Desde una habitación iluminada apenas por la ventana de cortinas color crema abiertas, Seokjin miraba perdido sentado en su cama. En sus manos toqueteaba una flor; llevaba horas en ese estado. Soltaba suspiros de vez en cuando. Levantó su mirada hacia la ventana con mirada distraída, levantándose de la cama camino a la luz natural que mostraba el cristal.
El sol estaba resplandeciente, capaz de levantar cualquier ánimo bajo. Lamentablemente, no causaba efecto en Seokjin. Pasó minutos mirando el exterior, aún con la flor en sus manos hasta que en algún momento de debilidad- aquella presión en su pecho lleno de tristeza lo hizo pestañear dejando caer delgados hilos de lágrimas cruzando su pálido rostro hasta caer al suelo.
Las lágrimas seguían cayendo y con el paso de los minutos, los sollozos fueron incrementando. Se dejó caer duramente al suelo de su cuarto, de la misma manera en que la flor que sostenía cayó a su lado. Su espalda chocó contra el suelo y con sus ahora llantos inundando el lugar, dirigió su brazo a sus ojos, dejando fluir con desesperación aquellas desastrosas lágrimas mientras mordía su labio en un intento de detener los espasmos involuntarios en su cuerpo.
Con la calma asomando su sistema nervioso -luego de largos minutos donde terminó por rendirse en cuanto a tener de vuelta esos momentos felices que la vida le terminó quitando cruelmente-, alejó su brazo y miró el techo blanco con dolor en sus ojos: tanto llorar le dejó los ojos hinchados y rojos, irritados.
Deseaba poder volver a esos días donde todos estaban unidos, noches en vela con el fuego calentando sus cuerpos, todos felices y haciendo bromas cada vez que se recostaba en el regazo de Namjoon- y las lágrimas volvían a salir sin su permiso, como si no se dieran cuenta de la molestia en sus ojos y su corazón.
Miró la flor a su lado y la tomó contemplando su forma, borrosa gracias a las lágrimas que nublaban su vista y la dejó en su pecho, en la zona del corazón más precisamente. Cerró sus ojos un momento, tratando de encontrar el cansancio en su cuerpo para finalmente quedarse dormido, recreando en su cabeza el último momento feliz compartido junto a los chicos; su momento feliz junto a Namjoon.
Las estrellas brillaban leves sobre ellos, el frío no era tan penetrante para tener que coger una manta para cubrirse los cuerpos; más bien era cálido y con la ropa encima les llegaba a dar un poco de calor. Namjoon tenía en su boca un lollipop de fresa, su brazo bajo la cabeza de Seokjin quien miraba con completo interés el movimiento del dulce en la boca del contrario. En un acto de atrevimiento, Seokjin saca el caramelo de la boca de Namjoon y con sorpresa ve como el castaño se lleva a la boca el lollipop con una sonrisa traviesa. Ambos terminan riendo, el castaño cubriendo su cara con timidez por aquel acto infantil que realizó.
Namjoon estaba complacido con las actitudes infantiles que salían naturales de parte de Seokjin, le gustaba cuando se divertía con los chicos pues era cuando más sonreía el muchacho. Con su mano libre alejó las manos de Seokjin, apreciando lo brillante que estaba su mirada y sus mejillas levemente rosadas. Tomó el dulce alejándolo del rostro del castaño y con lentitud fue acercándose al castaño, observando como entreabría sus labios y cerraba sus ojos, expectante a lo que ocurriría.
Sus labios se encontraron, compartiendo lo pegajoso que les dejó el caramelo rojo. La lengua de Namjoon salió al encuentro, lamiendo los labios dulces de Seokjin para eliminar los restos del dulce. El castaño soltó una risita antes de sentir como aquella lengua se adentraba a su boca, y aprovechando la situación adentró la suya, saboreando el sabor de la cavidad contraria. Los minutos se fueron entre disfrutar el sabor dulce de sus labios hasta desaparecer por completo el gusto a dulce.
