Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entregarte en bandeja de plata por Chiaki28

[Reviews - 512]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! T_T

Realmente estoy media muerta de cansancio, no sé como las saque pero lo hice; asi que espero que les gusten.

Acoso masivo 1/15.

Takano Pov

Desde que conozco a Ritsu él se ha destacado por tener una perseverancia envidiable; por poseer una determinación de hierro con la que siempre logra alcanzar sus objetivos, un alma que es capaz de resucitar entre las llamas para seguir con esas infinitas proezas que se ha puesto como si fueran una prueba de sí mismo.

Siempre he admirado la capacidad que tiene el castaño para caerse y continuar intentando; en lugar de quedarse como un pulverizado cristal en las frívolas carreteras de la vida él es capaz de juntar un par de pedazos para continuar corriendo hacia sus objetivos; para llegar tragándose el dolor y seguir con esa impecable sonrisa.

Él fue el motivo por el que yo seguí un ingenuo sueño; por el cual yo escogí estudiar literatura para poder permanecer el resto de nuestros días juntos; por esa razón me duele tanto verlo frustrado y colérico consigo mismo; derrotado, frágil, débil; es como si todas esas palabras con las que pretendía incitar una rebelión hayan quedado como vacías promesas en el aire.

Comprendo que este dolido por la ruptura con el idiota de Usami, no ha sido fácil sacarlo de sus oscuros pensamientos y depresivas visiones porque el petulante de cabellos plateados fue su primera ilusión amorosa real; sin embargo, con una infinita paciencia y un par de cercanías retomadas el castaño ha conseguido volver a sonreír y se ha acercado a este destrozado corazón.

Pero que irónico es el destino; antes Ritsu era quien debía ocultar sus sentimientos para no romper esta endeble relación que sosteníamos cuando hoy soy yo el que se martiriza cada noche por no haber valorado sus palabras cuando me las entregó.

Daría lo que fuera por ser su pareja, ya no existe el miedo a fracasar; ya no hay cobardía para arrojarnos al vacío, ya no vive el rechazo por mis sentimientos, solo arrepentimiento por haberme puesto una venda sobre los ojos por temor, el maldito miedo que me obligó a crear toda esta red de conflictos y mentiras.

“Masamune a mí me gustan los hombres” Supongo que en el fondo siempre lo supe; el castaño jamás mostró interés alguno en conseguir una linda novia como yo, pero…

“Es un amor no correspondido” Con esas palabras debí darme cuenta de que eran sus labios los que buscaban los míos; con esa simple confesión debí haberme percatado de que sus hermosos ojos solo me miraban a mí; pero no lo hice.

“Ya de nada sirve me pensarlo una y otra vez” Me dije a mi mismo frente al espejo abriendo la llave del agua para mojar mis rebeldes mechones negros y poderlos peinar antes de ir a la universidad con el castaño.

“Pero no por eso me rendiré” Susurre como un par de vagas palabras de ánimo centrado mi atención en mi reflejo para poder peinar mi flequillo.

Cuando mi imagen tuvo un aspecto decente me encaminé hacia la sala de estar con la intención de ordenar mis cosas y poder irnos a la facultad, una tonta risa escapo de mis labios al apreciar como en el sillón de tela el castaño sostenía su computador gris con una evidente mueca de desagrado; siempre tan transparente.

“¿Qué fue lo que te pasó?” Le pregunte acercándome al sofá para sentarme en una de las mullidas manillas y dejar que el peso de mi cuerpo llevara mi cabeza hasta las piernas de quien me moría por poder besar.

“Subieron las notas de los exámenes a la página” Su voz se escuchaba afligida, sus ojos no se despegaban de la pantalla, ni si quiera se inmuto con los recelosos toques que trataba de esparcir sobre su estructura.

“¿Cómo nos fue?” Lo interrogue observando a aquel aparato con curiosidad sin encontrar mi nombre en esa inmensa lista.

“A ti de maravilla” Susurro con una extraña mueca en sus labios “Felicidades Masamune te lo merecías, creo que sí aprobaste el semestre” Sus ojos se encontraron con los míos enseñándome aquel nostálgicos brillo que tantos meses había perdido.

“Gracias pero eso no es lo que me importa” Proclame sin romper el contacto visual ni cambiar de posición.

