Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entregarte en bandeja de plata por Chiaki28

[Reviews - 512]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Voy bien con las actualizaciones diarias...aunque creo que me tropesare este fin de semana porque tengo un par de complicados examenes..pero tratare de no demorarme mucho en nada.

Pues más explicaciones al final.

Espero que sea de su agrado <3 <3

Ritsu Pov

¿Qué rayos es lo que me está ocurriendo? No lo comprendo; mi único sueño en la vida era ir a la universidad más prestigiosa para sobresalir en el área de literatura y poder convertirme en un competente profesional quien impacté con la pasión que emanan cada uno de sus movimientos en el área que desempeña; eso es lo que siempre he querido; aquella ilusión es el gran anhelo que ha guardado mi corazón.

Me esforcé muchos años por sacar notas perfectas para que no me costara ingresar a esta facultad; trabaje muy duro para llegar hasta donde estoy y aun así; a pesar de recordar cada repulsiva noche de desvela que tuve que sufrir, cada una de las lágrimas de impotencia que derrame el ser incapaz de comprender la materia y como me acabe aislando de los demás para darle prioridad a mi sueños; hoy lo quiero dejar todo.

Esto está mal, me debería gustar lo que hago, esta es mi fantasía; la gran ambición que mis padres y yo hemos escogido para que siga como si fuera mi destino; lo que me ha mantenido respirando desde tanto tiempo; sin embargo, ahora esas hermosas ilusiones que tenia de esta carrera se han destrozado convirtiéndose en mis demonios.

Lo odio; sin importar cuanto me esfuerce en aprender las materias y encontrarles  sentido estas me resultan improductivas, tontas, irrelevantes; yo detesto lo que hago, esto no debería ser así; ¡Maldición! Me da tanta rabia; he trabajado tan duro para salir adelante; he destrozado mis manos para convertirme en el mejor, yo me he perdido de tantas cosas en mi adolescencia para ingresar a este lugar.

Me siento tan inútil; me da cólera todo esto; yo profeso que no encajo aquí; observo a Masamune quien pese a no comprender los contenidos se divierte averiguándolos; sus ojos se enciende cuando lee algún libro y su sonrisa se esboza al explicarme algo mientras mi mente lo único que me grita es que lo deje; que detenga esta tortura y por primera vez renuncié.

¿Cómo mierda permití que mi fuerza de voluntad se desplomara de esa manera? Me doy pena; ni si quiera me parezco al chico que era en la escuela, al determinado que no se rendía por absolutamente nada; quien rogaba por trabajos extras y era quien salvaba a su amor platónico antes de los exámenes; ahora ya no soy eso; ya no soy más el chico genio preocupado de las tareas y los deberes; eso me aterra.

Cada maldita mañana caminando a clases con el azabache no puedo evitar preguntarme ¿Qué diablos estoy haciendo acá? Como deseo abandonar esta tortura; todo me frustra, me enfada; me da rabia; ¡Yo aborrezco lo que debería amar!, deje mi identidad por mis caprichos, esto no es lo que tenía pensado para mí; no es justo; ¿Por qué el destino se empeña en complicar mis objetivos?

Esto no es culpa de Akihiko por llevarme a tantas fiestas al comienzo de clases; no es peso con el que deba cargar Masamune quien me ha intentado socorrer desvelándose cada tortuosa noche a mi lado para meter materia inútil en una mente que se rehúsa aprender, tampoco es error de mis padres por plantearme expectativas que no fui capaz de seguir; el único responsable soy yo; al final acabe siendo uno de los incompetentes de quienes me mofaba; pero que irónica es la vida.

Quería aprovechar las oportunidades que Kamijou-sensei me ofreció para salvar el semestres; gracias a la desinteresada ayuda que me otorgo el hombre de ojos miel cada uno de sus minutos libres he sido capaz de comprender algo y prepararme con disgusto para estos ridículos exámenes; no obstante, no puedo dejar de preguntarme si esto ¿Realmente vale la pena?

