Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Entre broma y broma... por hikari no renkinjutsushi

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues ya saben como va esto, solo es un relato que salió de mi cabeza enferma de fujoshi debido a una entrevista que les hicieron a estos muchachos en el 2009

Notas del capitulo:

Basado en una entrevista que les hicieron a los chicos de Girugamesh en el 2009 :D

Muchas gracias a Iru por pasarme esta bonita entrevista que me hizo pensar de más. La verdad me daba mucha pinche pena publicar esto pero meh. xD

Espero que les guste,

Dedicado a mis brujas hermosas, Iru, Kenny y Bren

las quiero!!! <3

Miraste una vez más tu cuerpo desnudo y recién aseado frente al espejo, asegurándote de tener la apariencia que deseabas. Habían sido solo un par de meses pero el gimnasio y las pesas por fin estaban surtiendo efecto, tu masa muscular no era mucha; eres delgado y siempre lo has sido, pero con todo y eso lograste marcar un poco los músculos de tus brazos y abdomen haciéndote ver más masculino.

Acomodaste un mechón de tu rebelde y ondulado cabello apartándolo de tus ojos y sonreíste a tu reflejo con un aire que no sabías si era de autosuficiencia o nervios por lo que ibas a hacer, tal vez eran ambos.

Miraste tu reloj una vez más asegurándote de la hora, él llegaría a tu departamento en unos 10 o 15 minutos por lo que decidiste colocarte de nuevo la toalla alrededor de la cadera; no era como si disfrutaras tener todo al aire a esas horas del día. Ni siquiera durante la intimidad dejabas que él te viera por completo. Sus encuentros se daban por lo regular en las noches después de los ensayos; esos momentos en los que tras un montón de miradas sugerentes y gestos mudos durante el día llegaban a casa con el deseo quemándoles la piel, avanzando a oscuras entre besos y jadeos hasta el sofá o la cama, lo que fuera que encontraran primero.

Caminaste hasta tu habitación observando cada detalle, después de todo era una fecha especial. Habías puesto esmero en el camino que hiciste con un montón de pétalos de flores desde la entrada del departamento hasta la cama que compartían bastante seguido desde hacía casi un año. Encendiste las velas con aroma a vainilla para que la habitación se impregnara poco a poco en aquella esencia y extrajiste de un cajón un par de frascos pequeños. Leíste la inscripción en la etiqueta de uno de los curiosos objetos que te costó tanto ir a comprar porque morías de vergüenza, “lubricante comestible sabor chocolate”. Tus mejillas se sonrojaron al recordar la experiencia y se sonrojaron aún más al recordar de donde había salido toda aquella idea.

Satoshi casi delató su relación en una entrevista cuando comenzaron a salir, soltando su poco inocente deseo de verte cubierto de aceite sobre su cama de hotel; y aunque habías bromeado con eso durante aquella ocasión para calmar las aguas, jamás habías podido olvidar la mirada incitante que te dedicó al decirlo, y mucho menos el escalofrío que te recorrió de solo pensarlo. Te juraste internamente que cumplirías esa fantasía en algún momento y ahí estabas ahora.

Casi nunca tomas la iniciativa para esas cosas, de hecho hoy es la primera vez que lo haces en serio. Eres tímido, pero eso es poco relevante ya que casi siempre él te arrastra a ese remolino de sensaciones placenteras, y tú te dejas llevar porque una vez que toma tus labios de esa manera que te encanta ya no hay retorno.

Te tensas al sentir unas manos traviesas abrazarte desde atrás, no lo escuchaste llegar, pega su rostro a tu espalda y puedes sentir su aliento chocar contra tu piel desnuda. Escuchas su voz en apenas un susurro, como si temiera romper la atmósfera tranquila

-          Estoy en casa Shuu – sientes sus labios besar tu espalda e instintivamente te das la vuelta sin romper su agarre, pasando tus brazos por encima de sus hombros

-          Bienvenido, Sato – miras sus labios lamiendo por instinto los tuyos y te acercas lentamente a su rostro, sintiendo su respiración hacerse más densa.

-          ¿qué...?

Lo besas para callarlo, el primer toque es tan suave que dudas de haberlo hecho realmente, puedes sentir sus labios suaves comenzando a moverse sobre los tuyos marcando un ritmo lento. Acaricias su rostro y el hace lo mismo con tu espalda, es un gesto delicado y firme a la vez; un gesto que te hace sentir protegido. Así es él, pasional y protector al mismo tiempo, te ama y lo puedes sentir en todo momento, pero lo percibes más en esos instantes en los que te trata con toda la delicadeza del mundo y un reconfortante calor se instala en tu pecho.

El beso se vuelve un poco más demandante y tienen que parar unos segundos para recuperar la respiración. Se aleja unos centímetros de tu rostro y puedes apreciar el sonrojo en sus mejillas teniendo la certeza de que las tuyas están iguales o incluso más coloradas. Te mira con deseo y tu única opción de calmarlo es saciar su apetito. Vuelves a besarlo pero con mayor intensidad, desabrochando al mismo tiempo los botones de su camisa y cinturón haciendo que la ropa se deslice por su cuerpo.

