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Forever Love por alexriden02

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Notas del capitulo:

14/06/15

Hola lectoras /es

Porque este fanfic ha recibido mucho amor de vosotras he decidido actualizar.

 

 

 

Yunho estaba ayudando a la abuela a cortar las verduras para preparar arroz mixto.

 

 

- ¿Qué pasa hijo?preguntó la amable anciana a Yunho cuando éste termino de cortar las pimientos.

 

Yunho no respondió.

 

- ¡Yunho! – gritó con voz áspera.

- ¿Eh? – volteo Yunho – Lo lamento no estaba escuchando.

- Lo imagine – dijo a Yunho cruzándose de brazos – ¿En que estabas pensando?

- Yo-Yo – balbuceó Yunho divagando en sus recuerdos otra vez.

 

 

Jaejoong estaba cortando la distancia que los separaba y por alguna razón a Yunho no le importó. Pero la pregunta escapo de sus labios.

 

- ¿Qué estás haciendo? – preguntó Yunho viendo a Jaejoong cambiar sus níveas mejillas por un fuerte rojo.

- N-Nada – se retorció mientras se levantaba – M-Me tengo que ir.

 

Yunho no sabía cómo explicar lo sucedido en el suelo de la enfermería.  Se acaricio el pecho esperando volver a sentir ese repiqueteó en su corazón cuando Jaejoong estuvo tan cerca.

 

- Ya no lo siento – murmuro Yunho y la abuela se le quedo viendo. Intentando entenderlo.

- ¿Te duele el corazón? – preguntó preocupada.

- No – negó Yunho – Es algo que no puedo explicar, pero no dejo de pensar en una persona.

- ¿Alguien del Instituto?

- ¿Cómo lo sabe? – abrió los ojos asombrado de que la abuela lo supiera. ¿Acaso esa mujer leía sus pensamientos?

- A todo adolescente le sucede alguna vez – dijo ella con una sonrisa.

- ¿Qué? – preguntó no comprendiendo a la abuela Park.

- Eanmorarse – dijo ella con una gran sonrisa.

- ¿Qué es eso?

 

La abuela rió a carcajadas.

 

- Cuantos te enamoras eres inocente, pero tu Yunho eres demasiado inocente.

 

Yunho no comprendía y su expresión facial lo demostraba.

 

- ¿Es guapa?

- ¿Quién? – Yunho ya no sabía de que hablaba la abuela.

- Esa persona que está en tu mente.

- Nunca me puse a pensar si era guapa, pero creo que si – respondió recordando el rostro de Jaejoong cuando no fruncía el ceño o le gritaba. Si, era guapo.

- El mundo está lleno de amor, Yunho. Y cuando uno encuentra un poco de ese amor, todo es maravilloso.  Si esa persona siente lo mismo que tu, serán muy felices. – se dirigió hasta la otra habitación y cuando volvió le entrego un libro a Yunho – Ten esto.

 

Yunho aceptó el libro viendo en la tapa una bella mujer dormida entre las flores de un bosque.

 

- ¿La bella durmiente del bosque?

- Es un cuento que  leí de niña – sonrió nostálgica.

- Abuela no  pidas a Yunho que lea ese cuento de niños – llegó Yoochun dejando unas cajas sobre la entrada.

- ¿Qué son esas cajas? – preguntó Yunho sin importarle las palabras de Yunho pues le interesaba leer sobre esa bella durmiente.

- Son cuento que la abuela donara para el orfanato – dijo Yoochun – No podre llevarlo porque tengo que reemplazar a un compañero en el restaurante.

- Puedo llevarlos por ti – se ofreció Yunho.

- No.

- Si – sonrió la abuela.

- Abuela. Yunho se perderá – dijo Yoochun imaginando tener que buscar a Yunho por toda  Busan.

- No lo hará – abrazo a Yunho con cariño – Mi Yunho es muy listo y no se perderá – Yunho asintió orgulloso – Además el orfanato esta al final de la calle.

- ¿Al final de la calle? – preguntó Yunho desconcertado.

- Tiene que seguir en línea recta para ir y para volver. No se perderá – sonrió pero dejo de hacerlo al ver que Yoochun no estaba convencido – Dale tu celular y si se pierde solo tiene que llamar a casa.

- No entiendo porque no confían en mi – Yunho se cruzo de brazos haciendo un mohín infantil con sus labios.

