La luz del sol se colaba por la ventana. Un haz de luz golpeo sus ojos cerrados. Se removió un poco y sintió otro cuerpo pegado al suyo.
– ¿D-Donde estoy? – preguntó con un hilo de voz y unas fuertes manos rodearon su cintura atrayéndolo mas.
<< ¿Qué demonios hice ayer?>> volteo sobre sus hombros para ver quién era aquel cuerpo masculino que lo estaba apretando.
– Y-Yunho – murmuró perdiendo la voz. Su boca quedo abierta al igual que sus ojos. Su cuerpo tembló ante la idea que rondaba por su mente – N-No… no p-puede e-estar p-pasando e-esto.
A punto de desmayarse cuando se vio sólo con unos bóxer cubriendo su desnudez. Asombrado, intentó apartarse del otro cuerpo y Yunho rodeo con más fuerza su cintura mientras enredaba sus largas piernas, desnudas, a las de él.
– Él- Él también está desnudo – murmuro sin voz. <<Quiero llorar, perdí mi virginidad con él>>
…
– No esperaba que no volvieras de tu visita a Yoochun-hyung a su trabajo. Noona imagino que te quedaste en su casa y no quise contradecirla.
– Oh, gracias Junsu – agradeció Jaejoong a su hermano menor.
– ¿Dónde pasaste la noche?
– Es una larga historia pero estoy en la casa de Yoochun – suspiró viendo como Yunho seguía durmiendo plácidamente cubierto a mitad del cuerpo con las sábanas.
– ¿Dejaste de ser virgen?
– No – negó tratando de no levantar la voz y se calzó uno de los zapatos.
– Suenas menos virgen
– No hagas esas bromas – suplicó a su hermanito.
– Hay algo diferente en tu voz. ¿Estás bien? ¿Yoochun está contigo?
– Junsu – intento detener la paranoia de su hermano – Estoy bien, solo me pase de copas y no, Yoochun no está en casa.
– Iré por ti.
– N-No – dijo y Yunho abrió los ojos. Sus miradas se encontraron y las mejillas de Jaejoong se tiñeron de un rojo carmesí – Te tengo que cortar. Nos vemos en casa.
– Hyung pero…
Jaejoong colgó la llamada y guardó el celular en el bolsillo de su pantalón. A duras penas intento calzarse el otro zapato, pero sus manos temblaban nerviosas.
Yunho se puso de pie y Jaejoong se negó a verlo.
– ¡No te me acerques! – le dio la espalda apretando su zapato contra su pecho. Él estaba preparado para golpear con su zapato a Yunho si se atrevía a tocarlo.
Yunho traía unos bóxer azules, se rasco la cabeza ante la extraña actitud de Jaejoong.
– ¡Yunho, estoy en casa!
Jaejoong tembló ante aquella voz. Era Yoochun. Claro que era él, esa era su casa. Jaejoong se maldijo mentalmente.
– El no puede vernos – Jaejoong tembló ante la idea de ser encontrado por Yoochun con un Yunho desnudo.
– ¿Por qué?
– Es obvio la respuesta – dijo entre dientes mientras volteaba sobre sus pies para gritarle a Yunho – Pervertido, vístete.
Los pasos de las escaleras retumbaron en sus oídos. Como un gato asustado se escondió dentro del cambiador.
– Si le dices a Yoochun que estoy aquí – frunció el ceño intentando no ver la desnudez del más alto – Juro que no volverás a usar a tu amiguito porque te lo rebanare.
El miedo recorrió toda su espina dorsal. La idea de rebanar a su amigo calo sus huesos. ¿Jaejoong rebanaría a Yoochun?
– Yunho, ¿Estas dormido? – preguntó Yoochun entrando al dormitorio y Yunho negó con la cabeza – Vístete, puedes resfriarte.
– Hyung, no te esperaba a esta hora – dijo Yunho tratando de encontrar algo que ponerse.
– Vine a buscar unos papeles que olvide – cogió los folios de los cajones de su escritorio – ¿La abuela no ha regresado?
– No – respondió tamborileando los dedos contra sus muslos.
– ¿Te sucede algo? – notó algo nerviosos a Yunho – ¿Paso algo en el bar?
– No, es solo que olvide decirte algo.