Lo sientes luchar un poco para quitarse los zapatos sin apartarse de ti y sonríes en medio de aquella guerra de labios. Aprovechas ese ligero descuido de su parte y cuelas sus manos por su espalda bajando hasta el borde de su bóxer,  no hace falta que mires para saber que está en las mismas condiciones que tú y la ropa interior ha comenzado a apretarle. La toalla que tapaba tu pudor se ha desprendido de tus caderas desde hace unos segundos, y al quitar la última prenda del cuerpo de tu amante sus cuerpos completamente desnudos se han encontrado haciendo a ambos suspirar.

Quiere acorralarte contra la cama pero adelantándote a sus acciones lo haces recostarse primero, te mira algo sorprendido y está a punto de decir algo cuando lo callas nuevamente con un beso demandante. Besas sus labios y te desplazas hasta su cuello, él te da el espacio suficiente y tú pasas la punta de tu lengua delineándolo, lo sientes temblar de deseo bajo tu cuerpo y te sientes a ti mismo temblar también.

Te sientas sobre sus piernas colocando las tuyas a cada lado, sientes sus caricias desde tus rodillas hasta la cadera presionando los huesos que sobresalen de ella, sus duros miembros se frotan y tú sueltas un leve gemido. Tu corazón está acelerado y se dispara aún más cuando te atrae hacia sí para besarte nuevamente mientras acaricia tu espalda y baja sus manos hasta tus nalgas. Te observa como hechizado cuando comienzas a verter un poco de lubricante sobre su pecho escribiendo tu nombre, aunque él no descubre lo que dice hasta que comienzas a limpiarlo con tu lengua y suelta una ligera risita de complicidad que se convierte en gemido cuando lames sus pezones. Lo acabas de marcar, aunque era realmente innecesario pues más de una vez te ha dicho que su corazón y su cuerpo te pertenecen por completo a ti.

Mueves tus caderas suavemente frotándote contra él de nuevo, ambos desean sentirse uno, pero tú aún no has terminado de jugar, tomas el frasco con el aceite para masajes y chorreas un poco sobre su pecho. Lo untas con tus manos por sus brazos y pectorales, por su abdomen; viertes un poco de ese aceite sobre tu cuerpo dándole la oportunidad de tocarte también.

Se sienta al borde de la cama contigo aún sobre sus piernas, acariciando tus músculos semimarcados, pellizcando levemente tus pequeños botones mientras muerde tu cuello dejando una marca roja. Rocías un poco más de aquel líquido sobre ambos miembros y comienzas a masajearlos juntos con una mano mientras que con la otra preparas tu propia entrada.

Recarga su frente en tu hombro, lo escuchas gemir más fuerte cada que acaricias la punta de su intimidad y te tensas al sentir que uno de sus dedos ha remplazado al tuyo preparándote. Lo tomas del cabello haciendo que levante el rostro y te mire, lo besas con algo de fuerza mordiendo su labio inferior, gimes sobre su boca, estás demasiado excitado y él lo sabe. En un instante tu amante da la vuelta a la moneda y te coloca con la espalda sobre las sábanas. Su cuerpo tiembla de excitación al igual que el tuyo, te da un beso torpe para luego acomodar tus piernas sobre sus hombros y se prepara para entrar.

Lo hace lento para no lastimarte y tú más que dolor sientes la necesidad de sentirlo moverse dentro de ti pero no apresuras las cosas; el vaivén comienza, te mira con amor, deseoso y al mismo tiempo posesivo. Te sientes desnudo e indefenso frente a esa mirada pero lejos de molestarte te gusta sentirte así, te gusta saber que esas reacciones en el rostro de Satoshi solo las ocasionas y las has visto tú, sus cabellos negros se pegan a su frente por una ligera capa de sudor haciéndolo ver más sensual.

Las penetraciones son profundas y cada vez más veloces, sientes tu propio placer incrementar poco a poco, no dejas de mirar a tu amante a los ojos, sabes que observa todas tu reacciones y decides mostrarle más. Bajas tus piernas de sus hombros y rodeas con ellas su cintura acelerando el ritmo, lo miras, sabes que también está cerca del climax por lo que comienzas a tocarte tú mismo a la par de las embestidas; y de pronto, sientes aquella deliciosa descarga eléctrica producto del placer recorrer todo tu cuerpo, mientras que un gemido bastante alto sale de tu boca.  Sientes a Satoshi soltar un gemido ronco y temblar al mismo tiempo que tú pero no lo apartas, tus piernas siguen enredadas en su cintura impidiéndole salir de ti.

Él quiere moverse para no dejar todo su peso sobre tu cuerpo pero tú prefieres tenerlo de esa manera. Soportas su peso mientras su cabeza cae sobre tu pecho con la respiración aun entrecortada. Acaricias su cabello y su espalda, lo abrazas fuerte deseando nunca soltarlo. Segundos después levanta su rostro mirándote con una gran sonrisa de satisfacción y tú enrojeces y desvías la mirada igual que siempre.

-          Te amo Sato – te sonríe más que feliz y vuelve a hundir su rostro en tu cuello – Feliz aniversario.

-          Feliz aniversario Shuu... solo prométeme algo – te quedas callado un segundo antes de que él continúe – asegúrate de no posar desnudo frente a la puerta de Nii y Ryo – enrojeces de nuevo al saber que también él recuerda aquello

-          Tarado

-          Yo también te amo Shuu 

Notas finales:

Gracias por leer <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).