– Esto que siento es extraño. Al verlo mi corazón palpita como si quisiera escapar, no me siento sólo estando a su lado y hasta… me siento feliz. Él es en la única persona en la que pienso.
– Estas enamorado, no hay duda.
– ¿Enamorado?
– Es cuando comenzamos a sentir atracción por otra persona, es una atracción diferente a otras. Al principio no dejamos de pensar en esa persona, aparece una y otra vez en nuestra mente. Queremos estar a su lado, protegerlos de todo y solo verlos sonreír.
– ¿Eso es amor?
– Si, es amor. Somos capaces de dar todo por esa persona y más.
– Entonces… ¿Qué puedo hacer?
– Muchas cosas. Pero siempre es importante hablar con el corazón.
– ¿El corazón habla?
– No, pero si hablara, el tuyo hace mucho te hubiera delatado. La manera en que se agita nuestro corazón es como una canción, sólo lo podemos escuchar estando junto a la persona que amamos. Debes elegir un momento para hablar con él.
– ¿Cuál será el momento?
– Esa es tu elección, cuando creas que debes decirle como te sientes, ese será el momento.
– BoRam-shi ¿Y si no puedo hablar? ¿Si las palabras se esfuman de mi boca?
– En los cuentos de hadas, muchas veces el príncipe no dice nada a su bella princesa. Una sonrisa, un abrazo, un beso, todos esos son gestos que demuestran su amor por la princesa. No siempre las palabras tienen el efecto que deseamos, hay que acompañarla de gestos románticos.
Yunho abrió los ojos y Jaejoong se alejó. Ambos se miraron para tomar aire después de un pasional beso.
– No puedes estar haciendo esto, tienes un novio – Jaejoong baja la mirada viendo a su oso de felpa tirado en el suelo. De alguna forma se sentía de esa forma.
– ¿Novio? – preguntó desconcertado.
Jaejoong cogió rápidamente su oso de felpa gigante y huyó tan rápido que Yunho no pudo seguirlo.
¨*¨*¨*¨*
Yoochun caminaba junto a Yunho al instituto, pero a diferencia de otras mañanas Yunho estaba muy silencioso. Tanto, que empezaba a preocupar a Yoochun. Su amigo siempre tenía una nueva pregunta que hacer o hablaba del color de cielo, pero ahora solo caminaba en silencio.
– ¿Algo malo sucedió?
Yunho no respondió, pues ni siquiera lo estaba escuchando. Su mente una y otra vez regresaba al beso con Jaejoong. Era definitivo. Él estaba enamorado.
– Yunho, ¿estás escuchándome?
Yoochun apoyo su mano sobre el hombro de Yunho y éste volteo a verlo.
– No sé lo que está pasando por tu mente, pero soy tu amigo y puedes confiar en mí – aseguro Yoochun a Yunho.
Yunho tomo aire antes de soltarlo. Yoochun estaba expectante ante lo que diría su amigo.
– Por primera vez… me siento perdido.
¨*¨*¨*¨*¨*
Él estaba dispuesto a ignorarlo. Después de todo había conseguido ignorar las preguntas de sus dos curiosos hermanos sobre el panda gigante de felpa que ahora descansaba sobre su cama.
<<Por favor que sea la hora del almuerzo>> suplicó Jaejoong. No porque tenía hambre, el hecho de sentirse observado era la razón por la que quería salir huyendo del salón de clases. Él no era tonto, sabía que Yunho lo estaba mirando y no dejaba de observarlo. Incluso había sido regañado por el profesor de historia por no poner la vista en el frente.
Cuando la campana del almuerzo se escucho, el estomago de Jaejoong se contrajo. Él sabía que Yunho intentaría abordarlo como había hecho al entrar al salón de clases. Pero había huido de hablar con Yunho gracias a MinHo, que quería hablar con Yunho sobre las prácticas del club de baloncesto y el nuevo torneo de Institutos.
No quitó la vista de su libro de historia. Él no quería ver otra vez a los ojos de Yunho. Estaba avergonzado por el beso. Ese beso que movió todas las fibras sensibles de Jaejoong. Aquel beso fue extraño porque Jaejoong jamás espero que su corazón se agitara de aquella forma y al mismo tiempo cayera rompiéndose en mil pedazos. No, él no quería sufrir. Si Yunho ya tenía a alguien… ¿Por qué ahora estaba parado frente a su mesa?
– Tenemos que hablar.
La voz suave de Yunho fue como una caricia para Jaejoong. Esa voz era perfecta, él era perfecto y Jaejoong se sentía tan pequeño. Lo ignoró, fingió no escucharlo, no verlo…
– Por favor.
El corazón de Jaejoong se comprimió escuchando las suplicas de Yunho. Una parte de él quería mandarlo al demonio, pero su otra parte quería abrazarlo y besarlo. En esa lucha entre su mente y su corazón, ganó su mente.
