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Unity por Kisaki

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Notas del capitulo:

Hola Hola, Eta vez no me entretendre mucho con las notas por que estamos a 03:00 de la mañana (Hora española) y estoy que nome caigo del bendito sueño, sin embargo queria dejar la actuaciozacion y la finalizacion de lo que ha sidi mi ultimo shorts.

¿Que decir de este capitulo?, que fue jodidamente dificil de escribir. Me ha traido cien e incluso mil dolores de cabeza y aunque no lo parezca lo escribi y  reescribi al menos unas 10 veces antes de quedar como mas o menos me hubiera gustado. ¿esta 100% a mi gusto? ,no del todo, pero despues de todo lo que me ha costado creo que al menos me ha quedado medio decente, por lo que espero con ansias saber si realmente os ha gustado y sabier que al menos el esfuerzo merecio la pena TT_TT

Os dejo sin mas dilacion el capitulo y espero que os guste. 
Bye bye

—Despierta princesa, son ya  las 9.

Aquella manera de despertar se le estaba haciendo después de dos semanas bastante familiar. Al aroma a café y tostadas recién hechas que emanaba desde la cocina, las persianas levemente corridas para dejar correr la fresca brisa de la mañana sin llegar a dejar entrar aquellos rayos de sol tan molestos y un suave beso en la mejilla que lejos de molestarle como en un principio hacia ahora comenzaba a gustarle.

Aquel Lunes hacia dos semanas desde que él y aquel  muchacho tan impulsivo habían hecho un trato, uno que en un principio solo el acepto pensando que sería tan simple como seguirle el juego a aquel muchachito mientras jugaban a ser novios, sin embargo aquel rubio no tenía un pelo de tonto y puso una sola condición para su plan.

“Deberemos vivir juntos, dispongo de poco tiempo y no puedo enamorarte con solo 2 horas diarias”

Esa había sido la única condición del rubio para comenzar con aquello que él consideraba una falsa. Por supuesto que en un principio se había negado, sin embargo tras la amenaza del rubio con terminar con todo de raíz no tuvo más remedio que aceptar la condición que le impuso.

—Déjame cinco minutos más…—susurro con voz ronca intentando dormir un poco más. Se sentía tan tan cansado…

—Levanta ese culo de la cama de una vez Shima, Ruki te quiere a primera hora para escuchar las maquetas y no voy a intervenir de nuevo en una pelea entre ustedes dos.

Lo que vieron sus ojos cuando decidió abrirlos de una vez por todas fue ese redondo y blanco trasero con algunas gotas de agua recorriéndolo siendo tapado más tarde por unos bóxers negros con el elástico en color verde.

—Obligándome a levantarme no vas a enamorarme— “aunque si me enseñas de nuevo ese culo quizás

—No pretendo hacerlo consintiendo todos tus caprichos— Comento antes de subirse aquellos ajustados vaqueros que le realzaban un poco su plano trasero y marcaban sus musculadas piernas — solo no llegues tarde ¿vale?, no hagas enfadar otra vez al enano, nos vemos a las 4 como siempre .

Recibió un leve beso de despedida  en sus labios y vio como el rubio se marcho por la puerta  para ir a su trabajo de medio tiempo. Lo cierto es que ser compositor principal junto a aquel enano le estaba poniendo de muy mal humor. Le exigía estar en la compañía antes de las 9, a veces le obligaba a permanecer durante horas con Aoi componiendo entre ambos las maquetas de las guitarras porque según ese dichoso enano la conexión entre ambos era demasiado “inexistente”. Realmente ese estúpido enano le llegaba a tocar demasiado la moral.

Remoloneo un poco más en su amplia cama y cuando decidió que ya era suficiente se levanto para ducharse y tomar el rico desayuno que el rubio le había preparado. Otra cosa que había notado en esas últimas dos semanas fue que desde que el rubio vivía allí habría engordado al menos 2 kilos más, cuando se quejo de esto al rubio solo le contesto que no le vendría mal ganar un poco de peso y que le encantaban sus nuevos muslos mas rellenos. Recordar eso le hacía sonrojar por que tras eso el más joven aprovecho para comprobar que tan placentero era el sexo con un cuerpo mas abrazadle.

Tras recoger todas y cada una de las partituras y su guitarra acústica salió en su coche hacia la compañía, cuando llego solo estaban Ruki y Kai ultimando algunos detalles como la portada del primer single, el tipo de letra, la fecha , los locales en los que tocarían para la presentación y los nuevos looks para las sesiones fotográficas. Al parecer ese crio era un experto en moda y no se le daba nada mal escoger la ropa y el maquillaje, sin embargo no entendía por qué le dejo a Reita escoger esos pantalones que dejaban sus muslos al descubierto…

—Llegas media hora tarde Uruha-san, incluso cuando le pedí a Reita que te  despertara temprano…

—Entonces dile que la próxima vez se abstenga a hacerlo la noche antes— por supuesto no pensaba hacer que el niñato dejara de hacérselo por las noches, ni cuando lo despertaba a las 3 de la mañana por que estaba caliente, sin embargo le jodia que ese enano utilizara al rubio como le diera la gana y que el otro  se dejara mangonear por el intento de duende que tenía delante.