Sus respiraciones estaban agitadas, la temperatura subió considerablemente y para cuando abrieron sus ojos, ambas miradas estaban brillantes. Namjoon se giró y atrajo a Seokjin a su cuerpo, dejando su cabeza cerca del corazón, permitiendo que el castaño sintiese los latidos acelerados del peligris. Cerró sus ojos distrayéndose con el ritmo del corazón de Namjoon, entre-abriéndolos cuando sintió la mano tocando su pecho, dándose cuenta que sus latidos estaban igual o peor que los de Namjoon.
—Realmente me gusta cuando tenemos estos momentos.
Seokjin asiente a sus palabras, acercando sus labios al cuello descubierto de Namjoon para depositar un pequeño beso en él. Escondió su cara y quedaron en esa posición por un largo rato hasta que sintieron que algo se acercaba a velocidad. Alzaron su vista viendo a lo lejos la camioneta negra que se acercaba con rapidez. El vehículo llegó a su ubicación dando vueltas alrededor de ellos. La ventana del copiloto se abrió dejando ver la infantil sonrisa de Jimin, quien sacó su mano del interior para saludarles. Se levantaron del suelo riendo una vez el carro se detuvo.
Del interior de la camioneta salieron los demás chicos, trayendo comida chatarra y bebidas- aunque Jimin traía consigo una botella de licor puro, una sorpresa para los demás una vez las latas de bebida se acabaran y así tener diversión. Se sentaron en un circulo en aquel lugar pavimentado y solitario que tenía la gasolinera donde Namjoon trabaja y comenzaron a hablar de cosas sin sentido y de los temas que siempre llegaban una vez las bromas pasaban; sus problemas.
—Cuando fuimos a casa de Hoseok fui a ver su baño y realmente estoy aliviado de no haber encontrado esas mierdas guardadas—; Yoongi daba un sorbo a su bebida mientras daba palmadas en la espalda del pelinegro, quien sonreía tímido ante el resto. Los demás asentían y daban felicitaciones por aquel avance.
Mientras seguían hablando, Namjoon observaba a Jungkook. El chico tenía unos moretones en su rostro y algunos pequeños raspones. Frunció el ceño tomando una papa del envase y lanzándola a Jungkook, quien lo miró sorprendido y a punto de reclamar hasta que vio la mirada del peligris. Le hizo una seña al menor y se levantaron del circulo para ir a un lugar alejado de ellos y preguntarle por aquellas marcas de violencia.
Seokjin miró hacia donde caminaban ambos chicos; Taehyung le tocó el hombro, ofreciendo una lata del refresco que sacó de una de las bolsas de plástico. Le sonrió y la recibió, olvidando por un momento su curiosidad sobre Namjoon y Jungkook.
Namjoon alzó una ceja, esperando alguna palabra del menor pero no recibía nada y miraba como la vista de Jungkook se iba al suelo, evadiendo la penetrante mirada del mayor. Suspiró tomando los hombros de Jungkook y dándole un apretón. —Dime quienes fueron, no diré nada si me cuentas.
El castaño tragó fuertemente y levanto la mirada hacia Namjoon. —Iba caminando y choque con unos tipos, no iban de ánimos y simplemente pasó...—; el peligris suspiró molesto y atrajo en un abrazo al castaño, quien tembló levemente antes de rodear con sus brazos el cuerpo de Namjoon. Soltó un par de sollozos mientras Namjoon le acariciaba la espalda.
—No dejes que nadie te joda ¿entiendes?—; Jungkook asintió contra el hombro de Namjoon. Sabía que el chico solo iba un poco distraído y no le gustaba usar los golpes con cualquiera. Después de todo seguía siendo aquel niño que conocieron una vez.
El castaño miraba el rostro demacrado de Jungkook en la camilla, viendo su cabeza vendada y la intravenosa en su dorso de la mano izquierda. Sangre seca había en sus labios y veía los brazos del chicos con aquellos moretones oscuros producto del choque que algún cabrón provocó por no fijarse. Recuerda las palabras crudas del doctor, sin ningún tono de lastima o pena.
El choque fue grave, es increíble que solo haya quedado inconsciente. Pero eso no quita la posibilidad de que su estado empeore y pierda la vida, algunas arterias se vieron fuertemente involucradas. Reza a Dios a ver si se sana ese niño.
