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La ameba pervertida por Iratxe

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Notas del capitulo:

Buenaaas :DDD

 

Nadieesperabaestaactualización

 

Bueno de todas formas solo era algo que quería hacer a largo plazo, y aquí está, MÁS PERVERSIONES YUUPIII

 

Espero que os guste, ya hace casi un año ^^

Con el paso del tiempo mis encuentros con Aki se hicieron cada vez más frecuentes, comenzamos incluso a ir juntos a bares -nunca de alterne o temática BDSM, Aki decía que allí solo se buscaba sexo de baja calidad- e incluso hicimos amigos juntos, aunque él no destacaba por ser muy sociable, se sentía bien en pequeños grupos. Empecé a dormir en su casa varias veces por semana, hasta el punto en el que les tuve que decir a mis padres que tenía un nuevo amigo -y hasta la fecha siguen pensando que es solo eso-. Cada mañana salía de su apartamento con la ropa interior manchada en mi bolsa y una nueva marca de sus dientes en mi cuello.

 

Poco a poco conseguí que me contara cosas de él, aunque fuera a fuerza de hablar yo de mí, pero Aki seguía conservando ese aura de misterio y serenidad por muchos encuentros sexuales y personales que tuviéramos. Cada día era una sorpresa, nunca sabía qué pasaba por su mente, qué ocurriría cuando cruzara la puerta de su habitación…

 

Y sé que la gente que solo ha tenido sexo con una persona tiende a idealizar y a pensar que solo existe esa forma de hacerlo y que es la mejor y...la verdad, no sé si Aki es el mejor amo del mundo, pero es perfecto para mí. También está esa gente que no entiende este tipo de relación “amo sumiso”, por eso no hablo con nadie de ello. Aki siempre me respeta y su dominación sobre mí se queda en términos de cama: los dos estamos a gusto y somos adultos, por lo que no hay límite. Me cabrea de manera soberana esa gente que solo ve este tipo de cosas como un vicio o una enfermedad, que me divierta siendo pasivo en la cama no quiere decir que quiera que me humillen o me maltraten, simplemente es una práctica sexual más.

 

Las personas le dan demasiadas vueltas a todo esto en lugar de estar follando como deberían, buscando lo que les gusta a ellos.

 

–Buenos días…–la voz ronca de Aki nada más despertar en mi oído–Despierta, llegarás tarde a clase.–

 

–Mm…–me abracé a él, y su mano se deslizó bajo mis pantalones–¿Mm?–

 

–Has tenido un sueño húmedo.–

 

–...–aunque no pudiera recordarlo la evidencia de lo que había ocurrido humedecía la mano de Aki–No me acuerdo…–se levantó de la cama–¿Mm?–

 

–Si te pasas toda la noche pensando en sexo.–abrió el armario de los juguetes–Quizá lo que necesitas es una terapia de choque.–

 

–¿Ah…?–

 

–Mm…–deslizó su dedo por la estantería de los vibradores, escogiendo con cuidado–Creo que este estará bien.–

 

–Pero tengo que ir a la universidad ahora.–

 

–Vas a ir a clase.–levantó las mantas–Pero voy a ser yo el que te mande tarea que hacer.–

 

–¿Ah?–

 

–Desnúdate.–le obedecí por inercia y me quedé tumbado sobre la cama de nuevo–Ah…–él tanteó mi entrada con sus dedos e introdujo el vibrador apagado lentamente, lo miré suplicante, rogándole con los ojos que comenzara a moverlo, pero simplemente lo dejó encendido y se apartó de mí

 

–¿Mm?–supuse que querría que lo hiciera yo mismo, así que bajé mi mano, pero su voz me detuvo

 

–Vístete.–

 

–...¡¿Ah?!–

 

–Ven a verme cuando salgas de clase, y más te vale que eso siga donde lo dejé.–

 

Así que esa era mi tarea. Me vestí con algo de incomodidad por la presión que ejercían los pantalones y mi ropa interior sobre el vibrador, pero no podía hacer nada.

 

–Me voy entonces…–caminé algo torpe hacia la puerta–¿Tengo que...dejarlo encendido?–pregunté antes de salir

 

–Ni se te ocurra tocarlo.–me advirtió una única vez

 

Me pasé toda la mañana con media erección, intentando no moverme mucho en mi asiento para que nadie se diera cuenta de que algo ocurría.

