- ¿Junsu?
Junsu escuchó la voz de su amigo y compañero de clases. Alzó los ojos vio a Taemin con una suave sonrisa en sus labios. Éste sostenía una bolsa de plástico negra. A él y a su amigo les había tocado la limpieza del salón de clase al finalizar las clases. Taemin que era más alto hacia un gran trabajo levantando las sillas patas para arriba.
- No pude ver el partido del todo el Instituto habla porque estaba en la oficina de la directora Han – hizo un puchero descontento.
- Te perdiste de un gran partido – sonrió divertido.
- No hace falta que me lo digas Taemin, sé que me perdí de conocer al sujeto por el cual todas las chicas están suspirando – sus hombros cayeron.
- No trates de huir del trabajo – enseñó la bolsa negra con una sonrisa picara.
- Tranquilo príncipe Taemin, sacare la basura afuera – actuó una reverencia y se echo a reír.
- Muy gracioso – se cruzo de brazos arqueando una ceja.
- Debería odiarte – dijo Junsu viendo de arriba a abajo al más alto – Tienes altura y belleza.
Taemin enseñó su perfecta sonrisa al escuchar a su amigo. Como el primer día que se conocieron, nada había cambiado. Una simple visita a la oficina de la directora y se habían percatado que tenían mucho en común. La madre de Taemin era una profesora. El instituto lo sabía y por ese motivo Taemin no tenía muchos amigos. A Taemin no le fue difícil averiguar que a Junsu le gustaban los chicos. Al principio se sintió incomodo, pero Junsu era tan amable y divertido que Taemin olvido el hecho de que a su hyung le gustaban los chicos.
- Junsu, quieres que te ayude con esa bolsa – habló con voz ronca Minho a Junsu y Taemin no pudo evitar voltear a verlo.
- Oh, sunbae puedo por mi mismo – hizo una reverencia agradeciendo la amabilidad de Minho.
La sonrisa de Taemin se borró. Minho era amable con Junsu, pero odiaba que no lo fuera con él.
- Debemos irnos a casa. Hyung no está esperando en el auto – dijo Minho despeinando el cabello rubio de Taemin – A tu madre no le agradar que te hayas coloreado el pelo como una Barbie.
Junsu rió divertido ante la comparación. Pero Taemin lo miró con mala cara y Junsu dejó de reír.
- Debo arrojar la basura al contenedor – salió corriendo antes de que Taemin lo golpeara.
El verdadero padre de Taemin había muerto cuando él era un niño. Su madre se volvió a casar. Taemin sabía que su madre algún día iniciaría una vida nueva, pero nunca espero tener dos hermanastros y que uno de ellos fuera su peor pesadilla. Siwon era siempre amable y perfecto, pero Minho era un caso especial. Minho se pasaba horas burlándose de él y su rostro afeminado.
Detrás de la escuela se encontraba el contenedor de basura. Cuando al fin Junsu arrojó la bolsa de basura se dispuso a regresar. No queriendo volver por el mismo camino insulso y oscuro, Junsu eligió volver por el cruce de los arboles. Era una buena época para pasar por ellos, pues todos estaban frondosos y verdes. Respirar el aire fresco le divertía. Se puso a tararear una canción mientras pensaba en aquel nuevo estudiante de segundo año. Mas tarareaba y mas intentaba recordar el nombre, había hecho un esfuerzo sobre humano por hablar con su hermana y despistarla mientras esculcaba entre los expedientes para averiguar el nombre del chico alto.
Dejó de tararear cuando escuchó sonido casi gatural que venía de algún lugar. Miró a los costados y nada. El sonido se hizo más cercano. Alzo la cabeza y sobre la rama de un árbol algo se movía. Se detuvo esperando encontrar un gato, pero del árbol unos pies estaban bajando. Se echo a un lado para no ser pisado por unos zapatos enormes, pero eso lo llevo a tropezar.
- ¡Yunho! – al verlo había recordado el nombre del chico que le interesaba.
Yunho miró abajo y vio al pequeño chico tirado en el suelo. Con rapidez ayudo a levantarlo.
- Lo siento – dijo Yunho esperando que el chico le gritara como lo hacía Jaejoong, pero éste tenía una sonrisa grande en sus labios – ¿Estás bien? – preguntó algo incomodo por la forma que el otro chico lo miraba.
