Aunque casi era la misma situación de hacía casi dos años atrás no se sentía feliz y en cambio en su boda con Thor se sentía feliz por qué a pesar de negarlo en ese momento lo amaba y estaba emocionado al desposarse con él.
Su reflejo era frío y sin vida en el espejo, un suspiro salió de sus labios, estaba cansado de nada pero así se sentía.
-¿Se encuentra bien rey? –Le pregunto Rosie a Loki, le tenía mucho apreció después de todo lo que habían pasado juntos y en estos años.
-Creo que sabes la respuesta ¿no es así? Y ya sabes el por qué- la sirvienta lo sabía pero no podía hacer nada, no era nada ni nadie para hablar.
-Lo siento, señor, ya hemos terminado con su arreglo y todo está listo- el moreno asintió, apretó los labios y con lentitud bajo del banquillo de donde le habían estado cosiendo la capa blanca que llevaba en su ropa de bodas. Respiró hondo y camino hasta la puerta, donde un par de guardias abrieron las puertas de madera de par en par. Levantó la mirada y camino a lo largo de todo el pasillo hasta la entrada principal, bajo las escaleras y camino igual por los jardines hasta llegar a las tiendas blancas que se erguían albergando a los invitados quienes esperaban ansiosos por el novio.
Por otro lado, Amora esperaba apacible sobre el altar donde se llevaría el acuerdo del Nikah aunque sabía que algo pasaría y no sería nada bueno. Aun después de varios días desde la visita que le había hecho a Thor analizaba cada una de las palabras y había sido lo correcto para todos.
Días atrás.
Syf rodeo la mesa de la sala de estrategias y vio ahí de pie a Thor, cruzado de brazos, imponente viendo como sus soldados entrenaban bajo el sol.
-Verte pensativo y sosegado me da miedo y más cuando en unos días tu esposo se casa con otro- Thor no dijo nada.
-Syf, es libre de hacer lo que quiera aún que este casado conmigo. Di la orden de que modificaran la ley, ya que ambos reinos se rigen por las mismas, al seguir siendo esposos- Syf no lo podía creer, hace años Thor habría matado a Amora antes de dejarle el camino libre y menos permitir que Loki tuviera dos esposos.
-¿Es en serio?- el rubio asintió.
-No lo retendré más, quiero que se feliz y espero así poder seguir con mi vida- la castaña caminó hasta su lado y ambos miraban el paisaje.
-Me dices que igual buscarás a alguien- Thor se dio la media vuelta y camino hasta su mesa donde miro la invitación.
-Pase lo que pase- Syf no lo podía creer, en eso las trompetas anunciaron la llegada de un visitante. Thor se asomó por la ventana y luego tocaron a la puerta. Era un guardia anunciado la llegada de Amora. Los dos se miraron extrañados, no habían avisado con anticipación y bueno era el prometido de Loki; Amora era muy osado al parecer.
-Tráiganlo hasta mi estudio- el guardia asintió y los minutos Amora entro custodiado con dos guardias que salieron a la señal de Thor. Syf sonrió y se acercó a él y le extendió la mano. Amora la tomó y beso la piel suave de la princesa, sin más salió del salón haciendo una reverencia antes de salir.
-Dime Amora ¿qué te trae por aquí? - Amora no se andaría con rodeos, el menos tiempo que pasará ahí mejor.
-Te entrego a Loki, ve por él, lo dejo en libertad. Llévatelo, reclama lo que es tuyo- la cara de Thor se torció en una cara de asombro y de asombro.
- ¿Sabe que estas aquí? – Amora negó con la cabeza en silencio- ¿a qué viene todo esto? Pensé que estarías feliz con que les haya dejar el camino libre.
-No me amará nunca, no puedo con el hilo que los une, nada ni nadie podrá romperlo. Además, Loki, él te necesita ahora más que nunca- el rey no entendía nada.
-Bueno, aun siendo su esposo no sé qué hay en el corazón de Loki, pero agradezco tu...oferta, pero la pasaré por alto, lo he meditado muy bien-
-Bien, he cumplido lo demás lo dejo en tus manos- el rubio dio la media vuelta así más. Cuando salió en el pasillo aún estaba Syf, esa costumbre suya de escuchar lo ajeno.
-Ahora Loki brilla más que nunca no ¿Amora? - el chico se sonrojo y frunció el sello.
-Buenas tardes Syf-camino por el pasillo hasta salir y montar su caballo. Thor salió y se topó con la princesa.
