Fíjate en tu Secretario
Capítulo 1
- Hola precioso – me miraba con ojos no muy inocentes ese tipo, ya me tenia arto toda la semana pasada vino a la cafetería, el primer día solo bebió su café y se fue, el segundo día fue igual, el tercer día me invito a sentarme un momento en la mesa donde estaba, obviamente no acepte, el cuarto día me dio su tarjeta pidiendo que lo llamara y no lo hice, al quinto día pidió mi numero me negué a dárselo, el sexto día esa vez sí que fue lejos puso descaradamente su mano en mi pierna al sentir el tacto volteo con la intención de propinarle un fuerte golpe en la cara para que aprenda que es respetar, pero necesitaba el trabajo y no era la primera vez que me pasaba esto en mis antiguos trabajos no me fue mejor, no podía correr el riego de que me despidieran.
- Desea algo más señor – dije mientas sonrió fingidamente
- Me encantaría que satisfagas mis deseos pero creo que tú no estás en el menú ¿o sí?
- Para un poco cosa como tú y que no tiene la mínima idea de lo que respeto, no te alcanzaría toda tu asquerosa vida para pagarme , si no tiene nada más que pedir me retiro. – ya no lo soportaba, mi auto control se fue dejando mis emociones brotar.
- Ven aquí pu... – agarro fuertemente mi brazo lastimándome
- Suéltame!
- Tú vas hacer mío
- Ja! En tus sueños, me equivoco, ni en tus sueños estaría contigo- empezó a jalar de mi queriéndome sacar de la cafetería mientras pedía ayuda un cliente se paró de la mesa que estaba cerca a la ventana caminando rápidamente hacia donde nosotros tomo al hombre de la mano que sostenía mi brazo y de un fuerte jalón hizo que me soltara.
- Dijo que lo soltara
- ¡Que te metes tu idiota!
- Él no quiere ir con usted
- Mira superhéroe lárgate de mí vista si no quieres salir lastimado
- No quiero hacerle daño, es mejor que se vaya
- Quien te has creído – al terminar esta frase intento golpearlo sin embargo el cliente fue más habilidoso esquivándolo, yo lo miraba asombrado en realidad parecía un superhéroe el que quedo mal fue ese pervertido porque él no tenía ninguna herida grave solo un poco su labio se rompió.
- ¿Estás bien?- dije preocupado
- Sí, no es muy peligroso, deberías tener más cuidado
- Sí, eso creo, me estaba molestando desde la semana pasada
- Lo bueno es que estas bien
- Tienes el labio un poco herido, espera un poco voy a traer el botiquín y te curo- estaba agradecido con aquel cliente, pero sentía algo raro cuando le hablaba.
- No, tranquilo tengo que irme a una reunión
- Disculpa como…
- Lo siento, olvide mis modales, soy Siwon… Choi Siwon
- Me llamo Heechul
- Un gusto conocerte, me tengo que ir volveré para pagarte lo del café sí, me tengo que ir rápido, llegare tarde
- Gracias por todo, lo siento, por darte molestias y lo de tu labio…
- No te preocupes, no es nada – dijo dándome una sonrisa amable y luego se fue.
Las monótonas calles de Seúl eran realmente aburridas hoy mi jefe me dejo con todo el trabajo, él es bueno pero siempre se escapa a tomar un café dice que así se relaja, no entiendo como todas las chicas del área de contabilidad se mueren por él, no lo veo atractivo, está a punto de empezar la reunión pero no contesta su celular, menos mal que es la última reunión del día y termina la agenda.
- Jefe, menos mal que ya está aquí – dije apenas lo vi entrando por la puerta de la oficina.
- Como va todo Donghae, lo siento surgió un contratiempo
- Llego un poco tarde, ¡¿pero qué le pasó en el labio?!
- Fue un contratiempo complicado
- Espere voy a curar esa herida – traje rápidamente el botiquín
- No Donghae, está bien
- No puedo dejar que entre así a la sala de reunión que pensaran los inversionistas chinos
- Está bien, pero rápido – limpie su labio, bueno ya estaba presentable – salió corriendo de la oficina mientras se ponía el saco luego regreso algo agitado abriendo la puerta
- Donghae…
- Corra Sala tres allí están, todos listos – sabía que mi jefe era un poco despistado, tenía una apariencia muy varonil pero en realidad era un niño.
- No sabría que haría si ti
- Lo sé, ahora vaya rápido, no hay tiempo
- Gracias
Ya era muy tarde de la noche, no quería cocinar además no sabía, el que siempre hacia eso era Donghae así que traje unos pasteles de la cafetería estaba poniendo la mesa cuando sentí la puerta del departamento abrirse salí y era Donghae.
- Buenas noches
- Hola
- Que es esa manera informal de hablarme ¡he!
- Vivimos hace tres años juntos y sigues con eso
- Pero aún sigo siendo mayor que tu
- Tienes razón las arrugas se te están empezando a notar
- ¡qué has dicho mocoso malcriado!
- Nada Heechul hyung
- Te estaba pensando darte pastel, pero ya no, me los comeré solo
- ¡¿enserio, pastel?!
- Sí, pero hay un sobre de ramen encima de la mesa, así que puedes comer eso
- Lo siento Hyung, Heechul Hyung, eres hermoso, no estas para nada viejo, tu piel es la mejor…pero dame ese pastel
- Está bien… solo porque dijiste que soy hermoso.- mientras comíamos sentados en la mesa de cocina, miraba un poco desganado a Donghae
- Te sientes enfermo?
- No, solo cansado
- Deberías tomar vitaminas
- Si, las tomo Hyung, solo que mi jefe me va a volver loco
- Que paso ahora?
- Llego un poco tarde a la oficina y no en buenas condiciones, y ya no quiero hablar más, voy a descansar, gracias Hyung por el pastel – fue lo último que dijo antes de entrar a su cuarto y descansar, realmente había tenido un día agotador.