 

–¡Kei-chan!–y ahí venía Mao, uno de mis compañeros de clase

 

–¿Sí…?–no miré, e inmediatamente noté que las vibraciones aumentaban de velocidad

 

No había ocurrido ninguna alteración en la velocidad en toda la mañana.

 

–Mm…–me agarré a la mesa, luchando por no tener una erección completa delante de Mao

 

–¿Estás bien?–

 

–Sí...esto…voy a ir al baño...–salí corriendo de allí

 

Me masturbé ayudándome con el vibrador para terminar antes; lo lavé y lo guardé en mi bolsa. Volvería a dejarlo “en su sitio” cuando terminara las clases y fuera a ver a Aki. Intenté apagarlo para que no hiciera ningún movimiento raro dentro de la mochila -por suerte era bastante silencioso- pero no tenía más que un botón y no hacía nada cuando lo pulsaba.

 

¿Cómo se había cambiado la velocidad entonces?

 

Tardé un par de segundos en procesarlo “Aki debe tener un mando…”

 

Volví a clase como si nada hubiera ocurrido y salí con Mao a la hora...justo a tiempo para ver cómo mi peor pesadilla se materializaba frente a mis ojos.

 

–Kei.–Aki estaba justo delante de nosotros

 

Y yo con el vibrador en la mochila.

 

–¿Mm?–Mao me miró esperando que los presentara

 

–Aki…¿qué haces aquí?–

 

–He salido pronto del trabajo y venía a buscarte.–

 

Eso explicaba el traje de corbata y las gafas, parecía un ejecutivo importante. Aunque se me hacía muy extraño que Aki viniera a por mí y se “inmiscuyera en mi vida privada” más allá del sexo sin avisarme, nunca lo había hecho, respetaba mucho mi espacio.

 

–Ah...Mao este es Aki, un amigo…–no sabía cómo presentarle

 

–Oh, mucho gusto, soy Mao.–una reverencia, y yo pensando en mil excusas para huir al baño

 

–Kei habla mucho de ti.–Aki se posicionó a mi lado, y mientras Mao nos daba conversación deslizó su mano bajo mi pantalón; estaba perdido

 

Por supuesto no tardó en darse cuenta de que no le había obedecido; y clavó sus uñas en mi nalga como inicio del castigo.

 

–Mm…–me agarré a su brazo, aunque me extrañó que me lo permitiera

 

–Masao-san, mucho gusto, tenemos que irnos.–y antes de que Mao pudiera responder comenzamos a caminar

 

Entramos al baño y Aki echó a todo el mundo con un seco “Fuera” que envió una descarga directa a mi entrepierna. Me empujó dentro de uno de los cubículos; y cualquier otra persona estaría asustada pensando en si Aki lo golpearía en este momento, pero yo no podía estar más excitado. Solo de pensar en lo que me haría para “castigarme” me temblaban las piernas.

 

–Aki…–me apoyé en la pared del baño para sostener mi peso; él cerró la puerta y apoyó su mano en una de las baldosas, justo al lado de mi cabeza

 

Dos segundos de silencio; tragué saliva con dificultad, y su voz hizo que dejara de respirar por unos instantes:

 

–Me has desobedecido.–

 

–Lo...lo siento…–

 

–Eso no me vale.–se apartó un poco para bajar mis pantalones y mi ropa interior, me dio la vuelta y forzó mi mejilla contra las baldosas de la pared–No te muevas.–me ordenó, aunque no podía hacer mucho de todas formas estando en aquella posición

 

Pegué mis manos a la pared, a ambos lados de mi cabeza, y noté como algo empezaba a entrar en mí; pero no era el pene de Aki ni tampoco aquel vibrador que ahora se me figuraba amable: Estaba frío, tenía una textura extraña y cuanto más entraba en mí parecía ser más grueso, como si tuviera forma de cono.

