Rakuzan, imponente academia y llena de prestigio, conocida como una de las mejores academias de todo Japón y la cual alberga al conocido capitán de la Kiseki no Sedai: el imponente emperador Akashi Seijuuro. Misma academia de la cual son miembros tres de los famosos, y opacados por los otros pero no menos importantes, los Reyes sin corona: Mibuchi Reo, Nebuya Eikichi y Hayama Kotaro. Además de contar con la nueva y mejorada sombra de la misma academia: Mayuzumi Chihiro. Curiosamente, la historia gira en torno a este sitio y sus habitantes.
La tarde del catorce de abril, curiosamente, el emperador había citado a sus titulares para darles las respectivas órdenes del día. Los cuales, ya medio se la temían, se apresuraron en ir para no sufrir la ira del imponente emperador. Y de paso, que sacara sus tijeras y les hiciese lo peor imaginable.
—Muy bien, Sei-chan, ¿Qué es lo que nos quieres decir?- como siempre, el único alegre en toda esta situación era Reo. Él tenía predilección por Akashi al considerarlo como su hermanito menor. Aunque los otros miembros lo llamaban “La mamá gallina de Rakuzan”.
—Apúrate, Akashi, que me van a cerrar la librería y quiero comprar el último tomo de mi novela.- musitó fastidiado Mayuzumi frunciendo el ceño. Akashi le miró de manera dura pero de nada sirvió. Maldijo internamente cuando dejó que Mayuzumi se juntara con Kuroko y ahora este le desobedeciera: sus dos sombras le desobedecían, le desafiaban. Se saltaban su autoridad pero debía poner orden.
—A eso voy.- carraspeó ante lo cual todos se pararon derechitos como soldados a la orden de un general- Escúchenme bien todos: mañana es un acontecimiento importante en mi vida: mañana les presentaré oficialmente a mi novio.
Los titulares se quedaron algo blancos puesto que nunca se esperaron esto. Si bien notaron un cambio drástico en el emperador después de su derrota contra Seirin durante la Winter Cup. Pero después de una semana lo veían demasiado raro: suspiraba a cada rato, era más amable, más atento, y no los mataba con sus espartanos entrenamientos. Sonreía a cada rato ¡A cada rato! ¡Hasta le había dado un cupón de comida gratis por todo un año a Nebuya en el restaurante favorito del moreno, a Hayama le regaló una patineta edición limitada y autografiada, a Mibuchi le regalo un pase a las mejores boutiques de ropa de la ciudad y a Mayuzumi una suscripción a sus novelas favoritas!
Esto era muy raro, y ellos ya imaginaban las ideas que pudiesen estar causando tales rarezas en el emperador: desde que comiese algo que le haya caído mal, un buen trancazo en la cabeza, que lo abdujeron los ovnis, entre otras tonterías. Pero que el emperador les dijera que tenía novio era algo que realmente no se esperaron. Ahora comprendían las saliditas los fines de semana de su capitán y las llamadas que este hacía durante los almuerzos en la academia.
—¿Cómo está eso de que tienes un novio, Sei-chan? ¿Cómo es eso posible?- musitó Reo saliendo de su estupefacción y recuperando la compostura. Aunque por dentro estuviera un poco celoso. ¡Él era el mejor amigo de Sei-chan! ¡Hasta podría decirse que era su madre sustituta! ¡Debía saberlo desde un principio!
—Reo, no me voy a quedar a vestir santos toda la vida. Además de que hasta tú tienes novio, ¿O me vas a negar que no andas viéndote con el capitán de Seirin?- el pelinegro se puso tan rojo como un tomate y sonrió apenándose- Ya después hablaré con Junpei: porque ni siquiera me pidió permiso para salir contigo.
Y si la madre gallina era Reo, Akashi era el gallo. Se comportaba como el padre del equipo y a todos los trataba como si fuesen sus hijos, aunque fuese el más pequeño de todos ellos. Pero nadie se lo refutara, porque no querían sufrir de su ira.
—Y volviendo a lo otro: voy a presentarles a mi novio. Quiero que estén listos y preparados. Los veré en el parque central a las nueve en punto.
Akashi se marchó dejando con una gran incógnita a todos ellos. ¿Quién sería el novio de su capitán?
El día fue acordado y ahora los cuatro titulares estaban en el lugar acordado vistiendo de manera casual. Y como no: estaban entrando en el chisme especulando por saber quién sería el novio de Akashi.
—Yo opino que es el chico sombra de Seirin.- apostó Hayama pegando su puño contra su palma- Es simplemente la idea que tengo. Además Akashi le aprecia mucho y se ve que tuvieron sus quereres en Teiko.
