que muestra sus anchos hombros. Al ver su cabeza, note su tez trigueña y cabello castaño.
Me percate que se encontraba observándome con los ojos abiertos como platos.
-Dios...¿Que te sucedió Lanny? -dijo acercándose mi.
-¿Quien eres? -el detiene su avance y se arrodilla.
-Erik. -me mira triste. -Déjame ayudarte... -estira sus manos hacia mi.
-No necesito tu ayuda. -las aparto. -Yo solo puedo levantarme.
Busco con mi mirada un lugar para apoyarme, encontrando el inodoro a mi costado. Con los codos intento levantar mi torso. Para así poder alcanzar el borde del inodoro.
-Vamos déjame...-volvió a insistir.
-Que no...
Levanto la mano y me semi incorporo. Logrando al fin poder sentarme sobre el piso.
-Ves si puedo. -sonrío victorioso. El solo gira los ojos.
Mire mi el tubo de metal, que para mi mala suerte estaba justo al lado de Erik.
-¿Ahora necesitas ayuda? -dijo sonriendo ese tipo.
-No...-lo fulmino con la mirada.
Sin el tubo de metal se me dificultaría mucho mas el poder levantarme. Pero no me pensé en rendirme tan fácilmente. Me agarre del inodoro y con todas las fuerzas que tenia logre a levantar una de mis rodillas para apoyar mi pie sobre el piso. Intento con la otra rodilla. De a poco me voy parando. Sin embargo mis piernas aun están demasiado débiles para aguantar mi peso solas. Se doblan. Cerré mis ojos al instante. Asustado.
Por la gravedad caí hacia adelante pero no llegue a tocar el suelo porque Erik se interpuso al instante y me sostuvo en el aire. Mi cara choco contra su pecho y me sujete sin pensarlo de su remera. Sus brazos rodearon y tomaron mi cintura para que no cayera. Me atrajo mas contra el. Pude sentir su cuerpo solido y cálido.
-Te lo dije...-abrí lo ojos y lo miro. -Necesitabas mi ayuda. -sonríe. Mis mejillas arden.
-No la necesito...-intento zafarme. -Suéltame...idiota... -golpeo su pecho. Lo escucho reír. Dios parece que le hago cosquillas. De que esta hecho este tipo.
-Esta vez no...agárrate de mi cuello.
-Eh...-Me levanta hacia arriba. -¿Que haces? -siento una mano debajo de mis piernas. -Pervertido. -grito furioso.
-Tranquilo...-pone su otra mano en mi espalda y me resbalo hacia abajo. Sin pensarlo me tomo de su cuello para no caerme. -¿Yo era el pervertido? -sonrío burlándose de mi.
-Estas loco...-grito moviéndome para que me soltara.
-¿Te vas a quedar quieto o quieres caerte? -lo miro con odio y me calmo. Aun siento mi rostro caliente. Nose si por la furia o la vergüenza que siento. -Buen chico.
-¿Quien eres? -dije mientras salimos del baño.
-Erik...-giro mis ojos.
-No tu nombre...¿que haces aquí? -llegamos al lado de la cama.
-Ayudarte...-me recuesta suavemente, como si fuera a romperme.
-No soy frágil. -lo fulmino con la mirada.
-¿Querías que te lanzar a la cama? -vi como se levanto del suelo la sabana.
-Me refiero a que dejes de tratarme como a un bebe. -el pone la sabana sobre mi.
-Entonces deja de portarte como uno. -dijo subiendo la sabana. -Estas sangrando. -Yo me apoyo en mis codos para ver que mis piernas tienen sangre.
“¿Sera por el drenaje?”
Note como el se quedo mirando mis piernas. No muy arriba esta mi bata y debajo de ella no hay nada. Siento mis mejillas arder mucho mas que antes.
-No mires...-agarre lo mas cercano que tenia en ese momento, la almohada, y le pegue con ella.
-Oye...tranquilo...-se protegió con sus brazos de mis ataques.
-Pervertido. -nose que pasaba por mi mente en ese momento pero seguí golpeándolo.
-Solo...estoy preocupado....
-Mientes...degenerado. -lo golpie mas fuerte que antes.
-Para...-toma la almohada deteniéndola. -Estas confundiendo todo. -me mira serio.
-Sal de mi habitación...pervertido. -grito tirando de ella pero el me la quita y la tira al suelo.
-Ya deja de hacer rabietas. -me agarra de las muñecas.
-Suéltame. -forcejeo para que me suelte, pero tiene demasiada fuerza. -Solo mi familia puede estar aquí. -me sentí triste al decirlo.
-Yo soy tu familia. -grita. Me detengo.
-Mientes...el doctor me dijo que soy huérfano...no puedes... -me percato que sus ojos son color miel reflejan tristeza.
-Aunque...no tengamos vínculos sanguíneos...crecimos juntos...como hermanos. -su mirada era firme. Creí en ese momento que no mentía.
-Yo...no lo sabia...-suelta mis manos.
-Iré por Martín. -dio media vuelta y salio de la habitación.
Mientras tomaba la sabana y la subía hasta mi cintura, pensaba que había exagerado un poco. Erik solo trato de ayudarme e incluso se molesto en traerme a la cama. Estaba seguro que lo lastime al negar que eramos familia. Si era cierto de que eramos familia. Entonces no estaba solo. Quería golpearme la cabeza por tonto. Seguro Erik estuvo todo ese tiempo sufriendo por mi y al llegar se encuentra con un inútil que no puede pararse y encima lo golpea.