 

–Qué...qué es…–

 

–Quieto.–

 

–Mm…–intenté hacerle caso, pero en cuanto giró aquel objeto dentro de mí me revolví inconscientemente–¡Aah!–la textura de lo que fuera aquello me había hecho daño al girar

 

–¿Duele?–Aki apoyó su barbilla en mi hombro y volvió a girarlo, dándole casi una vuelta completa, lo que me hizo gritar de dolor–No chilles.–sus dedos en mi boca–La próxima vez que te pida que hagas algo, ten esto en mente antes de desobedecerme.–me sacó aquella cosa que no quise ni mirar y apartó su mano de mi cabeza        

 

–Ah…–me quedé apoyado en la pared, temblando un poco aún, esperando que ahora fuera él quien me penetrara, pero simplemente salió del baño dejándome solo–...–llevé una de mis manos a mi trasero, comprobando que todo estaba bien y que no me había dejado nada dentro, ya que sentía bastante incomodidad aún

 

Me vestí y volví caminando a casa de Aki, una lástima, porque seguro que él me hubiera traído en coche. Llamé a la puerta dos veces antes de atreverme a entrar: Aki es una persona precavida, no dejaría la puerta de casa abierta si no esperara mi llegada.

 

–¿Aki…?–lo encontré sentado en el sofá, leyendo uno de esos libros de más de 600 páginas que tanto parecían interesarle

 

Ni siquiera me miró.

 

–¿Estás enfadado conmigo?–me senté a su lado

 

–Si vas a ponerme una excusa y a decirme que solo te lo has quitado un momento ahórrate el mentirme y un par de marcas innecesarias en tus pezones.–

 

–...lo siento.–pasó de página, ignorándome por completo–¡Venga, te lo compensaré!–me animé y me desabroché los pantalones

 

Aki me miró de reojo.

 

–Venga…–me quité la ropa con cuidado, porque sabía que me estaba mirando y podría decirme que parara en cualquier momento, pero no lo hizo

 

Dejó que me desnudara por completo y siguió leyendo.   

 

–Aki…–apoyé mi mano en su hombro, como un gatito, sin saber si estaba haciendo lo que él quería o no

 

–¿Sí?–de repente tuve sus orbes sobre las mías, e inconscientemente tomé su mano izquierda, aunque él no era zurdo, apartándola del libro

 

–Por favor…–pedí, bajando su mano por mi pecho, dejando que me tocara

 

No le hizo falta decir una sola palabra; simplemente colocó dos de sus dedos en forma de gancho, y supe perfectamente qué quería que hiciera. Me quedé de rodillas sobre el sofá y rápidamente me di cuenta de que no sería muy cómodo si me quedaba de frente a él, así que me di la vuelta, sosteniendo la mano de Aki a mi espalda, bajándola despacio.

 

–Lento.–Aki introdujo sus dedos en mí con un movimiento rápido y caí de bruces, quedando a cuatro patas sobre el sofá

 

–Ah…aah...–clavé mis uñas en la tapicería, deslizándome hacia delante y atrás con los movimientos de la mano de Aki; cada vez más fuertes

 

–Ssh...intento leer.–

 

No había soltado el libro ni un solo momento, seguía engullendo palabras cada vez que mi entrada hacía lo mismo con sus dedos.

 

–Mhn…–mordí el respaldo para no hacer ruido, pero Aki cada vez lo hacía más rápido y el roce de mi entrepierna con la tela del sofá no ayudaba en lo absoluto–Ah…–levanté un poco la cabeza, con la saliva escurriendo de mi boca hasta el sofá–Voy a…–

 

Aki no me dio permiso, pero aún así me  corrí. Apartó su mano y sostuvo el libro con toda naturalidad, mientras yo jadeaba tratando de recuperarme.

 

–Dos strikes.–me advirtió antes de dirigirse a su cuarto y cerrar la puerta con llave

 

Me tomé la libertad de darme una ducha mientras Aki estaba encerrado. Había una muda de ropa mía en el baño -la cual ya hacía mucho que tenía en esta casa, por si las moscas- así que supuse que él ya había pensado en esto. A veces da miedo lo previsor que es.

 

Salí con mi pseudo-pijama puesto y me tiré en el sofá a ver la televisión. No se escuchaba nada; ni un solo ruido desde la habitación, así que me acerqué a la puerta y apoyé una de mis orejas en la madera, intentando percibir lo que ocurría dentro.

 

Ruidos metálicos… ¿Cadenas? ¿Barras de hierro para montar algo? Me estaba imaginando todo tipo de aparatos que me harían sufrir y disfrutar a partes iguales cuando la puerta se abrió.

