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Una simple atracción por mikuuchan

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Notas del capitulo:

¡Hola gente bonita! lamento la tardanza, pero es complicado sacar un poco de tiempo con tanta tarea que tengo en la u. No agobio más y lean el capítulo. 

En cuanto Minato volvió a encender el auto para continuar su camino por la vía principal de Konoha, el rubio menor desvió sus expresivos zafiros de los ojos oscuros de aquel joven de cabellos azabaches, quien le observaba con fijeza. Sus mejillas se tiñeron de un leve tono carmín, al notar sin mayor reparo la clase jerárquica del pelinegro, supo que esos ennegrecidos orbes de mirada penetrante solo debían pertenecer a un prospecto de Alfa. Su instinto lo percibió y él como Omega se sintió por primera vez atraído hacia un futuro líder dominante del eslabón social.

Minato por su parte, sonrió con gracia al ver a su hijo en una actitud distinta a su comportamiento rebelde habitual, con las mejillas sonrojadas, avergonzado y su delicado cuerpo encogido sobre el asiento de copiloto. Él como padre de un Omega podía decir sin vacilación alguna que, su querido vástago había tenido cierto interés en especial por aquel Alfa que se encontraba en dirección contraria hace un momento atrás, sabía por experiencia propia que el instinto gobierna la razón en cada uno de los seres que conforma la jerarquía, y el blondo no escapaba de la realidad.

—Tomaré un atajo para llegar en unos cuantos minutos al hospital de la ciudad —el rubio mayor comentó divertido, observando de reojo el perfil de su hijo. En cambio, Naruto solo se limitó a asentir con la cabeza, dándole la razón a su padre.

—Madre nos espera junto la abuela. ¿No es así? —Naruto cuestionó a su padre, intentando olvidar aquellos ojos negros de su mente. Se sentía estúpido por haber caído en una provocación que solo él había iniciado tras mirar con fijeza en dirección contraria, donde una lujosa camioneta esperaba el movimiento del tráfico vehicular, y en ella se encontraba aquel atractivo pelinegro, quien correspondió el gesto. Sin embargo, jamás imaginó que en su corta existencia viviera una situación peculiar de ese tipo con un Alfa. A pesar de que siendo un miembro más tanto del clan Uzumaki como el Namikaze, estuviese acostumbrado a lidiar con otros líderes dominantes con llamativa gracia, viéndose totalmente sereno por la compañía, pero al dar con esos orbes oscuros que le observaban sin emoción alguna, el nerviosismo le invadió de forma repentina.

—Kushina prefirió adelantarse a la consulta para aclarar ciertos asuntos en específico con mi madre —el blondo giró el rostro en dirección a su padre, curioso por saber qué pendientes traía entre manos ambas mujeres.

—Creo que debería de sentirme preocupado al respecto, padre —Minato hizo el esfuerzo de no reír, suponiendo el porqué de aquella frase por parte de su hijo. Predecía los planes futuros del par de mujeres que, evidentemente incluían al rubio menor y él en su momento también sería partícipe.

—No habrá de qué preocuparse, Naruto. Puedo asegurártelo con total confianza. Kushina solo desea consultar algunas dudas sobre el atraso de tu estro —el blondo Omega entornó sus azulinos ojos, observando con seriedad el rostro de su padre. No indagaría nada por el momento, prefiriendo reservarse sus comentarios a exclusividad propia.

 

...

 

Sasuke se mostraba impasible sin pronunciar palabra, mientras que su hermano sostenía una burlona sonrisa en su rostro. Aborrecía en demasía tener que ser testigo de ese gesto petulante llena de absoluta mofa hacia su persona. Sin embargo, optó por permanecer tranquilo lo que restaba de camino, necesitaba pensar en cada uno de los puntos que Itachi le había comentado hace un momento atrás, sobre los planes futuros del consejo jerárquico. Debía consultarlo primeramente con su padre y en el extremo de los casos, tomar decisiones inmediatas, si no deseaba verse envuelto en un supuesto compromiso forzoso por mandatos del círculo autoritario.

El moreno bufó molesto de tan solo analizar cada uno de los pros y contras de lo que sucedería al no encontrar una pareja en el tiempo requerido o durante el día de convivio. No había otra alternativa por el momento y debía de buscar una solución a la brevedad posible.

—Esa es una de las razones por las que padre no quiso comentarte sobre el asunto que agobia al clan, sabía que tomarías esa actitud retraída, Sasuke.