El rubio no dijo nada sobre eso y decidió comenzar con el trabajo mostrándole a Kai las maquetas completas de las canciones y las grabaciones que Aoi y  Uruha había integrado a ellas para crear la base de las tres canciones que compondrían el single que iban a grabar en los próximos días. Pasaron unos minutos más antes de que Kai abandonara la sala para ir a la reunión con el resto del Staff y el manager. Habían acordado que el primer concierto seria en una famosa sala de conciertos por lo que Kai quería que todo fuera perfecto, mientras,  él y Ruki acordaron en componer y preparar dos temas más para presentarlos aquel día, sin embargo ese era un problema. A dos semanas del concierto en el que serian presentados como banda y ni si quiera tenían aun una de las composiciones completas.

Sabía que Kai estaba dando cuerpo y alma porque aquello saliera bien, Ruki ponía todo su empeño en que ellos se vieran bien y Reita  era la armonía principal de esos dos, el que lograba siempre calmar la situación aun cuando todos estaban alterados sin embargo la empatía que había entre él y Aoi era un gran problema en todo aquello. Cuando ambos empezaban a componer su prioridad no era que la composición saliera adelante. Era quedar uno sobre él otro.

Pasadas las horas llego Aoi y como siempre el ambiente entre ellos dos era totalmente nulo, no hablaban a no ser que fuera de trabajo e incluso se ponían en esquinas diferentes de la sala. Antiguamente, cuando ambos tocaban juntos,  su música era melodiosa, totalmente sacada de un cueto de hadas. Tenían una conexión y sincronización única, sin embargo ahora el sonido de sus guitarras nunca llegaban a concordar. Aunque tocaban los mismos acordes sonaban totalmente desparejos.

Pasaron un par de horas más antes de que Aoi y Reita por fin llegaran a la sala de ensayo. No podía negar que la voz de ese crio era increíble, y que al niñato no se le daba nada mal tocar el bajo, se veía bastante cool con su cabello mal teñido y su atuendo de pandillero, sin embargo no podía dejar de pensar en Kai y Aoi y en él mismo.  Tres hombres hechos y derechos más cerca de los cuarenta que de los treinta, dos de ellos grandes músicos, tocando desde cero en una banda que recién empezaba. Quizás si ese grupo empezaba a triunfar solo era porque el nombre de Aoi y Kai aparecían en los créditos.

Como cada día el ensayo fue un completo desastre. Ruki se quejaba y exigía que mejoraran y que dejaran cualquier tema personal fuera de aquellas robustas puertas, Kai intentaba poner paz cuando terminaban discutiendo por averiguar de quien era la culpa de que no avanzaran y él y Aoi discutían sobre quien había echo fallar a quien. Siempre la misma historia.

—Eres tu quien te encargaste de la composición de las guitarras en esta canción Aoi, no me eches las culpas si tu técnica se quedo caducada y tus dedos rígidos— Estaba cansado, arto de ser siempre él el culpable de que el moreno fallara en sus acordes. 

—Es imposible seguirte el ritmo, sabes que en la 2º estrofa tengo que entrar y aun así no me das tiempo a hacerlo. No es culpa de mis dedos si no de tu actitud de diva todo poderosa. Ser la primera guitarra se te está subiendo Uruha, lo haces queriendo para tener más protagonismo y dejarme a mí en segundo plano.

— ¡Basta!, todas esta discusiones son un sin sentido. Terminamos por hoy

Aquellas palabras realmente le molestaron, y de no ser por Kai realmente se habría abalanzado a golpearlo hasta prácticamente matarlo pero no tenía más sentido continuar con aquella conversación.  Rápidamente tomo su guitarra para guardarla con furia, realmente sentía indignación y quería volverse para golpear a ese imbécil, pero él no era así de irracional y de neandertal. Sintió entonces una mano en su hombre y cuando se volvió observo era mirada aquella mirada tranquila que siempre lograba transmitirle paz. No fue mucho, pero el simple roce de esa mano sobre su espalda le hacía sentirse mejor.

—Vamos a casa, compraremos algo para cenar de camino — Él solo  asintió levemente a las palabras del rubio y tras terminar de recoger sus cosas se marcho con este.

La parejita oficial del grupo comenzó a recoger también sus pertenencias tras la salida del guitarrista principal y el bajista. Era entrañable ver a ambos recoger la batería del mayor mientras conversaban y planeaban donde irían a cenar esa noche. Ambos parecían tranquilos hasta que el moreno hablo desde el fondo de la sala, donde aun permanecía sentado con su guitarra en el regazo.

—Esos dos se están llevando bien, ¿no? — La pregunta del moreno hizo que ambos se miraran el uno al otro con cierta complicidad — Hoy me vendría bien hablar con un amigo Kai, ¿me lo prestas por unas horas, Ruki?

El rubio miro a su pareja e hizo un leve gesto para indicarle a Kai que estaba bien  y quedarse con Aoi. Tras un leve beso y un “te espero en casa” dejo a ambos morenos solos. Al principio el silencio entre ellos se hizo presente, sin embargo poco después el mayor le anuncio que le invitaría a beber.