Inspire con angustia intentado concentrarme en los movimientos que me entregaba el hombre de cabellos castaños quien tenía una mueca de desagrado trazada en sus labios mientras corregía con paciencia el primer examen de recuperación que le había entregando.

Kamijou-sensei ha sido muy amable conmigo; me está otorgando una segunda oportunidad que no merezco al permitirme flagelar con la primera brisa que amenaza con derribarme; con frustración acaricie mi frente cansado de sentirme de esta manera; codicio salir de esta melancolía en la que me he sumergido.

“Hay Ritsu” Murmuro el más alto captando mi atención con sus deprimidos suspiros mientras dejaba aquella hoja sobre un par de antiguos libros.

“¿Reprobé?” Le pregunte angustiado mientras una presión se hacía presente en mi pecho ante el duro golpe que me ofrecía la realidad.

“No; tú has logrado aprobado justo por un par de puntos extras” Proclamo con amargura entrelazando nuestras miradas con seriedad “Pero tengo la leve impresión de que todo esto a ti te desagrada ¿O me equivoco?” Me pregunto alzando una de sus cejas debajo de mi vulnerable estado emocional.

“¿Por qué piensa eso?” Lo interrogue sin atreverme a levantar mi demacrada expresión debajo de tan cariñosa mirada.

“Porque en clases te ves hastiado, tengo la impresión de que todo esto te da asco, el cómo miras las materias, como realizas los exámenes por obligación, tú te estas forzando  hacer esto; Ritsu nada bueno saldrá si acabas una carrera que odias” Aquellas palabras me dejaron sin aire resonando como eco entre mis pensamientos.

“Pero me gusta” Lo contradije con amargura “Es lo que siempre he querido hacer, es mi sueño desde que soy niño, no me puedo rendir en el primer obstáculo, no quiero admitir que todo lo que tuve que pasar para llegar acá no ha servido” Pregone derrotado permitiendo que el peso de mis hombros me forzara a apoyarme en la silla.

“Supongo que tenías distintas expectativas de lo que te estamos enseñando acá; quizás lo que tú buscas está en otro lado” Me explico de manera paternal relajando sutilmente su recia expresión ante mi incertidumbre.

“No es lo que quería, pero tiene que ser esto; es el destino que escogí seguir” Le explique con una mueca deforme en mis labios percibiendo como la verdad era revelada en frente de mis ojos y mi utopía se destrozaba entre mis manos.

“Cuando yo era niño quería ser escritor; pensé que era la carrera que amaría el resto de mis días; sin embargo, luego de un par de caídas finalmente descubrí que ese no era mi talento y en contra de mis propias expectativas acabe siendo maestro de literatura” Confeso el más alto con una sutil sonrisa que erizo cada uno de mis poros al presentir a lo que deseaba llegar.

“¿Por qué me cuenta estas cosas? No me trate como si me hubiera perdido; como si no supiera que es lo que quiero para el futuro” Me queje subiendo cada una de mis barreras para ponerme a la defensiva con quien tan solo intentaba ayudarme.

“Pienso que tú estas cerca de lo que buscas pero no haces lo que quieres, quizás debas tomarte un tiempo para comprender lo que necesitas” Sin querer seguir escuchando eso negué con la cabeza liberando una risa irónica.

“No me voy a tomar un tiempo de vagancia, debo acabar esta profesión si ya la comencé; además ¿Quién me va a pagar los estudios si me cambio? ¿Usted?” Lo interrogue con el ceño arqueando tragando con dificultad al imaginar las miradas de decepciones que me arrojarían mis padres; no los quería lastimar, ellos habían puesto muchas expectativas en mi como para caer ahora.

“Ritsu necesito que te calmas” Me pidió el docente acortando la distancia entre nosotros para entablar un ambiente de confianza “Si sigues en algo que detestas al final te saldrá más caro pagar la carrera, si cambiamos ahora te puedo ayudar a convalidar ramos para que no te cueste tanto tú elección” Declaro con una cálida mirada que tan solo se clavó como una daga en mi pecho mientras la impotencia me consumía.

