Yoona abrió la puerta y Jaejoong fingió seguir durmiendo.
– Despierta mi niño – dijo ella cruzándose de brazos – El doctor Jo vino a verte.
Jaejoong trago saliva. ¿Un doctor? Su teatro para faltar a clases pendía de un hilo.
– Me quedare aquí – le dijo Yoona tomando lugar en una silla – Por favor doctor Jo, revise a mi hermano. Tengo miedo que este muy enfermo y si hay que poner alguna inyección no dude en hacerlo.
Jaejoong esta vez abrió los ojos. Él odiaba las inyecciones. Estaba perdido si el doctor Jo no lo encontraba enfermo.
…
– Así que estabas fingiendo – le dijo Yoona frunciendo el ceño.
Jaejoong se encogió de hombros. Odiaba no estar enfermo. Ahora su hermana haría preguntas y él no quería dar explicaciones. Pero por la mirada de su hermana sabía que no tenía escapatoria.
– Dos días faltaste al instituto con tu mentira. Espero una buena explicación.
Silencio.
– No quieres hablar. Está bien. Lo hare yo – ella saco de su bolso un papel y lo lanzo a pequeña mesa junto a la cama de Jaejoong – ¿Esto es verdad?
Jaejoong volteo con los ojos abiertos al ver el recorté periodístico. Su corazón se detuvo. Leyó el encabezado y con asombro observó la foto. Una buena toma de su beso con Yunho hace unos días atrás. Ahora no solo sus compañeros lo habían visto si no todo el instituto y ya era pedir demasiado que su hermana no lo supiera. Miró a su hermana que no parecía muy feliz.
– No mientas – le advirtió ella.
– Yo me desmaye ese día porque olvide desayunar – recordó lo que le dijo la enfermera del instituto cuando fue llevado después de su beso – Y… él me hizo respiración boca a boca. La imagen puede distorsionar las cosas…
– Si eso es verdad. ¿Por qué tus manos rodean su cuello para intensificar el beso?
Él se sonrojo hasta las orejas. Jaejoong odiaba no ser bueno en sus mentiras.
– No recuerdo lo que paso… no sé porque… ¿no estás feliz? Es yaoi en vivo.
– ¿Te gusta Yunho? – le preguntó ella.
Jaejoong agacho la cabeza no sabiendo que responder.
– Tendré que hablar con Yunho – dijo ella en tono serio.
– P-Pero él no hizo nada malo, fui yo quien… lo beso – se resigno a decirlo. Después de todo era su culpa y no de Yunho.
– Yunho es un buen chico. Si no te gusta, no debes hacer ese tipo de cosas.
– ¿Estás insinuando que estoy jugando con él?
– Tú eres una buena persona y sé que no harías esas cosas. De todas formas quiero hablar con Yunho.
– Estas actuando demasiado madura.
– Hoy seré la hermana mayor – sonrió mientras besaba la frente de su hermano.
…
Yunho caminó con mirada perdida. Mira a ambos lados de la calle y no parece recordar el camino.
– ¡Estoy perdido! – se tomo la cabeza odiándose por no recordar el camino.
– ¿Yunho?… si eres tú – dijo una voz familiar.
– JiYeon-shi – le saludo Yunho aliviado por ver una cara conocida.
– Estoy terminando de hacer unas compras. ¿Qué estás haciendo por aquí? – preguntó ella llevando en sus manos unas bolsas de compras.
– Termine la practica con el equipo y decidí ir a visitar a Jaejoong, pero olvide el camino a su casa…
– Eso es fácil de solucionar – sonrió ella enseñando su pulgar arriba – Tienes muchas suerte que yo sepa donde vive él.
– ¿Me ayudaras?
– Si – asintió ella al ver los ojos de Yunho brillas como niño enamorado – Nunca me negaría a trabajar de Cupido.
…
Al caminar unas calles Ji Yeon le señaló la casa de Jaejoong con gran entusiasmo. Yunho chasqueo la lengua. Definitivamente reconocía el lugar. Hipnotizado camino para tocar la puerta pero JiYeon lo detuvo.
– No planeas simplemente decir “hola vine a ver a Jaejoong”.
– ¿Por qué no?
– Jaejoong tiene una hermana que es un poco… diferente. Es mejor que empecemos bien con ella. Déjame que te ayude.
Yi Jeon llamo a la puerta con un golpe. Ambos esperando y cuando la puerta se abrió, Yunho casi cae de espaldas al piso.