—Si en algún momento está estipulado que tomaré el liderazgo del clan Uchiha deberían empezar por dejar los secretos e incertidumbres hacia mi persona, Itachi. Sé perfectamente que hay algo más dentro de toda la maraña a medias que has mencionado hace unos instantes atrás, puedo asegurarlo con plena certeza y lo averiguaré en la menor oportunidad que se dé.

El pelinegro mayor guardó silencio incapaz de rebatirle a su hermano, sabia de la perspicacia audaz de Sasuke. Por ello, optó por ignorar las frases mordaces de éste.

Sasuke por su parte, fijó sus orbes oscuros en dirección frontal, acompañando en completo silencio a su hermano mayor en el trayecto hacia el dojo. No había palabras que añadir al respecto, solo la necesidad de divagar en sus propios pensamientos y ser conscientes de lo que podría suceder a futuro con cada uno de los miembros del clan Uchiha.

 

...

 

Minato estacionó el auto en el aparcamiento del hospital de Konoha, mientras Naruto esperó lo suficiente para bajar rápidamente del vehículo, adelantándose a la entrada principal e ingresar por ella. El rubio mayor negó con la cabeza, dirigiendo su andar a la misma dirección que su hijo, encontrándose con su esposa en el amplio corredor.

—Han tardado en llegar —Kushina comentó, viendo de reojo a su hijo sentarse en uno de los cómodos asientos que había en la sala de espera, mientras el rubio mayor se aproximaba hacia su mujer, sonriéndole con un amable gesto dibujado en los labios.

—El tráfico después del mediodía es algo pesado, Kushina. Además, se presentaron ciertos inconvenientes que atrasaron nuestra llegada —la pelirroja Omega ladeó la cabeza, esperando a que su marido le diera una explicación de lo propiamente dicho.

—¿A qué te refieres, Minato? ¿Ocurrió algún problema con Naruto de camino hacia el hospital?

—Tuve una fuerte discusión con nuestro hijo, Kushina. Me vi en la necesidad de comentarle sobre mis ambiciones de formar parte del consejo jerárquico por su bienestar y el de las próximas generaciones, fue la única alternativa viable para intentar calmarlo, haciéndole desistir de sus pensamientos errados sobre mi posición de querer comprometerlo con un Alfa.

La Omega de cabellos rojos suspiró cansina, anuente de la situación. Podía imaginar el sentir de su primogénito. Sin embargo, el ansia prematura de verlo emparejado ante un temor mayor de lo que pudiese enfrentar a futuro les preocupaba, si no tomaban la decisión como padres de dar con el posible compañero del blondo.

—He de figurarme lo que Naruto te ha de haber comentado, Minato. Hablaré con él en cuanto se le realice los estudios que acordamos con tu madre —el rubio mayor asintió a su mujer, desviando su mirada fija de la pelirroja para observar a Naruto.

—También ha sucedido algo más que no te he comentado, Kushina —Minato sonrió con cierta emoción, tomando con delicadeza el brazo de la pelirroja Omega para alejarse a una distancia prudente de la cercanía de su hijo.

—Me estas preocupando, cariño —Kushina musitó en voz baja, caminando junto el rubio mayor hacia el amplio pasillo que daba acceso a los consultorios de la primera planta del hospital.

—Nuestro hijo ha mostrado interés en un Alfa. Su comportamiento fue el característico de un Omega en busca de la atención de una persona que posiblemente le atrae, aunque no fue del todo sumiso como te has de imaginar. Le hizo frente a la mirada de aquel chico con total templanza. Además, de que conociendo las actitudes y deseos personales de Naruto en negarse a comprometerse, es una evidente reacción positiva a su instinto de aceptar emparejarse a futuro —la pelirroja abrió sus ojos con sorpresa, llevándose una de sus finas manos a la boca para mitigar el asombro que expresaba su faz.

—¡¿Cómo ha pasado, Minato?! —Kushina cuestionó intrigada, esperando oír por voz propia de su apuesto esposo la ansiada respuesta.

—Durante el congestionamiento de la vía principal de Konoha el tráfico no avanzaba. Naruto permaneció en silencio luego del fuerte disentimiento que tuvimos. Sin embargo, noté que permanecía inquieto sobre el asiento de copiloto, mirando con fijeza en dirección contraria. Sus ojos se mantuvieron fijos en el Alfa, quien le observó con detalle. Ninguno de los dos apartó su vista del otro en todo momento, por lo que me da a entender que ambos posiblemente se sintieron atraídos —el rubio mayor sonrió al igual que su mujer de cabellos bermejos, regocijándose con verdadera alegría.