Dejo que el guitarrista recogiera sus permanencias y poco después se encontraron bebiendo en un bar al que solían frecuentar algunas noches después del trabajo Aoi no solía ser un hombre de muchas palabras o de aquellos que expresaban sus pensamientos de la nada, sin embargo cuando necesitaba consejo siempre acudía a él.

—Están juntos ¿verdad?, Reita y Uruha— Aquella pregunta por parte del guitarrista le sorprendió y era algo que no paso desapercibido por el mayor soltando una leve sonrisa ante de beber un trago de su copa— No es necesario ni que contestes.

—No tienen nada…formalmente hablando pero se ven a menudo podría decirse…— No quería especificar que Uruha y aquel joven solo tenían una relación basada en el sexo. Lo cierto es que se le estaba haciendo demasiado incomodo hablar con el ex novio de su ex pareja sobre su actual… lo que fuera que fuesen.

— ¿Sabes por qué acepte estar dentro de la banda aun como segunda guitarra? — Aquella pregunta volvió a sorprenderle, aunque el mayor le respondió antes de que él pudiera preguntarle— Pensé que ahora que Uruha y tu no estabais juntos podría recuperarlo, ¿Estúpido no? Después de tantos años y yo aun sigo enamorado de él como un idiota— La  confesión por parte del guitarrista fue algo que no se esperaba, y sin saber que responder a eso llevo el amargo licor hacia sus labios para dar un largo sorbo y tomar las fuerzas necesarias para continuar con aquella responsabilidad.

—Pues si fuera cierto eso que me dices Aoi no has estado jugando muy bien tus cartas…

—Lo sé, he sido un capullo con él y siempre que he podido le he atacado o le he humillado, pero es algo que no podía evitar Kai. Lo amo y sigo queriéndole, pero cada vez que le veía me era inevitable querer hacerle daño, aunque fuera solo un poco— Susurro apretando el vaso entre sus dedos con fuerza—Cuando volvimos de la gira mundial y le conté Kouyou sobre mis infidelidades pensé que lloraría, que se enfadaría conmigo, incluso pensé que llegaría a pegarme, quería  ver alguna reacción en su rostro…pero lo único que pude ver fue su indiferencia Uke, como si todo le diera igual... Lo único que dijo fue un simple “Entiendo”, ¿Qué clase de contestación es esa Uke?, nunca le importe y tengo la sensación de que nunca me quiso. Es un hombre que solo le importa él mismo y aun así aun continúo enamorado de él aunque intente olvidarlo con todas mis fuerzas…

Escuchar y consolar fue algo que siempre se le dio bastante bien, siempre fue aquel miembro del grupo de amigos al que todos iban a llorarle sus penas , en realidad no era algo que a él personalmente le molestara, sin embargo a veces el peso  que debía de soportar tras aquellas confesiones y secretos era demasiado para él, ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?, ¿Uruha egoísta?, podía ser muchas cosas, pero si algo le había demostrado a los largo de los años  era que era un hombre entregado a  los demás y si esa persona se llamaba Yuu Shiroyama le hubiera entregado hasta su propia vida.

—Lo siento, no te traje aquí para esto — Tras darle un largo trago a su copa hasta terminar con el amargo liquido de su interior continuo hablando — Voy a dejar la banda Kai, no puedo continuar discutiendo con él por cada pequeña cosa y por lo que se ve nunca estaremos de acuerdo, si esto continua así solo conseguiremos que el sueño de Ruki y tuyo se desvanezca…

— ¿Qué estás diciendo Aoi?, oye no decidas esas cosas a la ligera. Ruki quiere que estés en el grupo, yo quiero que estés en el grupo y Uruha acepto ¿no?...al menos es un avance, solo tenéis que hablar las cosas y al menos llegar a un punto intermedio entre los dos.

—No fue a la ligera, llevo un tiempo pensándolo y creo que es lo mejor Kai. No te preocupes, le daré mis disculpas a Ruki y me comprometo a buscar a otro guitarrista cualificado para…

—¡No!, mierda Aoi no quiero otro guitarrista, te quiero a ti, ¿tan difícil es de comprender?, al fin logro teneros a Uruha y a ti en una misma banda y no dejare que eso se estropee de nuevo, ni aunque fuera Uruha quien me lo volviera a suplicar— Grave error, cuando fue consciente de sus palabras sabia que el moreno no le daría tregua hasta que le contestara a todas y cada una de sus preguntas, solo rezaba por qué lo hubiera pasado por alto y no se hubiera enterado.

— ¿De nuevo?, que yo sepa Uruha, tu y yo nunca coincidimos en una banda…

—Bueno…quise decir que es lo que me hubiera gustado que pasara…

— ¿Qué tiene que ver Uruha en todo esto Kai? — La pregunta que más temía  fue formulada por la única persona que no deseaba que se la hiciera. Pensó una y mil maneras de evadirla, sin embargo sabía que el moreno no se conformaría solo con eso, por ello pensó que quizás después de tantos años  ya era hora de que Aoi conociera la verdad, quizás así las cosas se calmarían entre ellos y Aoi dejaría de fastidiar a Uruha cada vez que pudiera.