 

Mis brazos se arañaron al rozar contra el suelo, y cuando levanté mi mirada para enfrentar la de Aki esta arañó mi interior.

 

–Tercer strike.–silencio

 

–¿Estoy...fuera?–me atreví a terminar la frase

 

–Más bien dentro.–cerró la puerta  

 

Miré a ambos lados, en busca de la “nueva maquinaria”, y no salté en localizarla junto al armario: Un enorme cilindro negro reposaba sobre una estructura de metal. Me recordó a aquellas atracciones que imitan un “rodeo” y acaban contigo en el suelo y con un gran ardor en la ingle. Sin embargo; a pesar de la apariencia corriente de aquel supuesto “todo” relleno probablemente de gomaespuma, no había ninguna “silla de montar” sobre él.

 

–Hoy me has desobedecido tres veces.–me levantó del suelo, sosteniendo todo mi peso con sus brazos–No puedo tolerar ese comportamiento.–una pausa, y sus orbes clavadas en las mías–Lo sabes, ¿verdad?–  

 

–Lo siento…–

 

–Eso no me vale.–se deshizo de mi ropa

 

–¿Vas a...castigarme?–pregunté, con la boca entreabierta, deseando unirla con la suya

 

No me respondió, simplemente se alejó de mí y colocó una silla de montar -que parecía casi auténtica- sobre el cilindro.

 

–Súbete.–me ordenó una vez la hubo asegurado, y le obedecí, notando al instante la textura rugosa que estaba rozando mi entrepierna desnuda; no era un sillín cualquiera

 

Me agarré a la parte delantera por impulso, y apoyé mis pies en los estribos, que Aki inmovilizó inmediatamente para que no pudiera bajarme.

 

–¿Ah?–lo miré, y juraría que estaba sonriendo

 

–Así que te gusta montar…–empezó a caminar por la habitación y lo perdí de vista detrás de mí, y relajé mi espalda

 

Mala decisión.

 

–¡Ah!–un golpe en mi trasero con lo que supuse que sería una fusta

 

–Ponte recto.–me ordenó, y encendió “la atracción”, que comenzó a moverse hacia delante y atrás, haciendo que me rozara continuamente con las protuberancias que había en la silla

 

–Aah…–

 

Aki no apartaba la mirada de mí, como si estuviera valorando la calidad de mi postura o la velocidad de mis movimientos.

 

–¡Ah!–otro golpe de la fusta

 

–Échate.–una sola palabra, y le obedecí, ahora las vibraciones llegaban a toda mi entrepierna, pero pronto se detuvieron

 

Aki sujetó mis manos a los lados del cilindro, dejándome completamente indefenso sin siquiera poder girarme para ver lo que hacía, y volvió a desaparecer detrás de mí: En silencio, estudiándome.

 

–Levanta las caderas.–otro azote con la fusta, e hice lo que pude para alzarlas unos centímetros

 

–Ah…–la lengua de Aki me recompensó

 

Eso me había pillado completamente desprevenido: Aki solo me consentía con su boca si se levantaba de buen humor -y me despertaba prácticamente clavado a la cama con su cabeza entre mis piernas- o si mi comportamiento había resultado excepcional, que por supuesto no era el caso.

 

–Mm…–pero fue un contacto breve, solo lo justo como para lubricar mi entrada

 

Por supuesto no tardó mucho en introducir algo. Se sentía como un consolador regular, pero cuando intenté relajar mis caderas este no bajaba conmigo, por lo que debía estar colocado en algún tipo de soporte fijo. Apoyé mi mejilla derecha sobre el cilindro para más comodidad, y los movimientos regresaron; empujándome contra el vibrador -ahora encendido, cortesía de Aki- que se encontraba detrás de mí.

 

–Ah…–

 

–Este no podrás quitártelo.–fue la advertencia de Aki, y me dejó solo

 

No sé cuánto tiempo estuve ahí, con mi entrepierna deslizándose y todo mi cuerpo en llamas. El primer orgarmo fue glorioso, pero Aki seguía sin aparecer y las vibraciones iban variando su intensidad sin ningún patrón aparente.