—¡Si es de ese modo, Naruto aceptará comprometerse con aquel Alfa sin rechistar en el momento que cumpla la mayoría de edad, Minato! ¡Debemos saber inmediatamente a qué clan pertenece ese chico! —Kushina habló con rapidez, caminando de un lado a otro al analizar con cautela el cómo irían a dar con el joven que le interesaba a su hijo.

—Te conozco perfectamente, Kushina y sé lo que te preocupa. Estoy casi seguro del clan al que pertenece ese Alfa en especial, por sus características físicas conocidas dentro de la nobleza de Konoha: cabellos azabaches, piel extremadamente blanca y ojos negros, solo puede ser miembro del...

La pelirroja detuvo su andar, acercándose presurosa con el rostro lleno de asombro hacia su esposo con la intención de pronunciar su suposición.

—Clan Uchiha... —Kushina musitó, mirando con atención al rubio mayor. Sin embargo, terminó por arrugar el entrecejo, pensando en el fallido intento de buscar la aprobación del líder de tan prestigiosa estirpe, sabiéndose de las rectas costumbres de parentesco sanguíneo a las que se sometían.

—Tengo entendido que el líder del clan Uchiha ha dado la autorización a sus miembros de que accedan por voluntad propia a encontrar pareja como muestra de oposición a las órdenes retrogradas del consejo jerárquico para las clases nobles de Konoha. No tengo plena certeza de esa especulación, pero si se ha corrido la voz del supuesto, es porque existe cierta veracidad de la información que se comenta.

—Se puede decir que hay una ligera posibilidad de que el Uchiha pueda emparejarse con nuestro hijo, teniendo la completa aprobación de la cabeza de su clan. Debemos comentarlo inmediatamente con tu padre, Minato. Él tiene la facilidad de comunicarse con los líderes de cada familia de Konoha. Además, tratándose del bienestar de su nieto, no tendrá problema alguno en acceder —el rubio mayor asintió a la afirmación convincente de su mujer para desviar su vista de la figura de la pelirroja, afilando sus azulinos ojos en dirección a la pared conjunta del pasillo, viendo desaparecer a su vástago.

—Hablaremos de este tema en un lugar con mayor privacidad. Naruto ha empezado a impacientarse con nuestra ausencia, Kushina. Además, de que no sería prudente en este momento que nos escuchara departir sobre su futuro emparejamiento.

—Tienes razón, cariño. De todas formas, hay un asunto que tu madre me hizo saber antes de tu llegada que me tiene al borde de la preocupación y es necesario que lo conversemos a la brevedad posible —la pelirroja inquirió con tono de intranquilidad, haciéndole saber a su rubio esposo la necesidad de comentarle la causa de su agobio.

—Estoy al tanto de lo que mi madre te ha comentado, Kushina. Créeme que ninguno de los miembros del clan Namikaze y Uzumaki permitirá que el maldito consejo jerárquico haga su voluntad en contra de nuestra palabra. La seguridad de Naruto es la prioridad y te prometo que haré todo lo que está en mis manos para protegerlo —el rubio mayor abrazó a la pelirroja, trasmitiéndole la seguridad que necesitaba oír.

—Confío en tu palabra, Minato...

Naruto observó con minuciosidad la muestra de cariño de sus padres, tratando de saber el misterio de la conversación que a duras penas alcanzó a escuchar por parte de la pareja.

—Clan Uchiha... estoy completamente seguro que he escuchado hablar de ellos, pero no recuerdo de dónde —el blondo mencionó pensativo, dirigiendo sus pasos hacia uno de los asientos de la sala de espera, intentando recordar el origen de aquel apellido.

"Por lo poco que he escuchado, Sasuke pertenece al clan Uchiha, y al igual que nosotros, jamás ha asistido a un convivio, creo que es el único Alfa que no parece agradarle esa festividad como el resto del colegio".

Naruto abrió sus zafiros con sorpresa, llamando la atención de sus padres que se acercaban hacia su persona. Había rememorado las palabras de su amiga Hinata y se preguntó qué relación tenían su familia con el clan Uchiha.

—Cariño, tu abuela nos espera —la pelirroja habló con voz suave, aproximándose junto al par de rubios al consultorio de la galena.

—No tengo la menor idea de lo que farfullan a mis espaldas, pero puedo asegurarles que sea lo que planean a costa mía, no funcionará —Minato y Kushina suspiraron con resignación, haciendo el esfuerzo de suprimir una reprimenda hacia el comportamiento de su primogénito. Guardaron la calma y le siguieron los pasos al Omega, quien se adentró al consultorio de su abuela sin tocar.

—¡Qué clase de modales son esos, Naruto!