– Hola noona – le saluda JiYeon y Yoona le devuelve el gesto.
…
Sentados en el sillón. Yunho no puede dejar de ver a la hermana de Jaejoong. No solo era la mujer más hermosa que sus ojos vieron. Era su directora. Ahora entendía porque JiYeon dijo que la hermana de Jaejoong era diferente.
– Yunho me ayudo con las compras que mi hermano me pidió y le pedí que me acompañara a visitarte.
– Hace tiempo que no te veía por esta casa – dijo Yoona sirviendo un poco de té en las tazas de Yunho y JiYeon – Yunho, luces como si hubieras visto un fantasma.
– L-Lo siento. Nunca imagine que…
– La directora fuera la hermana de Kim Jaejoong – Yunho asintió – Tengo que mantenerlo en secreto. No quiero que vean diferente a mis hermanos por ser la directora. Así que por eso uso el apellido de mi madre para que no sepan de mi conexión sanguínea con mis hermanos.
– Ya veo.
– Como noona menciono a Jaejoong – sonrió JiYeon – Yunho y yo estamos preocupados porque Jaejoong-shi no asistió dos días seguidos a clases. Queríamos saber si él estaba bien.
– Oh! Si. Él está bien – ella se pudo de pie – Iré a decirle que vinieron a verlo.
…
Jaejoong lanzo al panda contra la pared.
– Voy a asesinarte. ¡Te degollare! – estrangulo al panda – Si Yoochun vio esta foto. Date por hombre muerto Yunho.
– Así que fue Yunho el que te regalo ese panda gigante – dijo ella recostada en el marco de la puerta.
– ¿Qué nadie llama la puerta en esta casa?
– No intentes cambiar el tema – alzo una ceja.
– Si fue él. – admitió Jaejoong dejando de estrangular al panda.
– ¡Qué cute! – sonrió y Jaejoong no parecía entenderla. Hasta unos minutos parecía una adulta y ahora se veía como una niña emocionada por juguete nuevo – Él está esperando en la sala. Vino a verte.
– ¡Queeee!
– Cámbiate, no querrás que él te vea así – le señaló su pijama y Jaejoong se puso rojo.
…
Jaejoong se miró por decima vez en el espejo.
– Esto no combina – miro su pantalón oscuro – mejor un pantalón blanco… o café. ¿Pero que estoy haciendo? Es solo Yunho.
– ¿Por qué estas tardando?
– ¡Ah! – se cubrió las piernas pues estaba en bóxer – ¡Puedes llamar antes de entrar!
– No tienes nada diferente que no te haya visto. Soy como tu madre. Lo he visto todo.
– ¡No tengo dos años! ¡Ahora es diferente!
Yoona se cruzo de brazos con una mirada tierna. A pesar de que Jaejoong y Junsu crecieron, ella nunca dejaría de verlos como sus pequeños hermanos.
– Saldré a comprar algo para cenar con JiYeon.
– ¡Espera! ¿Qué hace ella aquí?
– Vino con Yunho. Volvemos pronto.
A Jaejoong no le gusto escuchar que JiYeon y Yunho vinieron juntos.
– Ah! Casi lo olvido. Hablé con Yunho de tu salida y el panda – sonrió con picardía.
– ¿Qué fue lo que te dijo él?
– Lo que tú no me dirías.
– Es hombre muerto – dijo entre dientes.
– Antes de que bajes. Ponte los pantalones – Jaejoong volvió a cubrirse con las manos – Y en mi ausencia nada de andar pervirtiendo al inocente de Yunho.
– ¡Noona!
…
Jaejoong bajó las escaleras con mucho cuidado de no hacer ruido. Estiro el cuello para ver a Yunho sentado en el sofá comiéndose las fresas de la tarta. Como un gato, Jaejoong salto al cuello de Yunho.
– ¡¿Qué fue lo que le dijiste a mi hermana?! – sacudió a Yunho.
Cuando Jaejoong dejo de sacudirlo, Yunho se repuso y dijo con una sonrisa.
– Hola Jaejoong.
– ¿Hola Jaejoong? – él frunció el ceño y esta vez salto al cuello de Yunho montándose sobre el más alto – ¡Estas de broma!
Desde su posición, Yunho estaba en desventaja frente a Jaejoong que estaba montado sobre él. Las piernas a los costados de su cuerpo y con las manos alrededor de su cuello.
– ¡Responde! ¡¿Qué fue lo que le contaste a mi hermana sobre el panda?!
