Cuando Changmin volvió sobre sus pasos sintió unas pequeñas manos atraparlo por la cintura.
– ¡Te atrape! – dijo el niño de ojos saltones.
– Ven aquí – Changmin le sonrió cogiéndolo entre sus brazos y levantándolo en alto.
– Hyung es realmente alto – dijo otro niño que venía de la mano de BoRam – Noona… ¿Crees que yo seré alto como hyung?
– Zelo es un enano – le dijo el niño en brazos de Changmin.
– No soy un enano – inflo sus mejillas enfadándose con su amigo.
– No lo eres – dijo BoRam en tono amable y reconfortante – Eres pequeño porque aun no tienes la edad suficiente, pero crecerás y créeme serás muy, muy alto.
El pequeño Zelo, dio saltitos en su lugar al escuchar a su noona decirle que sería muy alto.
– Aunque te conviertas en una jirafa, yo sigo siendo el más veloz – le dijo el niño más alto bajándose de los brazos de Changmin y desafiando a Zelo.
– ¡Te atrapare! – sentencio entre risas el pequeño Zelo corriendo tras el más alto entre carcajadas.
Changmin no pudo evitar reír. Esos dos niños le recordaban a su infancia junto al príncipe heredero. Las peleas, los juegos y como siempre el príncipe se burlaba de su altura. Entonces Changmin lo recordó. Miró el enorme parque, la gente caminando, abuelos, mujeres, hombres, niños. ¿Qué hacia perdiendo el tiempo? Sacudió la cabeza, él debía seguir buscando al príncipe.
– Tengo que irme.
– ¿A dónde? – BoRam estaba parada con una expresión como si quisiera leer sus pensamientos.
– Tengo que buscar a alguien.
BoRam alzo la vista a lo alto del árbol que descansaba sobre la cabeza de Changmin.
– Esa ave es tuya, ¿verdad?
– Hanuel, ¿Dónde estabas?– Changmin llamó a la hermosa ave de plumas blancas y largas. El ave bajo de lo alto de la rama y se posiciono en el hombro de BoRam.
Los ojos de Changmin se abrieron de asombro al ver a Haneul comportarse tan amigable con la pequeña mujer.
– Debes tener hambre – dijo BoRam acariciando las largas plumas del ave.
– ¿Quién eres? – preguntó Changmin poniéndose en posición de pelea. La muchacha no se veía como una amenaza, pero había algo extraño en ella.
– Tú sabes muy bien quien soy… viajero del tiempo.
…
Con los brazos cruzados subió a su dormitorio.
– ¡Qué mono eres!
Junsu sacudió al panda mientras lo abrazaba.
– ¿Qué haces con mi panda?
– ¡Ah! – chillo escudándose detrás del enorme panda.
– ¿Qué haces en mi habitación? – frunció el ceño y Junsu asomo su cabeza con una adorable sonrisa.
– Estaba buscando… buscando un clip – le sonrió divertido.
– Y… ¿te entretuviste jugando con mi panda?
Junsu rió de forma inocente.
– ¡Es que es tan mono!
– Debería lanzarlo por la ventana – Jaejoong cogió al panda intentando lanzarlo.
– ¡No lo hagas! – Junsu lo detuvo – ¿Habéis peleado con el chico que te lo regalo?
– ¡No! – Jaejoong lanzó al panda con fuerza contra su cama.
– Vale, si no estás enojado – dijo Junsu – No te desquites con el pobre panda.
Junsu salió del dormitorio y Jaejoong se sintió como un niño rabioso al ver al panda boca abajo.
– ¿Por qué tenias que abrazarla? ¡A ella! – gritó al panda como si fuera a responderle – ¿Te salteaste dos clases por estar con ella?
Jaejoong aun recordaba cuando Yunho apareció media hora antes de finalizar las clases con JiYeon. Ambos pidieron disculpas a la profesora y fueron castigados juntos.
– ¡Ahora están juntos! ¡Te odio!
– Así que eso fue lo que paso – Junsu aprecio detrás de Jaejoong. ¿Cuándo había vuelto a entrar?
Jaejoong no dijo nada. Suficiente vergüenza sentía de ser escuchado por su hermano menor.
…
– ¿Qué hacemos aquí? – le preguntó Jaejoong a su hermano que se escabullía por los pasillos de la escuela.
– El plan es encontrarnos casualmente con el chico que te gusta – le sonrió cómplice y Jaejoong se sonrojo.