“A mí me fue” Ritsu mordió sus labios desviando su mirada al suelo “Aprobé apenas por un par de puntos” Una tonta sonrisa se grabó en mi boca,  sin poder contenerme me levante del sofá para encerrar entre mis brazos al castaño quien tembló ligeramente sobre el sillón al sentir el calor de mi cuerpo.

“Felicidades” Una risa irónica escapo de su garganta.

“¿Felicidades?” Me pregunto escondiendo su mirada debajo del flequillo “Si mis padres vieran que su hijo perfecto acaba de pasar por un punto el ramo seguramente de desheredaría” Masculló revolviéndose con frustración los cabellos “¿Qué me pasó? Antes siempre estaba en los mejores lugares”

“¿En verdad te estas quejando?” Lo interrogue con sarcasmo apoyando mis rodillas sobre el suelo para quedar a su altura.

“Es duro para mi caer del primer lugar a pasar a ser uno de los más mediocre sin si quiera entender el motivo; nosotros estudiamos juntos, yo me preparé con meses de anticipación, fui a cada pasantía extra, le pedí ayuda a sensei, ¿Qué más podía haber hecho Masamune?” Me pregunto apretando con rabia reprimida la tela del mueble.

“Sé que es frustrante” Musite llevando una de mis manos hasta su mejilla “Sé que para ti es colérico no sacar el primer lugar sin haber disminuido tu esfuerzo pero lo que te debería importar es que pasaste, pudiste pasar los exámenes y te aprobaran el cambio de carrera” El más bajo libero un travieso suspiro relajando sus músculos.

“Sé que tienes razón pero” Lleve mi dedo índice sobre esos tentativos labios para callar sus quejumbrosas palabras sin borrar mi torpe sonrisa.

“No es lo que esperabas, no es lo que quería y no puedes evitar sentirte decepcionado pero las cosas pudieron ser peor” Le respondí sin vacilar apreciando como un tierno sonrojo cubría su rostro “¿Qué hubiera pasado si reprobabas?”

“No me hubiera podido mover de esa profesión y el crédito habría quedado inservible” Respondió con pesadumbre sabiendo que mis verdades eran las correctas y mis intenciones transparentes.

“Entonces deberías ser más agradecido” Le regañe revolviendo sus cabellos con melancolía “Ahora toma tus cosas que nos vamos a la facultad a hablar con el demonio Kamijou” Las cejas de mi cómplice se arquearon ante mis palabras.

“No le digas así” Me rebatió parándose del sillón para dejar el computador que tenía entre las piernas sobre uno de los cojines, y tomar su mochila tirada a media sala para seguir confrontándome “Hiroki es una buena personas solo debes conocerlo”

“¿Hiroki?” Le pregunte alzando una de mis cejas divertido.

“Sensei y yo hemos adquirido mucha confianza en todos estos meses” Musito con los labios temblorosas y el rostro ruborizando “Después de todo los que se han mantenido a mi lado en esta tormenta fueron él y tú”

“¿No prometimos estar en las buenas y en las malas?” Ironice apoyando uno de mis brazos sobre sus delgados y finos hombros.

“Creo que tú lo llevaste demasiado al extremo Masamune” Se burló sin apartarse de mi agarre o repudiarlo, sino que acurrucándose en mi pecho como le era de costumbre, descompasando mi demente latir y agitando mi respiración.

“Ya vamos antes de que lleguemos tarde y él te arrojé un libro que rompa tu perfecta nariz” Me mofé pasando un dedo por su fina y delicada estructura.

“No te burles porque es pequeña” Me rebatió con terquedad caminando fuera del departamento para perdernos en un melancólico e intimido ambiente.

Otra vez podía enredar mis dedos con los suyos en público; nuevamente los rumores de que éramos pareja por nuestra cercanía corrían entre las bocas de los hipócritas; las miradas de reproche y curiosidad, las incomodas preguntas; todo se repetía entre el castaño y yo como si nos encontráramos atrapados en un ciclo; la diferencia es que esta vez no negué ninguna.

Cuando me preguntaban si nosotros éramos novios yo no tenía vergüenza al contestar lo mucho que lo amaba y la intensidad con la que trataba de encender el amor que el castaño siente por este destrozado y terco hombre quien estuvo al borde del colapso emocional, quien confronto el mismo miedo a la muerte al perder a su único tesoro solo para darse cuenta de lo que siempre fue tan obvio.

