PoV Ace.
Estaba nervioso, muy nervioso la duda me devoraba por dentro y un millón de ideas atormentaban mi cabeza, pero como evitarlo nunca en mi vida la había liado de esta manera, que acababa de hacer?; estaba tan arrepentido que cada que volteaba hacia la ventana casi podía visualizarme saltando de ella, pero no era solamente miedo… bueno en realidad no se bien lo que era, estaba nervioso, tenía miedo pero a la vez me encontraba ansioso, mis mejillas estaban sonrojadas furiosamente y la temperatura de mi cuerpo se sentía un tanto más elevada de lo normal por lo que no podía ni siquiera sentarme a tomar un descanso sin que el sillón ardiera en llamas, lo único que me quedaba era el ir y venir de un lado a otro como león enjaulado pero fue entonces cuando lo escuche, con mis sentidos más agudizados que de costumbre , un auto se había detenido frente al edificio, dentro había 3 hombres, el que conducía y dos en la parte trasera en donde se encontraba el, dentro de una enorme caja de madera se encontraba el único que tras tantos años de adormecimiento por fin me hacía sentir algo y no precisamente algo muy agradable que digamos .
Sabía que no era él nunca lo seria, porque nunca ni siquiera los dioses serían capaces de crear nuevamente algo tan perfecto, pero aun así la falsa idea de tenerlo de nuevo me llenaba de una extraña e irracional manera.
-Con cuidado colóquenlo en la sala- dije sin una pisca de amabilidad con voz seca y amenazante por lo que rápidamente obedecieron y se marcharon dejándome a solas y sin saber bien que hacer y no porque ese tipo de tecnología me fuera desconocida, por el contrario los conocía, más que perfectamente, sabía cómo funcionaban como reaccionaban, sabía todo de ellos sus fortalezas, sus debilidades; y aun así ahora me hallaba aterrorizado con la mente en blanco a unos cuantos metros de la caja a la cual ni en sueños me pensaba en acercar sabiendo que si lo hacia lo vería, y no quería, regresarlo a la fábrica era la mejor opción puesto que no sabía ni como reaccionaria él ni como lo haría yo, en el mejor de los casos solo uno de los dos saldría por la ventana.
2 horas después
Aun no sé qué hacer, me encuentro estático recargado en la puerta, mis pies pesan, los siento de plomo y mi espalda comienza a doler debido a la dura madera tras de mí. Creo que ya es hora incluso mi cuerpo me lo ruega, por lo que tomando una gran bocana de aire y el poco valor que me queda, a pasos lentos me acerco a él.
Por fin lo veo y todo el aire y el poco valor reunido se escapa de mi cuerpo.
Es… es… - no sé qué decir, es hermoso, es impresionante, el trabajo que hicieron es perfecto, él es perfecto una copia exacta del anhelo – lu… Luffy… - escucho mis propios murmuras torpes y sé que he perdido todo control sobre mí.
Doy unos cuantos pasos más y me coloco junto a la caja de rodillas en donde ya no escucho nada, ni siquiera a él, no escucho su corazón ni veo su pecho subir y bajar al respirar, pero escucho a mi inconsciente decir “es normal, es un robot” de nuevo tan cruel y frio me hace caer en la realidad, tiene razón, no es nada más que un robot, como los otros tantos que hay allí afuera.
-vale ya es hora de despertar y ver qué puede hacer este cacharro- gracias a dios de nuevo yo, después de un duro golpe de realidad recobre la conciencia y tan despreocupado como siempre me acerque a él. Tome su mentón con una delicadeza y lentitud exagerada como si en cualquier momento se fuese a romper.
Y allí por fin estaba yo como idiota acercando mis labios a los suyos para plantarle un beso, algo torpe y descuidado, creo incluso mordí sin querer sus labios
PoV Ruffy
Un cosquilleo le recorrió de pies a cabeza al sentir el leve rose de los labios de el moreno, el ADN de aquel hombre quedando registrado en su banco de datos junto con apenas una que otra señal vaga de lo que podría ser un recuerdo pero que en realidad no eran más que programaciones preconcebidas dentro de su red neurocerebral, los recuerdos se irían acumulando de uno en uno ahora que estaba por fin despierto, pero aquello llevaría algún tiempo y aunque aquello le ponía un poco triste pues le gustaría no tener aquella desventaja de estar completamente a la deriva en aquel momento la excitación que sentía ante lo que podría suceder a continuación era mucho mayor, al comenzar a abrir sus ojos lo primero que había visto era a el rostro frente al suyo, tan cerca que si se inclinaba un poco podría haber unido sus labios de nuevo con los de aquel chico, el sabor suavemente impregnado y el cosquilleo que le generaba aun frescos en su memoria.