– Te dije que no es de este Instituto – le dijo negándose a dar un solo paso mas.
– No mientes muy bien hyung – Junsu siguió caminando con su hermano por los pasillos – ¿Dónde estará?
– ¡Ahí esta! – le grito y cuando Junsu se descuido salió corriendo por otro pasillo.
Junsu se cruzo de brazos. Él estaba curioso por conocer al chico del panda. Desde que había visto a su hermano llegar con el panda gigante se pregunto ¿Quién se lo regalo? ¿Quién era tan magnífico como para hacer un regalo así de grande en su primera cita? Ahora que sabía que era un estudiante de su instituto, la curiosidad del castaño era aun mas grande.
Con esa curiosidad empezó a buscara a su hermano. Su aventura no podía terminara hia. Su curiosidad era muy grande. Al pasar por uno de los pasillos su atención fue al salón del consejo estudiantil.
– ¿Chunnie estará? – se preguntó curiosos. Cuando escucho unas voces supo que había alguien, al menos dos personas conversando – Tal vez sea él – alzo sus labios en una enorme sonrisa – Pasare a saludarlo.
Junsu abre lentamente para asegurarse de que fuera Yoochun el que estaba hasta tarde.
– ¡No lo defiendas! – Bang alzó la voz, bastante molesto. Estaba conteniéndose en desatar su furia con el presidente del consejo.
– No puedes tratarlo así – le dijo Yoochun protegiendo a HimChan de la ira de Bang YongGuk – Si yo no llegaba a tiempo golpearías al pobre chico.
– Lo siento – les dijo con un fino hilo de voz.
– ¡¿Crees que todo se soluciona con una simple disculpa?!
Him Chan se sobresalto por el grito. Él lo sabía, pedir disculpas no parecía funcionar. Con miedo, él se arrodillo bajando la cabeza hasta el suelo.
– Lo sé, así que por favor te suplico escuchar lo que tengo para decirte.
Yoochun abrió los ojos. No podía creer aquella posición tan sumisa que el más joven estaba mostrando. ¿Acaso era tan importante hablar con su amigo?
– Me aleje de tu familia, deje todo atrás por empezar de nuevo y ahora… – no pudo continuar hablando al recordar a la familia Kim y a la persona que alguna vez amo, pero todo había cambiado – A tu familia parece divertirles hacerme daño.
– ¡No es así! S-Si solo d-dejaras explicarme…
– Déjame en paz – sentencio sin animos de seguir hablando. Dio media vuelta para salir por la puerta.
HimChan no supo cómo actuar. Él había fracasado. Bang lo odiaba, odiaba su familia.
– No hare preguntas, pero nunca, nunca hagas esto frente a nadie.
El más joven no parecía entenderle.
– Veré si consigo que Bang hable contigo, pero no vuelvas a arrodillarte frente a nadie – le cogió el antebrazo ayudándolo a ponerse de pie.
Al ponerse de pie Him Chan y Yoochun quedaron a centímetros uno del rostro del otro. El mayor miró los ojos de Him Chan, tan profundos y hermosos como la misma noche. El reflejo de esa mirada mostraba la inocencia del pelinegro. Su visión bajo hasta los labios del menor. Y realmente sintió curiosidad por probarlos al ver como Him Chan se los lamia.
– D-Deebo ir – difícilmente a Him Chan le salían las palabras.
Yoochun al ver el nerviosismo en el menos se alejo. ¿Qué estaba pensando? ¿Besarlo?
– ¿A dónde tienes que ir? – le preguntó intentando quitar el nerviosismo que tenía el menor.
– Al club de fotografía – confesó mientras intentaba no sonrojarse.
– Recuerdo que ese club está sin miembros desde hace años. Está cerrado.
– Planeo volverlo a abrir – le sonrió con verdadera confianza.
– Te veo muy confiado.
– Algo – agacho su rostro, la penetrante mirada de Yoochun lo ponía nerviosos y se avergonzaba con facilidad – Planeo abrirlo, quiero que las personas vuelvan a ver las fotos y noten que la belleza aun estando lejos puede ser capturada en esencia para ser admiradas.
– Eres increíble – le sonrió y Him Chan se sorprendió por su reacción – Hay un verdadero artista en ese pequeño cuerpo.
– ¿Pequeño?
– Lo digo... porque te ves tan inocente como un niño – le dijo y no espero el color rojo en las mejillas del menor – Tan tierno – murmuro.
– ¿Eh?