La voz fuerte de la rubia doctora, quien permanecía sentada en el asiento reclinable de tras del escritorio médico, resonó por todo el lugar, helándole los huesos a los presentes sin inmutar ápice de temor al pequeño Omega.

—Mamá me comentó que esperabas por nosotros, no creí que fuera necesario que tocara la puerta, abuela —la voluptuosa rubia de ojos color miel observó con seriedad a su hermoso nieto, para más tarde fijar sus orbes en la presencia de su hijo y nuera.

—Deberías considerar mí oferta, hijo. Una temporada con que Naruto conviva conmigo no tendrá el más mínimo deseo de comportarse de forma descortés y altanera hacia sus semejantes. ¡Esas no son las actitudes de un Omega del clan Namikaze! —el blondo ojiazul chasqueó la lengua indignado, cruzándose de brazos.

—Pensaré en tu propuesta, madre —Minato inquirió sereno, mientas la rubia Omega entrelazaba sus finas manos, apoyando la barbilla sobre ellas, dándole entender a su familia a que tomaran asiento.

Tsunade a pesar de ser una Omega proveniente de un clan poderoso como el Senju, hizo saber a sus superiores el deseo de asumir una profesión que solo es ejercida única y exclusivamente por Alfas y Betas. Deseaba hacer la diferencia de desafiar al consejo jerárquico, convirtiéndose en la primera mujer Omega en embarcarse en el sabio camino de la medicina, acción que le hizo ganarse el odio inmensurable de los dirigentes del círculo autoritario del régimen de Konoha, quienes tuvieron que aceptar sin derecho a réplica los anhelantes sueños de la rubia, al saberse de la unión con uno de los líderes del clan Namikaze, fortaleciéndose el poderío de ambos clanes dentro de la nobleza del País del Fuego.

Con el nacimiento del primer hijo de la rubia y su esposo Namikaze Jiraiya. El régimen no pudo dar su negativa a las ambiciones de Tsunade. No contaban en aquel entonces con la autoridad de desafiar el orden categórico que gobernaba a los clanes Senju y Namikaze. Sin embargo, durante los primeros años en la profesión de la blonda, se vio asediada por las constantes tretas del régimen hacia su persona, para evitar posibles manifestaciones de Omegas, exigiendo sus derechos, pero la primogénita del clan Senju supo cómo manejar la situación a su favor, convirtiéndose en el ejemplo a seguir de muchos Omegas e inclusive Betas y Alfas en la actualidad.

—Ve a la otra habitación y te cambias detrás del biombo, Naruto —el rubio acató la orden de su abuela, siendo acompañado por su madre.

—¿Tienes ya un diagnóstico sobre el atraso del celo de Naruto, madre?

—Por el momento solo puedo apegarme a las suposiciones, hijo. Necesito hacerle el examen ginecológico a Naruto y la resonancia magnética para descartar daños de sus órganos internos; de hecho, he conocido a una joven Beta brillante que ha decidido trabajar conmigo como mi asistente y quizás con su juicio crítico podamos llegar a una conclusión de lo que padece Naruto.

—Te lo encargo, madre —la galena asintió, regalándole a su hijo una amable sonrisa.

—Naruto es mi primer nieto. Además, de ser mi chico consentido, aunque no suelo decírselo. Todo estará bien, Minato. Por ahora te pediré amablemente que te retires del consultorio y permitas a tu madre hacer su trabajo. No podemos olvidar que ahora ese jovencito rebelde es mi paciente y tú eres un Alfa, puedes incomodarlo con tu presencia —el rubio le dio la razón a la doctora, retirándose de forma inmediata de la pequeña oficina.

—¡Esto es demasiado vergonzoso! —Naruto musitó apenado con las mejillas sonrosadas, vistiendo una bata blanca con estampando de diamantes azules, ocultándose detrás de la figura de su madre. Odiaba en demasía someterse a esa clase de exámenes donde debía exponerse y ser visto por su abuela.

—Cuando te muestres interesado en un Alfa no tendrás problemas en exponerte descaradamente para él, Naruto —el rubio se sonrojó por el comentario lleno de mofa por parte de su abuela, mientras que Kushina se reía en voz baja.

—¡Eres una degenerada, abuela! ¡Cómo puedes decirme esas barbaridades!

—Tienes la edad suficiente para saber acerca de las relaciones sexuales y su cuidado, Naruto. Ahora no actúes como si estuvieses ofendido por que lo tomaré como una verdadera burla —el blondo refunfuñó colérico, alejándose de su madre.

—Cariño, estaré aquí contigo —la pelirroja acarició las desordenadas hebras doradas de su hijo, sonriéndole con amor maternal.