—Eso no puede ser, Kotaro, ya que el chiquito sale con el tigre de Seirin. Entiéndase por Kagami Taiga-chan.- Reo desechó la idea de inmediato recordando el momento en que vio a la parejita anterior en medio de un encuentro muy pasional en los gimnasios de Seirin la vez que fue a visitar a su novio. ¿Quién lo diría? Tan calladito y tan fogoso nos salió xD.
—Mmmm ¿Qué tal el chico ojo de águila? Es lindo, pero no tanto como mi Miya-chan *u*.
—Eso no puede ser: yo vi al base de Seirin con el ex capitán de Akashi, ese chico arcoíris. Nijimura Shuuzou si mal no recuerdo.- ahora quien hablaba era la sombra de Rakuzan dándole vuelta a la página del libro que leía- Ambos estaban en un cine de Tokyo comiéndose a besos como si el mundo se acabase mañana.
—¿Y tú que andabas haciendo en un cine, Mayuzumi?
—Hasta yo tengo una vida social, Kotaro >-<*.
—No peleen, pero yo opino que el novio de Akashi es ese chico de los horóscopos.- eructó Nebuya lo cual le valió un buen librazo por parte del peligris.
—Eres un cerdo, Nebuya, además de que eso es una vil mentira. Midorima anda de novio con el base de su equipo: aquel chico chillón, Takao Kazunari, el cual es su chofer de esa cosa rara. Los capté teniendo sus arrumacos en la parte trasera mientras ocurría el partido de Kaijou vs Senshinkan.- musitó el peligris todo rojo como un tomate. Ver a ese par de exhibicionistas teniendo un faje sin ningún pudor era algo raro.
—Bueno, entonces… ¿Será el gigante de Yosen?- propuso Nebuya pero de inmediato lo negó Reo mientras comía un chocolate en barra.
—Nope, Ei-chan, el grandote está saliendo con el hermano del novio de Tet-chan. Con el chico del lunar, el bonito de Yosen, Himuro Tatsuya-chan.
—Si te oye tu novio se pondrá celoso, Reo-nee.- masculló Hayama picándole las mejillas al mencionado.
—El que tenga novio no indica que no admire la belleza de otros n//n.
—Bueno, eso que ni qué. Sigamos…¿Qué tal el rubio modelo? Es guapo, además es muy amigo de Akashi.
—Descartado, Nebuya.- masculló Mayuzumi sintiéndose molesto por las palabras del otro- El rubio ese anda con el as de Touou, el tal Aomine Daiki…si Midorima y su novio son unos indecentes, estos son unos descarados sinvergüenzas. ¡Lo hicieron detrás de unos arbustos en un parque! ¡A plena luz del día y con niños por los alrededores!
—No importa eso…¿Quién será el novio de Akashi?
La respuesta quedó en el aire cuando vieron el auto imponente del pelirrojo arribó al lugar y se detuvo frente a los cuatro titulares. Los mismos que se pusieron a temblar y a arreglarse las ropas temiendo que estuviesen desentonados y mal acomodados. Vieron salir a Akashi del vehículo e ir de inmediato a la parte de copiloto para empezar a batallar con la persona que obviamente no quería salir por algún motivo.
—Vamos, anda, no puedes quedarte ahí por siempre.
—P-por supuesto que sí. N-no puedo, Sei, n-no puedo-o…
¿Sei? ¿Le llamaba Sei? Los cuatro no perdieron tiempo en acercarse para ver que ocurría y vieron como de la nada Akashi sacaba al susodicho novio en cuestión y lo ponía en su hombro como un saco de papas. Caminó hacia ellos sin vergüenza alguna, y luego les miró de manera firme.
—Reo, Kotaro, Eikichi y Chihiro, les presento a mi novio: Furihata Kouki.
Bajó al aludido y el pequeño al ver a los cuatro altos de Rakuzan se puso a temblar como gelatina ocultándose detrás de Akashi como un niño pequeño. Gesto demasiado tierno para Reo, el cual se puso en modo madre gallina adora hijos.
Los otros vieron al chico de pies a cabeza viendo que rayos le había visto Akashi. A simple vista, el chico les parecía común y corriente. No tenía nada fuera de lo común, o algún atributo resaltable, solo que temblaba como una gelatina humana y lucía como un…
—Chihuahua…un pequeño chihuahua…-masculló Nebuya apenas cayéndole el veinte. Akashi le miró con odio queriéndolo calcinar con sus letales ojos y con las manos puestas en sus tijeras. Pero no hizo falta: Reo lo pateó y Mayuzumi le dio con un libro.
