Al amanecer, un nuevo día daba inicio. Pero en el Instituto, Yunho se sentía observado por cientos de ojos. La noticia de que era el héroe de Busan se había expandido por toda la ciudad. En revistas y la televisión solo hablaban de él y como detuvo a un abusador. Ser el centro de atención, empezaba ano gustarle.
Jaejoong ese día se había negado a asistir a clases y Yoona no insistió pues se sintió muy culpable por no haber estado con su hermano, por no protegerlo.
Yoochun le dijo a Yunho que solo sonriese, que pronto seria noticia pasada.
– ¡Debí estar yo en la foto con Yunho-oppa! – lloró dramáticamente JiYeon al ver la foto de Yunho con Jaejoong en la puerta de la jefatura policial.
– Para eso tienes que ser perseguida por un acosador – bromeo una de sus amigas.
– Y… ser Yunho el que te salve como a una princesa en peligro – dijo otra estudiante.
Yunho rodeado por todas las chicas escuchando aquellos comentarios no dijo nada. Cuando la profesora llego todos tomaron sus lugares. Él no quería ser el centro de atención. Estaba odiando serlo.
…
Después de sacarse fotos y firmar autógrafos, Yunho por fin podía caminar sin ser asediado por las jóvenes estudiantes.
– ¡Espera! – Minho corrió antes de que Yunho doblase en el pasillo.
– ¿Pasa algo? – preguntó a Minho.
Yunho se detuvo en medio del pasillo. Después de escuchar la campana del almuerzo no había escuchado nada más.
– ¿Has definido a cual club te unirás?– preguntó Minho con la esperanza de que Yunho no estuviera en ningún club – Mi hyung estaría muy feliz de que te unieras a nuestro club de baloncesto.
– Siwon no hace más que hablar de ti y tus habilidades – explicó el chico del celular mientras tocaba la pantalla de su celular – Bueno… todo Busan no hace más que hablar de ti.
Yunho inclino la cabeza como si lo pensara. Si, él recordaba a Siwon.
– Me gustaría, pero estoy buscando a alguien – dijo Yunho esperando no ser descortés ante la invitación del hermano menor de Siwon.
– Entonces… si quieres podemos ayudarte – habló entusiasmado el chico más bajo y de mirada felina guardando su celular en uno de sus bolsillos del pantalón.
– Conocemos muy bien este instituto – confirmó Minho – Y a los estudiantes, podemos ayudarte.
– ¿Es una chica? – preguntó el otro chico muy interesado por la respuesta.
– Es un chico – respondió Yunho viendo como los ojos de Minho y el otro chico se abrían asombrados.
– No sabía que esos eran tus gustos – Minho se rasco la cabeza intentando asimilar la respuesta – De todos modos nosotros no somos quien para juzgarte – sonrió enseñando su pulgar en alto – ¿Cuál es su nombre?
– Kim Junsu – respondió seguro Yunho, recordando el nombre de aquel estudiante que había conocido accidentalmente y que ahora estaba enojado con él.
– La belleza de club de música – dijo el otro chico en tono de broma y Minho le dio un codazo en las costillas.
– ¿La belleza del club de música? – preguntó alzando una ceja.
– Disculpa a JongHyun – dijo Minho señalando al chico que se sujetaba las costillas como si fueran a caerse – Le gusta hacer bromas.
– No es ninguna broma – JongHyun devolvió el golpe a Minho sin amedrentarle la atura de su amigo – Ahora debe estar en el club de música
– Si, tienes razón – se recuperó del golpe de JongHyun – Además tengo que ir por Taemin para almorzar – recordó Minho.
Yunho no entendía mucho, solo que sus dos compañeros de clases lo ayudarían a encontrar a Junsu.
…
– Junsu – suplicó Taemin – Deja de llorar.
– No puedo – intentó fallidamente limpiar sus lagrimas, pero estas no cesaban – La canción que cantaste fue muy triste.
– De haber sabido que te haría llorar no la hubiera cantado – reprocho Taemin sintiéndose terriblemente culpable de las lagrimas de su amigo.
– La canción trataba de una chica que fue plantada en el altar – dijo una muchacha de grandes ojos y encantador rostro mientras ofrecía un pañuelo a Junsu – No olvides que Junsu la semana pasada fue plantado en su cita.
– Lo siento – se disculpa Taemin recordando porque Junsu se había negado a ir de compras el fin de semana.
Junsu empezó a llorar más y Soo Young hizo una mueca sintiendo haber hablado de más.
La puerta se abrió, Taemin volteo y vio a Mimho y JongHyun entrando. Soo Young estaba por echarlos cuando otro chico alto y moreno ingreso por la puerta.
