Kuroko pov
***********************************************
Soy Kuroko tetsuya tengo 16 años recién cumplidos y estoy embarazado de cinco hermosos bebes, en este momento solo tengo tres meses pero tengo una gran barriga que exagerando es más grande que yo…la verdad parece e 7 meses, el doctor dice que es normal que se encuentre grande ya que tengo un embarazo múltiple, sin embargo que es muy riesgoso para mi cuerpo, según el no cree que mi cuerpo lo resista mucho, me dice que mis huesos pueden doler hasta romperse, que mis órganos dejaran de funcionar para darle la vitalidad a mis hijo…pero eso no me importa, porque el…el que me embarazo por decirlo de una manera delicada, me dijo antes de irse
******************FLASH BLACK**************************++
Salí del colegio un poco tarde, ya que me quede en la cancha de baloncesto practicando un poco de basquetbol, me encanta ese deporte, aunque no esté en el equipo lo práctico de todas formas.
Iba caminando por el lugar que siempre concurro pero hoy era diferente, se veía más desolado aunque la gente no me notara por mi poca falta de presencia, hoy era diferente yo no los notaba a ellos, no había nadie por esas calles pero trate de no ponerle atención para seguir mi paso y llegar más rápido a casa. Sin embargo, fue inevitable ya que sentía como alguien me seguía a paso lento, me sentía observado por alguien siniestro pero no me daba miedo…solo seguí caminando hasta que sentía como alguien jalaba de mi brazo, llevándome hacia un callejón para luego empotrarme contra la pared. Pero lo más raro es que no había nadie allí por lo que me dispuse a volver a caminar pero una voz me detuvo
-a donde crees que vas mi ratoncito- dijo alguien
-eh? Disculpe, donde se encuentra- pregunte mirando a todos lados pero aún con mi cara de póker
-jeje aquí estoy!- dijo alguien apareciendo enfrente de mi – como estas Kuroko?
-eh? Disculpe, no lo conozco, me podría decir quién es?- pregunte incrédulo
-con que curiosidad eh?- dijo mientras me miraba- la verdad no vine hasta aquí para conocernos, vive a tomar tu cuerpo – me dijo para coger mis manos con una fuerza increíble, tirándome al suelo posicionándose encima de mi
-no suélteme por favor…déjeme ir- exclame un poco desesperado
-ni lo sueñes, te he estado observando…te vez demasiado apetecible- me dijo con cara de pervertido-tranquilo mi ratoncito tratare de ser gentil contigo
-suélteme! Ayuda! Ayuda! Alguien ayúdeme- grite ya desesperado, tenía miedo de que este pervertido hiciera algo más y lo podía demostrar e mi rostro
-cállate! Quiero disfrutar el momento – dijo besándome a la fuerza, mientras rasgaba mi rapa, dejándome prácticamente desnudo, solo quedando mi bóxer y la chaqueta del colegio – eres tan apetecible…no aguanto más- me dijo para bajar mi bóxer a la velocidad de la luz para meterme su gran miembro duro y grande
-hahhhhhhhhhhhhhhhhh! – grite a horrores, dolía mucho, sentía como se me partía todo, como sangraba, como ardía, como quemaba-no. Duele mucho, por favor no hagas nada…sácala…ahhh… duele- trataba de separarme de el lo más rápido posible pero mi cuerpo ya no lo sentía, mis lágrimas salían sin control alguno
-esto me gusta, te vez mas sexy – dijo empezando las envestidas fuertes y rudas que me partían en mil pedazos mi entrada, ese hombre se movía sin pudor alguno, sin saber que me estaba causando el dolor más grande de mi vida que podría llevarme hasta la muerte
-un …poco más mhgh- soltó un gemido ronco mientras soltaba ese líquido caliente en mi ano, quemando todo a su paso
-ahhh- gritaba una y otra vez, tratando de quitar ese dolor de mi interior
-fue bueno…aunque no como lo esperaba- dijo subiéndose su pantalón para darse la vuelta – te deje un lindo regalo que trae cinco cosas que odiaras- me dijo- ese es tu castigo, pero sabes una cosa
-maldito desgraciado, hijo de puta!- dije lo más sádico que pude, siempre me caracterice por mi calmada apariencia, pero ahora odiaba este tipo, lo odiaba con todo mi ser
-así que muy valiente eh?- dijo golpeándome el estómago- vamos a ver si con esto se te paso- dijo para golpearme fuertemente sin mirar donde me pegaba- sufrirás, pero no morirás, sentirás el peor dolor pero tu cuerpo pero resistirá, tendrás siempre 16 años, hasta que tus hijos lleguen a esa edad para empezar a vivir desde esa edad juntos, si los golpean a ellos tu eres el que sentirá el dolor, si lo matan, tu serás el que morirás por dentro- me dijo para después desaparecer de mi vista dejándome todo ensangrentado, adolorido y desorientado… me dolía todo, no había lugar que no hubiera lastimado, sangraba a montones.