—¡No seas tarado! ¡¿Cómo puedes decir eso?!- chilló Reo yendo al lado del pequeño castaño y apresarlo entre sus brazos restregando su mejilla contra la suya.-Es muy lindo, Sei-chan, ¡Es tan lindo!
—M-Mibuchi-san…@w@
—¡Kyaaaaaaaa! ¡Eres tan bonito! ¡Excelente elección Sei-chan! ¡Kou-chan es el indicado!
Los otros tres veían la escena con extrañeza. De Reo era obvio ya que él conocía al chico, no en vano iba a Seirin como dos veces por semana a ver a su novio y viceversa, pero de los otros tres. Hayama veía al castaño como si fuese la criatura más desdichada por estar de novio con su psicópata capitán, Nebuya aún seguía pensando en qué rayos le vio Akashi debido a que aún pensaba que el pelirrojo era de esos niños ricachones estirados, y Mayuzumi…él ya andaba maquilando una idea para una novela que tenía en mente. Tenía por dentro a todo un escritor, y la idea no era tan mala.
—M-mucho gusto en conocerles a todos…-dijo el pequeño castañito después de que Reo le librase de sus maternales, y asfixiantes, abrazos. Se inclinó de manera respetuosa hacia los otros tres y después fue hacia el auto del pelirrojo, antes de que los otros pudieran decir algo más. Regresó con unas bolsas de regalo, exactamente cuatro, para darlas a los amigos de su novio.
—R-Reo-san, e-este es para usted.- le extendió la bolsita de regalo al otro el cual al abrirla chilló y se le abalanzó para abrazarle de manera aún más asfixiante.
—¡¡Kyaaaaaaaaaaa!! ¡Eres genial Kou-chan!
Se preguntarán en qué consistía el regalo: bien este consistía en un cupón a unas revistas de moda y catálogos de los cuales el pelinegro era un cliente muy frecuente. El cupón era válido por dos años, y en cualquier establecimiento donde estuviesen esos catálogos. De nuevo, Akashi tuvo que intervenir para que su novio no fuese ahogado. Ahora el castañito, adolorido y demás, se dirigió a Hayama viéndole este de manera divertida.
—Hayama-san, e-este es suyo.
Hayama abrió la bolsita y al ver el contenido sus ojos brillaron como fuegos artificiales. Se le abalanzó a Furihata restregando su mejilla contra la suya repetidas veces, como un perrito contento con su amo. Claro que el regalo lo tenía sumamente feliz como una lombriz: el regalo consistía en un cupón válido por tres años para que el rubio entrase a los parques de diversiones de todo Japón de manera gratuita a los juegos que él quisiera las veces que fueran.
—¡Chihuahua-chan! ¡Eres lo máximo! ¡Te adoro!
—Si no quieres que Kiyoshi reciba tus cenizas al amanecer suelta a mi Kouki, Kotaro.- la amenaza surtió efecto, y más por la mirada psicópata del pelirrojo junto con las amenazantes tijeras que tenía en las manos.
—¡Qué cruel, Akashi!
—N-Nebuya-san…- ahora Furihata se dirigió hacia el grandote que lo miraba algo imponente por su altura y enorme cuerpo. El chiquito le extendió una bolsita algo pequeña. El enorme grandote la abrió y si los ojos de Hayama se pusieron como fuegos artificiales, los de él se pusieron diez veces mejor. El regalo lo valía: era un cupón de comida gratis en cualquier restaurant, ya sea fino o cualquier otro, y que comiera hasta atiborrarse las veces que quisiera. Válido por cinco años.
El enorme grandote iba a abalanzarse sobre Furihata, con intenciones de querer abrazarlo hasta estrujarle los huesos de la emoción…pero la mirada del pelirrojo le hizo quedarse de piedra.
—Te atreves a ponerle un dedote encima a Kouki y te aseguro que mañana amaneces en el cazo de las carnitas, Eikichi.
—¡Eres muy cruel Akashi!
—Solo evito que lo vayas a aplastar.
Y ahora venía el último chico: el fantasma de Rakuzan. De todos los miembros, este le daba más miedo a Kouki. ¿Por qué? Porque con la cara que se cargaba, además de que siempre veía como se agarraba a Nebuya a librazos de alto calibre como enciclopedias y demás, y aparte no sabía que estaba pensando. ¿Qué tal si era un psicópata? Bueno, eso no le queda decir…su novio estaba igual o peor que él.
—M-Mayuzumi-san, etto…
Tímidamente le extendió la bolsita de regalo al peligris y este la tomó para abrirla de inmediato. Vio como este se quedó en blanco y después muchas lágrimas brotaron de sus ojos: su regalo era un cupón para que obtuviese sus novelas gratis en todas las librerías de Japón. No había un límite: el cupón era de por vida.