“¿Y cómo confronto el fracaso que soy ahora?” Lo interrogue cerrando con fuerza mis parpados para reprimir mis patéticos impulsos “¿Cómo le explico a mis padres que he fracaso cuando ellos me han apoyado tanto?”

“No eres un fracaso por eso” Murmuro el hombre de ojos avellana revolviéndome los cabellos con confianza “Eres un fracaso si continuas con algo que odias; al final tan solo serás un amargado si no te atreves a encontrar tu vocación”

“Pero” Murmure mientras la sangre me comenzaba a hervir con cólera y mis ojos amenazaban por liberar mis lamentos.

“Escucha; piénsalo un par de días; respetare tu decisión pero si te arriesgas a averiguar lo que te apasiona quiero que sepas que cuentas con todo mi apoyo; te tomaré debajo de mi tutela hasta que estés seguro de lo que realmente amas y ahí te ayudare para que no estés atrasado y no pierdas el año” Me ofreció con amabilidad el más alto apartándose de mi frágil semblante para suspirar de manera resignada.

“Gracias sensei” Musite esbozando una sonrisa lastimera para levantarme de mi asiento y dirigirme a la puerta.

“Él único que define cuando la guerra está perdida eres tu; si tú te resignas a pasar aborreciendo cada uno de tus días hasta que te jubiles habrás sido vencido de la manera más dolorosa” Susurro con una pequeña sonrisa que erizo mi piel “Eso fue lo que me dijeron cuando tenía tu edad y hoy en día como lo aprecio”

“Usted realmente no es tan duro como los demás piensan” Pregone con sinceridad permitiendo que mis pensamientos se escaparan de mi garganta.

“Es cosa de perspectivas, las personas ven lo que quieren ver jovencito” Declaro el hombre de ojos avellana tomando entre sus manos los antiguos libros con mi examen “Ahora ve a pensar bien las cosas y apóyate en mí cuando precises de algún consejo” Me ordeno invitándome a salir de su oficina.

Con una toxica amargura carcomiéndome y una constante y punzante opresión atacando mi cabeza me limite a salir con la mirada baja del imponente establecimiento para poder tomar algo de aire fresco y aclarar bien mis deseos.

“Ritsu” Levante mi mirada encontrándome con el azabache quien me observaba con una sonrisa nerviosa “¿Cómo te fue? Llevo horas esperando que salgas de la prueba, supongo que te demoraste más tiempo” Sin permitirle a mi amigo seguir con su discurso finalmente deje de reprimir mis emociones y me desmorone.

“Masamune” Lo llame angustiado arrojándome a sus brazos para ocultar mi rostro en su pecho y consentir que esas lágrimas de derrota escaparan de mis ojos; esté era un golpe que acababa  de destrozar todo lo que conocía, me sentía tan patético, angustiado; me aterraba equivocarme en una elección tan importante, caerme y no poder levantarte.

“¿Qué te paso?” Me pregunto afligido aferrándose a mi espalda con afecto, recorriendo con cariño mi suéter en busca de reducir los aullidos de dolor que mis labios liberaban.

“¿Crees que sirvo para estas cosas?” Le pregunte atormentado levantando con vergüenza mis irritadas orbes para encontrarme con las suyas “¿Crees que tengo futuro en esta carrera?” El más alto suspiro con preocupación permitiendo que nuestros cuerpos dejaran de sostenerse para que nos acomodáramos en el pasto.

“¿Por qué me preguntas eso?” Murmuro con pesadumbre tomando mi rostro entre sus manos para limpiar con dedicación las lágrimas que caían de este.

“Kamijou-sensei dice que no tengo futuro en esto; que la carrera no me gusta, que me ve demasiado acomplejado y debería considerar un cambio” Confesé apenado apretando con rabia mi pantalón en busca de que la ira despareciera.