- Si – Junsu salió de su trance al tener tan cerca al más alto, pero su corazón no dejo de palpita como loco – Me llamo Kim Junsu – hizo una reverencia saludando a Yunho.
- Encantado – Yunho imitó al más joven en la reverencia – Mi nombre por ahora… es Park Yunho.
- ¿Qué quieres decir con “por ahora”? - alzó una ceja.
- No es nada – sonrió como Yoochun le había dicho que hiciera si algo no andaba bien.
Junsu se sonrojo ante la fascinante sonrisa masculina de Yunho. Ahora más que nunca Junsu deseaba tenerlo. Un hombre como el que tenía en frente no caía de los arboles… <<Yunho si cayo de un árbol>> Paradojas del destino.
- ¿Por qué estabas montado arriba del árbol? – preguntó evitando sonrojarse, pero ya era muy tarde.
- Buscaba esto – abrió su mano para enseñar una pluma blanca.
- ¿Una pluma?
- Un ave de plumaje blanco voló hasta este árbol, intente atraparlo, pero desplego su alas y lo único que obtuve fue esto – continuo mostrando la pluma a Junsu que no parecía comprender. Últimamente muchos de los estudiantes lo miraba de esa forma cuando hablaba. Se sentía como si no encajara en ese lugar.
- ¿Eres un gato? – preguntó Junsu.
- ¿Un gato?
- Si uno que dice “miau” – imito la tierna voz de un gato logrando sacar una sonrisa en el más alto.
- ¿De los que tiene orejas y cola? – Junsu asintió – No, no lo soy.
- Lo sé, eres alguien más atractivo que un gato – dijo Junsu y se cubrió la boca. Las palabras habían escapado de sus labios.
- ¿Atractivo?
- Este… quise decir… bueno – su celular sonó una melodía que a Yunho le pareció conocida – Lo siento debo contestar – agarro el teléfono celular llevándoselo a su oreja – Si, estoy en camino. Hoy me toco la limpieza del salón de clase. Lo sé, no me perderé por el camino.
Yunho respiró aliviado, no era el único en perderse por tan enorme lugar. El instituto de por si era grande y Yunho era alguien que se perdía con facilidad. Después de ir al baño Ji Yeon amablemente le enseñó las instalaciones, todos los lugares le parecían iguales, salvo el patio exterior rodeado de arboles de colores vivos. Le había gustado ese camino de arboles tanto que se había quedado ahí desde que Ji Yeon salió llorando cuando él dijo “No”
- Debo ir a mis clases de baile – hizo un puchero. Desanimado porque ahora que había tenido la posibilidad de hablar con el chico que le gustaba se tenía que ir. Paradojas de la vida. – Nos veremos mañana… bueno… si tú quieres.
- Seria agradable – jugó con la pluma pasándolo de un dedo a otro.
- ¿D-De verdad? – sus ojos se iluminaron con la esperanza de gustarle a Yunho.
Yunho asintió.
- Entonces mañana nos veremos aquí y almorzaremos juntos – Junsu señaló bajo el árbol que desde ese día seria su favorito.
Evitando que Yunho dijera que “No” y ser rechazado Junsu salió corriendo a toda velocidad. En su pecho no cavia la felicidad de haber conseguido una cita con Yunho.
Junsu saltaba de un lado a otro con una boba sonrisa en sus labios. A Jaejoong le era irritante que su hermano se moviera de un lado a otro como si estuviera saltando por un campo de flores y cortando margaritas.
- ¡Puedes quedarte quieto que intento hacer mis deberes! – lazó un cojín a su hermano y éste lo esquivo sacándole la lengua.
- ¡Amargado!
Jaejoong chasqueo la lengua ante la actitud siempre infantil de su hermano.
- ¿Pero qué le pasa?
- Se enamoro – respondió su hermana entrando con dos tazas de té verde. Una para ella y la otra para Jaejoong que estudiaba recostado en el sofá.
- Siempre está enamorado de alguien nuevo, la ultima vez se enamoro de ese chico… el cantante japonés – cogió la taza de té y bebió de a sorbos.