– Es ese, el niño que está llorando sin consuelo – señalo JongHyun a la mesa donde Junsu estaba llorando con la cabeza escondida entre sus brazos.
– ¿Por qué esta llorando? – preguntó Minho a Junsu sin importarle que Taemin lo estuviera fulminando con la mirada.
Taemin no respondió y Soo Young tampoco, ya de por si era humillante que tres sunbaes lo estuvieran viendo en ese estado.
– ¿Estás bien? – preguntó Yunho acercándose hasta la mesa donde lloraba Junsu.
Junsu no lo podía creer, alzo sus ojos y ahí estaba Yunho.
– No te importa – Junsu se limpio las lagrimas negándose a ver a Yunho.
– Ella dijo que estarías enojado – habló Yunho resignado – No fue mi intención faltar ese día.
– ¡No quiero escucharte! – se negó Junsu cruzándose de brazos.
– Porque siento que estamos frente a una pelea de parejas – murmuró JongHyun a Minho. Éste frunció los labios, no le hacía gracia el comentario de su amigo.
Soo Young había escuchado el comentario del muchacho más bajo y no pudo evitar reírse. No había dudas, Junsu y aquel chico parecían tener una discusión de pareja.
– Tuve un accidente – confesó Yunho – Me ahogue en la piscina y termine en la enfermería.
– ¿Es verdad? – preguntó Junsu sintiendo tan sincero a Yunho en sus palabras.
– Si – habló Minho cansado de escuchar los comentarios de JongHyun – Ese día estábamos en la clase de natación y Yunho se ahogo porque no sabía nadar.
– Leeteuk se lanzó al agua para rescatarlo, creímos que estaba muerto pero no – comentó JongHyun esperando ayudar a Yunho con sus disculpas – Yunho sobrevivió.
Junsu analizó las palabras. ¿Todo había sido por un accidente?
– Eso significa que este chico no te dejo plantado – Soo Young señalo a Yunho mientras reía divertida – Deja de llorar y perdónalo.
– Creo que es mejor si los dejamos solos – dijo Taemin señalando la puerta con la mirada. Minho estaba reacio a irse, pero Taemin lo fulmino con la mirada.
– Pero yo quiero ver – refunfuño JongHyun mientras Minho lo arrastraba a la salida
Soo Young se inclinó para susurrarle a Junsu.
– Es muy atractivo, no lo dejes ir.
Junsu se sonrojo ante el comentario de su amiga. Cuando todos se fueron no sabía qué hacer o decir. Yunho no dejaba de mirarlo y eso sonrojaba más a Junsu.
– Lo siento – habló Yunho encogiéndose de hombros.
– No tienes porque disculparte – Junsu apenas podía sostener la mirada de Yunho.
– ¿Quieres que almorcemos juntos mañana? – pregunto Yunho y pudo jurar que los ojos de Junsu se iluminaron ante su pregunta.
– ¡Sí! – saltó enérgico de esa silla y cogió a Yunho por el brazo.
Ella observó atenta a Yunho y el otro chico comiendo juntos bajo un árbol. Apretó con fuerza su libro, aquel siempre leía. Esa historia de amor que nunca había sido contada.
– ¿Qué voy a hacer ahora? – suspiró – No puedo seguir viajando en el tiempo, he esperado mucho. Extraño a omma… pero le prometí que te protegería.
…
Yunho tenía una sonrisa en sus labios. Junsu era alguien realmente amable y lindo. Pero había algo en el más joven que tranquilizaba a Yunho.
– ¿Resulto? – preguntó BoRam apareciendo con un libro en la mano antes de que Yunho saliera por la puerta del instituto.
– ¡Sip! – formo una traviesa sonrisa como un niño pequeño – ¡Gracias por el consejo! – Yunho respondió con una sonrisa – ¿Quieres que te acompañe a casa?
– Si – sonrió BoRam igual que Yunho.
Mientras Yunho hablaba, BoRam escuchaba cada palabra.
– Junsu parece alguien muy lindo – dijo ella y Yunho asintió.
– Lo es.
– Lo importante es que seas feliz – se aferro al libro que siempre leía mientras Yunho caminaba junto a ella.
…
– El príncipe heredero no es un viajero del tiempo. ¿Cómo pudo usar la ocarina del tiempo?
– Su madre pertenecía a la raza de viajeros del tiempo – explicó el rey al jefe de la guardia.
– La primera reina – habló la nueva reina al jefe de guardia quien había sido amigo de su hijastro – El príncipe posee los dones de su madre, puede estar perdido en cualquier tiempo. Temo por lo que le suceda. Shim, debes encontrarlo y traerlo con vida.