Jaejoong frunció el ceño al escuchara a Yunho. ¿Acaso planeaba delatarlo? Abrió el cambiador lo suficiente para ver del otro lado. Yunho estaba de pie, su piel se veía tan saludable y brillante. ¿Acaso ese hombre brillaba como una moneda nueva? Sus ojos se perdieron por el fuerte pecho del moreno. Mordió sus labios al ver la entrepierna de Yunho y no pudo negar que aquel fuerte cuerpo lo excitaba.
<<Acaso soy un maldito pervertido. Deja de mirarlo ahí>> se regaño a sí mismo.
– La abuela dijo que llegaría mañana porque su amiga sigue enferma y quiere cuidarla un poco mas – dijo Yunho viendo como Yoochun estaba por abrir el cambiador – ¡No!
– ¿Qué es lo que te pasa? – se detuvo y miró preocupado a Yunho. Esa mañana estaba actuando más extraño que de costumbre.
– Olvide decirte otra cosa – Yoochun le prestó atención – Tú estás buscando ropa limpia, ¿No? – Yoochun asintió – La abuela las dejo en el cuarto de lavado. Olvide guardarla.
– Debiste decirlo antes.
Yoochun salió por la puerta llevando en mano los folios. Una vez cambiado se despidió de Yunho.
– Volveré muy tarde, no me esperes despierto. Con Bang aun nos queda mucho trabajo para el consejo estudiantil – palmeo el hombro desnudo de Yunho – Hay comida sobre la estufa, solo debes calentarla.
– ¿Hoy no iras al Instituto?
Yoochun sonrió de costado.
– Hoy es sábado. No tenemos que ir al Instituto, pero como presidente debo realizar estos informes para presentarlos ante la próxima reunión del comité estudiantil- explicó Yoochun y Yunho asintió – ¿Estás bien?
– Solo tengo hambre.
Yoochun no siguió haciendo más preguntas.
– Vístete con algo – lanzo un puñado de ropas a Yunho y éste lo cogió rápidamente – Aunque no esté la abuela para verte, debes usar ropa cuando estás en casa.
Ambos se despidieron. Yunho se visto con un conjunto de chándal. La sudadera era una de sus favoritas porque tenía una graciosa fresa dibujada.
– ¿Estás vestido? – preguntó Jaejoong saliendo después de escuchar a Yoochun despedirse y salir por la puerta.
– Si – respondió al ver que Jaejoong estaba caminando con las manos cubriendo su rostro.
– Apártate de la puerta – dijo esperando la oportunidad y huir. Pero Yunho no lo hizo – ¿Por qué sigues estorbando mi camino? – frunció el ceño malhumorado.
– ¿Tienes hambre? – preguntó y Jaejoong se le quedo viendo.
– No tengo hambre – gruño y sus tripas también lo hicieron.
– Siéntate, Yoochun preparo el desayuno ayer por la noche. Es realmente delicioso.
Jaejoong se maldijo por obedecer a Yunho. Ahora estaba sentado esperando comer.
– ¿No comerás?
– No – negó cruzándose de brazos – Seguramente pusiste alguna droga en la comida.
– ¿Por qué haría algo así?
– Pa-para hacer eso – apenas podía decir la palabra sexo – Te aprovechaste de mi estado de debilidad, maldito pervertido. Robaste mi virginidad, debería asesinarte.
– No hice tal cosa – se defendió Yunho de las acusaciones de Jaejoong – …¿Eres virgen?
– ¡Pervertido! – lanzo una mirada asesina a Yunho mientras cogía los palillos para clavarlos en los ojos del más alto – ¡Te aprovechaste de mi para tener sexo!
Yunho abrió la boca, por poco y la mandíbula se le desploma contra la mesa.
– ¿Sexo? – preguntó Yunho a Jaejoong que se sonrojo hasta las orejas.
– ¡No lo digas! – sacudió su cabeza – ¡No quiero saber que paso!
– Te deje sobre mi cama para que durmieras y me fui a dar una ducha – dice y Jaejoong se ve indignado – Cuando abrí la puerta estabas del otro lado, me miraste de una manera diferente y empezaste a besarme…
– ¡No sigas relatando! – Jaejoong cubrió con ambas manos la boca de Yunho casi saltando sobre la mesa.