—Dios a la mierda—; Seokjin aprieta sus manos con rabia, observando el pecho del menor subir con demasiada lentitud para su gusto. Recordando que Taehyung y Jimin se quedarían un rato más en vela por Jungkook, acarició su rostro manchado de esas marcas y se marchó a descansar a su departamento; esa semana estaba siendo demasiada dura para todos.
La sobredosis de Hoseok, el intento de suicidio de Jimin; los ánimos de Taehyung y Suga no le estaban ayudando a soportar la situación. Deseaba que Namjoon estuviera acariciando su espalda en estos momentos, pero no se han visto por unos días. Sabe que la gasolinera está teniendo problemas y realmente no quiere molestar al peligris. Se resigna a ir a su solitario departamento.
Namjoon veía lo desierto que estaba la gasolinera. Era de noche y el jefe simplemente le dijo que no se iría hasta las seis de la mañana. ¿Para qué quedarse si nadie viene? Tomó un cigarrillo y lo encendió apoyándose en uno de los pilares de la gasolinera. Veía el pavimento con charcos de agua y quizás de gasolina; no le tomó importancia.
Realmente quería mandar todo al carajo y ver el estado de Jungkook. Se preguntaba sobre qué más tendría el destino escrito para ese muchacho. Y recordó a los demás.
Hoseok había vuelto a consumir píldoras y esta vez le ha cobrado factura. Lo encontraron en plena luz de día intoxicado hasta el cuello. De ese día que nadie sabe sobre Hoseok. Taehyung estaba más callado de lo normal, alerta a todo, como si lo estuvieran persiguiendo. No quería preocuparse de él ahora. Suga estaba de malas y distraído y lo único bueno que ha sabido de Yoongi es que detuvo el intento de suicidio de Jimin; el muy idiota quería ahogarse en la bañera. Namjoon se preguntaba por Seokjin.
Lo ha visto normal, si tener que soportar toda la mierda que estaban pasando era estar normal. Tenía ojeras apenas notorias bajo sus ojos, o eso recuerda de la última vez que lo vio. Suelta el humo tóxico por sus fosas nasales mientras ve un auto acercarse a él. Se detiene frente a él y baja el vidrio polarizado para darle la orden de cargarle gasolina.
Namjoon toma la pistola de la maquina y la introduce en la apertura del auto de mala gana mientras juega con el cigarrillo en sus manos. El indicador suena y saca la pistola del auto. Espera el dinero del sujeto y solo ve como el tipo saca su mano lanzando los billetes hacia él y se va.
Está cabreado de todo. Mira el dinero en el suelo, justo al lado de un charco que no logra identificar de que es. Vuelve a dar otra calada a su cigarrillo recordando la vez en que Seokjin le dijo lo mucho que le gustaba el sabor a menta de los cigarrillos en su boca pero que debía dejarlo si no quería dañar sus pulmones. Sus pulmones ya estaban destrozados con tabaco y toxinas. Morir por ello no era un problema para él.
Pero no quería que Seokjin sufriera con su muerte al ver los detalles de autopsia y le digan que murió por cáncer de pulmón, diablos, no.
Entre sus dedos índice y medio toma el palillo de papel y tabaco y observa como el fuego incendia lentamente el tabaco. Seokjin ahora estaría buscando un lollipop para dárselo y luego decirle "Kim Namjoon, tus pulmones son una mierda y quiero un sabor dulce en tu boca". Sonrió de lado y sacó su móvil para orientarse con la hora.
La pantalla se iluminó dejando ver una foto de todos los chicos esa vez que fueron al estacionamiento a comer chatarra. Seokjin estaba a su lado y los chicos estaban haciendo caras y muecas detrás de ellos. Fijó su mirada en la hora. 2:34 AM. Faltaban horas aún y solo quería alejarse del lugar y dormir para que al día siguiente fuesen él y Seokjin a ver el estado de Jungkook.
El cigarrillo sigue en sus manos y lo observa una vez después de guardar su teléfono en el bolsillo de su chaqueta. De reojo ve los billetes en el suelo. Unos billetes menos no afectaría a la gasolinera. Con desinterés deja caer el cigarrillo sobre los billetes y ve como lentamente comienzan a quemarse y levantar llamas en ellos.