“…” no sabía bien que decir o si debía decir algo, el rostro frente al suyo era bastante apuesto y su cercanía le ponía algo nervioso, haciendo que un leve rubor se manifestara en sus mejillas, los dedos de sus manos comenzando a moverse de forma nerviosa, jugueteando con el borde del chaleco rojo que le quedase algo largo, a aquella distancia podía discernir bastante bien las leves manchitas en los pómulos de su nuevo dueño y el cabello negro y ondulado que enmarcaba su rostro haciéndole resaltar mucho más, era tan llamativo y atrayente que le hacía dar un vuelco a donde estaba su corazón, notando como este se aceleraba un poco más mientras más miraba al otro, esperando a que este se separase un poco para poder observarle mejor había intentado que su respiración sonara lo más normal que le era posible.
“¿Eres tu Ace?” pregunto cuando el otro se separara un poco, buscando los escasos datos concretos programados en su memoria, sonriendo ampliamente hasta mostrar sus dientes “Soy Luffy” dijo estirando la mano para estrechar la de el contrario, con un pesado acento japonés aunque no estuviera hablando en aquel idioma, los programadores habían hecho lo mejor que podían en su base de idioma, pero realmente les era difícil aquello de los acentos extranjeros, aunque estaba seguro que ya se iría acostumbrando y aprendiendo al estar en contacto con el otro y escucharle hablar a pronunciar las palabras como lo hacia él.
PoV Ace.
Después del más torpe y vergonzoso beso de su vida se había separado escasos centímetros de su rostro para admirarlo viendo con detalle cómo iba despertando de apoco, se veía algo somnoliento y a decir verdad incluso tierno cuando noto el leve sonrojo que había aparecido en las mejillas del pequeño pet.
“que estará pensando… estará pensando mal de mí… claro te despiertas con un tipo encima y lo primero que se te viene a la cabeza es que clase de pervertido sexual es este”
Fue el primer pensamiento que le invadió al notar como nervioso jugueteaba con sus prendas por lo que se separó apenas lo suficiente como para dejarle apreciar su rostro con mayor facilidad.
-emm…. ¿Sí?- fue lo único que contesto en cuanto le escuchara pronunciar su nombre más seguido de eso vio al chico sonreír, dándole así la pauta para sentirse un poco más relajado. No tenía por qué ponerse nervioso solo era un robot y uno algo defectuoso con un acento raro pero extrañamente igual de tierno que su cara llena de tanto nerviosismo como la de él.
-ah... si… soy Ace, soy tu nuevo amo, digo dueño- estiro su mano correspondiendo el saludo del otro con un apretón algo fuerte y sin soltar su mano se puso en pie jalándolo para hacer que se levantara y saliera de esa espantosa caja de madera, que más que caja le parecía un tétrico ataúd. –ven vamos sal de allí, te llevare a…. a… shit!-
En que rayos había estado pensando, había estado a punto de decir que lo llevaría a que conociera su habitación, si es que acaso tuviera una habitación. Con la manera tan impulsiva con la que había comprado y exigido a su pet lo más pronto posible ni siquiera le había dado tiempo a pensar, que comería, donde dormiría, si necesitaba algún tipo de cuidado especial o algún otro detalle importante, por suerte venía con un manual incluido dentro de la caja, el cual rápidamente tomo, ojeo y dejo de nueva cuenta en la caja antes de volver con el menor.
PoV Ruffy
Soltando una pequeña risita por la forma nerviosa como el mayor se comportaba se puso en pie con ayuda del otro, dejando su mano en la de él más alto por unos segundos, la calidez que este desprendía era bastante agradable y sin pensarlo mucho tomo la mano de él mayor entre las suyas para después acercarla a su rostro, pegando el dorso de la mano del moreno con su mejilla para poder sentir mejor aquella calidez, mostrando una sonrisa un poco boba antes de escuchar las palabras del mayor. “ah… o-“apenas había comenzado a responder cuando escucho aquella maldición, sobresaltándose un poco y mirando al otro con curiosidad mientras le veía ir de aquí a allá buscando el manual, pasando página tras página, el otro simplemente podría haberle preguntado cualquier cosa que necesitara saber, pero suponía que aquello era tan nuevo para su amo como para él, esto le provocaba una cierta sensación de seguridad al saber que no era el único con aquel sentimiento de novedad.
-cof… cof… si como te iba diciendo te llevare a dar un paseo por la casa para que la conozcas y veas donde dormirás, dormirás conmigo y comerás lo que te dé – escuchó al más alto al final y vio como extendió de nueva cuenta su mano esperando a que la tomara para que saliera de la caja por completo y pudiera así darle un pequeño recorrido.