—Yuu…creo que hay algo que deberías de saber…

***********************************************
Termino de darse un relajante baño después de haber cenado lo que llegaron a comprar por el camino y que el rubio se fuera a trabajar. Como era costumbre se puso ropa cómoda y dejo su cabello al aire para que se secara libremente, eran las 11 de la noche y aunque era la hora perfecta para ir a la cama no tenia sueño. Se había acostumbrado a ver a aquel rubio merodear por su casa, hacerle la cena y luego quizás ver alguna película a la que realmente no echaba demasiada cuenta hasta que se perdían entre besos y caricias que acababan y continuaban en la cama, era una vida a la que no quería acostumbrarse aunque,  sinceramente , no estaba nada mal. Ni si quiera con Kai sintió aquella conexión y calma que sentía cuando se encontraba con el rubio pero se negaba a enamorarse de nuevo.

“Todo acaba terminando y cuando lo hace es tremendamente doloroso”

Escucho el sonido del timbre justo cuando fue a sentarse en el sofá para ver un rato la televisión. Le sorprendió no iba a negarlo, Reita trabajaba hasta las tantas de la noche  y no solía recibir visitas a no ser que fuera Kai con algún tema de papeles por la banda, aunque dudaba que se presentara a las 11 de la noche en su casa sin antes avisar.

Al abrir la puerta  le sorprendió ver a Aoi tras ella, hacía años que el moreno no pisaba su apartamento, más concretamente desde el día que todo termino entre ellos y se convirtieran en completos extraños…

— ¿Aoi?, ¿puedo ayudarte en algo? — por supuesto no le ofreció entrar, ni si quiera entendía el motivo de su visita o que quería de él a las 11 de la noche— ¿A caso no te quedaste agusto humillándome esta tarde que vienes a mi propia casa? — Sus palabras parecieron hacer reaccionar al moreno haciéndole levantar la vista hasta el castaño que tenía enfrente y caminar hacia él.

No supo qué intención tenia o que pretendía, pero a cada paso que el moreno daba el daba otro paso hacia atrás, Sin darse cuenta ambos se encontraban dentro de su casa, uno frente al otro  mirándose mutuamente aunque aun sin decir una sola palabra. El ambiente estaba tenso y tenía la sensación de que incluso se le hacía difícil respirar.

Fue a preguntar de nuevo que hacia allí, sin embargo los pasos rápidos y los labios del moreno sobre los suyos le impidieron decir ni una sola palabra. Cuando se quiso dar cuenta su cuerpo estaba contra la pared y sus labios atrapados entre los del moreno sintiendo el amargo sabor del licor embriagarle y los fuertes brazos del guitarrista mayor inmovilizarle. Su mente estaba confusa y aunque quería reaccionar no podía, ni si quiera podía empujar el cuerpo del mayor para que se separara de él.

Actuó sin ni si quiera pensar y golpeo fuertemente el abdomen del moreno con su rodilla consiguiendo que se doblara de dolor y lo liberara al fin.

— ¿Qué demonios estás haciendo? ¡¿Que….en qué demonios estas pensando?! Vienes a mi casa a las 11 de la noche borracho y besándome, ¿Qué crees que estás haciendo?- Estaba confuso, sorprendido y totalmente asustado, nunca había visto a Aoi de aquella manera, nunca le vio perder el control y aquella mirada…aquella mirada realmente le asustaba.

— ¿Por qué nunca me lo dijiste?, ¿Por qué nunca me dijiste que Kai te propuso mi puesto? ¡¿Porque lo rechazaste Uruha?! — Necesitaba saber la respuesta a todas esas preguntas, necesitaba saber si aun existía  alguna posibilidad entre Uruha y él…

—Así que Kai se fue de la lengua— Su sonrisa se volvió triste, aunque solo duro unos segundos antes de que su mirada se endureciera y mirara directamente al moreno— Aun así ya nada de eso importa Aoi, ha pasado muchos años ya…el delito está prescrito y nada cambia todo lo que hemos hecho y nos hemos dicho hasta ahora, ¿lo entiendes?

—Claro que lo cambia Uruha, ¡Lo cambia malditamente todo!, ¿crees que te hubiera tratado así de haberlo sabido antes?, ¿crees de verdad que habría hecho todas esas tonterías que hice de saberlo?, dejarte aquí, creer que solo pensabas en ti mismo… ¿Cómo crees que me siento ahora que se lo gilipollas que fui por haberte perdido Uruha? ¡¿Cómo crees que me siento ahora que se cuánto daño debí hacerte?! Ni si quiera yo mismo puedo perdonarme.

Tenía miedo, sabía perfectamente como era el temperamento del moreno y tan bien lo conocía que sabia cuan imprevisible podía llegar a ser. No lograba leer las acciones de su ex pareja. En ese momento se sentía incapaz incluso de  poner en orden sus ideas después de sus palabras, ¿a que había venido?, ¿a reprocharle?, ¿a pedirle perdón?

 

Sentía su garganta seca y noto como se paro su propio corazón al sentir  la mano de Aoi sobre su mentón consiguiendo así que levantara su mirada clavando sus oscuros ojos negros sobre los suyos de color miel.

—Rechazaste la oportunidad de tu vida por mí, me dejaste ir aun cuando sabias que así me perderías, esperaste seis meses a mi regreso aunque sabias que quizás yo ya no iba a volver junto a ti, ¿Por qué no me dijiste nada Uruha?...si solo lo hubiera sabido…todo habría sido completamente distinto.

