Cuando llegaron a su hogar At chan preparó un curry sencillo para que cenaran, siempre se preocupaba porque su hermano nunca se quedara sin comer, a decir verdad desde que eran niños siempre lo cuido y protegió.
-En serio no puedo dejar de pensar en él At chan- suspiró Ryuu desde una pequeña cama que tenían.
Su hermano hizo una pequeña sonrisa y respondió: -Supongo que no pierdes nada con soñar, pero aun asi sabes que tenemos cosas más importantes en que pensar ¿cierto?-
-Si lo se- hizo una mueca
-Mañana iremos a hablar de nuevo con el director de la escuela para saber si podemos conseguir un tutor-
-Esta bien At, pero sabes de antemano que siempre nos rechazan por no tener dinero-
-No perdemos nada con intentarlo cuantas veces sean necesarias-
-Ok, si tu lo dices- y el pelirrosa abrazó a su hermano- Gracias por cuidarme y quererme tanto-
El peliazul le correspondió el abrazo -No tienes nada que agradecer, siempre estaré contigo y daría mi vida por ti de ser necesaria, solo quiero que estés bien y seas feliz-
Cenaron y después se fueron a dormir, Atsushi miraba a Ryuu, era tan pequeño y delicado que no quería que nada le pasara y sabía que lo mejor era que no se ilusionara con el chico que conoció, a leguas se veía que eran de mundos totalmente diferentes.
Vio hacia el cielo estrellado y dijo: -Es mejor que olvide tu rostro, sería un milagro y un sueño si es que te vuelvo a ver... A ti y a esos ojos azules que me enamoraron- susurró At y finalmente se durmió, abrazó a su pequeño hermano y con la única sabana que tenia se tapó junto con el.
En la mansión de En e Io despues de cenar; el castaño estaba observando el cielo y soltó un suspiro que lo noto el peliverde.
-¿Estás pensando en ese chico verdad? -le cuestionó con un tono amable muy poco característico en el-
-Sí y se lo que me vas a decir: que no me haga ilusiones y todas esas tonterías pero no puedo evitarlo -baja el rostro con un sonrojo.
Se acercó a su hermano y le puso una mano en su hombro -Se que no soy el hermano que desearías, quizá tengas razón en que soy muy insensible en cuanto a ciertas cuestiones, pero sabes que nuestra vida no ha sido fácil, lo de nuestros padres nos afectó mucho, y en verdad no sabes como agradezco que me hayas cuidado todos estos años, pero también es mi deber que tengas conciencia de nuestras limitaciones y nuestra naturaleza... Somos vampiros, y no podemos tener una vida normal, mucho menos enamorarnos....-
El castaño solo se limitaba a oír las palabras de su hermano menor - Lo sé, lo sé... no pensé que me enamoraria asi, pero no te preocupes sé muy bien que no lo volveré a ver así que no tienes porque seguir repitiéndolo - una lágrima rodó por su mejilla -Y a ti... ¿no te pareció atractivo su hermano?
Io se sonrojo al recordar el bello rostro del pelirosa que salvó y sus bellos ojos color avellana -Si era muy lindo... nunca había visto a alguien así en todos estos años - volteó la mirada resignado -pero como te dije no los volveremos a ver así seguiré con mi amor por el dinero, es lo único que no te traiciona...
En solo río a lo que dijo su hermano y siguió viendo la ventana -Desearía poder verte de nuevo aunque si supieras lo que soy de seguro me tendrías miedo-
-Muchachos, hora de dormir- dijo Arima entrando a su habitación-¿está todo bien?-
-Si Arima san, no te preocupes, en seguida nos dormiremos- respondió Io.
-De acuerdo, buenas noches entonces, y no se olviden que la próxima semana tenemos el evento más importante del año: “El baile de máscaras del instituto Binan”, deben de buscar pareja puesto que deben de dar el ejemplo como mis pupilos-
-¿Buscar ...pareja? -pregunta En a su tutor - ¿no podemos ser solo nosotros? -dice algo temeroso
-No, saben que deben de dar el ejemplo y ese baile es especial, así que, más vale que encuentren con quien ir sino quieren que yo mismo sea el que les busque una-
-Esta bien senpai, sera como tu digas- respondió el peliverde.