- ¿Bien? -
-No tengo nada que hacer ni pensar- de nuevo estaba asombrada con la indiferencia de su cuñado. Algo tramaba, él no dejaría esto así.
El día de la boda.
Anunciaron su llegada, todos se pusieron de pie y sonrieron al emocionarse. Loki con la elegancia y finura que poseía camino a lo largo del pasillo. Caminó lento al compás de la marcha de entrada donde estaban reunidos. El camino se le hizo eterno y cuando llegó su mundo enmudeció, su mente se aisló de lo demás y todo se difuminó a su alrededor.
Amora lo ayudó a sentarse y la ceremonia comenzó. Todo el proceso se le había hecho eterno, solo quería salir de ahí, necesitaba aire limpio, necesitaba respirar.
En el reino vecino: Asgard.
Thor jugaba ajedrez con Syf pero su mente estaba en otro lado, se le veía relajado y atento al movimiento de piezas de su contrincante. Sus oídos eran taladrados por el tic toc del reloj de pared.
Era solo cuestión de tiempo y cuando lo hiciera no se asustaría ni se sorprendería, de reojo con sus ojos cafés miraba la hora y solo era cuestión de segundos.
- ¡Maldición! - y ahí estaba: Thor se paró de repente de la mesa, casi aventando el tablero de ajedrez, salió de su estudio apresurado, dando la orden de que le alistaran su caballo. Y en menos de lo que pensó Syf, Thor ya se había adentrado al desierto en su caballo.
-Al fin- sonrió complacida.
Cabalgo lo más rápido que su caballo podía correr, el cielo estaba en lo más alto ese día y quemaba. La arena volaba sobre su cara, creando cortinas de arena por su paso, esperaba llegar a tiempo.
La ceremonia casi acababa, Loki sentía un nudo en el estómago, quería que todo acabara, pero si eso pasaba significaba que no podía retroceder si lo quisiera.
Un estruendo se escuchó por todo el lugar, los guardias comenzaron a salir de la tienda donde se llevaba a cabo la ceremonia para ayudar a los demás. Todos los invitados se pusieron de pie y comenzaron a murmurar.
- ¿Qué pasa? - preguntó Loki a Amora, el rubio negó con la cabeza y antes de poder investigar un gran corcel negro entró a la carpa y Thor montándolo. Loki abrió sus ojos de par en par, no lo podía creer, pero algo dentro de él se sintió aliviado.
Llegó hasta ellos y sin bajarse del caballo tomo a Loki y lo cargó, montándolo en el caballo y secuestrando a la novia.
- ¿Qué DEMONIOS TE SUCEDE? BAJAME, BAJAME AHORA MISMO, THOR- le exigía, pero como entró, salió de la tienda y cabalgo rápido.
Rosie se acercó a Amora, aterrada ya que el príncipe no se movía de su lugar.
-¿No hará nada? Se llevan al rey- el rubio negó- yo mismo le pedí que viniera por él, cuida a Fenrir por unos días. Despídeme de Loki cuando vuelva, mi caballo y mis maletas me esperan en la entrada-
Rosie se quedó boquiabierta, no podía creer lo que pasaba y menos escuchaba.
-Thor bájame, por favor, estoy en medio de mi boda- pero el rubio no le hacía caso.
-No, te llevaré conmigo y arreglaremos todo esto de una vez- Loki escuchó determinación en la voz de su esposo, una voz que tenía que no escuchaba y lo más razonable era el no contradecirlo.
-Está bien, pero dime a donde me llevas-
-No-
-Detente, no puedo seguir yendo bocabajo...necesito ir sentado-
-Ya casi llegamos- Loki buscaba algo que reconociera para saber a dónde lo llevaría si a Joutenheim o a Asgard o a otro lugar y lo único que vio como la maleza crecía y la humedad le hacía sudar: el lago, el oasis.
Se adentraron y más y cuando llegaron a unos metros de la orilla una pequeña casa se erguía.
-Esto...esa casa- Thor se detuvo y bajo, con cuidado bajo a Loki quien estaba maravillado con la casa de madera.
- ¿Te gusta? -el moreno paso de estar deslumbrado al enojo al recordar cómo había llegado allí y desde donde, se giró sobre sus talones y le dio una cachetada a Thor.
-Eres un maldito monstro- antes de poder bajar la mano Thor la tomó y lo impulsó para acercarlo a él y lo beso.