No quería escuchar más, es mas, quería salir huyendo de allí en aquel momento para no tener que afrontar aquella realidad. Siempre pensó que la relación entre Aoi y él nunca tendría arreglo, que acabarían odiándose para el resto de sus vidas y que ese sería el único sentimiento que quedaría entre ellos, pero ver allí al moreno  confesándole de manera tan repentina  sus sentimientos y acariciando de nuevo su piel de aquella forma tan dulce como lo hacía cuando aun estaban juntos realmente estaba llegando a asfixiarle.

Coloco su mano en el pecho del moreno para así alejarlo un poco de él, necesitaba espacio…necesitaba que Aoi se fuera.

—Márchate…no quiero oír esto ahora mismo Aoi. — Por primera vez después de mucho tiempo se sentía débil, aturdido y confuso. Cierto era que durante mucho tiempo estuvo soñando que ese momento se haría realidad ,que Aoi llegara a pedirle disculpas y que volviera a decirle que lo amaba y que volvieran juntos, pero en aquel momento lo único que sintió fue que todo era  una pesadilla.

Espero a que el moreno se marchara sin ponerle ninguna objeción, y creyó que realmente así seria cuando vio como el moreno  se volvió hacia la puerta, sin embargo cuando ya tenía la mano en el pomo repentinamente se volvió hacia él y de nuevo atrapo sus labios entre los suyos sosteniéndole con sus fuertes brazos hasta pegarle a su cuerpo.

—Se que si llegara a irme ahora, volveré a arrepentirme para el resto de mi vida.

Tras decir aquellas palabras por su mente quedo confusa y dispersa, ya no opuso más resistencia, ya no volvió a pedirle que se marchara y simplemente se dejo llevar. Los besos en sus labios, su lengua recorriendo cada rincón oculto de su piel y las caricias alrededor de su cuerpo,  había olvidado lo bien que se sentía tener a Aoi tan cerca, era como si el moreno no hubiera olvidado sus puntos débiles y el tacto de su piel, pero algo le impedía disfrutar de aquello al 100% y aunque su cuerpo no era consciente de ello su mente si lo era.

“Reita”

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Cuando despertó a la mañana siguiente noto su cuerpo cansado  y agotado, aunque quería no podía ni si quiera abrir los ojos. Escuchaba el sonido de los trastes desde la cocina  y a su mente lo primero que se le vino fue que seguramente Akira estaría preparando el desayuno como cada mañana, sin embargo las imágenes de él y Aoi juntos azotaron rápidamente a su mente.

Lo primero que busco su mirada fue el pequeño despertador blanco que tenia sobre la cómoda observando que ya eran más de las 11 de la mañana. Intento recordar con todas sus fuerzas el haber visto al rubio después de que él y Aoi se acostaran, pero no había nada en su mente.  Rápidamente se levanto de la cama notando por primera vez su desnudez y tras ponerse lo primero que vio se dirigió rápidamente hasta la cocina contemplando que efectivamente la cabellera que veía desde aquel ángulo era morena y no rubia.

—Oh, ¿ya te has despertado?, planeaba darte una sorpresa y llevarte el desayuno a la cama — Confeso antes de acercarse y sin ni si quiera dudarlo besar sus labios.

Giro levemente su rosto para evitar afrontar en ese momento al moreno cuando vio algo que le resulto familiar sobre el mueble de la entrada. No le importo alejar al mayor en aquel momento de forma brusca, solo se acerco hasta el mueble viendo aquel juego de llaves que conocía bastante bien junto a un trozo de papel.

Sintió su corazón latir a 100/h y con sus manos temblorosas tomo el trozo de papel. Cuando leyó lo que en el había escrito sintió unas terribles ganas de llorar. ¿Qué significaba aquel “Tu ganas, me rindo”? y sobre todo ¿porque se sentía tan desesperado por correr a por el rubio y decirle que todo había sido un error?... ¿desde cuándo comenzó a pensar que recuperar a Aoi era un error?

— ¿Qué ocurre Uruha? — Escucho la voz de Aoi a su espalda y aquella mano sobre su hombro. Incluso la calidez que desprendía era distinta a la del rubio…

— ¿Viste a Reita en algún momento Aoi? — Su voz salió temblorosa y sin ni si quiera darse cuenta un par de lagrimas chocaron contra el blanco papel haciendo que la tinta se corriera  conforme mas lagrimas continuaron cayendo.

—Estáis viviendo juntos…

No fue una pregunta, fue una afirmación. Ver a Uruha llorar siempre fue su punto débil, hacía años que no lo veía de aquel modo y la última imagen que se le vino a la mente fue justo antes de que se marchara a la gira mundial.

—Kouyou  se perfectamente lo egoísta que debe ser escuchar esto pero no me arrepiento de lo que ocurrió ayer y no pienso volver a perderte, luchare por recuperarte si es necesario. — Se acerco hasta quedar más cerca del castaño, rodeando su cintura desde la espalda y besando lentamente su nuca — Pero te daré el tiempo que necesites para pensar lo que debas, como tú me lo diste a mí.