**************FIN FLASH BACK*******************************
En ese momento solo pensé “¿Cuáles hijos?” “¿Qué odiare?”… pero ahora veo y entiendo a qué se refería, no puedo negar que al principio odie creer que estaba embarazado y más de ese desgraciado. Pero ahora amo a mis bebes, no estoy orgulloso de como quede en embarazo, pero todo se reduce a la felicidad que tengo al saber que estas hermosas cinco criaturas, que son la mayor felicidad de mi vida ahora y después
-¿Por qué lloras?- me pregunto momoi preocupada
-¿he? Jeje creo que no me di cuenta- dije
-no quiero que llores- dijo acercándose – no le hacen bien a mis sobrinos
-lo se, no lo are más- dije dedicándole una sonrisa
-¿Cómo están todos?- pregunto refiriéndose a los bebes y yo
-feliz, aunque ya empezaron a moverse – dije suspirando- duele un poco
-recuerda que el doctor dijo que era normal- dijo ella dándome un juego de naranja- tomate eso
- gracias! Oye como te fue- le pregunte
-la verdad- dijo agachando la cabeza- conseguí el trabajo
-me asustaste- dije- pero me alegra mucho
Seguimos hablando un rato más hasta que ella decidió irse a dormir la siesta de la tarde mientras yo salía a caminar un rato en el jardín… me gustaban las flores y en esta época del años eran hermosas.
Camine por lo máximo cinco minutos y es que mis pies no lo resistían, me dolían inmediatamente. Así que solo suspire para pedirle a la sirvienta que me trajera u poco de helado mientras me preparan una hamburguesa. Porque creo que unos de mis niños va a salir muy dulcero, comerá golosinas a montones, siempre estoy antojado de dulces, pero es no es lo único hay veces que quiero platos exóticos o saludables o simplemente comida chatarra.
Lo más duro del embarazo es que cuando un bebe quería comer algo el otro lo devolvió, o al menos así pensaba yo, ya que la mayoría de tiempo me la pasaba vomitando.
-aquí tiene Kuroko-chan- dijo la sirvienta
-gracias… por favor me traerías sandia- le pedí, ella sabía que no era raro, después de todo ella era una de la casa que estaba más interesada en conocer a los quintillizos, por eso me cumplía todos mis caprichos.
Lo bueno para mis hijos es que no les iba a faltar nada en la vida… era huérfano pero mis padres me dejaron una gran fortuna que pude obtener gracias a momoi, ella cuido de mi, cuando solo tenía 10 años. Esa edad fue la más dura de mi vida, me derrumbe por completo, pensé que sin mis padres no podría vivir ellos era lo único que tenía, o eso pensé.
Momoi me ayudo y me volvió a enseñar que bonita era la vida, incluso después de mi violación, me enseño a no rendirme y eso lo agradezco mucho
-otra vez comiendo cosas raras- me pregunto mi salvadora
-cuales cosas raras si solo es helado- le dije
-si pero también pediste sandia – me dijo mientras se sentaba a mi lado
-hay que puedo hacer si me gusta – dije haciendo un puchero
-si lo sé, pero pediste una hamburguesa y se sobremesa malteada de vainilla- dijo divertida- no crees que es suficiente
-no me juzgues
-está bien, está bien- dijo
Como siempre ella me acompaño a cenar, siempre estaba pendiente de mí, asegurándose de que no me pasare nada
*********************5 MESES DESPUES******************
Habían pasado cinco meses, faltaban solo unos para tener a mis lindas cositas, pero según el doctor era mejor inducir el parto para evitar riesgos, pero yo no lo quería, estaba decidido que nacerían por un parto natural doliera lo que me doliera y después de todo no iba a morir…
-estas seguro de que no lo quieres inducir- me pregunto momoi preocupada
- si estoy seguro- le dije serio- sabes que no moriré así que no te preocupes- le dije dedicándole una hermosa sonrisa
-está bien descansa- me dijo
-pero si eso es lo que hago en estos últimos meses- le dije con gracia, para luego ella despedirse
La verdad es que por el peso de mis bebes a los seis meses, tuve que postrarme en cama, para no tener riesgo… me negué a aceptar eso, por eso fue que tuve el accidente en las escaleras, no recuerdo bien lo que paso, pero todavía siento el fuerte dolor que me dio en mis rodillas, ese que me impidió la movilidad pero también el sostener mi cuerpo haciendo que cállese de narices y lo peor era que estaba e la punta de las escaleras… de ahí todo es muy confuso, solo se con certeza que me desperté en el hospital vendado hasta las narices, mi cuerpo se había aporreado demasiado y para impresión del doctor y de todo el personal a los bebes no les paso ni un rasguño.
