El instinto animal es uno de los atributos esenciales de la jerarquía de clanes, cada miembro hereda la naturaleza específica del linaje al que pertenece su líder dominante. Sin embargo, en la actualidad, la presencia de rasgos animales no se manifiesta en la apariencia de una persona, es decir, conservan parte de su comportamiento territorial en actitudes de dominancia y sumisión, mas no en las características visibles de su fisonomía. A excepción de los Alfas, éstos poseen falos prominentes con una protuberancia en la punta de su pene, con la finalidad de anudarse al Omega en el momento del apareamiento. El nudo se hace notar, cuando el Alfa eyacula por el grado de excitación durante el acto sexual, como método eficaz para mantener el esperma en el interior de su pareja el mayor tiempo posible, obteniendo la fecundación satisfactoria del Omega.
Tanto las Omegas femeninas como masculinos, son fértiles por excelencia, tienen la facilidad de concebir ya sea con un Alfa o en menor grado con un Beta, sin ningún inconveniente. No obstante, los Omegas en su mayoría, buscan la protección y cuidado de un macho Alfa, ante el poder autoritario que ejercen dentro del Círculo Jerárquico, como también, por la muestra de su derroche territorial. Por tal razón, las relaciones de Alfas y Omegas, no se basan en exclusividad al sexo, debido al vínculo especial que surge a través de la cercanía mutua, asegurando la existencia de una conexión o pareja de vida, como comúnmente se le conoce.
Esta clase de lazo se manifiesta en una minoría de personas dentro del régimen, puesto que es difícil de encontrar en las uniones Alfa/Omega, Beta/Omega o Beta/Beta, debido a la falta de raciocinio que escasea en el período de estro, perdiéndose por completo la capacidad de tomar decisiones, involucrando el enlace precipitado de un posible nexo, donde el factor demandante es el instinto animal que les gobierna, pero no por ello estas alianzas suelen ser desacertadas del todo. Existe respeto mutuo y cariño con su pareja, demostrando que las conexiones ficticias son cordialmente llevaderas.
Las parejas de vida o conexiones, son relaciones en donde los involucrados demuestran sus sentimientos de manera intensa. Los Alfas y Omegas perciben las emociones del uno y el otro, a pesar de mantenerse alejados por un motivo en particular, este tipo de vínculo se manifiesta una vez el Alfa da por determinado que el Omega que escogió como su compañero es el indicado, ya sea a través del aroma peculiar que desprenden, o por el nexo especial que surge de forma inmediata con un roce o una simple mirada. Ambas partes sabrán de modo aparente, que tal Alfa u Omega es su pareja de vida, aunque en algunos casos la conexión se puede dar de forma tardía, durante el primer estro del Omega o en el proceso de cortejo. Sin embargo, también suele ocurrir que, en su mayoría, algunos jóvenes Alfas, Betas y Omegas no logren encontrar a su conexión por la injerencia de terceros.
Para el Consejo Jerárquico, el vínculo que desarrollan los seres que conforman el régimen, no es de su total agrado, puesto que una conexión o pareja de vida, solo se abrirá con su compañero elegido. Por ende, si se llegase a dar el caso de que mueran los involucrados por enfermedad, accidente u otra razón en particular; el Alfa, Beta u Omega, no podrán relacionarse con ninguna otra persona. El nexo que manifiestan los implicados es hasta el fin de su existencia, es decir, si un Omega fallece, el Alfa perecerá con él a los días siguientes, producto al lazo dependiente que han forjado. Del mismo modo, el suceso ocurrirá con el Alfa, si su conexión llegase a faltar, sucumbirá ante la falta de su pareja.
La afinidad en las relaciones de Alfas, Betas y Omegas con respecto a los nexos que logran desarrollarse, es la discordante absoluta de la jerarquía. El régimen no ve más allá del control de natalidad y mortalidad en su continua prevalencia. Sin embargo, las personas que logran encontrar a su conexión, se limitan a permanecer unidos a su pareja, sin la posibilidad de rehacer nuevamente su vida, si llegase a perder a su compañero por alguna circunstancia en especial. Por tal razón, la sociedad se opone a este tipo de vínculo poco frecuente, debido a que los miembros que construyen la pirámide jerárquica, envejecen de forma tardía.
El Alfa tiene la capacidad de preñar a un Omega sin importar edad, mientras que los Omegas podrán dar crías hasta un aproximado de cincuenta años sin poner en riesgo su salud, presentando períodos de celo cada tres meses como suele ocurrir normalmente. Este suceso hace que el Consejo tome medidas extremas para evitar el descenso en la tasa de expectativa de vida. Sin embargo, el número de parejas que logran la satisfacción personal de encontrar a su posible vínculo es escaso, si se hace una comparativa con las conexiones ficticias existentes.