La puerta vuelve a abrirse,vi entrar rápido al doctor, que traía un botiquín, y seguido por Erik.
-¿Que sucedió? -yo miro hacia un costado apenado. Estoy seguro de que el doctor miro el suero y el drenaje tirado en el suelo.
-Vi sangre en sus piernas. -dijo Erik.
-Seguro fue por sacarse el drenaje. -suspira.
-Estaré afuera. -vi salir a Erik.
El doctor me atendió la herida y me limpio el resto de sangre que había salido. Durante todo ese tiempo no dijo ni una palabra de lo que ocurrió en la habitación. Solo se limito a hacer su tarea. Yo se le agradecí mentalmente. No quería hablar en ese momento sobre lo ocurrido.
-El siempre te visitaba...-comento.
-¿Erik?
-Si...listo. -dijo cerrando su maletín.
-Gra...gracias. -puso su mana sobre mi cabeza y la revolvió.
-Pórtate bien. -lo mire sorprendido y me sonroje. -Le diré a Erik que ya estas listo. -lo vi salir.
Unos minutos después, Erik entro y se sentó junto a mi cama. Quedamos en silencio. Parecía que ninguno de los dos sabia como empezar la conversación. Así que decidí disculparme por todo lo ocurrido.
-Lo siento...yo no...
-No tienes la culpa...-lo mire. El estaba sonriendo. -Fue mi culpa...un extraño entro a tu habitación y sin permiso te levanta. -lo veo apenado.
-Solo intentabas ayudarme...además no eres un desconocido.
-Acaso me recu...-niego.
-El doctor me contó que siempre vienes a verme. -dije apenado. -Lo siento.
-Hagamos borrón y cuenta nueva.
-Ok.
-Soy Erik Ramos. -me ofreció la mano. Yo la miro y sonrío.
-Lanny Miller. -nos estrechamos la mano.
-Lose. -ambos reímos.
-¿Como nos conocimos? -lo veo pensar.
-Hace 8 años atrás, en la ultima casa transitoria en la que estuve.
-¿Que son?
-Ahí es donde dejaban a los niños sin familia...así nos solía llamar la vieja bruja que debía cuidarnos -su cara se pone seria. -Ella creía que eramos ganado.
-¿Porque? -lo miro preocupado.
-Para que ella se quede con todo el dinero que le entregaban para cuidarnos.
-Es una bruja sin corazón.
-Si, la mayoría del día nos tenia encerrados y nos pegaba sino hacíamos lo que ella quisiera...solo nos daba una comida al día.
-¿Que sucedió con esa mujer? -sonríe.
-Esta en la cárcel...hace unos años fue acusada de abuso de menores.
-Me alegro.
-Si, algunos personas se enteraron de lo que hacia y la denunciaron.
-Lastima que eso fuera después de que nosotros nos escapáramos...me hubiera gustado verla con las esposas puestas.
-¿Escapamos? -levanto una ceja sorprendido.
-Claro, era la única forma de salir de ahí.
-Oh...¿solo nosotros dos? -asiente.
-Los demás tenían demasiado miedo de la bruja...además solo a ti se te ocurriría huir en medio de una tormenta. -ríe.
-¿Eh?
-Si...esa noche se corto la luz en todo el barrio y aprovechamos en irnos sin que nadie se diera cuenta.
-¿Que paso después de eso?
-Pues...estuvimos viviendo en edificios abandonados...no duro mucho porque tiempo después cumplí 18 años y pude empezar a trabajar.
-Ahora cuantos años...
-Tengo 25...lose parezco mas viejo. -ríe.
-¿Que paso con mi familia? -dije nervioso. Sus ojos se entristecen.
-Según me comentaste tu madre murió de una enfermedad...y a tu padre nunca lo conociste.
-Ya veo. -miro mis manos afligido.
-Nunca te gusto hablar mucho sobre tu mama...pero por la forma que lo hacia estoy seguro que la querías mucho.
-Supongo que si.
-No estés triste...a pesar de todo lo que pasamos siempre salimos adelante juntos. -sonríe. -Incluso tenemos nuestro propio departamento. -levanto una ceja.
-¿Tenemos uno? -asiente.
-Unos meses antes de que cayeras en coma, pudimos comprarlo.
-Genial.
-Si, lo mejor de todo es que esta muy cerca de mi trabajo.
-¿Donde trabajas?
-Soy guardia de seguridad de un club nocturno.
-Debe ser un trabajo peligroso. -lo miro angustiado.
-Jajaja...es bastante tranquilo...en general la mayoría del tiempo tenemos que lidiar con algún borracho busca pleitos.
-Ten cuidado.
-No te preocupes...soy bastante fuerte. -ríe.
-Pero...no quiero que te suceda lo mismo que a...-se me corto la voz y baje la cabeza.
-Oye...oye...todo estará bien. -se sienta sobre la cama. -Nada malo va a pasarme...ni a ti tampoco...-levanto mi barbilla. -Yo te protegeré...lo prometo.
-Gracias. -lo abraso.
-¿Porque? -siento sus manos en mi espalda.
-Por no dejarme solo todo este tiempo. -sollozo sobre su pecho cálido.
-Nunca te dejare...
Continuara...