– Quiero decir – aclaro su garganta – Tienes mi apoyo. Como presidente del consejo estudiantil, volveré a abrir el club de fotografías – camina hasta un estante y coge unas llaves – Aquí tienes, puedes empezar hoy mismo.
– ¿Qué es esto? – le miró curioso.
– Una llave – respondió divertido y no pareció hacerle gracia al menor – Son las llaves del club de fotografía. Desde hoy tú eres su presidente. Para hacerlo oficial necesitas al menos dos miembros y me deberás entregar un informe… – no pudo continuar hablando al escuchar las risillas de Him Chan – ¿Qué es tan divertido?
– Hablas con mucha formalidad. Solo actúa normal, no hace falta que actúes como el genial presidente del consejo… solo se Yoochun-hyung.
– ¿Disculpa? – frunció el ceño.
– Lo siento, no quise decir…
– Tranquilo – le sonrió divertido – Estaba jugando. Y creo que tienes razón, algunas veces actuó demasiado estructurado y me olvido que somos amigos.
Him Chan respiró aliviado. Por un momento pensaba que Yoochun lo mandaría al demonio.
– T-tengo que irme – le esquiva la mirada del más alto. Su corazón ya empezaba a latir frenéticamente ante la mirada de aquellos ojos.
– Una cosa mas – Him Chan se detuvo antes de salir – Me alegra que me llames hyung.
– Adiós, hyung – le devolvió la sonrisa.
– Intenta no tener algún tropezón y no te subas a lugares altos.
– ¿Hyung está preocupado por mi?
– Si – le confesó sin dudarlo ¿Qué había dicho?
– E-Este… y-yo – Him Chan tartamudeo y después hizo una reverencia – G-Gracias.
El menor salió disparado por la puerta y Yoochun no pudo evitar reírse. Las actitudes de aquel estudiante eran infantiles y tiernas.
Junsu retrocedió unos pasos al ver a Him Chan acercársele. Rápido, se escondió para no ser descubierto al espiar. No fue a propósito, pero lo había visto todo y lo que escucho no fue de agrado. ¿Desde cuándo el nuevo estudiante se llevaba tan bien con Yoochun?
– Esto no le gustara a Jaejoong.
….
El castigo había llegado a su fin. Limpiar las escaleras no fue divertido y JiYeon se recordó no volver a escaparse con Yunho, siempre que no fuera por una buena causa.
– Nos vemos mañana – JiYeon saludo a Yunho antes de meterse al vehículo de su familia.
Yunho escuchó un crujido como la rama de un árbol que estaba por romperse. Con los ojos busca el origen del ruido y lo encontró. Un chico estaba subido sobre la rama de un árbol con una cámara de fotos. El chico se movió y la rama cedió.
– ¡Ah! – gritó esperando un fuerte golpe y tal vez un fractura, si es que sobrevivía. Cerró los ojos, pero el golpe nunca vino. Al abrir los ojos estaba en brazos de un chico que jamás había visto.
– ¿Estás bien?
– Y-Yo g-gracias – gesticulo con vergüenza al verse en brazos del otro chico.
– Deberías tener más cuidado – dijo Yunho.
– ¡Yoochun! – la voz de unas estudiantes alertaron a ambos jóvenes.
El más joven, con sorpresa, ve que Yoochun estaba corriendo en su dirección. Avergonzado intento bajarse de los brazos del otro estudiante. ¿Qué pensaría Yoochun al verlo en brazos de otro chico?
– G-Gracias, p-puedes bajarme.
– Him Chan, ¿estás bien? – preguntó Yoochun y las mejillas del más joven se tiñeron de rojo.
Yunho por alguna razón se sentía ignorado por ambos chicos. Con cuidado bajo a Him Chan y Yoochun en ningún momento perdió de vista al menor.
– Debes ser más cuidadoso. Cuando te vi arriba del árbol, el corazón se me detuvo. Tienes suerte que Yunho te salvara.
Las pocas estudiantes que quedaban después de las prácticas se acercaron hasta los tres estudiantes siguiendo a Yoochun.
– Him Chan, que afortunado eres – le dijo una de sus compañeras que lo reconoció – Fuiste rescatado por Yunho-shi.
– Tuviste mucha suerte – dijo otra estudiante más grande cruzada de brazos – Park corrió por ti cuando te vio montado en el árbol, pero no llegaría a tiempo. Así que tuviste mucha suerte.
– ¿Corrió por mí? – Him Chan aun no creía escuchar aquello.