– Lo hare – él no hizo más preguntas pues nadie le respondería – Traeré con vida a Uknow.
– Esto debe ser confidencial – dijo el rey con seriedad – Hace mucho que la gente piensa que los viajeros del tiempo son un mito, leyendas del viejo mundo y deben seguir creyendo eso.
Él abrió los ojos. ¿Dónde estaba? Una mujer mayor con un extraño uniforme le sonrió al verlo.
– ¿Dónde estoy? – preguntó asustado.
– En el Hospital de Busan – habló la enfermera – Tuviste un accidente.
– ¿Accidente?
– Evitaste que un coche atropellara a mi hermano – dijo Siwon haciendo una reverencia – El coche te impacto. Pensé que estabas muerto, pero afortunadamente estas bien. Fue un milagro.
– Taemin no ve cuando cruza las calles.
Un chico alto, de ojos saltones apareció de repente.
– ¡Es tu culpa! – golpeo al más alto el chico de rubia cabellera.
<<¿Princesa Min?>> abrió sus ojos al ver al rubio y al de ojos saltones peleando como niños pequeños.
– ¡Deténganse! – Siwon se interpuso entre ambos – Minho debes dejar de molestara a Taemin. ¡Por Dios estamos en un hospital!
Minho agacho la cabeza. Apenas si comprendía lo que su broma hubiera causado en Taemin.
– Disculpe, pero debe pagar los gastos – dijo la enfermera desconfiada al verlos con los uniformes de Instituto.
– Lo hare – Siwon siguió a la enfermera.
Al ver al chico de pelo amarillo, él recordaba haberlo salvado. Su parecido con la princesa fue lo que lo llevo a salvar al rubio. Pero ahora veía que no era la princesa. Llevo su cabeza hacia atrás, su cuerpo se estaba debilitando. Un golpe no lo desmayaba de aquella forma.
– ¿Te duele?– Taemin se quedo viendo al otro chico que no parecía prestarle atención.
Él no respondió, se quedo viendo al rubio de la misma manera que alguien ve algo por primera vez y le resulta tan familiar.
– Mi hermano se llama Choi Siwon – dijo esperando que su salvador no sintiera avergonzado o tímido – Él – señalo de mala gana a Minho – Es Choi Minho.
– La nueva promesa del baloncesto – se presento Minho con una sonrisa – ¿Cuál es tu nombre?
– Es confidencial – respondió él y Minho perdió su sonrisa – ¿Dónde están mis cosas? – pregunta al ver que llevaba una ropa extraña. Esa no era su ropa.
– Dentro del cambiador – señalo Taemin con amabilidad. Le divertía como ese extraño le había sacado de un plumazo la sonrisa de Minho.
A él le parecía tan extraño aquel chico rubio. Había algo que le resultaba familiar. Tal vez su amabilidad o su sonrisa. ¿Podían dos personas de diferentes tiempos tener el mismo rostro?
– Me llamo Taemin. Gracias por salvarme – sonrió – Tu nombre es…
– Changmin – respondió intentando moverse pero algo estaba conectado a su brazo.
– ¿No era confidencia o era una mentira?
– Él se presento con su nombre no como un producto que debía comprar “nueva promesa del baloncesto”
Minho frunció el ceño. Maldiciendo entre diente salió del la habitación.
– Eso fue muy divertido – dijo Taemin a Changmin.
– ¿Por qué?
– Nadie tiene la habilidad para molestar a Minho y tú lo has conseguido.
El corazón de Changmin brinco al ver la sonrisa del rubio. Cada gesto se parecía a la princesa. Pero era imposible. Tal vez era su imaginación. Él extrañaba su tiempo, estará en el pasado lo estaba destruyendo mentalmente. Su objetivo era encontrar al príncipe heredero. Changmin nunca imagino que en ese pasado hubiera tantos humanos.
– Tengo sed – dijo Changmin.
– Te traeré un vaso de agua – dijo Taemin, pero Changmin lo detuvo por la muñeca – ¿P-Pasa algo? – se sonrojo ante el agarre de Changmin. ¿Desde cuándo su corazón brincaba de esa manera?
– Cuida ese bello rostro que posees – dijo soltando a Taemin.
Taemin trago saliva. Froto sus manos y asintió. ¿Qué era aquel extraño pedido?
– V-Voy por agua.
Changmin arranco la aguja de su brazo. Cogió sus ropas y abrió la ventana. Unos veinte metros por saltar. Nada complicado para él.
Cuando tocó suelo, recogió su pelo hacia atrás. Una sonrisa se dibujo en sus labios.