´dormirás conmigo y comerás lo que te dé´ aquella frase le había hecho algo de gracia, sonaba como algo sacado directamente del manual de uso y por ello no había podido evitar el reír abiertamente antes de aceptar la invitación del más alto a conocer su nuevo hogar “si, si, haré todo lo que tú digas” dijo completamente despreocupado, saliendo de la caja de madera con cuidado para no tropezar, acto seguido agarrándose de uno de los brazos del moreno para que este no se separara demasiado, el lugar no se veía demasiado grande pero no sentía gana alguna de que el otro se separase de él, el contacto de la piel de sus brazos sobre la del antebrazo del contrario le causaba una placentera sensación que no sabía muy bien como describir pues era la primera vez que lo experimentaba, de forma un poco vaga se preguntaba si aquello se sentiría con cualquier persona o solo con su amo, su amo…
parándose a meditar por un momento en la diferencia entre un amo y un dueño se había preguntado brevemente por que el otro chico les había diferenciado al final, pues el no veía el mayor problema con usar un término o el siguiente “Ne, ¿Cuál es la diferencia entre dueño y amo Ace?” se decidió a preguntar después de un rato, pues no estaba muy seguro de comprender aquello y no había nadie más a quien preguntar que a el otro o a sí mismo, y era obvio que si el no poseía la respuesta el paso más lógico era preguntar al mayor, buscando la mirada del más alto conservaba aun esa sonrisa un tanto estúpida, estar cerca del azabache le hacía sentir ampliamente feliz sin necesidad de buscar razones por las cuales estarlo.
PoV Ace.
Un escalofrió recorrió su espalda en cuando sintió la delicada piel del pequeño azabache bajo su mano, a decir verdad se sentía algo frio en comparación a la temperatura de su cuerpo, lo que le hizo por un momento mantener la mano en su mejilla como intentando buscar que el otro se acoplara a su temperatura, pero paso poco tiempo, prácticamente segundos antes de que retirara su mano algo bruscamente.
-¿Cómo te puedes tomar confianzas que no te he dado? – sentencio de manera un poco fría y cortante, no era que le molestara el que lo hubiera tocado sino que por el contrario le había avergonzado, y se podía notar de manera más que obvia en el ligero sonrojo bajo sus pecas, nunca antes se había dejado tocar por nadie a menos que fuera en una pelea o en la cama y suponiendo que era obvio que él no le estaba buscando pelea por un momento se le cruzo por la cabeza que el pet ya quería comenzar a “trabajar” pues estaba en su programación complacer a su amo, esto por inercia le hizo sonreír de manera un tanto lasciva en respuesta a ese pensamiento , mas sumada la manera en la cual poco después le había sujetado del brazo no hizo más que confirmar sus sospechas.
El pet le había dado a entender que deseaba estar con él, y a decir verdad aunque quisiera negarlo una que otra vez mientras esperaba la llegada de su pet, había pensado en eso, pues por lo que sabía no era extraño que los pets mantuvieran relaciones sexuales con sus amos ya que el complacerlos en todo sentido era parte de sus funciones o bien de los motivos por los cuales habían sido creados. Pero como si quiera podía llegar a pensar en ello, si esa cosa era la viva imagen de su hermano, sería como… ni siquiera era capaz de pensarlo, el incesto no era algo que le llamara mucho la atención, había crecido con él, y aunque bien no eran precisamente hermanos de verdad, si lo consideraba de esa manera.
-eh?...pues… - la pregunta del pet por fin le había sacado de sus pensamientos, haciéndole olvidar la vaga y tortuosa idea que antes le había pasado por la cabeza, ya que con ella allí no hubiera tardado mucho en echársele encima – la diferencia…. Realmente no hay mucha, más que una delgada línea llamada libertad, como mi pertenencia puedes mantener aun un poco tu libertad y tu libre albedrío, en cambio si yo fuera tu amo y no tu dueño no gozarías de ninguna de estas dos, si fueras mi mascota como cualquier otro perro, no tendrías libertad, no podrías decidir que te gusta y que no y únicamente vivirás por mí y para mí, a decir verdad es un poco más complicado explicarte bien que es un amo-
De manera un tanto más fluida iba conversando con el pet mientras caminaban por el departamento sin detenerse a explicarle muy bien que era cada lugar pues suponía que ya tendría más o menos una idea base de lo que era y para qué era una cocina, el baño o un estudio, mas hizo una pausa al final de su recorrido cuando por fin habían llegado a su habitación para poder terminar con el tema y pasar al siguiente.
