BoRam espero pacientemente a que Yunho preguntara, pero Yunho parecía perdido en sus pensamientos. Ella tenía curiosidad por saber que pensaba su querido Yunho.
– ¿Sabes quién soy? – finalmente Yunho le preguntó.
– Entiendo que estés confundido…
– ¡Responde!
– Responderé quien soy yo – Boram intentó calmar el ímpetu de Yunho – Tal vez aclare algunas de tus dudas.
Yunho no respondió, esperó a que BoRam prosiguiera.
– No soy completamente humana, pero tampoco soy un extraterrestre como se muestra en las películas – ella enseñó el brazalete que estaba en su mano – Es igual al que tú tienes.
El brazalete de Yunho empezó a brillar junto al de BoRam.
– Esto es la ocarina del tiempo, lo que nos permite viajar de un tiempo a otro.
– ¿Viajar? Los saltos temporales son inexactos y no pueden realizarse.
– Nosotros somos una raza especial. Nuestro origen es aun más antiguo que la Tierra.
– ¿Somos iguales? No somos humanos. ¿Qué somos?
BoRam pudo notar en la voz de Yunho verdadera angustia y desesperación. Yunho era como un animal asustado.
– Viajeros del tiempo, pero somos de tiempos diferentes.
– ¿Por qué no recuerdo nada?
– La ocarina vibra como cuerdas de un violín. Al vibrar afectan al hemisferio del cerebro donde están los recuerdos. Algunas veces es temporal y otras veces es para siempre.
– Entonces yo nunca recordare…
– No lo sé.
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Yunho quedo sentado bajo el árbol mientras los niños jugaban a pasarse la pelota. Corrían de un lado a otro muy felices. Con las caras sucias de tierra, pero no paraban de reír. BoRam le había pedido quedarse hasta que estuviera más calmado, pero él seguía inquieto.
Estiró los brazos y se recostó en el pasto. Miró a lo alto del árbol. Las hojas se mecían con el viento y pudo ver un poco de cielo antes de caer en un sueño profundo.
– Nadie debe saber que aun existen viajeros del tiempo.
– Mi rey, su hijo es uno de…
– ¡No!
– ¿Mamá? – el niño llamó a la hermosa mujer.
– Uknow, hijo mío. ¿No puedes dormir?
– No, Max dice que no puede dormir conmigo – hace un puchero.
– Eres un príncipe heredero – le dijo el imponente hombre –. Debes dormir solo.
– Mi príncipe algún día será un rey, por eso tu padre quiere que seas muy fuerte. No hay nada malo detrás de la oscuridad porque siempre estaré protegiéndote.
Yunho se levantó.
—¿Qué fue eso?
Los rostros eran confusos, pero las voces muy claras.
—Ese niño… ¿quién es?
Formó un puño y golpeo el suelo con ambas manos. Le molestaba no recordar quién era. Le molestaba no poder mantener una promesa.
—¿Por qué me tiene que pasar esto?
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Jaejoong tenía muchas preguntas, Yoochun estaba por responder, pero el sonido de la puerta los interrumpió. Él estiro el cuello para ver quién era.
– Hola – saludo BoRam a Yoochun.
Yoochun asintió al ver a la pequeña mujer. Pero la noto diferente. Su tranquila mirada ahora era una mirada llena de seguridad.
– Yunho está en el orfanato.
Al escucharla Jaejoong intento marcharse para ir a buscarlo, pero algo atrapa su brazo. Voltea y ve las delicadas manos de BoRam aprisionar su muñeca. ¿Cómo ese pequeño cuerpo tenía tanta fuerza?
– Antes debemos hablar – dijo BoRam soltando a Jaejoong.
– Pasa BoRam – dijo el señor Park dejando a Yoochun desconcertado.
– Jae, ¿quieres que te lleve a tu casa?
– ¡No, quiero saber que está pasando! Yunho desapareció frente a mis ojos y ahora está en el orfanato. ¿Qué está pasando?
– ¿Quieres a Yunho? – preguntó BoRam con la mirada sobre Jaejoong.
– ¿Eh?
– Las personas que estamos en este lugar queremos a Yunho, si no es así te pido que te retires
– ¡No me iré a ningún lado!
Jaejoong desafío con la mirada a BoRam y ella asintió como si aceptara el desafío.
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A Junsu le gustaba pasar tiempo comprando y más ahora que estaba comprando un regalo para Yunho. pensar en él hacía que Junsu sonriera sin parar.
—Hace mucho que no te veía así de feliz.
—Jiyeon, ¿Qué haces aquí?
—Lo mismo que tu.
Junsu sonrió al escucharla esperando que ella no estuviese buscando un regalo para Yunho.
—A propósito, sabes donde esta Jaejoong.
—No lo encontré para que me acompañara y tuve que venir solo. ¿Por qué? ¿Van a volver a ser novios?
JiYeon soltó una escandalosa risa que llamo la atención de casi todos los que pasaban.
—Yo tengo un novio, solo quería hablar con Jaejoong. Pero viendo que estas solo podemos ir juntos de compras.
Junsu no dudo en aceptar, después de todo JiYeon tenía un novio así que ella sabría que regalarle a un chico al que amas.
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Yunho empezó a caminar por el jardín del orfanato alejándose de los ruidos de los niños. Su cabeza dolía como si fuera a explotar pero aquel sonido lo tranquilizo.
—¿Qué es esa melodía?
Buscando la razón de escuchar aquel hermoso sonido Yunho camino en lo más profundo d los arboles. El sonido era más fuerte y era la señal de que estaba cerca.
El chillido de un ave lo hizo detenerse. Había un ave de alas blancas paro en la copa de un árbol y bajo el árbol un chico con un objeto parecido a una flauta.
—¿Te gusta este lugar? No es como casa, pero reconozco que es un lindo lugar.
Hanuel abrió sus alas y voló lejos de Changmin. Éste lo siguió con la mirada y quedo estático al ver el par de ojos extras que lo observaba.
—Príncipe…
Yunho retrocedió al escuchar la voz del chico alto, pero el ave se poso en su hombro derecho y chillo con fuerza. Hanuel lo extrañaba y con su cabeza acaricio la mejilla de su amo.
—Hanuel al fin lo encontraste.
El dolor en su cabeza empezaba a desaparecer y cientos de imágenes venían a él.
—Changmin – murmuró Yunho al ver la sonrisa del más alto.