– No tenemos nada de qué hablar – dijo con una fría expresión en su rostro. Ver la dolida expresión en Yunho lo hizo sentirse el ser más miserable de la Tierra. Casi dudo, pero se recordó a si mismo que Yunho tenía un novio, tenía ya a alguien, sea quien fuera Jaejoong le tenía envidia.
Dos chicas estaban observando a ambos chicos. Una de ellas hizo una señal a la otra como si le dijera “es el momento”.
– Yunho-oppa – cantó la chica con un tono de coquetería mientras sujetaba a Yunho por un brazo.
– Hoy prometiste almorzar con nosotras – dijo la otra chica de pelo largo sujetando el otro brazo de Yunho.
Yunho no recordaba esa promesa y cuando estaba por objetar, las dos chicas lo sacan fuera del salón de clases. Alejándolo de Jaejoong.
¨*¨*¨*¨*
Yunho no era una persona descortés, así que accedió a almorzar con dos de sus compañeras, una se llamaba Crystal y la otra Luna. Él recordaba verlas siempre con JiYeon. ¿Qué hacia ahora las tres separadas?
– Oppa, ¿Podemos preguntar algo? – Luna fue la primera en hablar antes de dar otro bocado al almuerzo que Crystal preparó.
Con la boca llenada de comida, Yunho asintió.
– ¿Tienes novio? – preguntó Luna con recato.
Yunho trago rápido, ¿Un novio? Jaejoong le había dicho lo mismo. Desconcertado estiro el cuello, la brisa cálida del viento lo despeinó. Con la mano acomodó los mechones rebeldes y sus ojos se desviaron a Jaejoong. El corazón de Yunho se contrajo al verlo.
– Jaejoong – dijo levantándose como si tuviera un resorte bajo él.
– ¿Jaejoong? – preguntaron en coro las dos bellas estudiantes al ver prácticamente salir corriendo a Yunho.
El pelinegro caminaba junto a Yoochun ambos caminaban exentos del resto. Jaejoong no apartaba sus ojos de Yoochun. ¿Era tan importante lo que decía Yoochun? Se preguntó al ver esa extraña mirada en Jaejoong, tan cálida y llena de sentimientos.
– Yunho-oppa – chilló Ji Yeon frunciendo el ceño – Puedes explicarme porque elegiste a Jaejoong y no a mí.
Aquella bellísima mujer estaba enojada y Yunho lo sabía.
– JongHyun dijo que tenías un novio. ¿Es Jaejoong?
– ¿Un novio? ¿Por qué preguntas si Jaejoong es un idiota?
Ji Yeon abrió la boca y la cerró. Inclinó la cabeza intentando comprender de qué estaba hablando Yunho.
– No pregunte si Jaejoong es un idiota, pregunte si Jaejoong es tu novio.
Yunho miró a la bella jovencita intentando ordenar lo dicho por ella.
– ¿Novio no significa idiota?
– No – negó ella – Novio es…
JiYeon se cruzó de brazos pensando cómo definir novio.
– Un novio es la persona que te ama, solo a ti y a nadie más –ella sonrió nostálgica, su ex le había dicho aquello. Yunho la miró. Ella sonrió y lágrimas cayeron de sus ojos.
– ¿Estás bien? – JiYeon negó con la cabeza. Yunho estiro los brazos, rodeando el frágil cuerpo de la hermosa chica. Ella se aferró a él y lloró.
Cuando las lágrimas se detuvieron, ella alzo la vista y miró a Yunho. Él le sonrió amable y cálido.
– Gracias.
– Lamento si te hice llorar.
– Eres un buen chico – dijo ella secándose las lágrimas con el reverso de la mano –No fue tu culpa que empezara a llorar.
– ¿Entonces por qué?
– Recordé a alguien que quiero mucho y no está conmigo.
– ¿Dónde está?
– Eso no importa – ella saltó divertida mientras cogía del brazo a Yunho – Tengo hambre, ¿Tú tienes hambre?
Yunho asintió y JiYeon le sonrió. Después de todo aún no terminaba la hora del almuerzo.
.*.*.*.*.*.*.
– Leeteuk será un buen candidato a la presidencia del consejo – dijo Yoochun orgullosos de haber hablado con el joven estudiante para postularse en las próximas elecciones.
– Tal vez – divago Jaejoong dudando que alguien fuera mejor que Yoochun – Para mi tu siempre serás el número uno, mi numero uno – enseñó los pulgares arriba con una enorme sonrisa dibujada en sus labios.
– Tú también eres mi numero uno – acaricio las mejillas de Jaejoong. Hace tiempo que no tenían una cercanía así con su mejor amigo.
– Yo sé que no soy tu numero uno – dijo Jaejoong sin borrar, su ahora, fingida sonrisa. Él sabía que Junsu estaba primero en el corazón de su amigo y eso aun dolía, dolía y mucho.