Agradecía en aquel momento que Aoi fuera un hombre sensato y no insistiera mas, solo pudo darse la vuelta para mirarle y susurrar un leve “lo siento” antes de observar como el moreno se marcho poco después prometiéndole que le llamaría mas tarde. Cuando se encontró solo en su hogar se dio cuenta de lo que realmente había hecho y se dirigió a paso rápido hacia el dormitorio. Lo primero que miro fue dentro del armario.  

Nada

No quedaba ninguna pertenencia del rubio, ni si quiera el cepillo de dientes.  Ni si quiera podía imaginar el rostro del rubio al encontrar semejante escena al llegar a casa, pero ¿no era  eso lo que el realmente quería?, siempre se dijo a si mismo que no iba a enamorarse de ese niñato, que tan solo estaban juntos por el sexo, entonces de ser así ¿Por qué sentía aquella opresión en su pecho?, ¿Por qué se sentía como si realmente fuese a dejar de respirar?

Escucho entonces su teléfono sonar y lo primero que se le vino a la mente fue Reita.  Contesto la llamada sin ni si quiera mirar la pantalla con la esperanza de que realmente se tratara del rubio, sin embargo nada más escuchar aquella voz supo  que no se trataba del rubio que esperaba.

—Ya puedes ir disculpándote por lo que quiera que le hayas hecho a Reita ahora mismo Takashima si no quieres que yo mismo vaya ahora mismo a tu casa y patee tu huesudo trasero — Aquella forma de hablarle no era común en el joven vocalista, siempre tuvo un cierto respeto ante él y Aoi especialmente, sin embargo tras escucharle supuso que el  bajista no le conto que había pasado entre ellos ¿entonces por que estaba tan enfadado con él?

—Ruki ¿sabes dónde está Akira? Yo…yo necesito hablar con él…

—Reita me llamo para decir que renunciaba al grupo y cuando le pregunte porque solo me dijo que simplemente no puede volver a verte, ¿vas a decirme que demonios ocurrió? — Noto la voz de aquel mocoso enfadada, sin embargo lo que realmente le dolió fue saber que el rubio realmente se había dado por vencido con él.

—Ruki por favor dime la dirección de Reita…

******************************************************************

De nuevo se encontraba solo en aquel barrio que juro nunca volvería a pisar, pero esta vez el motivo era diferente al que le llevo hasta allí la primera vez. Se adentro por aquellas peligrosas calles notando de nuevo como algunos pares de ojos le seguían con la mirada, volviendo a ver de nuevo la entrada de aquel bar que visito por primera vez. Según las indicaciones que le dio el pequeño vocalista la casa de Reita se encontraba a dos calles más adelante  de aquel lugar. No iba a negar que le fue bastante difícil encontrar el lugar que Ruki le había indicado, sin embargo cuando lo encontró no pudo más que sorprenderse.

La fachada de aquella humilde casa estaba completamente en ruinas y las verjas que la separaban de la calle oxidadas y totalmente descuidadas. Las ventanas  estaban rotas y tapadas con lo que parecían papeles de periódico y cinta aislante. Se le partió el alma solo de pensar que realmente aquella era la casa del rubio.

Dudo que el interfono funcionara por lo que decidió pasar directamente y tocar  la puerta un par de veces, pero nadie le contesto. Dio un par de vueltas por las afueras de la casa en busca de vida dentro de aquel lugar pero al no ver nada supuso que el rubio habría salido o estaría trabajando.

 Decidió esperarlo entonces en la puerta de su casa. Pasaron quizás dos horas que estuviera allí esperándolo cuando ya comenzó a oscurecer, el manto negro caía sobre el despejado cielo dejando una penumbra aun más acentuada al comprobar que dos de las cinco farolas que había en aquella calle estaban rotas Su mente divagaba la manera en la que debía comenzar la conversación, ¿Qué era lo que iba a decirle? “¿No es lo que crees?”, los había visto dormir juntos y seguramente ambos estarían desnudos…claro que era lo que parecía. Tan absorto se encontraba en sus pensamientos que no noto que alguien le acompañaba hasta que no vio unas viejas zapatillas delante de la calzada, por un momento pensó que era el rubio y de manera tímida y lenta levanto su mirada, sin embargo compro  que quien se encontraba frente a él no era Akira, sin embargo si alguien conocido.

—Vaya, vaya ¿a quién tenemos aquí de nuevo?, hola muñequita— Decidió ni si quiera contestar a aquel grandullón al que una vez se topo dentro de aquellas mismas calles  y simplemente volvió a bajar su mirada enfoscada en el suelo. Grave error — ¿Es que no soy lo suficientemente bueno para ni si quiera contestarme puta? — La raíz de su cabello dolió exageradamente al sentir como le agarro fuertemente de este y casi le levanto del suelo, incluso llego a temer por que le arrancara su cabellera.

Pudo escuchar como alguien le decía un “cuidado es la puta de Reita” al ser zarandeado de aquella manera tan violenta, pero aquello no pareció importarle cuando aun le tenía agarrado fuertemente y le zarandeo un poco más. No le quedo más remedio que defenderse con uñas y dientes nunca mejor dicho.