Al verlo frente a frente la mente de Jaejoong hizo “clik” y recordó lo sucedió la noche anterior. Besos, caricias, una cama, su trasero fregándose contra la entrepierna de Yunho. <<¿Son recuerdos o una maldita película para adultos?>> mas recuerdos golpearon su mente <<Le pedí que me tocara ¿Acaso estoy loco?>> avergonzado quito sus manos de la boca de Yunho. Sentado otra vez, analizó las posibilidad de que todo era su culpa y si lo era. Él había iniciado el beso, las caricias y el extraño pedido a Yunho.
– Esto no sucedió – negó Jaejoong ladeando la cabeza – No podemos contárselo a nadie.
Jaejoong quería llorar pero de vergüenza. Su primera vez había sido con Yunho. Se dio un golpe en la mejilla para entrar en razón.
– ¿Por qué te golpeas?
– Porque soy un maldito que tenia las hormonas alborotadas – suspiró sintiendo el cosquilleó en sus mejillas – Noona me asesinara si se entera que tu y yo…
– Dormimos separados.
Jaejoong asintió resignado.
– Sí, que dormimos se-- ¿separados? – miró a Yunho como si este tuviese dos cabezas. ¿Acaso había dicho que durmieron separados?
– Después de que me pediste que te “tocara” – explicó Yunho avergonzado sin poder ver a los ojos a Jaejoong – Te quedaste dormido. Te lleve a la cama de Yoochun y yo regrese a mi cama.
¿Era una broma? Jaejoong sacudió su cabeza.
– Es mentira.
– Yo no miento. La abuela me tiene prohibido mentir.
– Si eso fue así, entonces… porque yo…
<<¿Por qué estaba casi desnudo durmiendo en sus brazos? ¿Me cambien de cama mientras dormía? Eso es imposible…>>achico la vista intentando recordar porque había despertado en brazos de Yunho.
– Idiota – se escabullo de la cama de Yoochun y miró al otro chico durmiendo plácidamente – ¿Cómo te atreves a dormir tan pacíficamente al tener a una belleza como yo en tu mismo dormitorio?
Yunho no parecía responderle, seguía durmiendo con el sueño pesado y la sábana a medio cubrir su torso desnudo.
– ¿Hace mucho calor? – se preguntó y empezó a quitarse la ropa. Se paró junto a la cama de Yunho – No quiero dormir solo – empujó la mano de Yunho para hacerse un lugar – Aunque seas el idiota más grande de la tierra. Me gustas, Yunho.
Jaejoong se sonrojó al recordar los motivos de su despertar en brazos de Yunho. Antes de que Yunho preguntará más salió corriendo al patio trasero. Trago sus ganas de gritar y respiro agitado.
– Le dije que me gustaba – se arrodillo descreyendo sus palabras – No, no pude decir algo asi.
– ¿Sucede algo? – preguntó Yunho apareciendo por la puerta.
…
– Me gustan estos bollos de arroz – señaló el platillo frente a los ojos de Jaejoong – Pruébalos.
De mala gana Jaejoong lo cogió con los palillos y llevó uno de los bollos a su boca. Con nostalgia recordó la primera vez que Yoochun había preparado esos bollos para él.
– ¿Por qué luces triste? – pregunto a Jaejoong y el pelinegro no respondió – No te gustaron.
– Hace mucho tiempo no venía a esta casa, casi olvido el sabor de estos bollos.
– Si eres el amigo de Yoochun-hyung deberías venir más seguido – dijo Yunho antes de llenarse la boca de kimchi.
– Tú… – gruño pero se calmo al recordar que Yunho tenía razón. Como amigo de Yoochun él debía visitarlo con más frecuencia. Después de todo así hubiera sabido que Yoochun y Yunho son primos – Eres el primo de Yoochun, pero nunca escuche hablar de ti… ¿Hace cuanto viniste a vivir a esta casa?
– La abuela me pidió que viviera aquí – dijo llenando su tazón con arroz – Estoy hace algunos meses.
– ¿Tus padres no están preocupados por ti?
– Por ahora la abuela y Yoochun cuidan de mi – dice sonriendo por ser tan afortunado.
Jaejoong no quiso seguir preguntando, temía que Yunho tuviera un pasado similar al suyo. Un padre ausente y una madre en el cielo. Yoona tenía suerte de seguir viendo a su padre, un oficial del la policía que ya estaba casado y tenía dos hijas gemelas. Junsu también era muy afortunado porque su padre era un actor muy famoso que algunas veces lo visitaba. Pero su propio padre era un misterio. Su madre solo le había dicho que su padre era un hombre diferente a todos los demás, pero que viajaba mucho y ella no sabía dónde estaba.