-Buenas noches entonces- y salió de la habitación.
-Yo ya sé a quien llevaré- pensó Yufuin y sonrió de una manera sexy y encantadora.
-Creo que se me está ocurriendo una muy buena idea de a quien llevar, pero debo evitar que mi hermano se entere hasta el día del baile- pensó Naruko
-Descansa hermano-
-Igualmente, descansa-
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A la mañana siguiente Atsushi y Ryuu fueron al instituto Binan, era una de las mejores escuelas de la región, pero sabían de antemano que sería muy difícil entrar, el sueño de Atsushi era encontrar un tutor que los adoptara para poder empezar a aspirar una mejor vida, pero tenían que pasar algunos exámenes y una entrevista.
Estaban en la puerta principal… -¿Estas listo?- preguntó el peliazul
-Supongo que sí, ojalá podamos entrar-
Después de entregar algunos papeles y solicitar una entrevista, los colocaron en aulas separadas para realizar sus exámenes, y posteriormente les informaron quien les realizaría la entrevista: Akoya Gero, uno de los tutores que se decía a parte de ser como un ángel hermoso, con cabellera rosa y larga, era bastante estricto y selectivo a la hora de elegir a sus pupilos.
Entraron a su estudio… -Buenas tardes, ¿usted es Gero senpai?-
El pelirrosa estaba sentado contra la puerta, en su mesa había macaroons, joyas y flores exquisitas, toda su oficina tenía un agradable olor a rosas frescas… -Así es- volteó a verlos- por favor, siéntense-
-S...i -dijeron nerviosos y se sentaron... primero Atsushi y a un lado Ryuu.
-Con que… quieren estudiar aquí ¿cierto?- comenzó el pelirrosa -Cuentenme de ustedes entonces- y enredó sus dedos entre su hermoso cabello.
-Pues…- comenzó Atsushi- nosotros somos huérfanos, nuestros padres eran unos campesinos pero cuando comenzó la guerra, unos guardias quemaron nuestra casa y a ellos los asesinaron…- sus ojos comenzaron a ponerse cristalinos- ellos nos lograron ocultar debajo del piso de una bodega que teníamos; cuando terminó todo solo nos teníamos el uno al otro- tomó las manos de su hermano- desde entonces hemos tenido que sobrevivir de muchas maneras, íbamos a la escuela, pero de un tiempo hacia acá nos ha ido bastante mal y tuvimos que dejarla… pero ahora, si es posible quisiéramos que nos considerara para adoptarnos, o por lo menos a mi hermano, quiero que él logre tener una buena vida; seré muy honesto con usted Gero senpai… Nosotros no tenemos dinero ni nada para pagar la escuela, pero si me lo permite yo trabajaré día y noche para que deje quedar a mi hermano- finalizó el peliazul.
Akoya escuchó en silencio todo lo que le contó Atsushi, se levantó y caminó hacia ellos… -No hará falta hacer nada de lo que dices At chan, creeme que tu historia me ha conmovido mucho, sé que hay rumores de mi persona en cuanto a mi severidad y selectividad, pero tengo un buen presentimiento con ustedes, y además… merecen ser felices… Así que no debo de pensar nada, en este momento los adoptaré a ambos, iremos a vivir a mi casa y también comenzarán a estudiar aquí, serán mis pupilos y sé que no me decepcionarán- finalizó con una hermosa sonrisa.
Atsushi se lanzó a abrazarlo, lágrimas brotaban de sus hermosos ojos… -Muchas gracias Gero senpai, en verdad no sabe cómo soñaba con esto-
-Tranquilo At chan, desde ahora todo será mejor para ambos- le correspondió el abrazo -Ahora vamos a mi casa para que la conozcan y se instalen ¿de acuerdo?-
-De acuerdo Gero senpai- contestó Ryuu- y en verdad muchas gracias por ayudarnos-
hizo una pequeña reverencia hacia él.