“Un profesor puede dar su opinión, sin embargo, quien escoge eres tú” Con melancolía entrelacé mi mirada con esos profundos ojos miel para exponerle mi lado más patético y vulnerable; para que viera el fracaso que era.

“Creo que él tiene razón; yo detesto cada una de las materias; odio esto, me enferma, no me agrada nada y siento que fracaso en todo lo que hago, no me gusta esto Masamune” Me queje mientras los brazos de mi amigo nuevamente me acunaban en su pecho para que me calmara con el apresurado latir de su corazón.

“Cálmate” Murmuro acariciando con devoción mis cabellos mientras mis quejidos disminuían ante su agradable calor.

“Siento que todo el esfuerzo que le puse a la escuela se acaba de ir a la mierda, siento que ya nada vale la pena; Masamune tú sabes que esto es lo que siempre he querido estudiar; ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué diablos se supone que haga?” Le pregunte con rabia apretando con fuerzas su mojada camisa sin separarme de él.

“Lo que tú siempre has hecho en estas situaciones” Murmuro alzando mi mentón de manera delicada “Te levantas del suelo y sigues con la carrera” Mi boca esbozo una lastimera mueca ante sus palabras.

“¿Cómo sigo si ya ni si quiera sé lo que quiero?” Lo interrogue angustiado buscando una inexistente respuesta en sus hermosos ojos.

“Arriesgándote” Pregono el más alto acercándose hasta mi rostro “¿Cuándo te me confesaste sabías a lo que te llevarían esas palabras?” Sin querer recordar aquellos dolorosos momentos me limite a negar con la cabeza.

“Por supuesto que no, fue un impulso” Masculle con cansancio al no comprender las intenciones de mi confidente.

“Pero lo hiciste y te sentiste mejor, te quitaste un peso de encima; fuiste valiente y te arriesgaste, tú jamás te has acobardado por los desafíos, si no es lo que te gusta me tienes acá para levantarte; me tienes a mí de manera incondicional para salvarte” Con las mejillas levemente ruborizadas hipeé intentando dibujar una sonrisa en mis labios en vano ante la angustia.

“Tengo miedo de estarme equivocando” Le confesé con una melancólica risa mientras sus grandes manos limpiaban los rastros de ácido que me había manchado.

“¿Recuerdas esa excursión que hicimos en la primaria al museo de la capital?” Me pregunto con una arrogante mirada que erizo todo mi cuerpo.

“Ese estúpido paseo en donde ambos acabamos perdidos lejos del grupo porque tú querías ir al baño y te daba miedo ir solo” Me queje alzando una ceja mientras el dolor de a poco disminuía entre sus protectores brazos.

“Ese mismo” Confirmo con nostalgia “Recuerdo que cuando te enteraste de que nos habíamos perdido te pusiste histérico y te negabas a moverte porque estabas paralizado ante la incertidumbre, por eso te tuve que cargar todo el resto del trayecto” Se burló de manera egocéntrica mientras me contemplaba de una forma tan especial que no logro describir en simples letras

“¿Qué ganas apenándome de esta manera?” Le pregunte fastidiado “Si quieres patearme más bajo lo estás consiguiendo”

“¿Recuerdas lo que te prometí en aquel lugar?” Me interrogo tomando mis manos con afecto y ternura sin permitirme contestar “Te dije que sin importar lo que pasara yo siempre te protegería, cuidaría tu sonrisa y me encargaría de que regresaras a salvo a donde perteneces; jure escudarte sobre cada uno de mis deseos” Confeso sin vergüenza alguna provocando que mi rostro se calentara ante esta extraña y melancólica cercanía que sufríamos.

“Tus palabras no fueron tan poéticas en ese entonces” Me mofe sonriendo con sinceridad por primera vez en esos tortuosos días.