El actual Consejo Jerárquico, mantiene una serie de parámetros para impedir a toda costa, posibles uniones en parejas de vida, en caso de que se llegue a presentar. Esto se debe a que los Alfas, Betas y Omegas que pierdan a sus conexiones, les anuncia de forma anticipada una muerte irremediable, lo que resulta ser una baja significativa en el crecimiento de descendencia para la sociedad. No obstante, la jerarquía admite ciertas excepciones, donde el linaje de los involucrados provenga de cunas poderosas, asegurando el nacimiento de fuertes miembros para el régimen.
Las crías que nacen de las relaciones de Alfas y Omegas, heredan las mejores cualidades de sus progenitores. Por dicha razón, estas uniones son las que poseen mayor relevancia dentro de la jerarquía, debido que el valor del poderío de un clan, se basa principalmente en el número de líderes dominantes (Alfas) que puedan regir en la sociedad.
Los Alfas deben tener presente la continuidad y herencia futura a las próximas generaciones de su linaje, como referencia a su carácter de liderazgo dentro de la jerarquía, mientras que los Omegas deben cumplir sin réplica alguna, con la tarea de llevar en su vientre las crías de los líderes dominantes de cada clan.
Un Omega sin pareja no es del agrado del régimen, ya que la imagen propia de un Omega es permanecer a lado del Alfa como su compañero, dándole la posibilidad de concebir futuras crías que contribuyan a seguir con la prevalencia del linaje. Sin embargo, aquel retrograda pensamiento clasista, denigra al débil a su antojo, demostrando constantemente el control de su poderío. Por ello, a los Omegas solteros se les arrebata los pocos privilegios al que tienen acceso, entre ellos: separarlos de sus familias y reclutarlos en zonas de aislamiento, hasta que el Consejo tome la decisión de enlazarlos de manera forzada con miembros del eslabón social, como castigo a su falta de apego a las costumbres de la autoridad gobernante.
El divorcio dentro de la jerarquía se tiene permitido, siempre y cuando se presente al Consejo las razones para terminar con el compromiso, favoreciendo en su mayoría al Alfa. Éste deberá cumplir con la responsabilidad de ser padre, si se ha tenido crías dentro del matrimonio, hasta que los mismos cumplan con la mayoría de edad y sean enlazados con otros miembros del régimen. No obstante, los Omegas que han sido protagonistas en casos de separación, se les señala acusadoramente por la sociedad, acción que el Alto Mando ve como alternativa para emparejar a dicho Omega con un prospecto de Alfa, que esté dispuesto a aceptar el acuerdo sin réplicas de algún tipo, y continúen con el ciclo, procreando nuevos integrantes para el crecimiento del escalafón.
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La Preparatoria de Konoha es una de las instituciones educativas de mayor renombre dentro de la sociedad. Se les imparte a los estudiantes los conocimientos necesarios para que, en un futuro próximo, desempeñen de la mejor manera los roles que los representa como Alfas, Betas y Omegas de forma satisfactoria, contribuyendo con las expectativas establecidas para la jerarquía.
Al igual que el resto de las academias que conforman el régimen, la Preparatoria de Konoha separa los grupos estudiantiles por pabellones. A los Omegas y Betas, se les permite coexistir sin exclusión, por la naturaleza amistosa que caracteriza a éstos últimos, mientras que los Omegas comparten de la misma manera, sin verse en peligro por la conducta de un Beta. En cambio, a los jóvenes Alfas, se les mantiene alejados de la sección de Omegas, con la estricta vigilancia de miembros emparejados que, se encargan de resguardar el recinto de los Omegas para evitar posibles conflictos, si se llegase a presentar el celo de algún alumno dentro de las instalaciones.
La fecha que se tiene prevista para el encuentro de todo el plantel estudiantil se le conoce como "Día de Convivio", festejo que se realiza una vez al año y es propiciado por el propio Consejo Jerárquico para alumnos de preparatoria, con el fin, de que surjan posibles uniones a futuro. Cada Alfa, Beta y Omega deberá vestir con Yukatas (Alfas y Betas) y Kimonos (Omegas), luciendo el símbolo del clan al que pertenecen, particularidad que demuestra el interés de la mayoría de las familias en darse a conocer dentro del escalafón.