Rápidamente llevo sus manos hasta las de ese bruto que le tenía agarrado cual gallina del cuello y clavo sus largar uñas  hasta sentir que estas se incrustaban en la piel hasta hacerle sangrar. Pudo librarse del agarre gracias a eso y echo a correr sin ver ni si quiera la dirección de hacia dónde lo hacía, solo quería escapar de allí y alejarse de aquella bestia pero algo le impidió su huida, o más bien alguien.

Aquel choque consiguió que él callera completamente de bruces al suelo y cuando pudo levantar su mirada contemplo aquella cabellera rubia que tan fácil se le haría reconocer. En aquel momento se encontró completamente feliz de ser con el rubio con quien se topase en el camino y no pudo más que sentirse seguro de nuevo.

— ¡Tú!, deberías enseñar mejor a esa puta que tienes Reita, ni si quiera modales tiene— Oyó recriminar a su espalda pero el solo contemplo el rostro del rubio. Estaba serio y frio y  en ningún momento pareció dirigirle su mirada.

—No sé de qué puta me hablas, yo no tengo nada que ver en esto – Pareció entonces que sus palabras sorprendieron tanto a aquel animal como a él mismo. Vio como el mas joven continuo con su camino hacia su casa con una bolsa en la mano izquierda  sin ni si quiera mirarlo, sin embargo lo que más le dolió fue ver su indiferencia y la manera en la que se refirió a él como una “puta”, ¿tanto daño le había echo?

—En ese caso  me dejaras tenerle por un rato ¿eh?- El rostro de aquel hombre cambio por completo e incluso apoyo su codo en el hombro del rubio de manera relajada con una sonrisa burlesca que realmente no llego a gustarle

—Por mi haz lo que quieras…

Sintió miedo cuando el rubio pronuncio aquella frase dándole vía libre a ese hombre a hacer lo que quisiera con él, ¿hablaba en serio?, ¿realmente iba a dejarle hacer lo que quisiera?,  Mordió sus labios fuertemente hasta que sintió de nuevo ese dolor agudo en el brazo al ser levantado con brusquedad del suelo. Realmente espero a que el rubio se girara a verlo y fuera a salvarlo…pero eso nunca ocurrió.

Lo primero que recibió fue un fuerte golpe en su cara que le hizo volver por completo su rostro seguido de un ardor profundo en su mejilla.

—Eso por no contestarme cuando te salude tan amablemente— Murmuro antes de recibir de nuevo otro fuerte golpe en el otro lado de su cara. Estaba tan sorprendido por la actitud del rubio que ni si quiera estaba dispuesto a defenderse, ni si quiera sentía más dolor excepto el de su corazón. — Y eso por estos bonitos arañazos.

—Reita— Aunque solo salió un susurro de sus labios fue como liberar un gran peso de sus hombros al conseguir decir su nombre— ¡Reita! — Grito esta vez mas fuerte para que pudiera escucharlo, viendo como el rubio se detuvo y giro su rostro hacia él esta vez.

Sintió un nuevo tirón de pelo, pero esta vez sí respondió con un certero puñetazo en la cara que le permitió huir de nuevo.  Por desgracia el nunca fue bueno en gimnasia y fue fácilmente atrapado de nuevo recibiendo un fuerte golpe en su abdomen de parte de aquel bruto que estaba seguro pesaba al menos el doble que él. El golpe le dejo aturdido, sin embargo logro zafarse de nuevo de aquellos fuertes golpes y  salió corriendo con todas sus fuerzas hasta que llego donde se encontraba el rubio, se sentía nervioso, pero sobre todo asustado de recibir de nuevo la indiferencia de Reita.

—Por favor Akira…por favor no me dejes, te lo suplico no me dejes— Nunca jamás suplico a nadie, no estaba en sus genes, sin embargo era lo único que podía hacer en ese momento, suplicarle a aquel rubio que le perdonara, suplicarle que no dejara a esos brutos hacer con él lo que quisieran…suplicarle por que volviera junto a él.

Noto esta vez un brazo gentil que le agarraba y sonrió aliviado al ver que esta vez sí era el rubio quien le sujeto dejando escapar las lagrimas que no derramo durante los golpes. No supo como el rubio consiguió que aquellos tipos se marcharan cuando ya se encontraron dentro de aquella casa sentados uno frente al otro mientras el rubio curaba la herida que le hicieron en su labio superior.

—Akira yo…

—No tienes nada que decirme, vete a casa Shima— Escuchar de nuevo al rubio hablarle de esa manera le hizo daño no iba a negarlo, pero era lo que se merecía después de todo.

—No, no voy a irme Akira, no hasta que te de al menos una explicación.

—No tienes que darme ninguna explicación. Quedamos en eso ¿no?, podías acostarte con quién quisieras y yo no podría meterme…regla número cinco era si no me equivoco.

—Eso no tiene nada que ver ahora Reita, esas normas no valían durante el tiempo que  estuviéramos saliendo…

—Oh, ¿pero estábamos saliendo? — De nuevo unas simples palabras dolían más que todos los golpes que se hubiera llevado ese día. Pudo sentir perfectamente el momento que su corazón se encogió y las lagrimas se agolpaban por salir de sus ojos — Lo nuestro nunca debió de suceder…nunca iba a funcionar después de todo y yo fui un maldito ingenio. Solo míranos Shima, somos la noche y el día y mira este lugar. Vivimos en mundos totalmente distintos, tu una princesa y yo un don nadie— Vio aquella sonrisa  triste y como desvió su mirada hacia el interior de aquella casa casi derrumbada— Aoi es tu príncipe azul.