 

–Aaah…–hasta el punto en el que llegaba a doler–Joder…–clavaba mis uñas en las palmas de mis manos, intentando centrarme en algo más; pero el aparato alcanzó su máxima velocidad de nuevo...y se abrió la puerta–Amo…–rogué–Ya no puedo más…–

 

–¿Te has cansado ya del sexo?–se agachó a mi izquierda, observándome

 

–S..sí…–no estaba seguro de mi respuesta cuando apartó el pelo de mi frente

 

–Buen chico.–apagó la máquina, y me relajé tanto que podía haberme quedado dormido en aquel momento de puro agotamiento

 

Aki me liberó, y sentí un horrible dolor en mis entumecidas muñecas y tobillos.

 

–Ah…–me quejé, sin atreverme a moverme mucho

 

Casi me había olvidado del vibrador cuando Aki lo retiró; eso sí que había dolido.

 

–Mm..–cerré los ojos, y Aki me tomó en brazos–Me duele…–me agarré a él, esperando que no quisiera “tomar parte” ahora, no sabía si podría aguantarlo

 

Y Aki, como buen amo que se fija al detalle en las reacciones de su sumiso, simplemente me dejó en la cama con cuidado y se tumbó junto a mí para dormir. Me pasé toda la noche abrazado a él, y lo cierto es que me desperté como nuevo, y por una vez lo hice antes que él.

 

–¿Mm?–abrió los ojos ante mi primer beso

 

–Buenos días…–me quedé tumbado sobre él

 

–Ya veo que estás mejor.–sus manos en la parte baja de mi espalda, y volvió a cerrar sus ojos

 

–Sí, no me duele ya.–miré a mi derecha, donde se encontraba el aparato que no habíamos desmontado aún–Es horrible.–

 

–Funciona para dar buen sexo también, pero me gusta más usarlo para castigar.–

 

–¿Aaah? ¿Y a mí no me das buen sexo?–me quejé, moviéndome sobre él, y esta vez sí que abrió los ojos

 

–Móntate.–

 

–Sí, señor.–me levanté, ahora ya notando alguna molestia por el “juego duro” de ayer, pero no me importó

 

Me subí de nuevo a aquel aparato infernal, y miré a Aki desde allí:

 

–¡Vamooos!–lo tenté, moviendo mis caderas–O me apaño yo solo.–encendí el aparato–Mm…–

 

–Qué voy a hacer contigo…–Aki se colocó detrás de mí, y me recosté hacia delante para dejarle espacio

 

–De momento darme fuerte.–pedí, y solo pasaron un par de segundos hasta que lo tuve dentro de mí–¡Ah!–me agarré como pude, y Aki se rió–¡No te rías de mí!–

 

–Ni siquiera tengo que moverme para hacértelo.–agarró mis caderas–Vienes solito hacia mí.–

 

–Mm…–mordí el cuero de imitación sobre el que me encontraba, y Aki subió la velocidad; no sabría decir si la propia o del sillín–¡Ahh…!–sus uñas clavadas en mis nalgas

 

–Eres el mejor caballo que he montado en mucho tiempo…–podía imaginarlo con la cabeza inclinada hacia atrás aunque no le estuviera viendo, me gustaría poder morder su cuello…

 

–Ah...más rápido–estiré mi mano, intentando alcanzar el botón de la velocidad, pero Aki lo hizo por mí, llevándolo al máximo, haciendo que mis glúteos chocaran contra su pelvis una y otra vez–Ah...Aki voy a…–mi saliva volvía a correr por mis labios, y me corrí, manchando todo el sillín

 

–¿Ya?–Aki se sentó justo detrás de mí, y llevó su mano a mi nuca para hacer que volviera a sentarme, agarrándome del pelo–¿Tan rápido?–quedé sentado sobre él, y ambos disfrutamos de las vibraciones durante un par de minutos hasta que se corrió en mi interior–Mm…–ahogó sus gemidos en mi cuello, y detuvo la máquina–Perfecto…–sus manos rodando por mi abdomen manchado

 

–¿Cu...cuándo repetimos?–pregunté con una sonrisa

 

–Cuando quieras.–nos besamos para sellar el trato

 

Notas finales:

y hasta aquí, largo e intenso

 

en realidad solo he trabajado en esto unos días pero cada vez podía escribir tan solo un poquito porqueeee es denso

 

pero bueno, no sé si habrá algo más de esto no preguntéis xD depende de la de perversiones que tenga en mente

 

nos vemos!


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