A momoi y a mí nos pareció norma, pues sabíamos que llevaban una parte de su padre, “la inmortalidad” aunque la chica estaba lejana al saber que todos los golpes que ellos recibieran los sentiría yo, y nunca pensé que se lo iba a decir.
Ahora solo me queda quedarme en esta cama hasta que sintiera los dolores de parto y con ansias, en verdad esperaba la hora en que esos llegaran para poder tener a mis lindos hijos, ya les tenía todo listo, a cada uno su cuna, aunque no me decidía porque colores llevarían, así que compre una roja, azul, amarilla, verde y morada y dependiendo de cómo los vea, le daré una a cada uno, también tenía una cuna grandísima que mande especialmente a hacer para tenerlos todos junto, les tenia ropa u closet para cada uno, sus cuartos ya listos, aunque el primer año dormirán conmigo todas las noche.
Los quiero en mis brazos ya, quiero que me digan omma, quiero que me cuenten sus cosas, que aprendan a caminar o que me cuenten de sus amores. La verdad pensar en eso me molestaba, yo solo quería que fuesen míos, que solo me amasen a mi… jeje me estaba dejando llevar, tenía claro que ellos debían tener libertad de escoger de quien enamorarse
Otra cosa que me gustaba, es que todos nacerían hombre, me hubiera gustado tener una niña o doncel, pero estaba agradecido por ellos, no los cambiaría por nada
***************** VARIOS DIAS DESPUES************
Me sentía pésimo, los vómitos, mareos y antojos habían vuelto, todo por diez, si antes no quería hacer nada ahora menos y con más ansias deseaba que estos niños nacieran, pateaban fuerte muy fuerte, dolía demasiado… sé que querían más espacio pero me era imposible, no podía más mi panza era sumamente grande, realmente parecía forzada.
-estas mejor- pregunto la peli rosa, tras darme unas vitaminas
-algo- dije desganado
-tienes que recuperar fuerzas, pronto se acercara la hora del parto- dijo- tendrás que hacer un gran esfuerzo
- eso lo sé, estoy preparado- dije decidido- lo estoy desde el momento que decidí criarlos e mi vientre
-eso lo sé- me dijo sonriéndome, ella últimamente estaba durmiendo conmigo ocupándose de mis vómitos o de mis malestares o de antojos… me parecía tan linda, la quería como una madre, me cuidaba demasiado para mi gusto pero me agradaba.
Esa misma noche no pude dormir, los bebes están más inquietos que nunca, pero de un momento a otro sentí con un agua recorría mi entrepierna, en ese momento pensé que mi vejiga se había roto, pero era un liquito un poco más condensado y ahí fue cuando dije
-momoi los bebes nacerán- dijo asustado
-¿Qué? ¿Ya? ¿Tan pronto?- dijo parándose de golpe – ¡el doctor! ¡No mejor te llevo al hospital! ¡No¡ hay que llamarlo
-vamos cálmate, primero llama al doctor que enserio está doliendo, trae todo lo de los bebes… ¡ pero ya!- le dije para calmarla, pero ahora yo era el que necesitaba la calma, dolía demasiado las contracciones, sentía como un bebe se estaba posicionando por salir y mi impulso quitarme el pantalón para abrir la piernas, esperando el momento indicado para pujar… daba gracias a la idea de informarme que debía hacer cuando esta situación se presentara, pero una cosa era leer y la otra vivir ese momento, mis nervios me carcomían, sentía que se me está olvidando todo, pero no me podía echar para atrás
-Kuroko, el doctor está en una cirugía, pero recuerda que nana-chan sabe de partos, ella te ayudara- dijo rápidamente ella
-no me importa quién me ayude, pero es hora de pujar- dije cabreado a lo que ellas reaccionaron y nana-chan se puso entre mis pernas
-vamos relájate, contare hasta diez y en ese tiempo tu empezaras a pujar- me dijo a lo que yo asentí – vamos 1… 2… 3…- ella empezó la cuenta y con todas las fuerzas del mundo empecé a hacer fuerza, los números me parecían eterno y solo momoi me pudo coger mi mano dándome fuerza- 9… 10… eso es ya le veo la cabeza, vas muy bien, respira…exhala… inhala
-vamos Kuroko tu puedes- me dijo momoi
-vamos de nuevo- dos veces más se repitió esa cuanta hasta que nana-chan dijo- a nacido el primer lindo bebe.