“Yo jamás rompería esa promesa; me he equivocado mucho contigo y con nuestra relación; pero tú siempre has sido lo más importante que te tenido, eternamente serás el lindo tesoro al que tratare de proteger sin importar que; Ritsu yo siempre me encargare de que sonrías con honestidad y te sacaré de esta incertidumbre que ahora provoca que todo lo veas negro” Mi corazón golpeteo con poderío ante esas palabras; por fin estábamos recuperando la confianza que habíamos permitido que se destrozara entre nuestras manos.

“Sabes que yo no perdono las traiciones” Me burle más calmado tratando de regularizar mi respiración.

“Las cosas nunca son tan terribles como parecen; no te rindas por un obstáculo, no te dejes vencer ante la primera tormenta y no temas caerte un par de veces; porque siempre seré quien te sostenga de manera incondicional” Declaro el azabache liberando mis manos para rozar mis mejillas con una infinita ternura que estremeció todo mi ser.

“Es fácil decirlo para ti si no te has enfrentado a algo como esto” Susurre apenado por haberle enseñado tan desesperado semblante al hombre de ojos miel.

“No; yo jamás he tenido que vivir confrontando dudas acerca de mi vocación; pero sí me he visto forzado a enfrentar el terrible temor de perder al amor de vida por una idiotez” Mi cuerpo se conmovió con esas palabras mientras sus labios besaron con cariño mi frente “Pero acá me tienes luchando como el idiota enamorado que soy por un amor que jamás debió entregar” Confeso levantándose del pasto para extenderme una de sus gentiles manos.

“Deja de decir esa clase de cosas incomodas” Me queje desviando la mirada al ya no querer recaer debajo de esos hipnóticos ojos miel.

“Al menos así jamás tendrás dudas sobre mis sentimientos” Se mofó el mayor sin quitarme la mirada de encima; acariciándome a distancia como si intentar memorizar cada una de mis facciones “Deberías ir a descansar; yo aún tengo otro periodo extra, pero prometo estar en casa a las seis para ayudarte con la segunda parcial” Sin saber cómo responder a su amabilidad me limite a asentir con la cabeza y comenzar a caminar en dirección a la biblioteca.

Suspire con el cuerpo relajado y un extraño consuelo recorriendo mi pecho forzándome a sonreír suavemente al profesarme más aliviado después de desahogar todas mis penas y lamentos entre los brazos del azabache; ese idiota siempre ha cuidado demasiado de mí; si  tan solo hubiéramos hecho las cosas diferente la historia a la que hoy me estaría enfrentando seria otra.

Sabía que debía analizar con cautela las oportunidades que me estaba ofreciendo sensei; yo ambicionaba dejar esta pesadilla; abandonar las tortuosas noches de desvela sin recompensa alguna, las tediosas y venenosas clases que se llevaban un poco de mi alma, la constante amargura que me consumía; necesitaba pensar mis posibilidades.

Con pesadez observe la biblioteca liberando un quejido al tan solo pensar en ingresar para condenarme un par de horas en materias que detesto; antes de poder integrarme al establecimiento un poderoso escalofrió se clavó en mi espalda al percibir como unos masculinos brazos rodeaban de manera celosa mi cintura; aspire con nervios sonriendo al conocer aquel adictivo aroma que emanaba mi novio.

“Tratas de escaparte de mi otra vez” Me regaño el chico de cabellos plateados depositando su nuca sobre mi hombro para inspirar sin vergüenza alguna mi aroma.

“No estoy huyendo, tan solo voy a estudiar” Pregone fastidiado dándome vueltas para poder entrelazar mi mirada con la de mi pareja.

“Ritsu he sido muy paciente contigo; te he esperado más tiempo que a nadie más pero esto ya me está desesperado; me jode no poder pasar tiempo contigo; se irresponsable solo por hoy para seguirme con mis dementes pasiones” Me pidió el más alto juntando con ternura su nariz en contra de la mía.