 

 

Jaejoong casi tropieza con sus propios pies. Maldecía tener que llevar esas cajas de ropa nueva el orfanato. No por el hecho de ayudar, sino que él también quería renovar su guardarropas. Junsu lo había estado molestando y prefirió llevar el aquel donativo de su familia para el orfanato que quedaba al final de su calle.

Bajo la luz de sol, Jaejoong escucho a los niños jugar. Correr por todo el verde pasto del jardín del orfanato Santa Lucia. Un balón de futbol rodaba por el césped mientras los niños y niñas lo perseguían.

 

Él saludo a la monja más vieja, la directora del orfanato. La mujer sonreía viendo la ropa nueva para sus niños. Pronto el otoño  caería y las temperaturas descenderían. Ella agradecía a la familia Kim por sus donativos.

 

 

– Mi hermana promete contribuir el mes próximo con los libros de texto – añadió Jaejoong.

– Ella es una buena mujer – sonrió la directora señalándole a Jaejoong que podía dejar las cajas de ropa nueva en el interior del pasillo.

 

Jaejoong dejó las cajas y una niña le sonríe.

 

– ¿Es ropa nueva?

– Sí, pero es una sorpresa – sonrió Jaejoong a la niña esperando que guardara el secreto. La niña asintió feliz.

– ¡Hyung se lastimo! – entró un niño corriendo por el pasillo hasta llegar a la monja mas vieja – Abuela… ¡Hyung se lastimo!

 

Jaejoong por el rostro del niño, sabía que alguien se había lastimado, tal vez uno de los niños mayores. Rebusco entre los paquetes de ropa y encontró el pequeño maletero que envió su hermana con insumos preventivas de primeros auxilios.

 

– ¿Dónde está tu hyung? – preguntó Jaejoong listo para ir a atender al herido. No sabía mucho de primeros auxilios, pero agradecía que Yoochun le enseñara lo básico. Si era una herida, limpiaría la sangre y vendaría la zona lastimada. Si era un golpe, el gel con efecto frio calmaría el dolor y desinflamaría la zona afectada.

– ¡Allí! – el niño de no más de diez años señaló a Jaejoong en el jardín.

 

El niño jaló fuerte a Jaejoong hasta afuera. Jaejoong observó un largo cuerpo tendido en el suelo, muy largo para ser un niño. Una muchacha de pelo corto estaba parada frente a él con el balón entre su brazo.

 

– Lo lamento – habló ella mientras estiraba su manos para ayudar a levantarlo – ¿Estás bien?

– Lo estoy – acepto la mano de la mujer y la tiró a su lado como señal de broma. Ella cayó a un lado.

– No es divertido – dijo ella cruzándose de brazos mientras escondía una sonrisa en su mal humor fingido.

 

Él dio un brinco poniéndose de pie, sin notar la presencia de Jaejoong a sus espaldas.

 

– ¿Estás bien? – preguntó Yunho estirando la mano para ayudarla.

– Mejor que tú – la muchacha se puso de pie sola viendo que uno de los niños arrastraba a otro muchacho con ellos.

 

Jaejoong frenó en seco. Reconocía ese rostro en cualquier lado. La niña de la enfermería. Ella borro su expresión infantil al verlo. Frunciendo el ceño.

 

– Traje ayuda para hyung – dijo el niño alzando la mano.

– ¿Yunho? – instó Jaejoong al ver que el más alto se voltea al escuchar al niño. Su mirada se cruzó con la del más alto que estaba igual o más sorprendido.

– Iré a buscar un poco de hielo – dijo Boram llamando a los niños para que fueran con ella a la cocina.

 

Yunho y Jaejoong ahora estaban solos. Sus miradas eran retadoras y a veces cariñosas. Jaejoong fue el primero en desviar la mirada.

 

– ¿Qué haces aquí? – preguntó finalmente Jaejoong.

– La abuela me envió a dejar unas donaciones para los niños – dijo saludando a los lejos a la madre superiora que se retiraba a la cocina con unas niñas sujetando su mano.

– ¿Qué estabas haciendo?

– Uno de ellos me invito a jugar con esta esfera – sonrió Yunho enseñando el balón de futbol – Fue divertido hasta que recibí un golpe. Caí y me golpee la espalda, pero no duele – sonrió animado al contar su relato, como un niño que descubre algo nuevo – Fue todo muy divertido, nunca había visto un lugar con tanta gente chiquita.

– ¿Gente chiquita? – alzo una ceja – Son niños.