- Eso lo heredo de nuestra madre – sonrió Yoona recordando con cariño a su madre. Después de la muerte temprana de su madre difícilmente en su casa hablaban de ella, pero Yoona había cambiado las cosas cuando volvió del extranjero. No debía ser un tabú hablar de su madre sino siempre recordarla – Omma se enamoraba con facilidad.
- Somos la prueba viviente de que Omma se enamoraba con facilidad – suspiro Jaejoong recordando que su madre había tenido tres hijos pero con diferentes hombres de los cuales se había enamorado – Menos mal que Junsu es un hombre.
Yoona alzo su mano y golpeo a Jaejoong en la cabeza.
- No hables así de nuestras madre – regaño al menor – Al menos son chicos y no pueden quedar embarazados.
- ¡No te olvidad de ti! – dijo sobándose la cabeza.
- Yo estoy comprometida – dijo ella confiada en sí misma – Además estoy tomando píldoras anticonceptivas.
- Deberías escribir ese dialogo en tu próximo libro – sonrió divertido.
- En mi próximo libro escribiré sobre una mujer que vive con sus dos hermanos gays. ¿Y adivina qué? Uno de ellos se llamara Jaejoong.
- ¡Te demandare!
- Estas muerto si te atreves a demandarme – pellizcó las mejillas de Jaejoong mientras reía divertida. Adoraba a sus dos hermanos. Su vida había cambiado y no le importaba. Ahora tenía una verdadera familia.
Jaejoong tuvo que soportar la alegría de su hermano todo el camino al Instituto. El ultimo día de clases. Agradecía la menos eso para soportar un nuevo día con Yunho.
- ¿Por qué sigo pensando en él? – se palmeo las mejillas para sacarse a Yunho de la cabeza.
Al llegar a uno de los pasillos vio a un grupo de estudiantes reunidas en círculo. En el medio estaba un estudiante que muchos conocían como Park So Yeon, la belleza del Instituto y conocida como una de las mejores voces de Corea.
- Ha rechazado a dos chicas – dijo una estudiante cruzándose de brazos – Entre ellas a Ji Yeon.
- Dicen que tiene un novio – dijo otra con tristeza.
- Es un desperdicio si Yunho-oppa tiene un novio – dijo So Yeon con mala cara ante la idea.
- Unas chicas de segundo año lo escucharon por los pasillos gritarle a alguien novio.
- Entonces el chico en cuestión es de nuestro instituto – analizó la bellísima mujer enseñando una divertida sonrisa. Ya ella lo averiguaría.
¿Yunho? ¿Un novio? Jaejoong abrió sus ojos alejándose del cotilleo de las jóvenes estudiantes. Si era verdad, si eso era verdad… ante la sola posibilidad el corazón de Jaejoong sintió quebrarse en mil pedazos. Cerró sus ojos intentando no llorar.
- ¿Por qué me dejaste con esa chica ayer?
Jaejoong reconocía esa voz. Abrió los ojos y ahí estaba el dueño de esa pacifica y masculina voz.
- ¿Estás saliendo con alguien? – preguntó a Yunho. Las palabras habían escapado de su boca – Este… yo… no quise preguntar eso.
- Antes responde mi pregunta – Yunho señalo a Jaejoong indignado.
- No me interesa responderte – siguió su camino ignorando a Yunho.
Yunho frunció el ceño ante la actitud del pelinegro, quería golpearlo, pero recordó que Yoochun le prohibió pelear con alguien. La última vez que leo contra alguien fue un hombre que intentó robarle a la abuela su cartera. Por poco lo deja muerto. Desde ese día Yoochun le había prohibido usar la violencia física por según él, Yunho tenía una fuerza sobre humana.
- Tu y yo tenemos que hablar – GeunSuk se paro frente a Yunho con la mirada desafiante – Yo quiero algo que tu también quieres.
Yunho alzo una ceja ante las palabras del otro estudiante. Observo con atención al chico. Era quien siempre estaba detrás de Jaejoong.
- ¿Qué es lo que quieres?
- Que compitamos por eso que ambos queremos. Si tú ganas es tuyo, pero si yo gano es mío y te alejaras de él.
- ¿Y qué es eso que supuestamente ambos queremos y no podemos tener al mismo tiempo?
GeunSuk relamió sus labios antes de pronunciar el nombre del chico que quería, que deseaba tener en su cama todas las noches gimiendo su nombre.
- Kim Jaejoong.