Las llamas se hubiesen cortado apenas hubiesen tocado el agua pero el destino una vez más hizo de las suyas. El fuego comenzó a expandirse sobre aquel charco de gasolina, incrementando su tamaño y dejando en un estado de shock a Namjoon, quién no movía ni un músculo por el miedo que le comenzó a recorrer el cuerpo.
Una delgada linea de gasolina conducía hasta las maquinas de gasolina, donde Namjoon estaba parado. Entonces supo que no saldría a las seis de la mañana.
—Mierda...
Una gran explosión se escuchó por todo el lugar e iluminó el sector, atrayendo la atención de los escasos vehículos que transitaban a esas horas de la madrugada.
—Te necesito...
Seokjin despertó en el suelo, la luz estaba ahora de un tono naranjo. Supuso que estaba atardeciendo. Tocó su pecho y sintió la flor que horas antes había dejado en su corazón. Vio alrededor de su cuarto y vio que todo seguía en su lugar. El calefactor en la parte derecha, su cama en el centro, su teléfono en la mesa de noche. Se levantó sin energías y se fue a alcanzar su móvil.
Lo desbloqueó dejando ver su fondo; Namjoon y él, en el restaurante de comida rápida. Él estaba mordiendo una papa mientras el peligris tenía el vaso de coca cola en su mano. Sentía sus ojos humedecerse una vez más.
Al día siguiente de ese encuentro, ocurrió el accidente de Jungkook y fue la última vez que se vieron. La última vez.
Se dejó caer de rodillas llorando mientras apretaba contra su pecho el objeto. Su cuerpo temblaba de manera brutal mientras sus llantos se quebraban y respiraba irregularmente.
Nunca olvidaría el día en que Taehyung lo llamó para decirle que la gasolinera había explotado y habían encontrado un cuerpo calcinado. Ese día se despedazó sus manos rompiendo todo lo que le interfiriera su camino. Su cuarto lleno de recuerdos, fotos, decorativos, estaba vacío, blanco, sin vida y con pequeñas manchas de sangre que le recuerdan sus actos de desesperación al momento de saber que Namjoon había muerto.
—¡Qué mierda de vida!
Se hizo una especie de bola en el suelo, aún con el celular en su pecho, abrazando sus piernas mientras mordía de nueva cuenta sus labios, sintiendo el sabor a sangre que salía de ellos. Murmuraba entre espasmos brutos el nombre de Namjoon; estaba teniendo un ataque otra vez.
Miraba a todos lados susurrando el nombre de todos. Todo estaba borroso y sentía que se movía todo, su cabeza punzaba fuertemente. Y miró el calefactor. Se calmó un poco y se arrastró hacía él, tocando el interruptor y la llave del gas.
—Estoy solo, no hay nadie más ¿a quién le preocupo ahora?
Con movimientos flojos abrió la llave del gas y fue a su cama, donde se recostó abrazando una almohada y con el celular en el espacio que daba su cuerpo y la masa de plumas que sostenía. Con ojos irritados y cansados observó si la ventana estaba abierta, no quería que el gas se escapase por algún orificio.
Su respiración fue calmándose lentamente mientras respiraba profundamente el olor del gas que comenzaba a llenar el aire de la habitación. Vio la flor en el suelo, justo en el centro de la habitación y sonrió. Su cabeza punzaba el doble de fuerte que antes. Su respiración estaba calmada pero le costaba respirar aire puro. Su organismo estaba inhalando ese asqueroso gas tóxico.
Su estómago estaba retorciéndose por las nauseas gracias al olor, Seokjin estaba cerrando sus ojos al sentir que no podía respirar bien. Susurró el nombre de Namjoon antes de cerrar sus ojos por completo, ablandando un poco el agarre a la almohada y dejando que sus últimos respires sean de gas.
El gas sobraba en el ambiente, la flor seguía en el centro de la habitación, como si mirara el cuerpo inconsciente y moribundo de Seokjin, esperando a que en un acto de razonamiento el muchacho reaccionara y apagara el gas y saliera a respirar aire fresco. Pero no pasó.
Sus pulmones llenos de gas tóxico.
Su corazón dejó de latir esa tarde.