Me alegra que las cosas tomen el rumbo que nunca debieron dejar, sin embargo, no puedo perdonar a Usami; porque ese idiota dijo que Ritsu estaría a salvo con su cariño; el imbécil prometió cuidar con su misma alma mi flor;  juró que rozaría cada uno de sus pétalos con cuidado ¿Y qué fue lo que hizo el maldito? La apretó entre sus garras hasta romperla.

Jamás le perdonare el daño que le hizo al castaño; no puedo dejar que las cosas queden así entre nosotros dos, no voy a permitir que se ría del dulce chico que cambio mi vida; con esa clase de enfurecidos pensamientos apreté con más recelo la mano del menor quien libero un pequeño suspiro ante mis acciones.

Con el rabillo de mis ojos repasé sus facciones; toda mi piel se erizo al apreciar como una fugaz sonrisa se trazaba sobre sus labios mientras sus jades se centraban en el cielo; de seguro esta aliviado porque toda esta pesadilla se acaba; a pesar de sus deprimentes notas debe estar agradecido de poder escapar de esa prisión mental.

“¿Tanto te emociona ir a ver a tu maestro?” Le pregunte para romper el silencio entre la agradable brisa de un nuevo comienzo.

“Un poco” Rio entrelazando nuestras miradas con confianza.

“Entonces tenemos un problema” Respondí deteniendo mis movimientos en frente de la inmensa puerta ubicada entre un par de árboles de cerezo; el más bajo ladeó la cabeza confundido incitándome a continuar “Estoy celoso de él” Lleve con satisfacción mis manos hasta su cintura al ver como su rostro era encendido.

“No digas idioteces” Me rebatió sin poder disimular lo apenado que se sentía.

“Entonces no me des motivos para sospechar, ya tuve suficiente de competencia” El castaño alzó su mirada con curiosidad sin detener sus pasos hasta el enorme edifico en donde los profesores se instalaban.

“Masamune” Mi piel se erizo al escuchar como su voz me llamaba “¿Tú cuando dices que me amas no lo haces porque te sientas mal al haberme rechazado?” Mis ojos al igual que mis labios se abrieron con incertidumbre; detuve cada uno de mis movimientos para acariciar el mentón del menor incitándolo a perderse y leer la verdad entre mis orbes.

“Ritsu ¿Cómo puedes llegar a pensar eso?” Lo interrogue con suavidad rozando mi nariz contra la suya “¿Cómo se te ocurre cuestionar mi amor?”

“Es que” Balbuceó relajando los hombros, ignorando cada persona que posaba su atención sobre nosotros “Tú siempre me has protegido, tú siempre estas velando por mi bien, y tengo miedo de que ahora me digas que me correspondes solo para que no me sienta mal; por eso yo” Sin permitirle continuar bese su mejilla para que guardara silencio.

“Es cierto, siempre estoy velando por tu bien, por eso mismo jamás haría algo que te hiciera daño como fingir tener emociones románticas por ti; comprendo que ahora no me creas luego de todas las trabas que te puse, pero yo haré que eso cambie” Mi voz reflejaba una poco usual seriedad, mi sangre me ardía con determinación mientras mis manos buscaban con desesperación las suyas.

“No es que no te crea” Musito con un inocente mohín “Supongo que me da miedo hacerlo por obvias razones”

“Yo arreglare eso” Respondí sin vacilar consintiendo que esas brillantes esmeraldas me absorbiera y se robaran mi voluntad.

“Ahora sí vamos; creo que se sensei va a estar enojado” Murmullo extendiéndome por inercia el brazo para que ingresáramos en el frío edifico y tocáramos la elegante puerta de madera refinada de un dragón despiadado.

Después tormentosos e insufribles minutos de silencio en los que se escucharon un par de murmullos detrás de la enigmática puerta del demonio; el mayor se dignó a abrir haciéndonos una pequeña seña para que ingresáramos a tomar asiento en su oficina; me sobresalte al percatarme de una tercera presencia en una de las esquinas de la habitación.

Mire sin comprender su función al alto muchacho de cabellos negros y ojos zafiro apoyando sobre uno de los estantes de libros; debe ser un estudiante rogando créditos extras me dije a mi mismo tomando asiento juntos al castaño; apretando con fuerza su mano debajo del escritorio para transmitirle confianza.