El pelirosa mayor le sonrió al menor y dirigió a ambos a su casa mientras tanto en la mansión Ibushi; Arima pensaba seriamente en conseguirles una pareja para el baile a sus pupilos hasta que su teléfono sonó.
-¿Hola? .. !!Akoya qué sorpresa!!! ¿A qué se debe tu llamada? -Dice a traves del telefono -¿En serio? entonces ya se con quienes van a ir mis pupilos. Gracias Akoya -corta la llamada y se dirige a la sala donde En e Io hacían sus tareas, bueno el castaño estaba dormido en la mesa mientras su hermano solo lo veía reprobatoriamente.
-¡¡Chicos!! -les grita Arima a sus pupilos -Vayan a prepararse que iremos a la Mansión Akoya-
-Puedo preguntar el motivo Arima-san -dice Io viendo fijamente a su tutor mientras trata de despertar a su hermano.
-Es una sorpresa por favor no tarden nos iremos en media hora -con esa última frase se retiró también para prepararse..
-¡¡En!!! ¡¡En!!!! -zarandeaba a su hermano para que despertara pero solo obtenía quejas - ¡¡Con un demonio Yufuin!!! !!Despierta de una puta vez!! -y le da una bofetada para que despierte.
-¡¡Aggghhh!!! ¡¡¿Que chingados quieres?!! -despierta el castaño enojado por la bofetada que le dio el menor
-¡¡A mi no me gritas cabron!!... y vete a preparar que Arima-san dice que iremos a la mansión Akoya - dice el menor levantándose de la mesa y ve algo anormal en el pantalón de su hermano - por cierto tambien vete a quitar ese “problemita” que te surgió- y se retiró dejando solo al castaño.
-Pendejo... ¿eh problema? -Ve su pantalón y nota que tiene una gran erección - !!ay no puede ser!!!-
Corrió a cerrar la puerta con seguro, no podía dejar que alguien lo interrumpiera en lo que iba a pasar a continuación…
Comenzó a desabrocharse el pantalón y bajó su ropa interior, su miembro estaba totalmente duro y sensible, podía sentir las punzadas por el flujo de sangre que comenzaba a sensibilizar cada parte… -Atsushi…- susurró- se recostó en su cama… desabotonó su camisa, acarició su pecho, mientras que la otra mano comenzaba a dar placer a su miembro… lo apretaba suavemente, mientras seguía pensando en esa piel blanca, tersa, esos ojos marrones que lo habían cautivado... y ese hermoso y delgado cuello que quería morder -Atsushi...- volvió a susurrar mientras los movimientos de su mano iban de arriba hacia abajo , empezaba a sudar y a gemir por lo que mordió su mano imaginando que era el cuello de su amado... la sangre se deslizaba por su mano mientras que con la otra frotaba mas y mas su miembro, su lengua jugaba con sus propios dedos, el sabor de la sangre… ese líquido afrodisíaco al menos para él lo hacía excitarse más y más, su mano seguía frotando más y más salvajemente su miembro… -¡Agggh!! ¡no aguanto más!!!- chupó sus dedos y los colocó en su entrada, fue metiendo primero uno y empezó a moverlo a pesar del dolor que le causaba... pero era un dolor placentero; asi que metio otro más mientras la masturbacion era mas feroz y rápida tanto que antes de que llegue al orgasmo mete un tercer dedo y los mueve al ritmo de la masturbacion sintiendo llegar el clímax -¡¡Atsushi!! -grita mientras el semen sale y empieza a gotear en su mano… Estaba sonrojado, metió la mano a su boca chupando la mezcla de su semilla y la sangre, estaba mareado, en su mente sólo veía al pequeño peliazul, le obsesionaba la idea de poseerlo, de besarlo, de probarlo… de hacerlo suyo para siempre… Abrió sus ojos… -No, no puedo hacer eso… Arima san nos ha dicho que está prohibido. Solo podemos matar humanos, no convertirlos… pero… por ti amor mío, seré capaz de enfrentar a quien sea para que podamos estar juntos- suspiró y recordó lo que le dijo su hermano - ¡¡Cierto! tengo que apurarme solo quedan 10 minutos -y se metió al baño para ducharse y arreglarse