“Lo lamento; debo ir a corregir mis apuntes para la segunda parcial” Me excusé con sinceridad apreciando como mi cuerpo perdía fuerza debajo de los adictivos toques que me entregaba el mayor.

“Te necesito” Murmuro con un tono de voz que estremeció todo mi ser y permitió que la culpa me consumiera; Akihiko es un hombre maravilloso, alguien romántico, tierno, inteligente, es perfecto; me da rabia no poderle entregar la atención que merece por algo que ni si quiera vale la pena; todo esto es tan tonto.

“Sabes que no” Antes de que pudiera contradecir a mi novio esté rozo mis labios de manera seductora logrando que mis piernas flagelaran ante los nervios y me tuviera que sostener de su chaleco con fuerza.

“Por favor Ritsu; me siento tan solo sin ti” Murmuro recorriendo mi rostro con algo de melancolía a la que no fui capaz de negarme.

“Está bien” Respondí resignado permitiendo que su mano aprisionara la mía y ambos nos encamináramos hasta el brillante y ostentoso convertible que el presumido pero encantador chico manejaba con orgullo.

El trayecto hasta su apartamento fue algo incómodo; no sabía que decirle para disculparme por toda esta distancia que le estoy imponiendo sin justificación o que palabras de amor le debo profesar para calmar su angustia.

Akihiko es tan especial; nosotros comenzarnos este romance pasando todo el día juntos; aspirando en las mañanas el aroma del otro, saboreando debajo de los tenues rayos del sol nuestros labios y durmiendo junto a la voz del contrario en el teléfono; por eso comprendo que se perciba tan inseguro ahora que ya casi no nos vemos.

Sé que hablar un par de horas no es suficiente; estoy consciente de que estoy perdiendo y lastimando a una de las personas que más me importa; pero ¿Qué otra opción tengo? Aun no puedo dejar esto; no sin haber enfriado mi rabia y analizado las cosas con cautela. Si me permito vencer; mierda; todo habrá sido en vano; como sensei dice me estaré rindiendo en mitad de la batalla al bajar mi espada en busca de una silenciosa muerte.

Si él me ama como dice hacerlo tendrá que ser paciente; no lo quiero decepcionar, sin embargo, la presión me esta aplastando; el miedo, ya ni si quiera sé bien lo que siento por estos arrogantes hombres; Akihiko eriza cada uno de mis cabellos con sus palabras y sus tactos, él ha sido mi primer novio, mi primera ilusión, no obstante, esa manera tan única que tiene el azabache de tratarme es…ya no tengo la fuerza para pensar en esto.

Al llegar hasta el apartamento de mi pareja esté me guió con desesperación hasta su habitación para recostarme con cuidado sobre sus sabanas y acercarse con una sonrisa juguetona hasta mi temblorosa estructura.

Sin intercambiar otra palabra el más alto unió nuestros labios con expectación mientras su cuerpo se encontraba sosteniendo al mío con cariño sobre sus frazadas; sin ser capaz de resistirme a sus toques cerré los ojos y le abrace con temor la espalda.

El peli plata movió su boca de manera armónica en contra de la mía degustando mis labios como si deseara memorizar aquel exquisito y único sabor que se lograba crear con nuestros toques; un vergonzoso gemido se escapó de mi garganta al percibir como mi novio de manera recelosa me mordía pidiendo acceso hasta mi cavidad.

Inspire con intensidad el varonil y seductor perfume de mi pareja mientras mi organismo se estremecía ante la traviesa lengua del mayor rozando con lascivia cada rincón de mi boca provocando que mis latidos se intensificarán con sus descarados tactos.

Las fuertes manos de Akihiko recorrieron mis piernas hasta llegar a mi miembro para presionarlo ligeramente sobre mi pantalón en busca de torturarme con sus electrizantes toques; incitando que otro jadeo muriera en aquel pasional encuentro; mi lengua permitió que la suya la dominara mezclando nuestras esencias en un húmedo y cálido beso del que no me quería separar.