“Bien Ritsu te llame para felicitarte por haber completado los tramites” Murmullo con una íntima y tranquila aura “Ahora que las notas ya están arriba puedo decir que aprobaste el semestre y puedes cambiarte después de las vacaciones” El menor llevo una de sus manos hasta su pecho sin esconder su emoción.

“Gracias sensei” Musito con los ojos brillosos y el cuerpo vibrando de la conmoción; amaba verlo de esa manera.

“Conseguirte un cupo a mitad de año no fue para nada fácil pero no te podía dejar en ese lugar viendo la depresión que enfrentabas, aun pienso que deberías trabajar en todo lo que pasaste para evitar que se repita en tu nueva posición pero ya solucionamos el gran problema” Ritsu apretó por inercia mi mano logrando que una agradables cosquillas me envolvieran.

“¿Qué pasara con las notas que saqué?” Pregunto con una destacable angustia siendo arrastrada.

“Pudiste convalidar las materias” Una mueca de frustración se grabó sobre sus facciones logrando que el recio profesor liberara una inocente risa.

“Es que me avergüenza tener eso en mi expediente” Farfulló con orgullo provocando que el más alto negara con la cabeza.

“Acá esas cosas son importantes, sin embargo, deberías estar feliz de aprobar y ya, no te exijas más de lo que puedes, por experiencia sé que no te lleva a nada bueno” Pregono con nostalgia desviando su mirada hacia el enigmático chico.

“No puedo dejar que sus palabras se pierdan” Murmullo con sumisión bajando la cabeza “Yo le haré caso sensei”

“Lamento irrumpir el momento” Dije impulsado por la curiosidad “Pero lo que le pasa a Ritsu debe ser personal, no me gusta que hayan terceros escuchando como si no tuvieran nada más que hacer” Farfulle con el ceño arqueado ante la molesta sonrisa del impertinente.

“Veo que eres muy sobreprotector” Musito con cierto jubilo “Pero yo invite a este hombre porque quería explicarle un par de cosas a Ritsu y compartir ciertas experiencias” Confesó haciéndole una seña con la mano al estudiante para que se acercara.

“¿Quién es?” El chico de ojos verdes me robó las palabras de la boca sin dejar de repasar con curiosidad al hombre de cabellos negros.

“Ritsu tú me contaste todo lo que te ocurrió con Usami un día que estabas desmoronándote ¿Lo recuerdas?” El rostro de mi compañero fue cubierto por un tierno color carmín mientras sus labios temblaban; una boba sonrisa fue la que esboce al saber que él jamás conseguiría ocultar lo que siente ni lo que piensa; esa es una de las cosas que más me gusta del castaño.

“Lamento esa imprudencia” Dijo apenado hundiéndose en la silla.

“No te disculpes” Le pidió parándose de su asiento para ubicarse al lado del joven “Yo me siento feliz de que me hayas contado”

“Yo soy Nowaki Kusama” Se presentó el joven llevando una de sus manos hacia la cintura del profesor “Soy la pareja de Hiro-san” El más bajo y yo intercambiamos una mirada atónitos por la revelación.

“¿Y porque nos presenta a su pareja?” Le pregunte alzando una ceja al no comprender el extraño comportamiento del demonio Kamijou.

“Porque nosotros pasamos por lo que Ritsu vivió” Confesó el maestro de ojos avellana con cierto toque de melancolía en sus palabras “Yo viví toda mi carrera centrado en mis méritos, loco por sacar las mejores notas, al borde del colapso para poder ser el mejor; también ingresé en una peligrosa depresión al estrellarme con mis muros, yo encarné el mal carácter, por la enfermedad y por el descuido” El chico de brillantes ojos verdes absorbía cada una de las palabras del mayor como si fueran una dulce droga que calmaba su dolor.

“¿Y cómo lo supero con su pareja?” Pregunto moviendo la boca por imprudencia.

“Para mí no fue nada sencillo ver a Hiro-san en ese estado; tener que vernos una miserable vez al día, tener que soportar sus llantos de frustración en la noche, la impotencia que me causaba no poder ayudarlo porque al ser más joven no comprendía sus materias, fue un tiempo muy complicado en el que casi colapsamos los dos” Explico el chico de ojos azules caminando hasta mi lado con confianza; centrando su atención en mí.