– ¿Quieres ir al parque de atracciones?
Él miró a Yunho desconcertado por la pregunta. ¿De dónde había salido aquella invitación?
– Me gane dos pases – dice mostrando las entradas a Jaejoong – Se vencen hoy. Quería llevar a BoRam-shi, pero ella dijo…
– Iré contigo – respondió rápido. La idea de que esa mocosa saliera con Yunho no le gustaba nada.
– ¿Eso significa que no me odias? – preguntó ilusionado como un niño en navidad cuando preguntaba por la existencia de Santa Claus.
– Yo-Yo no te odio – confesó Jaejoong – No sé lo que esa moc… BoRam te dijo, pero tengo un carácter difícil. Sólo Yoochun y mi dongsaeng soportan mi horrible carácter. Puedo ser irritante y hasta un crio, pero no odio a nadie. Y menos a alguien como tú.
– ¿Cómo yo?
– A pesar de cómo te trato eres muy amable conmigo – mordió sus labios. Estaba hablando de más. Su corazón empezó a latir tan rápido que ya no podía negar que un algo empezaba a sentir por Yunho.
– Eso es… porque cuando estoy a tu lado solo quiero ser bueno – dice y Jaejoong lo mira fijamente – No sé cómo explicarlo pero yo…
– ¡Mejor comamos! – Jaejoong cogió varias verduras cortadas y los llevó a su boca. Sus mejillas se inflaron por la cantidad de comida y Yunho sonrió de costado.
…
Jaejoong rezongó molesto consigo mismo. ¿Era tan difícil decir NO?
– Hyung
Junsu lo llamó desde el sillón mientras Jaejoong bajaba el último escalón.
– ¿A dónde vas tan guapo? – preguntó curioso mientras saltaba del sillón para ver mejor a su hermano - ¡Woo! ¡Reluces como una moneda nueva!
Jaejoong trago saliva. ¿Qué responder?
– ¿Hyung tendrá una cita?
– ¡No es una cita! – escupió sonrojándose y Junsu rió por lo bajo.
– Yo creo que si es una cita – dijo y Jaejoong se puso más rojo – ¿Quién es él afortunado? ¿Lo conozco?
Jaejoong negó con la cabeza. Después de todo Junsu no podía conocer a Yunho, ¿o sí?
– ¡Omo! No tendrás una cita con Yoochun-hyung – hizo un puchero desilusionado.
– ¡No tengo una cita! – dijo rabioso ante la idea de tener una cita con Yunho. solo era una salida. Solo era eso – S-Solo será una visita al parque de atracciones.
– Saldrás con alguien a un parque de atracciones. Los dos solos – Junsu sonrió emocionado – Eso definitivamente es una cita.
– La tintura está llegando a tu cerebro – dijo frunciendo el ceño y Junsu no pudo evitar reírse socarronamente.
– ¿Verdad que aclararme el pelo me hace ver más joven y hermoso? – preguntó acariciando su cabello castaño claro.
– No hay duda que eres hermoso – Jaejoong acaricio la mejilla de su pequeño hermano – Y además tienes un corazón tan bondadoso y divertido. Eres mi dongsaeng favorito.
– Soy tu único donsaeng – respondió mientras inflaba las mejillas de manera tierna.
Jaejoong despeino a su pequeño hermano de manera juguetona para después coger una chaqueta y salir a su encuentro con Yunho.
– ¡Diviértete! – Junsu alzo sus dos pulgares mientras reía divertido – ¡Trata de no maltratar a tu cita!
– No soy un ogro – respondió antes de salir por la puerta. Y cuando se dio cuenta que Junsu había mencionado otra vez la palabra “cita” se golpeo la frente – No es una cita – dijo entre dientes mientras se sonrojaba ante la idea de tener una cita con Yunho – ¿Por qué habré aceptado?
– ¡No es momento de arrepentirte! – Junsu asomo su cabeza por la puerta viendo que su hermano dudaba – ¡Si lo haces mostrare tus fotos de bebe! – amenazó y Jaejoong lo miró incrédulo – Fotos de ti desnudo.
– ¡Más te vale no hacerlo! – señaló a su hermano frunciendo el ceño.
– Te veías tan tierno, que dirán los del Instituto cuando vena tus…
– Nos vemos a la noche – dijo saliendo a la calle mientras maldecía en silencio a las amenazas de Junsu.
– ¡Fighting!