– Eres mi mejor amigo, claro que eres mi numero uno. En mi lista de prioridades, tu nombre aparece en primer lugar.
Jaejoong estiró más su sonrisa y Yoochun lo abrazo.
– Estas más delgado – bromeo Yoochun y Jaejoong se movió sintiendo cosquillas – ¿Hace cuanto no te abrazaba?
– Hace mucho – hundió su rostro en el cuello de Yoochun.
…
Después de almorzar Yunho caminó con JiYeon mientras ella le relataba que se había peleado con sus dos amigas.
– Ellas son lindas, pero hasta yo tengo mis limites – dijo ella subiendo por las escaleras con Yunho – No me gusta jugar con los sentimientos de nadie y ellas querían… – de solo recordar lo que sus ex amigas querían hacer le hervía la sangre.
Yunho se detuvo en seco. Su rostro cambio la animada expresión al ver al pasillo.
JiYeon también lo había visto. Yoochun y Jaejoong abrazados. Volteo a ver a Yunho y sabia que ver aquella escena le estaba doliendo.
– Olvide algo – cogió la mano de Yunho dando media vuelta para bajar por las escaleras.
En silencio Yunho la siguió. Su corazón dolía a rabiar ¿Qué estaba pasándole?
Ella lo guio hasta el patio trasero. Un lugar solitario y con un precioso jardín de flores. El mejor lugar para saltarse las clases. Pero ese día ella lo había hecho por una buena causa, ver triste a Yunho no le gustaba.
– Ellos… ¿de verdad te gusta Jaejoong? – dijo JiYeon intentando sacar a Yunho de su silencio. El más alto solo asintió – Cuando pequeños, visitaba a Jaejoong a menudo.
Yunho la miró sin poder creerlo.
– ¿Ustedes eran amigos?
Ella sonrió divertida.
– Tenía cinco años y asistíamos a la misma guardería, Jaejoong me gustaba – Yunho puso cara de póker – Mi hermano era amigo de su hermana. Siempre que él visitaba a noona, yo iba con él. Cuando cumplí diez años le dije que me gustaba.
Él parpadeo invitándola a seguir con su relato.
– Me rechazo – sonrió recordando con amargura aquello – ¿Y sabes porque me rechazo?
Yunho negó con la cabeza.
Ella alzo los ojos al hermoso cielo azul y respiró profundamente.
– Jaejoong estaba enamorado de Yoochun.
El estomago se le contrajo. Un frio abismal recorrió todo su cuerpo. Se sentía perdido, muy perdido. ¿Qué hacer?
– No pude competir contra él. Yoochun es alguien difícil de vencer – dijo ella con amargura.
Yunho apretó sus puños. ¿Cómo competir contra su amigo? Era una batalla que él también perdería. Yoochun era perfecto. Todos en el Instituto lo apreciaban y respetaban. Era alguien noble, de buenos sentimientos. Un buen hijo, un buen nieto, un buen amigo…
– Pero yo creo que tu podrás – dijo ella y Yunho volvió a verla extrañado – Si Jaejoong te gusta, no te rindas.
– No puedo competir contra hyung – agacho la cabeza abatido – Jaejoong quiere… ama a Yoochun y a mi… yo solo soy alguien que lo irrita. Tengo todas las de perder.
– Hay algo que no te dije – dijo ella recargando su cabeza en el hombro de Yunho – Yoochun no ama a Jaejoong, él desde pequeño está enamorado del hermano menor de Jaejoong.
Yunho abrió los ojos. ¿Yoochun no amaba a Jaejoong?
– No todos los cuentos de hadas terminan con un final feliz – sonrió amargado – No existen los príncipes.
– ¿Por qué?
– Porque esto es el mundo real. El amor es una imagen creada para vender cuantos de hadas estúpidos. El amor es solo una mentira.
– ¿Cómo sabes que el amor es una mentira? – se interpuso en el camino de Jaejoong.
– Porque fui rechazado por una persona a la que amaba. No existe el amor.
Yunho lo comprendía. Ahora sabía porque Jaejoong no creía en el amor.
– Yo… solo quiero que sea feliz, pero no será conmigo.
– A veces nos enamoramos de la persona equivocada… por experiencia propia te digo que a veces el primer amor no funciona, pero después aparece alguien como tú. Alguien que cambia nuestra forma de ver el mundo, alguien que nos hace amar el mundo. ¿Quieres saber porque amamos el mundo?
Él más alto asintió y ella sonrió de forma encantadora viendo el cielo.
– Amamos el mundo porque esa persona vive en el – dijo ella volviéndose a Yunho – No te rindas sin haberlo intentado – dijo las mismas palabras que una vez le dijo su novio cuando ella estaba triste y quería dejarlo todo, pero siempre luchaba. Era tiempo de hacer las cosas bien, de mostrarle a su amado que era una buena chica porque él la cambio.