Si en caso tal, se llega a dar el interés por parte de algunos alumnos durante la festividad, los superiores del colegio tendrán la obligación de comunicarse con las familias de los involucrados, informándoles del posible acercamiento, mientras que los líderes de cada clan, tomarán la decisión final de conceder el permiso para que el Alfa o Beta corteje a dicho Omega.
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—¡No puedo esperar por el Día de Convivio! Estoy completamente seguro que esta será la oportunidad perfecta para encontrar a mi hermosa o encantador Omega, y vivamos juntos la primavera de la juventud —musitó con entusiasmo el pelinegro Alfa.
—A veces me pregunto si realmente eres un Alfa, Rock Lee —el moreno expresó socarrón, mientras apoyaba el rostro en la palma de su mano, observando irritado a sus compañeros de clase.
El Uchiha estaba harto de oír a cada estudiante parlotear acerca del convivio, fecha que se convertía en un verdadero suplicio, por las hazañas que debía hacer para despistar a sus padres de no asistir al evento.
—Sasuke tiene razón, Lee —agregó el platinado—. Si no es por el olor fuerte característico de un Alfa, también diría que eres cualquier aberración de la naturaleza, aunque lo más probable, es que en tu ADN la mezcla de Beta y Omega sea muy elevada.
—¡Oigan por qué se ensañan contra mí! El espíritu de lucha y perseverancia es lo que hace de un Alfa un auténtico líder, y ustedes con esa actitud pesimista, empañan mi motivación —comentó ofendido el joven de grandes ojos.
—A eso se le llama no aceptar la realidad, pero es normal viniendo de ti, Lee. No eres el único que desborda felicidad —Suigetsu, el Alfa de lacios cabellos alegó burlón—. Los Omegas no paran de gritar con la esperanza de ver a Sasuke en el mentado convivio.
—Suigetsu, no todo gira alrededor de Sasuke-kun, él ni siquiera tiene interés de relacionarse con algún Omega —Lee rebatió sincero.
—¡Basta ya con seguir hablando de esa maldita festividad! No quiero seguir escuchando más idioteces por parte de ustedes —arremetió molesto el Uchiha—. Si piensan preguntar acerca de mi participación en ese absurdo evento, la respuesta es obvia, no me involucraré con ningún estúpido Omega.
El azabache tomó su saco y mochila en mano para retirarse de la cafetería, dejando a los jóvenes Alfas mirándose entre sí.
—Últimamente a nuestro amigo se le ve muy irritado, más de lo normal, y es por la presión que su familia está ejerciendo para emparejarlo lo antes posible —el Alfa de dientes afilados inquirió con seriedad, mirando al Uchiha alejarse hecho furia—. Su hermano mayor se ha comprometido con un Omega de buena casta, y lo mismo esperan de él.
—Siendo sus amigos debemos entenderlo. Sasuke-kun es el prospecto ideal de Alfa y la responsabilidad del linaje del clan Uchiha recae en él —Suigetsu asintió con la cabeza, escuchando las palabras del Alfa de cortos cabellos negros.
—Por el momento, es preferible darle su espacio para que se calme —añadió el platinado.
El Uchiha apresuró su caminar dirigiéndose a la azotea, específicamente en la sección de Alfas. No tenía cabeza para pensar en el evento de convivio, pronto a realizarse. Sin embargo, Sasuke intuía que, al conocer su padre la fecha de la ceremonia, lo atosigaría en cada oportunidad, presionándolo en encontrar un Omega, y para él, tener que escuchar las constantes quejas, le afectaba de una u otra manera.
En sus ideales la opción de comprometerse con un Omega, siendo tan joven, no entraba de lleno en sus planes. Sasuke deseaba disfrutar su último año lectivo como estudiante prodigio, pero al ser considerado el modelo perfecto de Alfa, le sumaba una obligación que no quería asumir, por más que se le impusiese, y solo por ello, le llevaría la contra a su propia familia.
—El único quién decidirá cuándo será el momento de casarse seré yo. Ni mis padres y el grupo de viejos ineptos del Consejo Jerárquico me obligarán a tomar decisiones precipitadas.
El azabache peinó con sus largos dedos su cabello color ébano, mientras sus ojos observaban la magnificencia del cielo azul. El sonido de la suave brisa del exterior calmaba su ser, logrando apaciguar la molestia que le embargaba.
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—¡Si escucho un maldito grito más, te lo juro Hinata que golpearé a alguien! —apretando con fuerza sus puños, Naruto espetó colérico.
—Es normal que los Omegas estén entusiasmados por la preparación del Día de Convivio, Naruto-kun —Hinata intentó calmar la ira contenida del rubio.