—Eso no es cierto Reita, Aoi y yo salimos hace mucho tiempo, pero nosotros rompimos…lo de ayer fue solo un error…

—Ya te dije que no tenías que darme explicaciones. Vamos, te llevare a casa.

— ¡Pero yo quiero dártelas!, escúchame de una vez cuando te hablo Reita…fue un error y lo siento, siento haberte herido, siento haberte hecho daño y no puedo ni imaginar lo que sentiste cuando llegaste a casa y viste esa escena…pero yo realmente lo siento y …por favor perdóname, quiero que vuelvas a casa…

— ¿Por qué?, ¿Por qué debería perdonarte?, ¿Por qué debería volver? ¿Para tenerme 9 meses más como un perro faldero tras tus piernas y puedas después hacer lo que quieras conmigo.

—Por que te amo, porque te quiero y me he enamorado de ti Akira…y si no quieres volver, seré yo quien me quede aquí esta vez.

El rubio nunca se espero una confesión como aquella por parte del mayor, sin embargo solo ver las lágrimas de este correr por sus mejillas tras aquellas palabras le hicieron creer que lo que estaba diciéndole no era mentira, ¿Cómo podía ocultar lo feliz que se sentía en ese momento?

Lentamente acerco su dedo hasta aquellos ojos castaños y limpio el rastro de lágrimas que quedo bajo sus ojos obligándole así a mirarle.

—No vuelvas a hacerlo Shima, porque no volveré a perdonarte a.

Tras sus palabras el rubio no dudo un solo segundo en besar aquellos peculiares labios de forma suave sin despegar  su mano de su mejilla. Fue un beso lento y delicado que ambos disfrutaron. Era mágico el momento de sentir el sabor del otro por primera vez con tranquilidad y sin acelerar el momento. Reita le trato aquella noche como si realmente fuera su princesa de cristal, y era por eso mismo era que sabía que el rubio era su príncipe.

Las caricias, los besos... todo fue de forma lenta y desesperante, pero sin duda mil veces mejor que todas las noches de sexo desenfrenado que ambos hubieran mantenido. No le importo el estado de aquella casa o como de duro fuera el colchón donde el rubio le recostó, lo único que le importaba ahora era ese niñato de ojos oscuros que sin pedir permiso entro en su vida y logro enamorarlo.

No tardaron mucho en quedar ambos totalmente desnudos sobre las sabanas cuando sintió los besos del menor sobre su abdomen bajando lentamente hasta su parte baja hasta que este paro justo antes de llegar a su necesitado sexo. Fue a reclamar molesto por ello, sin embargo las palabras murieron en su boca cuando vio el cuerpo erguido del rubio sobre él y sus manos deshaciendo el nudo que sujetaba aquella banda de su nariz.

Era la primera vez que contemplaba el rostro de Reita sin aquel trozo de tela sobre su nariz y pudo asegurar que aquel simple hecho fue uno de los más felices que había sentido en su vida. Reita era aun más atractivo sin aquel tozo de tela sobre su cara, sin embargo ese rostro despejado solo era suyo. Se incorporo despacio y beso sus labios por enésima vez en aquel día dejando después un corto beso sobre su nariz.

—No se la enseñes nunca a nadie más que a mí— Pidió de manera egoísta antes de abrazarlo, cosa que hizo sonreír a su ahora pareja.

—Solo tú, Ruki y mi madre la conocen— Aseguro antes de continuar donde dejo sus caricias. Fue la primera noche que el sexo fue lo que menos le importo.

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Lo que le despertó aquella mañana no fue el canto de los pájaros  o los rayos de sol colándose desde la ventana, fue el sonido de una suave melodía que provenía del piso de abajo. Apenas habían terminado de instalarse el día anterior y aquel niño inquieto no podía parar ni un segundo.

Bajo los escalones de su nueva casa hasta llegar a aquel enorme salón que a ambos enamoro cuando lo vieron y allí estaba, en aquel rincón que habían reservado para sus instrumentos el rubio de sus sueños sosteniendo su querida guitarra.

— ¿Tan temprano y ya andas inspirado? — Pregunto antes de acercarse y buscar un beso de buenos días que no recibió hasta después de que el guitarrista terminara de tocar aquella estrofa.

—Estoy componiendo la canción del nuevo Single.

—Me gusta como estaba soñando, ¿Ya le pusiste nombre?

—Algo pensé, pero aun tengo que discutirlo con el chihuahua malhumorado— Eso hizo reír al rubio y lentamente vio como se marcho a lo que sería la cocina cuando estuviera todo totalmente colocado en su sitio.

—Deja eso y vamos a desayunar, aun quedan un millón de cajas que abrir y cientos de muebles que montar.

Aquello solo le hizo sonreír y como el rubio le indico dejo su guitarra sobre su base para ir a ayudar al rubio con la cocina. Había decidido después de 5 meses de relación estable con el bajista cambiar de hogar y dejar atrás todos los recuerdos tanto felices como dolorosos para comenzar una nueva vida juntos desde cero.

Fin


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