Io había ido al baño principal de la mansión, estaba muy molesto por la conducta de En…-¡Dios! Parece que nada le importa, pero más le vale que esté listo o sino... !!yo mismo haré que empiece a disciplinarse!!- Al pasar cerca de la ventana olió los árboles de cerezo que estaban cerca… y de inmediato recordó a Ryuu, un estremecimiento lo recorrió de pies a cabeza, quería ver de nuevo sus hermosos ojos color avellana, probar sus labios, morderlo y saborear su sangre… -¡Dios! !!¿Qué estoy diciendo??!!!- colocó sus manos en sus sienes… -Debo de dejar de pensar en él, será lo mejor…-
Entró al baño y comenzó a desvestirse… El agua caía sobre su cuerpo, recorría sus músculos, él se acariciaba su cuello, su pecho, su abdomen… hasta que se topó con su entrepierna… -Ryuu…- susurró- su miembro comenzó a dolerle, sentía punzadas, lo tomó con una de sus manos y lo apretó suavemente… -¡Aggh!! Ryuu…- comenzó a tocar sus pezones, estaban sensibles, erectos, la masturbación inició con movimientos lentos… de arriba hacia abajo… sentía sus piernas temblar…
Decidió recostarse en la bañera para tener una mejor posición…-Ryuu -susurró mientras acariciaba su miembro y lo frotaba, sus mejillas se pusieron rojas y mordió su labio inferior haciéndolo sangrar, los gemidos comenzaban a hacerse más fuertes… colocó la mano en su boca… chupó uno de sus dedos, el sabor de su semilla y la sangre era excelso… dulce y salado; -¡Aghhh!! sus gemidos se volvían gritos de placer… Metió uno de sus dedos en su entrada, comenzó a girarlos en círculos, le encantaba hacerlo ya que así lograba una sensación mucho más placentera, luego otro, su otra mano seguía frotando su miembro salvaje y sexymente… -¡Aggh!! ¡¡¡Ryuu!!!!- el orgasmo llegó… su semilla salió expulsada… estaba agitado, sonrojado… saboreó su propia sangre imaginando el sabor del pequeño pelirrosa… -Lo que haría por hacerte mío hermoso, pero…- sus ojos se cristalizaron-... sé que eso es imposible, nunca más te volveré a ver y es mejor así… no querrías estar con alguien tan avaro e insensible como yo…- lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas…- pero yo no era así… ¡te maldigo por haberme herido!- golpeó la bañera causándole una gran grieta…
Io se tranquilizó y terminó de ducharse y arreglarse para reunirse con su hermano y su tutor en la sala para irse a la mansión Akoya; al bajar se sorprendió de que ya su hermano estuviera ahí.
-Que bueno que terminaste Io solo faltabas tú, vengan vámonos -dice Arima subiendo a la limusina con ellos.
El trayecto fue algo silencioso ambos hermanos deseaban saber porque su tutor estaba tan misterioso con ellos pero no tuvieron tiempo de preguntar, notaron que ya habían llegado a la otra mansión, así que bajaron de la limusina y entraron siendo bien recibidos.
-Que bueno que llegaron Arima-san, En-kun, Io-kun -comenta elegante el pelirrosa bajando por las escaleras -pensamos que ya no iban a venir.
-Sabes que nunca haría eso Akoya-san -Dice acercándose al pelirrosa y besándole la mano- bueno chicos la razón de la visita es para presentarles a sus parejas en el baile, ya que ustedes se tardaron mucho y solo quedan 3 dias -les comenta Arima a sus pupilos.
-¡¡¿Que?!!! pero Arima-san -dicen al mismo tiempo los jóvenes pero antes de que terminen el pelirosa les interrumpe.
-Oh antes de eso permítanme presentarles a mis pupilos... chicos bajen por favor -dice sonriendo mientras ve bajar a sus pupilos.
-¡Ustedes son! -dicen impactados En e Io al ver bajar a los chicos por las escaleras.