Con ímpetu enrede mis manos sobre sus sedosos cabellos mientras mi mente se apagaba para fundirse con aquel amoroso hombre quien me proclamaba como suyo al unir de manera recelosa nuestras salivas y degustar con tanta necesidad cada rincón de mi boca.

Mi pareja levanto mi suerte exponiendo mi vientre para comenzar a quemar mi piel con sus manos provocando que la sangre me ardiera, por inercia separe mis piernas intentando resistir en aquel toxico y adictivo contacto ante la falta de aire hasta que un estruendoso ruido nos sacó de nuestro romántico trance.

Con la respiración agitada, las mejillas ruborizadas, la boca levemente hinchada abrí los ojos encontrándome con el ceño fruncido del más alto quien metió con rabia su mano en el bolsillo de mi pantalón para tomar con desprecio a mi ruidoso teléfono.

“Perdón; es la alarma que indica que debo cambiar de materia para alcanzarlas a repasar todas” Confesé apenado intentando levantarme para tomar mi celular en vano al encontrarme debajo del cuerpo del peli plata.

“Ritsu necesitamos hablar esto enserio” Murmuro arrojando con rabia mi teléfono lejos de nuestro alcance para encerrarme entre sus brazos sobre sus sabanas.

“No es que yo quiera dedicarle todo mi tiempo a algo que odio” Musite conociendo las palabras de decepción que me entregaría aquel hombre “¿Crees que no extraño pasar tiempo contigo? ¿Piensas que no me duele pedirte tanto sin ser capaz de devolverte los gestos?” Lo interrogue apoyando mi codo sobre su frazada para acortar nuestra distancia.

“No te ves feliz con lo que haces; pareciera que odias estudiar esto” Pregono con preocupación abriendo una herida que yo codiciaba cerrar, recordándome la incertidumbre y la fragilidad de la que era víctima en esta quebradiza estadía.

“No soy  feliz con lo que hago” Musite sin desear profundizar más en mi complicada personalidad al no codiciar apartar más al hombre de preciosas orbes violetas de mi lado.

“Si no te gusta ¿Qué te detiene a dejarlo? No te tienes que torturar de esa manera” Con incertidumbre abrir mis ojos permitiendo que su perspicaz respiración me robara el aliento y las palabras “No tienes que hacerte esto”

“¿Me estás diciendo que lo deje todo hasta acá? ¿Qué admita lo mediocre que soy?” Lo interrogue algo molesto arqueando el ceño con frustración.

“No” Declaro el más alto acariciando mi rostro con ternura “Ritsu yo jamás tuve algo que amara tanto como lo hago contigo; nunca permití que alguien me conociera como lo has hecho tú” Susurro levantándose de mi cuerpo para indicarme que me sentara a su lado.

“Lo sé, no tienes que repetirlo siempre” Confesé percibiendo como mis mejillas se ruborizaban debajo de esa socarrona sonrisa.

“Nunca he sido una persona egoísta; ni he tenido ambiciones muy grandes en la vida hasta que empecé a salir contigo; hasta que te convertiste en cada una de las cosas codicio ver en un futuro y te metiste en todas mis emociones” Confeso con sinceridad mientras su mano subía por mi cadera para aferrarse a mi cintura.

“Tú sabes lo que significas para mí; sabes lo muy importante que eres; después de todo eres la primera persona que me dice y que me trata de esta manera; tú eres mi primer novio; tienes todas mis ilusiones entre tus manos” Pregone tocando con vergüenza los varoniles hombros de mi pareja quien me sonrió con ternura.

“Eres todo lo que quiero tener; eres el único capricho que poseo; eres mi prioridad” Declaro el más alto alzando mi mentón para entrenzar nuestras miradas “Quiero que tú me conviertas en la tuya; que me pongas antes que tus estudios, antes que a Takano, tu familia, tu futuro, quiero ser yo quien lo tenga absolutamente todo de ti” Proclamo con seguridad provocando que mi cuerpo se estremeciera.