– Eso – dudo Yunho, pero su estomago rugió de hambre.

– ¡Hyung! – llamó uno de los niños estirando la camiseta de Yunho – Es hora de almorzar. Ven conmigo – sonrió el niño dejando ver que había perdido un diente. 

 

Yunho masajeo el cabello del niño y lo alzo en sus brazos.

 

Jaejoong quedo ahí, observando como Yunho sonreía. Por alguna razón Jaejoong vio en el más alto esa risa inocente, similar al de un niño. <<Yunho algún día será un buen padre>> sacudió su cabeza. ¿Por qué pensaba eso al ver la interacción entre Yunho y ese niño?

 

– ¿Estás escuchando? – preguntó Yunho mirando a Jaejoong mientras sostenía al niño en sus brazos.

– ¿Eh? – Jaejoong no había escuchado nada, su mente viajo a otros paramos.

– Nos están esperando para almorzar – Yunho señalo el enorme edificio ya viejo por el tiempo, pero aun de pie – Vamos – invitó a Jaejoong a caminar juntos.

– ¡Ven hyung! – el niño enseñó su sonrisa con ese diente faltante que lo hacía más tierno. Jaejoong difícilmente podía negarse al verlo tan tierno en los brazos de Yunho.

 

 

Después de que BoRam untara algo de hielo al lado derecho e la cabeza de Yunho. Todos estaban almorzando en el enorme comedor. La mesa que Yunho compartía con los niños era la más ruidosa. Jaejoong estaba a su lado escuchando las preguntas que los niños le hacían a Yunho.

 

– ¿Te gusta? – BoRam preguntó a Yunho.

– La comida es deliciosa – respondió Yunho tragando los últimos restos de su comida.

– BoRam es muy buena cocinando – dijo la moja más vieja que estaba en la cabeza de la mesa.

– Gracias.

 

 Jaejoong abrió la boca al ver como la niña sonreía ante la mirada de Yunho. ¿Estaba loca? A él lo miraba como quien ve una cucaracha y a Yunho lo observaba como si viera la cosa más hermosa del mundo.

 

– ¿Tienes novia? – preguntó una niña con colitas  a Yunho y Jaejoong se atragantó con un pedazo de pimiento.

– ¿Estás bien? – preguntó la madre superiora preocupada y Jaejoong asintió mientras bebía un poco de agua.

– Es hora de lavarse los dientes – dijo BoRam viendo a los niños del comedor que asentían gustosos. Ella los llevo a todos fuera mientras la monja más vieja se retiraba junto a las otras monjas.

– Debemos ir a ayudar a nuestra BoRam con los pequeños – señaló una monja más joven y mable – Por favor ayuden a levantar los platos y llevarlos a la cocina.

 

Yunho y Jaejoong lo hicieron. Yunho recibió una clase gratis de cómo apilar  los platos una vez que han sido lavados. Jaejoong fruncía el ceño recordando que casi Yunho rompe los tazones.

 

– No puedo creer que seas tan torpe   – murmuró Jaejoong secándose las manos.

– ¿Podrías alguna vez sonreír? – pidió  Yunho a Jaejoong.

– No lo hare porque tú me lo pidas – rezongó Jaejoong saliendo de la cocina. Estar cerca de Yunho no ayudaba a que su corazón dejara de latir en ese baile frenético.

– ¿Alguna vez podrías ser más amable? ¿Tienes que ser tan desagradable todo el tiempo?

 

Jaejoong no dijo nada. Solo salió de la cocina a toda velocidad. ¿Cómo se atrevía Yunho a hablarle de esa forma? ¿Él desagradable?

 

– Jaejoong-shi – lo llamo Bo Ram.

– ¿Cómo sabes mi nombre? – preguntó Jaejoong a la muchacha.

– ¿Quieres jugar con nosotros? – preguntó el niño que le faltaba un diente mientras cogía la mano de Jaejoong.

– Este…

– ¡Vamos! – el niño lo arrastro hasta afuera, al jardín con BoRam siguiéndolos.

 

El niño le explico a Jaejoong que estaban jugando a Cazando al conejo. Un niño se vendaba los ojos y a tientas buscaba atrapar a otro para vendarlo. Pero antes debía besar al niño o niña, en la mejilla para convertirlo en un nuevo cazador de conejos.