-lo quiero ver- dijo con la respiración entrecortada, mientras me pasaban un lindo bebe ya limpio pero desnudo, que lloraba a montones. Sin embargo se calmó cuando lo pusieron en mi pecho, su cabello era rojo, su piel blanca y delicada, su cuerpecito pequeño - que lindo- dije- pásame la cobijita roja- la pedí para arropar ese delgado cuerpo cuando de un momento a otro sentía otra punzada en mi vientre- ahh!!!!- grite y en ese momento arrebataron a mi lindo Akashi
-hay otro bebe que viene en camino, vamos empieza 1… 2…- de nuevo empezó esa tortuosa cuanta, estaba sufriendo, todo dolía con cada puje que hacía, mi cuerpo se sentía débil, pero como dije antes no me podía echar para atrás ahora, ya había nacido un lindo bebe y nacerían los otros cuatro- vamos Kuroko, ya casi… vamos- de nuevo la cuenta, esa que parecía infinita- ya está- me dijo sonriendo mientras yo oiga otro llanto hermoso
-dámelo- dije viendo ese cabello verde, esos hermosos cabellos verdes, su piel un poco más oscura que el primer bebe- la manta verde- pedí mientras lo miraba pero de nuevo sentí esa punzada que hizo que me arrebatasen a Midorima
-de nuevo puja- dijo nana-chan dándome aliento, pero sentía que mi cuerpo no quería responder, ya estaba demasiado adolorido, me sentía mareado y desorientado pero en eso oí- vamos Kuroko ya va a salir- dijo momoi y lo que pensé fue “ como si no estoy haciendo nada”- cuando de repente oí otro llanto
-míralo es hermoso – dijo entregándome a un bebe de pelo lila, cuerpo blanco como su primer hermano, con las pocas fuerzas que tenía lo cargue y o acurruque en mí y sin que dijera nada momoi me paso la manda morada
-son hermoso- dijo ella
- lo sé- dije mirando a Murasakibara… otra vez ese dolor inundo mi cuerpo, parecía que se pelearan por quien nacería primero peor lo único que pude hacer fue pujar, pujar, pujar hasta oír ese melodioso llanto.
Esta vez me habían entregado a un bebe moreno, de cabellera azul envuelto ahora en la cobija con su respectivo color – mi lindo niño- dije llamando a aomine.
-los estás haciendo bien, van cuatro, falta uno – dijo nana –chan y es que creo que ella también estaba cansada y preocupada, las antas en la que estaba, eran rojas ahora por toda la sangra que había perdido pero en eso
-llegue que ha sucedido- pregunto el docto
-he atendido a los cuatro primeros bebes, a perdido mucha sangre, pero resistirá- dijo rápidamente la sirvienta a lo que el doctor respondió
-siga con lo que está haciendo yo le are u bombeo de sangre de inmediato
-ahhh!- sentí de nuevo ese infernal dolor para luego escuchar esa estúpida cuanta como tres veces hasta que ese lindo llanto llego
Ahora era un lindo bebe de cabello amarillo, con piel blanca y en su lida cobija… momoi y nana-chan acercaron a los otro cuatro restante a la cama poniéndolos al lado mío, mientras yo quedaba embelesado por ese hermoso arcoíris que contemplaban mis ojos
-los amo tanto- les dije a todos
-los has hecho bien nana-san – elogio el doctor- estará estable, solo necesita 10 bolsas de sangre, no podrá hacer esfuerzo, durante un mes pero me quedare esta noche a revisar los bebes y a e mismo- informo este
-gracias doctor- dijeron los dos chicas
-mis amores- repetí viendo a mis lindas cositas dormidas, estaban cansados pero e pareció irónico al saber estaban exhaustos sin haber hecho ningún esfuerzo para esto.
-es tiempo de descansar- oi que me decían a lo que ningún pretexto seguí a mis lindos cinco ángeles porque desde el primer momento había quedado “ enamorado de mis cinco hijos