– Y-Yo – Yoochun llevó la mano a su cabello sin saber cómo explicar su accionar. Tal vez solo era su instinto protector – Sé lo distraído que eres y no quería que te lastimaras.
Him Chan sonrió de oreja a oreja aun con las mejillas rojas.
– G-Gracias.
Y ahí estaba, su corazón había dado un brinco al ver a Him Chan sonriendo de aquella forma tan encantadora. ¿Qué le estaba pasando?
¨*¨*¨*¨*¨*
Yunho odiaba estar escapándose de sus admiradoras. Hasta tenía un club de fans. Corrió tan rápido que logro perderlas. Agradecía su velocidad y la lentitud de sus admiradoras. Volteo a su alrededor y no sabía en qué parte del instituto estaba. De pronto vio un edificio abandonado. Curioso camino hasta el lugar. Grande e imponente, el lugar estaba abandonado hace tiempo pues la vegetación trepaba por las paredes.
– Parece que tienes un don para ir rescatando a las personas en peligro.
Yunho reconoció esa voz.
– Jaejoong – una sonrisa se dibuja en sus labios y a Jaejoong no parece gustarle – ¿Qué haces por aquí? ¿También te castigaron?
– Al único que castigaron fue a ti – frunció mas ceño cruzándose de brazos al recordarlo – te castigaron por llegar tarde y con JiYeon – sonaba molesto y lo estaba.
– Oh, eso yo…
– No necesitas darme explicaciones, después de todo no soy nadie para pedírtelas – se dio media vuelta para irse, pero rápidamente Yunho se interpone en su camino.
– Escúchame – le suplicó.
Jaejoong no supo como negarse, una parte de él quería escuchar sus excusas y tal vez…
– Yo estaba algo desanimado…
– ¿Y JiYeon es tan amable que te estuvo consolando? – enarcó una ceja.
– Bueno... algo así – le respondió sincero y eso a Jaejoong no le gusto. Antes de que se marchara enojado y maldiciendo Yunho lo coge por el brazo.
– ¡Suéltame! ¡Vete con JiYeon!
– Yo quiero estar contigo – le dijo y Jaejoong dejo de forcejear.
– ¡No mientas! – le empujó lejos de su cuerpo.
– Yo no miento – se defendió de las acusaciones de Jaejoong – Yo quería hablar contigo… yo quería que tú supieras que…
– Que tienes un novio. ¿Acaso piensas que soy estúpido? – le desafío con la mirada – No seré segundo plato de nadie – se detuvo al escucharse. ¿Pero que estaba diciendo?
– Si hay alguien que me mintió fuiste tú.
La boca de Jaejoong se abrió. ¿Cómo había cambiado la conversación de ser el acusante a ser el acusado?
– ¿Debes estar de broma? Yo no he dicho nunca una mentira.
– Cuando nos conocimos por primera vez, GeunSuk te dijo que tú eras su futuro novio.
Jaejoong parecía recordarlo y luchó con todas sus fuerzas por no sonrojarse.
– Cuando te pregunte qué significaba novio me respondiste que significaba idiota y yo todo este tiempo use esa palabra pensando que ese era su significado.
– Eso no fue mentir – le dijo. Ahora él recordaba y entendía porque Yunho alguna veces le dijo “novio” – Tú entendiste mal, debiste preguntar… espera – se detuvo y miró al más alto – Si no sabes que significaba novio… ¿Cómo tienes uno?
– No tengo ninguno – le dijo esperando que esta vez Jaejoong creyese en sus palabras.
Jaejoong no vio que el más alto le mintiese. Su mirada era sincera y suplicante.
– ¿Es verdad?
– Al cien por cien – le respondió más animado – Estuve intentando explicártelo, pero tu…
– No tenias porque hacerlo, tu y yo no somas nada.
– Lucias molesto, no quería verte enfadado. Pero quería que entendieras que no tenía a nadie, que para mí solo existe Jaejoong – las mejillas de Jaejoong se tiñeron de rojo.
Avergonzado Jaejoong desvió la vista, pero Yunho lo tomó por la barbilla para mirarse. Sus ojos se encontraron y fue como si el mundo se detuviera a sus pies.
– No puedo detener lo que siento, es muy difícil – Jaejoong trago su propia salvia al escucharlo – Sé que no sientes lo mismo.
Jaejoong quería negarlo, gritarle que estaba equivocado, pero las palabras se atoraron en su garganta.
– Aun así no me daré por vencido – le beso la frente mientras le acariciaba con ternura – Algún día tu serás mi novio.