—Me da lo mismo si están o no eufóricos por ese estúpido día, simplemente deberían cerrar la boca y hacer el esfuerzo de controlarse, pero al parecer es todo lo contrario, cuentan las horas para tener la mínima oportunidad de aparearse con el primer Alfa que vean —la pelinegra se ruborizó al oír las palabras del Uzumaki.
—Naruto-kun, si te escuchan hablar de ese modo, te harán un llamado de atención. Los Omegas no debemos utilizar un vocabulario obsceno, según las enseñanzas que nos han inculcado —reprendió sutilmente la Hyūga.
Por su parte, el blondo rodó los ojos ante el comentario de su amiga. Él mejor que nadie sabe de las imposiciones que sufren los Omegas, al obligarles a cumplir con las costumbres tradicionalistas del régimen. Por ello, a Naruto le es sumamente difícil comportarse como tal, odiando en demasía el patrón de la jerarquía.
—No hay nadie que nos esté supervisando en el receso, Hinata. Da exactamente lo mismo si doy uso de mi vulgar léxico.
La morena sonrió divertida ante la actitud burlona de Naruto, ella lo conocía desde que eran unos niños por los negocios en común de sus padres, y por tal razón, no se sorprendía en lo más mínimo. El comportamiento liberal de su amigo, forma parte del encanto orgulloso de éste, e Hinata le agradaba que el rebelde Omega, fuese diferente al resto.
—Tienes razón Naruto-kun, mientras no se encuentren algunos de los guardas, no hay necesidad de hablar de forma refinada —comentó sonriente la pelinegra.
—Es un alivio no tener que cruzarse con esos molestos tipos, Hinata —murmuró fastidiado el Uzumaki—, pero todo debe tener una explicación para que no estén aquí, seguro planifican la logística para esa fecha.
—Este es nuestro último año de preparatoria. Por ende, el único convivio al que podemos participar, Naruto-kun. ¿No piensas asistir como de costumbre? —interrogó Hinata.
—Los dos últimos años he tenido que hacer hasta lo imposible, para que mis padres no me obliguen a asistir al convivio, y este año no será la excepción, aunque ahora la situación se complica un poco más —Naruto rebatió con molestia—. Mamá y papá están preocupados porque aún no llega mi primer celo, y piensan tomar medidas al respecto, concretándome citas con futuros prospectos de Alfa, a pesar de mi condición. Ellos no entienden que no me interesa involucrarme en una relación con unos brutos salvajes, que únicamente ven a los Omegas como simples objetos de placer.
—Desgraciadamente al ser Omegas, no contamos con el privilegio de elegir —haciendo notar su pesar, Hinata comentó la realidad que enfrenta—. Las normas que señala la jerarquía, solo son planeadas desde el punto de vista del líder para favorecerse a su propia conveniencia.
—Lo sé Hinata, esta sociedad está tan podrida que estigmatizan a los Omegas sin considerar ninguna opción viable, pero a lo que a mí respecta, no pienso seguir esas estúpidas normas sin sentido. Yo forjaré mi propio camino sin la necesidad de estar junto a un soberbio Alfa —profirió seguro de sí el Uzumaki—. Por eso me siento afortunado de que mi estro no se haya dado, mientras el golpe de calor no llegue de forma imprevista, estaré a salvo de un posible enlace con algún Alfa.
—Viéndolo de esa forma no suena tan descabellado, un Alfa no podrá acercarse a un Omega hasta que éste complete su ciclo de desarrollo, el primer celo, pero ¿nunca te ha llamado la atención algún Alfa, Naruto-kun? —cuestionó interesada la heredera del clan Hyūga.
—¡¿A mí?! ¡Por supuesto que no, Hinata! Uzumaki Naruto no se fijará en ningún Alfa, porque no tengo el interés de involucrarme con uno de esos trogloditas. Por ejemplo, puedo mencionarte al mentado tipo del que todos hablan, el tal Sasuke... crees que me subyugaría a idolatrar a un estúpido Alfa por lo atractivo y maravilloso que pueda ser, ni siquiera sé quién demonios es para halagarlo como hacen todos los demás Omegas, inclusive algunos Betas también.
—Por lo poco que he escuchado, Sasuke-kun pertenece al clan Uchiha, y al igual que nosotros, jamás ha asistido a un convivio. Creo que es el único Alfa que no parece agradarle esa festividad como al resto del colegio —Naruto volteó a ver con asombro a la Hyūga, aquel comentario no lo esperaba, y de alguna manera, la curiosidad por ese enigmático Alfa había despertado en él...