“¿Y qué hiciste?” Inquirí sin romper el contacto visual.

“Nunca me aparte de su lado” Respondió con tranquilidad “Aunque hubieron varios momentos en que ambos no nos tolerábamos por estar insoportables, aunque tuvimos nuestra peleas y casi rompemos, lo superamos al jamás apartarnos del otro” Contesto el más alto con certeza sin poder esconder el cariño y afecto en sus verdades.

“Por eso te dije esas cosas de Usami; Ritsu no era mi intención lastimarte y abrir más tus heridas pero cuando te advertí que eso no funcionaría hablaba de la experiencia” Liberé un bufido enfadado ante la ignorancia que tenía de ese misterioso encuentro.

“Lamento haber sido tan explosivo y gritado tantas cosas” Musito bajando los hombros y apresando la tela de sus pantalones “Pero en ese entonces me encontraba demasiado dolido, acabábamos de romper”

“Si te presente a mi pareja lo hice para que veas que habló por experiencia y no de metiche para opinar de las vidas ajenas” Proclamo con orgullo llevándose las manos hasta las caderas; desviando su mirada hacia mí tensa postura.

“Me siento un tanto excluido” Murmure para mí mismo tratando de confiar en el más temido maestro de la facultad.

“Esas cosas te las debe contar Ritsu” Un escalofrío recorrió mi columna vertebral al escuchar como el indomable hombre reía de manera cálida “Lo que te tengo que decir a ti jovencito es que aprecio que hayas cuidado este mocoso terco”

“¿Eh?” Balbuceé con incertidumbre.

“Aprecio mucho que hayas cuidado todo este tiempo de Ritsu; sé mejor que nadie lo complicado que uno se puede poner en ese estado tan depresivo; lo centrado que se sitúa con sus problemas, lo insoportable del carácter, por eso te agradezco haberlo apoyado” La pareja del maestro miro con calidez aquella conmovedora escena.

“Se ve que le has agarrado cariño” Se burló llevando una de sus manos hasta los prolijos cabellos de sensei.

“Me fue imposible no hacerlo si me recuerda tanto a mi” La voz del mayor sonaba cariñosa y afectiva, tranquila pero afligida “Ritsu y yo aún tenemos que discutir un par de cosas con lo de los créditos, pero me gustaría quedarme a solas con él para poder hacer eso” Explico echándonos de su oficina con una indirecta.

El estudiante de cabellos negros y yo salimos de los aposentos del maestro para apoyarnos en la pared de al lado inmersos en un agradable silencio; tratando de perderme en mis pensamientos me limite a jugar con mis zapatos clavando mi vista en ellos mientras revivía la hermosa imagen del castaño sonriendo por la noticia.

“¿Sabes? Fue bastante duro” Murmullo la pareja del profesor “Fue terrible soportar eso tres años, pero de alguna manera salimos adelante”

“¿Qué es lo que hay que hacer cuando se deprimen y ni si quiera te quieren ver en fotografía?” Le pregunte con confianza apoyando mi hombro junto al suyo; deslizándome con torpeza por aquel muro.

“Permaneces a su lado siempre, aunque te odie, aunque te grite cosas terribles, aunque te pida que te vayas para no regresar; jamás le hagas caso” El de cabellos negros guardo silencio para unir nuestras miradas “Porque sí te vas, sí lo dejas cuando más te necesite te aseguro que nunca te lo perdonara”

“Nunca lo dejaría solo” Respondí consintiendo que la sangre me calentara los músculos ante la vergüenza.

“No hacen falta presentaciones para que me dé cuenta de lo que sientes por ese chico, me alegro que hayan podido superar las cosas con éxito y ya salir adelante, esa es la prueba de que estarán muchos años juntos”  Abrí mis labios tolerando que mis ingenuos pensamientos fueran liberado con impertinencia.

“¿Cuántos llevan ustedes?” EL más alto sonrió con satisfacción inspirando como si hubiera estado esperando aquella interrogante.

“Diez maravillosos años” Antes de poder expresarle lo atónito que me sentía el sonido de la puerta rompió nuestro ambiente y el aroma de Ritsu inundando el lugar consiguió que toda mi atención se centrara en aquel castaño de brillante sonrisa.

