Eran las 4 de la tarde, yo recorría con la mirada a todas las personas que estaban en la cafetería de la quinta avenida de Wall Street, un lugar muy bullicioso para mi gusto, cometo para mí mismo, solo espero que llegue pronto, no soporto mucho el ruido de la ciudad, preferiría estar en mi casa, tomando un café caliente, mientras observo las afueras de mi jardín de forma pacífica, cuando los pajarillos cantan en la mañana y el sonido de las aguas corre. –ciento por la demora, Sr. Sasuke, pero el camino para llegar a esta muy congestionado- dijo el hombre de corbata y traje muy bien planchados, su semblante era de cansancio, al parecer llego corriendo hasta este lugar, pobre hombre. – por favor siéntese, y discutamos con calma lo que me ha venido a decir, mi señor.- en eso el hombre se sienta, y pide a la camarera que trajera un par de cafés, comenzó a acomodarse sus vestimentas mal trechas por su apuro, al terminar, de sus manos pone sobre la mesa, un maletín color concha de vino, de esos que saben llevar los abogados, este saca unos papeles y me los entrega.- el testamento dice que su mujer deja a sus hijos en su custodia mi sr. Sasuke, y desea que viva en su casa de campo con ellos- mire de reojo a aquel hombre, mi semblante cambio a uno serio, la mujer que menciono hace poco era mi ex esposo, una doncel delicado, con buenos gustos para la comida, era maravilloso, sin embargo, también fue la causa de nuestra separación.- aquí están sus cafés- comencé a leer detenidamente el testamento que decía que debía encargarme de los dos hijos de mi ex pareja, dejándoles la herencia cuando cumplan la mayoría de edad, mientras tanto yo seré su tutor y me encargare del financiamiento de su dinero, también , me dejo su casa como antes lo habían mencionado. No entendía la razón por la que me dejo a sus dos retoños, si yo no era el padre.-Sr. Sasuke, quisiera decirle también que la Sr. Naruto, dejo esta carta para usted, dijo que se la entregase- al cabo de un rato más, el abogado se fue dejándome con los dos sobres, no sabía qué hacer, page la cuenta y me dirigí a mi casa, un trayecto muy largo de la ciudad hasta los lugares urbanos donde se situaba mi vivienda. Entre, y todo estaba en silencio, camine con los papeles en mano hasta mi estudio, me senté en el gran sofá color negro, me acomode para abrir la carta que me dejo Liz, un pequeño sobre regordete, lo abro, y saco la hojita que llevaba dentro que decía:
No sé cómo decirte esto Sasuke, pero, no puedo ocultarlo más, durante todo este tiempo que estuvimos juntos, supe que eras un ruin despiadado hombre que no le interesaba nada que no fueses tú, yo fingía ser feliz a tu lado, pero ya no más, me aleje de ti, y por fin pude encontrar el amor, sin embargo yo todavía estaba unido a ti, todavía éramos esposos, y tuve una aventura fuera del matrimonio, y fue allí donde te enteraste que te engañaba, cuando supiste que estaba embarazado, me echaste de tu casa, sin importarte mi estado, recorrí las calles hasta llegar al apartamento de Garaa, le conté que iba a tener hijos de él, pero, también me hecho del lugar, no tenía a donde ir, estaba solo, mis padres murieron y tú lo sabias perfectamente. Durante algún tiempo comencé a recibir ayuda de no sé quién, regalos, dinero, me costaba creer que tenía un ángel de la guarda que me protegía, pude tener un apartamento donde vivir.A la hora del parto fui al hospital, no sé como pero al despertar, me dijeron que había tenido a dos hermosos varones, mire a mi lado y los encontré, no sabía que decir, lloraba de la felicidad, pero mi preocupación es que como iba a pagar el hospital, no tenía dinero, y lo que me daba mi ángel de la guarda lo ahorraba para los estudios de mis hijos, la enfermera entro y me dijo que no me preocupe de mi estadía, que todo estaba ya pagado, me sorprendí, otra vez mi ángel de la guarda me vigilaba y me ayudaba. Pasaron cinco años, Menma y David cada vez se parecían a ti, que irónico no?, pensaba que era obra del destino, la persona que más odie y aborrecí ahora me había dado dos pequeños ángeles, inquietos, revoltosos y traviesos. Un día, Hubo una llamada, uno que me decía que tenía una enfermedad terminal, llore como nunca antes en la vida, como iba a dejar a mis hijos solos en este mundo, cómo?, una idea loca paso por mi cabeza, buscar a mi ángel de la guarda, para que ahora los protegiese a ellos, halle un detective y le dije que buscara a la persona que me enviaba esa ayuda en mis momentos difíciles, paso mucho tiempo para que pudiera encontrarlo, yo ya no podía levantarme, ahora reposaba en una cama de hospital conectada a unos aparatos que me ayudaban a vivir, en la tarde me visito el detective y me sorprendí al saber que había encontrado a la persona que le había pedido que buscara, él me dijo que eran un señor llamado Uchiha Sasuke, al principio no lo podía creer, aquel hombre frio, sin sentimientos, que llevaba una coraza dura en su corazón había sido quien me ayudaba todo este tiempo en las sombras, llore, nuevamente, había sido yo el responsable de que te apartaras de tus hijos, y te juzgarse mal todos estos años. Quiero agradecerte por haber cuidado de mí, de mis hijos, ahora sé que están en buenas manos, y que mi ángel de la guarda los protegerá como lo hizo con migo, Gracias por todo ahora puedo morir en paz.
Naruto, no sabes cuánto lo lamento, al juzgarte mal, mi arrepentimiento no fue de un solo día, sino de varios años, no pude ver el doncel maravilloso que eras, tú eras mi apoyo, mi talón de Aquiles, pero al enterarme de tu traición, mi ira se convirtió en rencor, mi furia en arrepentimiento, quise remediarlo ayudándote de entre las sombras, podía ver lo feliz que eras, con tus dos hijos, al enterarme de tu enfermedad, hice todo lo posible para que te curaras, para que mejoraras y volvieses a tener esa sonrisa que iluminaba todo, no sabes cuánto lo siento, remediare mis acciones y prometo que cuidare a nuestros hijos, con el amor que nunca supe darte.
*FIN*