Un día más de lo mismo. Se encontraba recostado en una cama tipo rey, en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad ,a su lado se encontraba lo que algunos llamarían una autentica belleza: una chica de tan solo unos 19 años de edad, rubia, de ojos azules , con unas piernas largas y unos senos que aunque operados lucían realmente bien. Estaba seguro que algunos matarían por estar en su lugar: dueño de una empresa fructífera, padre de una hija hermosa, guapo y por si esto fuera poco, todos los donceles y mujer bellas se lanzaban a sus brazos, pero para el esto no era nada para el, solo representaba llenar por unas horas un vacío que había en su corazón, por un momento pensó que la vida, no tenia nada bueno que ofrecerle, y entonces recordó a hiyo , su pequeña de 6 años de edad con sus grandes e inocentes ojos cefes,sus sonrisa cristalina y la dulzura de su rostro , definitivamente hiyo era su razón de vivir, mientras pensaba esto fue interrumpido por que la chica a su lado comenzaba a despertar , al ver que zen se encontraba despierto , la chica esbozo una sonrisa seductora, se acercó a zen por la espalda y susurro en su oreja
-amor, ¿estás listo para otra ronda?
Zen suspiro, era igual que siempre
-déjame decirte tres cosas, la primera: nunca me vuelvas a llamar amor, la segunda: si crees que por haberte revolcado un rato conmigo, eres alguien en mi vida estas equivocada, y tercera: antes de que armes un escándalo, dime ¿cuánto quieres?
-200000 yenes-dijo la chica con toda naturalidad
krishima zen se acercó a su cartera ,saco unos billetes y se los entregó a la chica
-espero que puedas brindar un mejor servicio, la próxima vez
después de esta escena que parecía ser mas común lo que el empresario quisiera en su vida , se dirigió al baño a tomar una ducha que lo despertara, para poder llevar a su pequeña a la escuela
se estaba vistiendo con tranquilidad ya que no contaba con la presencia de la molestia rubia , cuando su teléfono comenzó a sonar con insistencia alarmante, al mirar el numero su preocupación no hizo sino aumentar
-alo?
-señor kirishima
Estaba seguro era la voz de la niñera de hiyo
-pasa algo
la voz del otro lado del teléfono soltó un suspiro largo
- hiyo ha escapado
-¿QUE?
En el otro lado de la ciudad
Se encontraba un hermoso doncel, clase c de 25 años, caminando tranquilamente por un parque que servía de atajo para llegar a su trabajo, en la editorial kirishima-libros, cuando de pronto se paró en seco y frunció el ceño, dándole un aura que muchos considerarían amenazante. Ahí en medio del parque se encontraba una pequeña niña de 6 años, con el cabello castaño y unos ojos grandes e inocentes, pero llenos de lágrimas que luchaban por salir y que la pequeña castaña, al parecer se esforzaba en ocultar