“Muchas gracias por venir Nowaki-san” Susurro con una pequeña reverencia antes de hacerme una pequeña mueca con sus labios para que nos fuéramos.

Sin rebatir a aquel muchacho me limite a asentir con la cabeza como agradecimientos para seguir al más bajo hasta las afueras de ese elegante edificio y esperar alguna clase de explicaciones por su iluso comportamiento; Ritsu me miró con ternura estirando sus brazos hacia el cielo como si quisiera tocar la libertad.

“¿Porque tan feliz?” Le pregunte encantado por la infantil actitud del castaño quien no podía borrar una hermosa expresión de sus facciones.

“¿Recuerdas el puntaje con el que ingrese a la facultad?” Me pregunto de manera traviesa acercándose con una actitud energética.

“Sí” Musite embelesado por esos ojos “Recuerdo que te felicitaron por haber sido uno de los más altos”

“Exacto” Respondió con entusiasmo “Yo no sabía cómo hacerlo solo pero sensei me ayudo a postular a una de las becas que se dan por el ingreso y me acaba de informar que la he obtenido, por suerte mis horribles notas no influyen al no haberla usado este semestre” Al ver esa reluciente expresión, al apreciar como sus tentadores labios se curvaban y su cuerpo me rogaba por un tierno contacto corrí hacia su lado para tomarlo de la cintura.

“Felicidades Ritsu” Musite percibiendo como el menor levantaba sus pies al aire entre mis brazos y se aferraba a mi cuello.

“No tendré que pagar dos veces distintas carreras, estoy tan feliz Masamune, me siento tan feliz” Musito cargando el peso de su cuerpo sobre mis brazos; sin ser capaz de reprimir la emoción de tenerlo de esta manera mis piernas comenzaron a temblar consiguiendo que ambos aterrizáramos sobre el descuidado pasto de la sede.

“Hace tiempo no te veía así de emocionado” Respondí acomodándome entre las pequeñas flores de jardín.

“Es que no puedo creer que por fin algo bueno me pasé, me siento tan libre, me siento feliz de renunciar a esto, me siento adulto, como si por fin fuera yo quien manejara su vida” Contesto apoyando su cabeza entre la descuidada hierva, acomodándose a mi lado sin dejar de contemplar el cielo.

“Hace un par de semanas parecías estarte muriendo en la depresión” Me mofé regañándome por mi insensibilidad al haber borrado ese ingenuo brillo.

“Ha sido bastante difícil superar la ruptura con Akihiko” Susurro tratando de ocultarse entre los abandonados pastos “Ha sido aún más difícil superarlo todo en época de espera a los exámenes, pero esto ya es un peso menos”

“¿Lo extrañas?” Le pregunte con seriedad apoyando mi cabeza sobre una de mis manos mientras mi codo se hundía en la tierra.

“¿Cómo no hacerlo?” Me evadió con la mirada “Han sido varias semanas desde que no nos vemos, estaba tan acostumbrado a su presencia y que desaparezca así me deja una sensación amargar” Un pequeño suspiro fue pronunciado por esos seductores labios “Pero por ahora no quiero pensar en eso”

“Realmente estas feliz por esa beca” Me burle acomodándome junto a él debajo de la sombra de uno de los grandes arboles de la facultad.

“Sí; es que me siento libre” Musito perdiendo su mirada en mis facciones “Masamune tú mejor que nadie sabe que mis padres a pesar de ser amoroso siempre me exigieron tener las mejores notas, siempre me apoyaron y presionaron para que enorgulleciera el apellido de mi familia, desde pequeño me dijeron a qué universidad prestigiosa debía ir y me prepararon sin que me opusiera” Divago con aflicción.

“Ritsu eso no” La melódica voz del castaño no me dejo continuar.

“Nunca me opuse a que escogieran quien era yo y la imagen que quería dar, sin embargo, este semestre he podido tomar mis decisiones; he podido yo renunciar a esa cosa que odiaba en lugar de complacer a mi familia, he podido ser Ritsu en lugar de un reflejo de mi padre, no puedo expresar la satisfacción que siento” Conmovido por sus palabras comencé a revolver los mechones que caían con descuido de su frente.