– Yo… so…solo le dije que te invite a salir y que gane el panda usando un martillo – respondió al sentir como los dedos de Jaejoong apretaban ligeramente su cuello – Es todo lo que dije porque JiYeon dijo que tenía hambre y…
Jaejoong al escuchar el nombre de JiYeon ardió en celos y no parecía querer ya disimularlo.
– ¿Qué hacías con ella? ¿Tenían una cita? ¡¿La besaste?!
Después de la última pregunta, Yunho sintió como le faltaba el aire. Yunho estaba sorprendido de la fuerza del pelinegro.
– ¡Responde! – exigió Jaejoong y Yunho le hizo una señal que no podía respirar.
Jaejoong lo soltó, pero no se levanto, continuo sobre el cuerpo de Jaejoong.
Tendido sobre el sofá, Yunho intento recuperar el aire que le fue negado.
– No seas un crio, no fue para tanto – dijo Jaejoong no sintiéndose culpable – Es tu castigo por atreverte a venir con ella.
– Yo venía a verte a ti y me perdí. Ella amablemente me ayudo a llegar a tu casa.
– ¡Qué amable es JiYeon debería darle un regalo por ser tan buena! – dijo con sarcasmo mientras rodaba los ojos.
– ¿Te molesta que ella me ayudara?
– No, estoy muy feliz. ¿no me ves reír? – rió irónicamente.
El sonido de la puerta abrirse hizo que Jaejoong intentara bajarse de Yunho, pero su suéter se había atorado con la pretina de los pantalones de Yunho.
– ¡Hyung, noona estoy en casa!
<< ¡Junsu!>> Jaejoong al saber que era su hermano menor intentó alejar a Yunho, pero aquel dilema parecía emporar.
– ¡Nos vera! – Jaejoong abrió los ojos al imaginara lo que pensaría su hermano al verlo encima de Yunho.
– ¿Eso es malo?
– Muy, muy malo – murmuró Jaejoong muy asustado pues Junsu le diría a su hermana y estaría en problemas.
– ¡Hyung!
Al escuchar ser llamado Jaejoong intento zafarse de ese enredo pero no podía. Mas jalaba mas parecía atorarse su suéter.
– ¿Hyung?
Jaejoong cerró ojos repitiendo que aquello era un sueño. Un mal sueño del que quería despertar.
– ¿Jaejoong?
– No es lo que parece – dijo sin animarse a abrir los ojos.
– ¿Qué hacen los dos tirados en el suelo?
<< ¿Yoochun?>> Jaejoong abrió los ojos. Yunho seguía debajo de su cuerpo y Yoochun los observa desde una puerta. El canto los pájaros y el sonido de las hojas de los arboles obligo a Jaejoong a ver su alrededor. No era su casa, era el patio trasero de la casa de Yoochun.
– Esto… ¿Cómo llegamos hasta aquí? – preguntó y luego vio a Yunho que no parecía sorprendido
…
Changmin cogió las bolsas de compras mientras BoRam se adelantaba a comprar más verduras para la cena.
– ¿Changmin-shi?
Extrañado, Changmin se volteo y se encontró con el rostro de su princesa en el cuerpo de otra persona.
– Es bueno verte fuera de la escuela – le sonrió el chico.
– Hola – le dijo Changmin pero volvió sobre sus pasos y se lanzo a Taemin – ¡Taemin!
Una extraña luz casi golpe a Taemin de no ser porque Changmin lo cogió en sus brazos y lo saco del peligro.
– ¿Qué fue eso? – preguntó asombrado al ver una marca en el concreto como si hubiese habido un incendio.
– ¡Quédate aquí! – dejo a Taemin escondido entre unos contenedores.
– ¡Sal donde este escondido! – le desafío Changmin al responsable del ataque.
BoRam apareció y nuevamente detuvo el tiempo.
– No podre detener el tiempo por mucho. Encuéntralo.
– ¡Hanuel! – le llamo Changmin y el ave de plumas blancas cambio a un dorado brillante – ¡No te esconderás por mucho tiempo!
– No planeo esconderme.
Esa voz, Changmin la reconocía. Volvió sobre sus pasos y la vio. La mujer le sonrió de manera aterradora.
– Tu eres la guardiana de la princesa del reino del Norte – Changmin reconoció a la mujer – ¿Cómo llegaste hasta aquí?
– Soy una viajera del tiempo – respondió la mujer – Una guerra nueva se desatara si el príncipe no vuelve. Mi princesa quiere la paz y me ha enviado a traer a su príncipe.