—Recuéstate en la camilla y coloca ambas piernas sobre el reposapiés, Naruto —el rubio hizo lo acordado, sintiéndose verdaderamente avergonzado, mientras Tsunade arrastraba la estación de trabajo simple para tener acceso a los distintos instrumentos que debía utilizar. Tomó un par de guantes de látex disponiendo de ellos para ubicarse en el asiento y realizar su labor—. Durante la revisión, explicaré cada detalle para tranquilidad de ambos. ¿De acuerdo?

—Lo que usted diga, Tsunade-san —la pelirroja se hizo a un costado de Naruto, brindándole su apoyo como madre.

—Los Omegas masculinos tienen la particularidad de poseer penes y testículos pequeños a comparación de un Alfa. No producen espermatozoides por el elevado nivel hormonal de estrógeno que alberga en sus cuerpos. Lo que en resumidas palabras significa, que la función de los testículos en un Omega es irrelevante. No tiene una finalidad en sí, más que de fabricar secreciones carentes de uso fértil durante la relación sexual.

—Eso quiere decir que un Omega masculino no podrá engendrar a otra u otro de su misma especie.

—Efectivamente, Kushina. El estrógeno que produce el Omega se genera mayormente por los ovarios, y en menor cantidad por las glándulas adrenales. Lo que imposibilita la facultad de preñar al no contar con producción de semen. Su complexión física está diseñada para albergar una nueva vida, más no para fecundar a otros.

—Desconocía ciertos detalles, Tsunade-san —comentó la pelirroja.

—Es normal, Kushina. Los Omegas masculinos poseen una anatomía bastante compleja que requiere de mayor análisis exhaustivo; de hecho, el mayor asombro que desconcierta a muchos médicos es el orden como están situados sus órganos reproductores internos. Poseen un diminuto orificio o canal vaginal situado detrás de sus pequeños testículos el cual permanece cerrado hasta la hora que dilate el mismo y se produzca el parto. La mayoría cree ciegamente que los Omegas masculinos traen al mundo a sus crías por medio del recto, cuando en términos generales es imposible. El ano no puede expandirse de tal manera sin llegar a sufrir una enorme fisura. Por dicha razón, la constante evolución de nuestros antepasados al día de hoy se presenta en una mutación genética con respecto a los Omegas, donde éstos paren a sus criaturas por tal cavidad —la pelirroja y el rubio se miraron asombrados, escuchando con total atención las palabras de la galena.

El resto de la consulta transcurrió sin relevancia alguna, indicándole al joven Omega la medicación pertinente para su control hormonal. Tsunade debía analizar con cautela la resonancia magnética con su asistente y dar un diagnostico en los próximos días.

Minato y su familia se despidieron de la rubia doctora, dirigiéndose hacia los estacionamientos del hospital, mientras Naruto tomó asiento en la silla trasera del vehículo, divagando en sus propios pensamientos.

—Hace un momento he estado pensado minuciosamente sobre asistir al festejo de convivio y tomaré en cuenta la palabra de papá —Kushina y Minato giraron su rostro hacia el asiento trasero, mientras la señal de alto les daba tiempo de cometer tal acción, ninguno de los dos pudo pronunciar palabra tratando de digerir el cambio radical de su hijo—. No me miren de ese modo, de todas formas, quiera o no me obligaran a ir, qué más da si acepto sin fomentar un conflicto.

 

...

 

La cabeza de los Uchiha y su esposa daban gracias por los alimentos en el comedor de su casa, esperando a que sus hijos se asearan de su visita del dojo y se unieran a la cena. Era una costumbre compartir la comida en familia como solían hacer fielmente.

Sasuke junto a su hermano mayor se ubicaron en sus respectivos asientos, observando a sus padres.

—Antes de empezar... debo comentarles de mi cambio de parecer ante la festividad del convivio que se realizará en la preparatoria. He pensado en ser partícipe y mi obligación como Alfa de esta familia es comunicárselos —el azabache habló con seriedad, ganándose la expresión de asombro por parte de sus padres e Itachi—. No hay necesidad de verme de esa manera, cuando sé que no tengo otra alternativa más que asistir por mi propia cuenta.  

Notas finales:

Tengo que dar crédito a la imagen de la anatomía de un omega (pueden buscarlo en google si ponen omegaverse en imagenes sale) también en deviantart con un dibujo mucho más elaborado a lápiz sobre los órganos reproductores del omega que me dio la idea para describirla, espero que se haya entendido.

Comentarios, dudas siempre y cuando no sean spoilers del fic, todo es muy bien recibido, contestaré gustosamente.

¡Nos estamos leyendo!

 


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