—E-es el mejor regalo q-que me han dado T-T
—¡¿Qué clase de expresión es esa?!
Al paso de los días, y porque los miembros de Rakuzan adoptaron a Kouki como un hermanito, la relación entre ellos se volvió de lo mejor. Tanto así que hubo un mini torneo donde participaba Seirin y ahora iba a jugar contra otro equipo. Todas las escuelas estaban invitadas…y Rakuzan no iba a perderse el partido de su querido chihuahua.
Estando en las gradas vieron salir a los miembros de Seirin algo tímidos por la enorme cantidad de gente que había en el estadio. Al verlos arribar, los miembros de Rakuzan encabezados por Akashi, se levantaron y comenzaron con las porras.
—¡Tú puedes, Kou-chan! ¡Hazlos cachitos!- chilló Reo y viendo que los únicos que gritaban eran los titulares, hasta Mayuzumi gritaba con un megáfono, se volteó lentamente hacia los demás jugadores para mirarlos de manera amenazante.- Mas les vale que comiencen con las porras, o les juro que al amanecer estarán no solo con las tijeras de Sei-chan en el trasero.
Y como si fuesen una marea, todo Rakuzan se alzó en gritos y porras hacia Seirin como también para Furihata.
—¡Tú puedes, Chihuahua-chan! ¡Patéales el trasero!-de la nada, una piña le dio de lleno en la cabeza. Vio la nota que venía en la fruta la cual decía “Sé más discreto al animar, idiota.” Giró su vista y vio a su adorado rubio el cual estaba gradas más abajo-¡Miya-chan! ¡No te pongas celoso! ¡Al único que amo es a ti!
—¡Idiota!- eso le valió otro piñazo.
—¡Y denme una F! ¡Y denme una U! ¡Y denme una R! ¡Y denme una I!...-Nebuya y Mayuzumi se coordinaron para la porra que estaban haciendo y al mismo tiempo desplegaban una manta enorme que decía “Arriba el poder del chihuahua”.
— ¡Tú puedes, Kou-chan! ¡Animo!- Reo divisó a su novio y le dirigió una mirada coqueta además de mandarle besos-¡Tú también Junpei-chan! ¡Da todo de ti! ¡Tú puedes, cariño!
—¡Reo! >////<
—¡Enséñales todo tu poder Kouki! ¡Hazles conocer su lugar!- Akashi también lo hacía coordinando a la otra parte del equipo para hacer movimientos con las manos y con unas luces en la cabeza al igual que con unas barritas de luces de neón.- ¡No les tengas piedad!
—Akashi, tú y tu equipo están locos. Mira que hacer estas porras.- murmuró abochornado Nijimura el cual había llegado a Japón hace unas semanas y ahora el nuevo miembro de Rakuzan.
—Mejor ni digas nada, Shuuzou-san, lo hago por Kouki. Mira, ahí está tu novio.
Y como si fuese una epifanía, el pelinegro le quitó un megáfono a un chico y se paró en el borde de la barra para echarle porras a su chico.
—¡Tú puedes Shun! ¡Ánimo mi amor! ¡Destrózalos! ¡Y si te hacen algo, yo los mataré!
El ojo de águila se puso tímido y abochornado por las porras de su novio y más cuando este, de manera inesperada, reveló una manta con un águila y una bandita de arcoíris. Los demás miembros de Seirin miraban de manera rara las cosas que ocurrían y veían a Furihata el cual parecía un farol de festival.
—Akashi está loco de remate, Kuroko, y los de Rakuzan también. Hasta tu ex capitán.
—Está enamorado, Kagami-kun, además de que adoran a Furihata-kun. Y no digas nada de Nijimura-sempai, él actúa como todo un buen novio.
—Hasta Izuki-sempai ha caído a las redes de Nijimura, no sé qué le vio. Pero bueno…-Kagami vio como unas tijeras salían volando hacía su dirección y las esquivó a tiempo antes de que le dieran-¡Maldito Akashi!
—¡Aprende a conocer tu lugar, Taiga!- el pelirrojo se giró y volvió a las porras-¡Arriba, Kouki! ¡Demuéstrales al chihuahua que llevas dentro! ¡Rakuzan entero te respalda!-dicho esto todo Rakuzan se pusieron lentes oscuros- ¡¡Arriba Seirin!!
Todos en Seirin tuvieron una gota detrás de sus cabezas viendo al imponente emperador de la Kiseki no Sedai actuando de esa manera tan fuera de lugar. Pero bueno, él ahora era así. Y todo gracias a Furihata Kouki, al novio del emperador.