 

– Vale – asintió Jaejoong ante las reglas. Su mirada se dirigió a BoRam que no parecía tener expresión alguna en su rostro. Ella era la encargada de vigilar que el cazador no saliera de los límites del jardín. ¿Por qué ella lo miraba así? Sus ojos eran inexpresivo.

 

La niña vendada atrapo a Yunho que estaba caminando con un libro en mano. Él con una divertida expresión infantil se arrodillo, permitiendo a la niña besarlo en la mejillas.

 

– Te atrape conejo  – dijo risueña vendando a Yunho que hizo a un lado el libro – Debes atrapar a uno de nosotros y luego darle un besó – la niña besó nuevamente la mejilla de Yunho – Así.

– De acuerdo – asintió Yunho.

 

Jaejoong no se movió de su lugar. Los niños corrían alrededor de Yunho. Éste estiraba sus largos brazos para atrapar a alguno. Difícilmente veía en su torpe andar. Camino unos pasos cuando pudo tocar un hombro. Rápido, estiro sus brazos y rodeo a su presa.

 

Los niños reían divertidos.

 

– Debes besarlo – uno de ellos gritó.

 

Yunho buscó el rostro de quien tenía en sus brazos. A ciegas no veía bien, pero el tacto de su mano y la cercanía de su cuerpo, le hizo ver que era alguien casi de su estatura. Tal vez una mujer, pues su cuerpo era muy delgado. Alguna de las monjas. Pero Yunho tocó un cabello sedoso, una nariz afilada y pequeña. No. Definitivamente no era una monja. Una de las niñas grito “Debes besarlo”

 

Yunho imitó la acción de la niña estirando sus labios buscando la mejilla de quien tenía en sus brazos.

 

Jaejoong difícilmente sabía  que esa cercanía era peligrosa. BoRam los observaba desde lo lejos como si dijera “aléjate de él”. Jaejoong se empujo más a Yunho. <<Ven a separarnos si no quieres que lo toque>> desafío Jaejoong a la muchacha.

 

– ¡Te atrape conejo! – exclamó Yunho dispuesto a besar la mejilla de quien fuera que tenía en sus manos.

 

Jaejoong  gira su  cuello al escuchar al más alto  y los labios de Yunho se cerraron contra los sujos.

 

– Lo beso – murmuro una de las niñas tapándose los ojos.

 

Los cálidos labios de Yunho eran suaves. Ahora, Jaejoong lo sabía.

 

Yunho se apartó como si sintiera un choque  eléctrico. Su corazón parecía escapar de su pecho. Se quito la venda de los ojos para ver a quien tenía en frente.

 

– Jae… joong – susurró viéndolo ahí parado. El más bajo estaba con las manos cubriendo sus labios y las mejillas teñidas de rojo. Yunho no comprendía que había pasado. Todos estaban mirándolo.

– ¡No tenias porque besarme en la boca! – reclamó Jaejoong alzando su mano para golpear a Yunho. Cuando lo hizo Yunho quedo tendido en el suelo.

– ¿Qué hice qué? – preguntó llevado la mano a su mandíbula.

– ¡Pervertido! – gritó a Yunho dándose media vuelta para ir hasta el interior del orfanato. Su corazón latía tan rápido que temía desmayarse por un simple beso. Un beso. Eso era. Entonces… ¿Por qué revoloteaban algo asi como mariposas en su estomago?

 

BoRam caminó hasta Yunho que ya estaba de pie masajeándose la mandíbula. No dolía, pero ese cosquilleo no desaparecía. Saboreo sus labios en busca de sangre, pero todo lo que encontró fue un dulce sabor a fresas. Se preguntó cuando había comido fresas.

 

 

– Yunho-oppa  – alzo su  pequeña mano formando un puño. Yunho retrocedió temiendo otro golpe.  BoRam lo miró con una expresión divertida en su rostro y dijo  – ¡Fighting!

 

 

Notas finales:

Beso de conejo. El  titulo me pareció divertido. Volviendo al fanfic, en este capítulo  Yunho beso sin quererlo a Jaejoong, en este caso el conejo. Pero será el inicio para este amor que está naciendo entre ambos. No hace falta recordar que entre los dos “nacerá” algo “más” que amor. ¿Verdad?

Quien es BoRam? Una dulce muchacha que es fría por fuera y muy mable cuando se la conoce mejor. Ella aprecia mucho a Yunho, más adelante sabréis  porque.

Un abrazo.

Nos leemos pronto.

Alex


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