“Realmente amo cuando te pones en este estado tan risueño, me recuerdas a nuestros días de juventud” Musite aspirando el fragante aroma de esos cabellos mezclado con la exquisita esencia de su piel.

“No hables como si fuéramos unos ancianos”  Me regaño intentando fingir molestia en vano “Pero no puedo expresar lo feliz que estoy, con esta beca ya no dependeré de ellos, serán mis errores, serán mis decisiones; es mi vida”

“Siempre ha sido tuya” Murmullé absorto por sus juguetones movimientos y su relajada respiración.

“Masamune” Me llamó con las mejillas encendidas “Gracias” Susurro con ternura “Gracias por siempre permanecer a mi lado, a pesar de todas las cosas crueles que te hice, a pesar de mi frialdad, gracias por nunca dejarme solo”

EL tentador aroma de las flores que nos rodeaban; la agradable brisa que nos envolvían, la sonrisa del castaño, esa mirada tan única que me entregaba, no sé porque lo hice si estaba consciente de que la herida sobre su primera relación seguía expuesta en su corazón; sin embargo, al perderme en ese ambiente de ensueño, tomé sus mejillas de improviso y roce nuestros labios.

Todo mis músculos recibieron una poderosa descarga eléctrica, mi corazón salto con una intensidad que nunca antes había sentido, mi piel hormigueaba, la respiración se me iba por el sabor de sus cálidos y húmedos labios, como moría por probarlos, como codiciaba que este fuera el sabor que moviera mi latir.

Probé con recelo esa deliciosa boca estática mientras mis manos no dejaban de recorrer sus mejillas repasando el momento, tratando de memorizar este perfecto instante que nos envolvía, cuando entré en razón y la realidad me golpeó como un balde de agua fría me separé con lentitud de mi acompañante.

Ritsu tenía los ojos abiertos como si fueran un par de platos, las manos temblorosas, el rostro ardiendo mientras sus labios trataban de articularizar alguna palabra en vano; nunca lo había visto tan sorprendido.

“¿Masamune pero?” Tartamudeo sin que la confusión se borrara de sus facciones.

“No pude evitarlo Ritsu, te amo; no pude contenerme cuando te vi así de alegre y sensible dándome las gracias, yo no pude evitarlo” EL más bajo se llevó sus manos hasta sus labios pasmado tratando de analizar sus emociones.

“Yo aún no puedo” Musito con aflicción.

“Está bien Ritsu” Le indique con el corazón agitado al no encontrar rechazo u odio en sus inocentes orbes esmeralda “No me pienso ir de tu lado jamás, así que seguiré intentando sanar tus heridas; reviviendo ese amor que sé que tienes por mi”

“Realmente eres un imprudente” Se quejó tensándose al apreciar como mis brazos lo envolvían para depositarlo sobre mi pecho.

“Está bien que hayas amado a Akihiko” Susurre delineando su cintura “Pero quiero que a mí me ames mucho más; que a mi sí me entregues todo lo que eres porque sin importar la adversidad que enfrentemos yo no me moveré de tu lado” Pude escuchar como una irónica risa salía de su garganta mientras se perdía en sus pensamientos.

“No es tan sencillo Masamune” Susurro aferrándose a mi cuerpo como lo hacía cuando tenía miedo; como me buscaba cuando necesitaba calma.

“Yo no dije que fuera fácil” Respondí con una poco característica ingenuidad en un resplandeciente futuro “Pero tú vales la pena, por eso jamás me rendiré”

Él no me contesto; lo único que hizo fue acelerar este loco corazón con sus caricias sobre mi pecho mientras un nostálgico ambiente reanudaba la confianza que alguna vez permití que se destrozara en contra de las ironías que nos ofrece esta torcida vida.

Notas finales:

Bueno más que un apoyo y una experiencia amigable que compartio Hiroki lo hice porque esa hubiera sido la manera correcta de actuar, a nadie le gusta atravesar por todo el estrez que implica el estudio, sin embargo, si se dejan los deseos egoistas de lado...bueno ellos llevan muchos años juntos; creo que eso lo dice todo.

Ya en el otro se sabe que fue lo que ocurrio con Usami y por cierto lo del credito y el dinero; enserio una beca salva vidas para que quede clara la felicidad del castaño.

Espero que les haya gustado <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).