– Al menos por un instante me sentí en casa. – dijo caminando para salir de ese parque lleno de arboles – Taemin-ah, te pareces tanto a ella. Si no creyera en las reencarnaciones, juraría que tú eres la vida pasa de la princesa Min.
El ave de plumas blancas chillo en lo alto y Changmin alzo el brazo para que el ave descendiera.
– ¿Dónde has estado? – preguntó acariciando con cuidado a su compañera de viaje. Ella era la encargada de buscar al príncipe – ¿Lo has encontrado? – el ave chillo de forma aguda. No era un pájaro normal, pero ante las vista de los humanos lo parecía – Guíame hasta él.
El ave desplego sus alas y Changmin no tuvo más opción que seguirla.
…
– Te gusta ese chico. ¿verdad?
Él lanzo la revista al suelo.
– N-Noona – frunció el ceño – El no me gusta.
– ¡Te sonrojaste! – pellizco la mejilla de Jaejoong.
– ¡No lo hice!
– ¡Ahora estas tan rojo! – se ríe divertida mientras Jaejoong se cubre las mejillas con las dos manos.
Yoona cogió la revista que Jaejoong no había dejado de mirar desde que ella compro ese ejemplar.
– Es muy apuesto, es amable, muy fuerte. Te salvo de ese hombre. ¿Por qué no te gusta? – preguntó tomando lugar junto al sofá donde Jaejoong había estado recluido para escapar de clases.
Jaejoong no sabía cómo responder. ¿Yunho no le gustaba?
– Yo… a mí me gusta…
– Yoochun – terminó la frase.
Yoona sabía desde hace mucho que a su hermano le gustaba Yoochun. Desde niños siempre juntos, los mejores amigos, pero cuando Junsu llegó, Yoochun había puesto su corazón enel más joven de los Kim.
– Jaejoong – habló con voz suave – No puedes actuar como si nada ha pasado. El tiempo pasara y encontraras a alguien que te ame…
– Cerré mi corazón – confesó Jaejoong – Ese día que él me confesó que amaba a Junsu, yo no pude decirle mis sentimientos. No quería perderlo – sus manos temblaron ante el recuerdo de ese día – Aunque el tiempo pase, él seguirá aquí – señalo su pecho. Él contuvo con todas sus fuerzas las lágrimas. No podía permitirse llorar otra vez. Tampoco podía permitirse amar a nadie más que no fuera Yoochun. Él era su escudo para impedir a su corazón sentir.
Yoona abrazo a Jaejoong.
– Cuando pase suficiente tiempo entenderás que el amor es algo más que lágrimas – Jaejoong no dijo nada – Jae, escúchame a medida que el tiempo pase sabrás que existe un gran abismo entre que alguien te guste y que ames a esa persona. No te niegues a sentir amor.
– No necesito de eso que llaman “amor” – se soltó del abrazo de Yoona para mirarla. Ella odiaba verlo así de egoísta consigo mismo – Estoy bien así.
– Viviendo con una muralla que espante a cualquiera que se te acerque – Jaejoong asintió – Solo espero que no estés equivocado.
– No lo estoy.
…
Bo Ram se detuvo frente al orfanato. Yunho la quedo mirando sin saber porque se detenían a medio camino.
– ¿Conoces la historia del hombre de hojalata? – preguntó ella tímidamente, no podía ver a Yunho.
– No – negó Yunho y BoRam asintió.
– ¿La cenicienta? – preguntó con la esperanza de una respuesta afirmativa.
– Es un cuento, ¿verdad?
Bo Ram asintió enérgica.
– No lo he leído – confesó, pero BoRam seguía luciendo más animada.
– Si quieres puedo leértelo... si no quieres…
– ¡Sí, eso me gustaría mucho! – Yunho cogió la pequeña mano de BoRam para llevarla hasta el interior del orfanato.
BoRam leía la historia y Yunho sonrió como un niño. Y como todo niño, también era algo curioso.
– ¿El príncipe se enamoró de ella? – Bo Ram asintió – ¿Por qué?
– A veces es difícil explicar que es el amor. Es algo que se siente aquí – llevó su mano al pecho de Yunho – Es una sensación única y muchas veces indescriptible.
Yunho se quedó pensando, meditando en silencio ante la atenta mirada de BoRam.
– ¿Cómo puedo demostrarle a alguien que el amor existe? – preguntó y BoRam lo miro curiosa.
– ¿A quién quieres mostrarle que el amor existe?
– A Kim Jaejoong – dijo Yunho.
BoRam abrió los ojos como platos. Ella no esperaba esa respuesta pero luego asintió con una enorme sonrisa en sus labios.
– Príncipe Yunho. Si es Kim Jaejoong tu cenicienta, yo seré el hada madrina.