¡Me encanta esto! Nada puede ser mejor que estar acostado y cobijado en el sillón mientras que disfruto de la música del aparato que Offender me trajo (N/A: un mp3) y de por si comiendo varios de mis dulces favoritos… bueno, podría ser mejor si él estuviera conmigo, pero por desgracia esta... No, no, no, olvida eso, estoy pasando un muy buen rato y no dejare que eso me amargue el día. Después de unos minutos ya me avía relajado, llegue a tal punto en el que me hubiera quedado dormido... si no fuera porque alguien toco la puerta.
Sin dudarlo corrí hacia la puerta como de costumbre esperando ver a alguno de mis hermanos para poderlo recibir con un gran abraso. Ya se imaginaran la sorpresa que me dio cuando la persona que vi al abrir la puerta fue a una mujer la cual yo reconocía perfectamente, tenía un hermoso cabello negro, su piel era la envidia de cualquiera y era mi madre.
- hola mama, ¿qué te trae hoy por aquí? – no me lo esperaba, en serio no me lo esperaba.
- ¿que no puedo visitar a mis queridos hijos? – respondió con falsa angustia en su rostro y en su voz.
- Claro que puedes, s-solo que no me lo esperaba, según tu carta llegarías hasta la semana que viene – ella tenía la costumbre de siempre mandar una carta varios días antes para avisarnos de su llegada, costumbre que empezó un día en el que ni yo, ni Slender y ni Offender estábamos en casa por estar ocupados con nuestros “asuntos”.
- Vine hoy por un asunto urgente... ¿dónde están los demás?
- Slendy está paseando por el bosque y Offender... bueno ya sabes...
- Ya veo... – mama ya estaba al tanto de las actividades de mi hermano mayor, estaba al tanto de que muchas veces se iba de la casa solo para a ser “esas cosas” incluso había veces en las que él se ausentaba tanto que me empezaba a preguntar por qué tenía su propia habitación si solo la tenía de adorno. – tierra llamando a Esplendy ¿acaso no invitaras a tu pobre madre a pasar?
- Ah? Claro – dije al momento que la dejaba pasar algo avergonzado por el desorden - ... ¿gustas tomar él te? Tengo guardado algunas galletas que van estupendo con el té de jazmín.
- Me encantaría.
Me dirigí a la cocina para preparar todo y mi madre me ayudo a poner la mesa. Ya cuando estuvo todo listo ambos nos sentamos para disfrutar de la pequeña merienda. Nadie dijo nada, yo estaba de los nervios debido a que hace mucho tiempo no me quedaba solo con ella, no sabía de qué hablarle, no sabía de qué se trataba ese “asunto urgente” no sabía que más hacer mas que disfrutar de la comida frente a mí. Así paramos varios minutos los cuales bien me hubieran parecido horas, por suerte ella al fin rompió el silencio.
- sabes, quería hablar contigo desde hace un tiempo.
- ¿por qué? – respondí confundido y nervioso.
- Vamos no creas que no me he dado cuenta
- “¿de qué se dio cuenta?” – pensé preocupado – “haber, haber, cálmate, y piensa, que travesuras as echo últimamente...
* traumar a Slendy con la bella durmiente...
* haber ido a la ciudad y robar algunos dulces
* mover algunas páginas de Slendy de su lugar para que piense que es alguien más el que las mueve, o que el viento se las lleva...
* robar juguetes olvidados de los niños (echándole la culpa al país de nunca jamás)
* tomar ropa humana, ir por la ciudad y decirle a los niños que se portan mal que si siguen portando así el tipo que recoge la basura se los va a llevar (N/A: es una amenaza que algunos padres de dicen a sus hijos al menos por donde vivo)
- se lo mucho que sufres ante la idea de que Offender este con esas personas, y lo ases porque tú amas a tu hermano. ¿O me equivoco?
- ¿Por qué dices eso? – dije más nervioso aun, ¡eso es peor que cualquier otra travesura! – y yo que pensaba que lo había ocultado bien
- vamos Esplendor, yo no nací la semana pasada, tu siempre le das abrazos y dulces cada vez que puedes.
- ¿Y qué? – intentaba restarle importancia – trato de la misma manera a Slendy.
- ¿Y las miradas que le dedicas a Offender cuando piensas que nadie te presta atención?
- ... – no podía decir nada
- mi niño, no son los mismos sentimientos que le dedicas a Slender y a Offender...
- ... – ¿ahora qué hago?
- Tú le tienes un gran cariño a Slender, pero tu amas a Offender... – estoy perdido, lo descubrió.
- Y... si fuera así... si fuera cierto... ¿qué me dirías al respecto? – intentaba que la voz no se me rompiera por la frustración y el temor a como mi madre pudiera actuar.
- Diría que no es malo lo que sientes por el, que la personas que tu escojas para estar siempre a su lado, sea cual sea y como sea nunca me ara sentirme decepcionada de ti y que siempre que tu seas feliz con el yo seré feliz. – esas palabras me llenaban de esperanza, solo con esas palabras muchas nubes se habían desaparecido y le habían dejado el paso a la luz – Pero – haaaa íbamos tan bien, ¿porque siempre tiene que haber un pero? – tampoco obligare a Offender a que te quiera, el también tiene derecho a elegir.
- bueno eso es razonable – entiendo… gracias madre. ¿Algo más que deba saber?
- Si solo algo más, toma esto – dijo entregándole un collar de conejo blanco – te servirá para escuchar lo que pasa en los distintos pueblos de los alrededores.
- ¿Que no estaban abandonados?
- Se supone, pero hay 2 al que los humanos visitan de vez en cuando.
- ¿Enserio? – me puse el collar y me enfoque en los diferentes pueblos para así poder saber de cuales pueblos se refería mi madre
- “ya llegamos, rápido bajen y ágamos lo que tengamos que hacer” – alcance a escuchar en uno de ellos.
- Hay unas personas en el pueblo del sur… tal vez de un paseo por ese lugar más tarde.
- Está bien, pero no se te ocurra acercarte cuando ellos toda vía estén por los alrededores, no quiero que llames la atención más de lo que tu hermano a echo.
- Está bien madre, me esperare hasta la tarde, ¿está bien?
- Si mi pequeño, bueno, ya me tengo que ir, gracias por todo.
- De nada ma´, gracias a ti por tu apoyo.
- Nos vemos.
************* Unas horas después *************
Me encontraba muy nervioso, demasiado, ¡durante mucho tiempo todos mis pensamientos giraban en torno a Offender! No era la primera vez que me pasaba desde “esa vez” muchas veces me quedaba pensando en él.
- Soy patético, actuar como una chica adolecente enamorada pero aahhhh ¿¡cómo no enamorarme de él!? Si siempre es muy considerado con migo
- también con Slender – debo de admitirlo eso dolió tanto como un flechazo
- su forma de ser, su cuerpo, su voz
- lo mismo que cautivo a toda esa gente – otro mas
- l-lo que hiso esa vez
- fue hace muchísimo tiempo tal vez ya hasta lo olvido
- maldita conciencia ya cállate (N/A: si yo lo tengo que soportar tú también)
- aun así sigo aquí y no me puedes hacer desaparecer
- AAAHHHHHH – solté un grito de desesperación intentando callar a mis pensamientos los cuales parecían no querer callarse nunca. – necesito despejar mi mente – dije al momento que veía el sol cada vez más cerca del horizonte – mejor iré a investigar lo que madre pidió…