Nuestro amor transciende desde años atrás.
Hace miles de años atrás.
Aun así.
¿Cómo puedes decir?
¿Qué lo que siento es un error?
Estábamos volviendo hacia Eien no yuro, adoraba sus hermosas alas… resplandecientes… me encantaban. . . no quería que sintiera que tenía mi mirada atenta a él. . . pero… no podía dejar de mirarle por el rabillo del ojo. Aunque a través de esta venda poco se nota.
Aterrizamos en la costas de Eien no yuro, no quería terminar en el castillo a hablar con mi hermana porque sabía que a Kael le molestaría mi hermana está empeñada en que Kael se case conmigo por ser la reencarnación de Kaela, a ninguno del reino le importa todos lo saben. . . es este hilo que me ata tan intensamente a ti, como para no negar ni aceptar nada solo mantenerme en un silencio perpetuo, porque tú ya has decido por mí sin darme derecho a opinar.
¿Cómo no recordar cuando te enteraste de ello? ¿Cómo no recordar cuando cada memoria del pasado regreso a tu mente? Lloraste… lloraste ese día como ningún otro. . . pero yo no sabía el porqué de tus lágrimas. Él porque llorabas tan amargamente. . . yo recuerdo que en el pasado te hice feliz, siempre fui amable contigo, me encargue de llenarte de dicha… es cierto… casi te fui infiel una vez. . . pero no pude… y eso nunca lo llegaste a saber… no deje que nadie supiera de tal cosa. Que por poco cometo el error más grande del mundo pero Ken me detuvo de hacerlo.
-¿tú lo recordabas verdad? –Me dijo mirándome con aquellos hermosos ojos verdes bañados en lágrimas –
-Sí, yo lo recuerdo todo, desde que entre a la adolescencia –Contesté –
-¿y por qué no me dijiste nada antes? –Me miraste molesto –
-pensé que eso empeoraría tu estado, que. . . pasaría como la primera vez que no vimos… no quiero… no quería que fuera un golpe demasiado fuerte para ti… y perdieras la memoria nuevamente… Tetrax nos dijo que nada de alteraciones para ti –Respondí –
-Mh –Miraste hacia otro lado – ¿y lo sientes?
-¿qué? –Pregunte –
-Sentir lo mismo que sentías antes por mí –En ese momento pensé que se trataba de una confesión de tu parte –
-Sí, aun lo sigo sintiendo, tan fuerte como antes… o incluso más fuerte que antes –Respondí –
-Pero no es normal ahora soy un hombre –Contestaste –
-A mí no me importa, sigues siendo la misma alma, la misma esencia, la misma ternura, amabilidad, pureza, tú no has cambiado… todo lo que te conformaba todo lo que yo amaba –respondí –
-pero no deja de ser anormal –Proferiste –
-¿acaso… no sientes lo mismo? –Pregunte –
-¿debería de sentirlo? Night para mí eres mi mejor amigo, no mi pareja… no importa que tengas lo recuerdo de antes… yo soy un hombre lo normal es que ame a una mujer nada más que eso… jamás corresponderé tus sentimientos… al convertirme en un hombre deje de ser Kaela, la mujer que amabas. . . no somos la misma persona –Respondiste con tal seriedad y decisión que me lastimaste profundamente –Espero y de ahora en adelante comiences a amar a alguien más
-Entiendo –Cerré los ojos aunque eso no lo notaste… y controle aquella lágrima de dolor y tristeza que quería escapar –Y no tienes de que preocuparte no te atosigare con mis sentimientos seguiré tratándote de la misma manera que antes… puesto que siempre supe… lo que pasaría. . .
-Night –Tu mirada se sereno y dejo de ser fría por unos instantes –
-Ah –Suspiré –Me tengo que marchar –Di media vuelta en ningún momento me detuviste. . . y me regresé a mi reino, esa tarde en vuelo con mis alas… mal hechas y que se desquebrajaban en el aire… llore hasta que mi venda se empaño de tal manera que tuve que quitármela. . . y al llegar a Eien no yuro termine en el balcón de mi habitación mientras mis alas se hicieron miles de pesados y no le dije a nadie que había regresado esa tarde… hasta que se hizo la mañana siguiente… solloce como ninguno lo agonía de mi desamor. . .y de que mi rival y yo estaríamos siempre en las mismas circunstancias –
-Has estado en silencio mucho rato –Me dijiste sacándome de revivir mis memorias
-Sabes que siempre he sido alguien de pocas palabras –Contesté –Lo sabes mejor que nadie –Te paraste enfrente de mí, tus ojos intentaban ver los míos a través de la venda intentaste tomarla con tu mano pero te detuve –Antes me dejabas verlos
-Antes, ahora ya no somos las personas que éramos Kael, mis ojos se los mostrare a alguien que me ame y que yo ame, pero como eso no es así, me temo que no te lo permito –Respondí tu solo suspiraste bajando la mirada –
No me dijiste nada, no me reprochaste nada. . . si tan solo lo hicieras… fuera confirmado que al menos tienes una pisca de ese sentimiento que antes fluyo con gran pasión en ti, al parecer ha desaparecido. Caminamos por el reino todos nos saludaban y sonreían de manera animada.
-¿quieres llegar al palacio? –Te pregunte –
-Tengo deseos de comer –Respondiste –
-podemos. . .
-Vamos al palacio –Seguiste de largo dejándome atrás por una razón te encontrabas molesto y yo como desde que recuperaste tu recuerdos del pasado… no podía comprenderte en lo absoluto –
Llegamos al castillo y como siempre fui recibido de manera ostentosa por los sirvientes. . . mi hermana estaba esperando y como lo esperaba dijo lo mismo: “¿Cuándo te vas a casar con Night? Sabes que están destinados a estar juntos” pero yo ya estaba harto de ello ¿por qué los demás tenían que tirarme en cara algo que nunca va a ocurrir? Estoy cansado de guardar silencio esperando algo improbable.
-Hermana –Exprese de manera seria –Te pido acabes con eso de una buena vez por todas –Su mirada se tornó de sorpresa –Algo como eso jamás pasara ni en esta eternidad ni la otra ¿entiendes? Si me disculpas yo no tengo hambre –Observe tu mirada, ¿era triste? ¡¿Por qué rayos estás triste?! ¡Tú odias que mi hermana te diga esas palabras! –
Camine hasta mi habitación, al asegurarme que mi puerta se encontraba cerrada me quite la venda que cubría mis ojos y me deje caer en la cama, como si mi cuerpo estuviera echo de plomo, me quede mirando hacia la gran pared para soltar un suspiro de pesadez. Me levante para apreciar mi reflejo en el espejo.
Mis ojos se encontraba entre un matiz de naranja y rojo eso significaba que aún estaba enamorado de él… y tan perdidamente. Pero él no me amaba no me correspondía y estaba odiando tanto ese matiz, que significaba una gran imposibilidad. Me deje caer en el piso y lentamente mis ojos cambiaron de color que representaba mi tristeza. Solté un suspiro de ver mis propias emociones desbordadas en mi mirada, por eso jamás debo quitarme la venda ni frente a ti, que estabas tan acostumbrados a verlos y te encantaban. . . Pero ya no eres el mismo, ni a los demás… no sabría qué hacer si alguien se enterara de todas las emociones que trato de ocultar tras mi silencio.