“Yo comprendo que quieras eso; pero Akihiko” Sin permitirme continuar el peli plata coloco uno de sus dedos sobre mis labios para que guardara silencio.

“Déjalo absolutamente todo por mi como yo lo he hecho contigo” Me pidió acariciando mi rostro con melancolía “Ritsu yo me metí a esta carrera porque así lo quisieron; trato de huir de un pasado que siempre amenaza con encontrarme, me he portado como un monstruo con quienes me aman; no quiero seguir con esto; dejémoslo todo para continuar con nuestro romance, arriésgate” Con angustia me mordí el labio al no tener una respuesta para su petición.

“No me pidas esa clase de cosas por favor” Murmure derrotado cerrando con nervios mis párpados al no tener el coraje para confrontar esas penetrantes orbes violetas.

“Cuando estoy a tu lado nada más me importa; por ti yo me salgo hoy de la universidad si es lo que me pides; consigo un trabajo, pago una pequeña pero humilde casa y formamos una adorable familia de cinco hijos igual de gruñones pero adorables que tú” Proclamo provocando que una risueña risa se escapara de mis labios.

“Es suena tan lindo” Declare con ingenuidad “Pero ¿Porque me debes hacer escoger entre tú y mi futuro si me amas?” El más alto beso con afecto mi nariz acercando mi cuerpo en contra de su poderoso pecho.

“Porque no tengo suficiente de ti, porque jamás estaré satisfecho hasta convertirme en tu todo; por eso te lo pido; porque te amo y quiero que tú me ames mucho más” Proclamo abrazándome con cariño.

“Yo no lo puedo dejar todo por ti” Musite con tristeza percibiendo como la angustia se arrastraba en cada una de mis frases.

“No me des una respuesta todavía; no digas esas cosas que me dañan sin que lo sepas” Me pidió con una mirada melancólica que oprimió con descaro mi pecho “No mientas si sabes que me lastimas”

“Lo siento” Pregone indefenso apoyando mi cabeza sobre uno de sus hombros mientras mis bazos trataban de rodearlo para trasmitirle mis emociones.

“Lo codicio todo de ti; por favor tú compréndeme, no soporto estar lejos de ti; me siento infeliz cuando te vas de mi lado y considero que prefieres pasar tiempo con Takano antes que con tu pareja, no me hagas esto Ritsu; tan solo conviérteme en tu prioridad y prometo que todos nuestros problemas se esfumaran” Murmuro el más alto acariciando con cariño mis cabellos mientras algo en su voz se quebraba.

No fui capaz de responder aquellas demandas que me exigía Akihiko; porque a pesar de desear convertirlo en mi prioridad, poder cambiar hasta mi mismo nombre para permanecer a su lado; ser capaz dejarlo todo y abandonar mi vida sin importarme las miradas de decepción que me entregaran las personas  que han deposita su fe en mí; tenia demasiado miedo como para hacerlo y permitir que la incertidumbre nos consumiera; temía no ser lo que él esperaba.

Notas finales:

Ya sé; porque diablos la jodida autora sigue complicando este pobre fic? Porque pasa eso de la universidad; a veces lo que uno siempre soñó no es lo que esperaba...descubrí que eso le ocurre a muchas personas, al menos yo he conocido a varias y es algo que siempre tuve contemplado escribir acá...claro que no sabia que me tardaría 22 capítulos...perdón por la demora.

En fin; comprendo si lo encuentran muy sobrecargado o algo; así que ya conocen mi política, si no les gusta pueden dejar de leer; pero al menos para mi es importante poner esta especie de realidad universitaria.

A los que si continúan en la historia....perdón...pero no tengo idea de cuantos capítulos tendrá porque ...la declaración de guerra la tenia pensada para el capitulo 10! Y ya vamos en el 22; asi que sera largo...T_T (Asi nunca acabare mis fics)

Bueno chicos; espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias a todos los que leen <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).