Lost
Siente como poco a poco pierde el rumbo y no recuerda el camino para regresar. Regresar a cómo eran las cosas antes de que todo se esfumara como espuma de mar, como las olas destruyendo los castillos de arena en cada oleaje que chocaba en la brillante arena.
Él sólo quiere volver a sentir esos cálidos brazos envolver su delicado cuerpo, sentir el aliento mentolado en su nuca, las caricias por las noches, los besos compartidos, las palabras que llevaban consigo un sinfín de promesas y los quedos te amo demasiado que eran susurrados todos los días.
Lo único que pedía Luhan era que todo volviese hacer como solía ser. Donde las cosas encajaban en su lugar. No como ahora que todo estaba desequilibrado, torcido y fuera de lugar.
Si tan sólo él pudiera regresar el tiempo, se prometía jamás volver a regarla como lo hizo esa noche. Sí tan sólo se hubiese sentado hablar como la persona racional que creía que era, tal vez y sólo tal vez él no hubiese perdido a Sehun esa noche.
Recuerda cada uno de los reproches mal infundado que Sehun le gritaba como mantra: Tú no eres mejor que yo, Luhan. Sé que te estás viendo con Minseok y no sabes cuánto estoy odiándote en estos momentos. Y llora tan sólo con el recuerdo de esas palabras porque: No estoy viéndome con Minseok, tú desgraciado. Permíteme decirte que el único que me ha estado viendo la cara de idiota eres tú. ¿Crees que no sé lo de Tao? Él que debería estar diciendo cuanto odio tiene dentro de su corazón soy yo, no tu.
Ninguno de los dos media sus palabras esas noche y Luhan realmente se está odiando por siquiera haber abierto su boca para soltar palabras que ni sentía en realidad. La discusión que hizo que perdiera a Sehun para siempre fue sólo un malentendido que provocó la separación permanente de Luhan y Sehun.
Se arrepiente tanto porque él sólo quería de regreso a Sehun en su vida. Él preferiría los gritos y discusiones, juraba que haría todo lo posible para que él estuviese bien con Sehun, hubiera preferido eso antes de ver a Sehun tomar las llaves del auto y marcharse a Dios sabe dónde. Llora amargamente porque no quiero verte nunca más antes de que Sehun cerrara por completo la puerta.
Ahora él puede imaginar sentir la helada piel de Sehun. Puede imaginar el hedor que desprende el putrefacto cuerpo de Sehun bajo tres mil metros bajo tierra. Puede imaginar como con el pasar de los días el inerte cuerpo de Sehun comienza a evaporarse, desintegrarse y desaparecer.
Cuando cae en cuenta de la dolorosa y terrible realidad sabe que Sehun se volverá huesos y polvo. Luhan se siente totalmente perdido sin Sehun a su alrededor porque a pesar de las discusiones sin sentidos, Luhan siempre amó a Sehun más que a su propia vida, y, ahora, Sehun ya no estaba más.
Entonces Luhan decide que sin Sehun nada tiene sentido. Que todo se volvería monótono, destructivo y se sentiría como alguien muerto en vida. Nada tiene sentido porque después de todo, ¿qué es un beso en la mejilla, cuándo ya nos habíamos besado hasta el alma?
Luhan estaba perdido y no cree sentirse de otra manera ahora que Sehun ya no estaba.
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