-Para que lo entiendas mejor, estando en tu lugar como mascota mi deber seria únicamente complacer a mi amo, sin importar nada, pues por encima de mi bienestar esta su felicidad, en si eso es, pero no pienses mucho en ello, como te he dicho antes soy únicamente tu dueño, la compañía tiene ciertas restricciones con los pets que te hacen firmar en el contrato a la hora de comprarlos aunque también tienen sus vacíos legales, tu por ejemplo tienes un seguro, de fábrica, por lo que si fallas o te dañas te puedo llevar para que te reparen o te sustituyan por alguien nuevo lo entiendes? – la conversación iba para largo y pensando aun en que el pet debía acostumbrarse a su entorno, sin permitirle que le soltara del brazo se había ido a sentar a la cama para estar un poco más cómodos mientras charlaban – si un día decido ser tu amo y por “accidente” te daño no hay más que llevarte a la fábrica para que te reparen solo es cuestión de ocultar los detalles-
PoV Ruffy
El comentario un poco agresivo de él más alto cuando soltase su mano no le había causado la mitad de la curiosidad que el leve cambio en la coloración de su piel cuando este se sonrojara, sabía lo que era un sonrojo y también el o los sentimientos que les causaban pero no pensaba que alguien con la apariencia como la de él otro pudiera experimentarlos, o quizá no era esto sino más bien el que no había comprendido el porqué de esta reacción, así que al tomarse de su brazo se había pasado la mayor parte del tiempo observando al más alto, la sonrisa que se dibujara en su rostro sin motivo aparente le había hecho sobresaltarse ligeramente, causando la misma reacción que momentos antes había visto en el rostro del otro pelinegro, el calor en sus mejillas le sorprendió, haciendo que llevase una de sus propias manos a esta, distrayéndose sin embargo cuando el otro comenzara a caminar, mostrándole la casa de manera que le había parecido un poco apresurada, pues no había podido registrar lo suficiente de un lugar cuando el mayor ya le arrastraba al siguiente, y no era que este le forzase a caminar o algo si no que él se negaba a soltarse del brazo del otro, de alguna forma aquel contacto le hacía sentir un tanto más seguro en ese mundo nuevo y desconocido pues a pesar de las amplias bases de datos embebidas en su sistema esa era su primera experiencia en el mundo real.
Mmm…- Pensando un poco en las palabras del pecoso mientras este le jalaba consigo a la cama había tenido que aferrarse con algo más de fuerza a su brazo para evitar caerle encima pues los movimientos del otro le parecían algo bruscos y rápidos, demasiado como para poder acoplarse a ellos tan apresuradamente, aun ni siquiera acababa de acostumbrarse a su propio cuerpo, mucho menos al del más alto.- Pero los perros no viven para servir a nadie… si quiere obedecer lo hará y si no no,- Fue lo primero que se le ocurrió decir, la explicación del otro le había dejado con más dudas de las que había contestado,- Aunque supongo que con las cosas vivas es más difícil, después de todo creo que no puede aplicarse los mismo conceptos para los animales y humanos que para las “cosas” que en realidad son cosas, aún si no tuviera libertad de elección no creo que eso afecte mis gustos o sentimientos, me parece poco probable que eso esté relacionado, no veo como podría ser la prioridad de un esclavo complacer a su amo si no más que para beneficio propio.- Sabia los términos que venían en su diccionario básico, pero también sabía que los humanos no siempre usaban las palabras de la misma manera que en los diccionarios por eso le parecía importante comprender la diferencia que había en estos términos para el dragón, pero siendo que no parecía que el mismo los tuviere demasiado claros simplemente se aferró a la noción básica de estos, de mayor importancia que aquella diferencia le habían resultado las opiniones que el pelinegro expresase, no le habían agradado algunas de ella, pero tampoco era quien para reclamar lo que el otro pensase.- ¿Así que si me rompo solo me remplazaras por un juguete nuevo?.- Sabía de antemano que él no era más que un juguete para los humanos, uno muy caro y sofisticado pero sin representar más que un objeto entre tantos otros en realidad, aun no comprendía muy bien aquel juego de los sentimientos que le había sido brindado por su programación, aun no comprendía muy bien cómo funcionaba su propio cuerpo o la forma como debía relacionarse pero lo que si comprendía es que no le gustaba en nada la idea de ser remplazado fácilmente, la expresión algo seria que se instaló en su rostro rayaba en lo sombrío, de pronto no se sentía tan cómodo con la cercanía del otro, soltando el brazo del mayor suavemente se inclinó un poco hacia atrás, colocando sus manos detrás de su cuerpo en la cama, de manera que sentado sobre esta sus hombros y pecho sobresaltasen ligeramente, el holgado chaleco rojo que llevaba le incomodaba sin saber realmente el por qué, su ropa en general no le parecía suya, y por primera vez desviando su atención del rostro del más alto y de sus facciones se había comenzado a fijar en el cuarto de este, no es que buscara algo en específico, solo alguna distracción de aquel tema que comenzaba a incomodarle.