Llegué cansado, me recosté en mi cama mirando el techo.
Mi cabeza daba vueltas, todo el tiempo repetía: Suga, Suga, Suga.
No es que me gustara, ese sentimiento de ‘’amor’’ lo perdí hace tiempo. ¿Por qué? ¡Por ese tal…!
¿Tal? ¿Cuál era su nombre? Hace mucho que lo olvidé o al menos eso creo.
No tiene remedio que siga pensando en una persona que ya me olvidó y que yo… también lo he olvidado del todo.
‘’¿Qué pasa si te enamoras de simples palabras?’’
Puedes quedar herido, sentir que tu vida no tiene sentido y muchas cosas más por el estilo.
Gracias a Jin pude seguir adelante, él siempre fue muy atento conmigo y le estoy muy agradecido, aunque a veces puede llegar a ser tu propia madre… Tiene buen corazón.
¡Y cómo olvidar a Rap monster! Es cómo mi segundo padre, también le debo mucho y también a mis amigos…
Ahora por culpa de Suga, debo esperar el sermón de mi padre, aun que… tal vez es culpa mía. ¡Qué más da!
Escuché el sonido de la puerta principal abrirse. Mierda, ahora estoy en grabes problemas.
Abrí las frazadas de mi cama y me acosté. Si muy inmaduro de mi parte.
Los pasos cada vez se escuchaban más cercanos, yo temblando literalmente, escondí mi cabeza dentro de las sábanas.
—¡Jimin! —sentí que alguien se echaba encima de mío.
—¡Mierda! ¡Jin eres tú! —exclamé—. ¿Por qué me hiciste eso?
—¿Qué pasó? ¿Escondiéndote? —se rió—. ¿Cómo estuvo tu día?
No podía esconderle nada a Jin, él era mi hermano y me conocía muy bien.
—Pues… —me senté a un costado de la cama—. Hoy papá me regañará por llegar tarde y… tuve un ‘’pequeño’’ accidente con el nuevo jefe.
—¿Qué hiciste ahora Jimin? —se llevó una mano a la cara.
—¡No he hecho nada!
—¿De verdad?
Me quedé en silencio. Iba a hablar pero escuché mi nombre viniendo del salón.
—¡JIMIN!
Claramente era mi padre, había llegado y ya sabía lo que vendría ahora.
Bajé lentamente las escaleras acompañado de Jin, el sí que da apoyo.
Iba nervioso, que puedo decir, cuando mi papá se enoja sí que es un caso.
Sin darme cuenta había pisado mal y me caí al suelo.
—¿Estás bien? —preguntó Jin.
—S-Si, sólo fue un simple resbalón. —me sobe la rodilla.
Alcé la vista y… tenía que encontrarme con la persona que menos quería ‘’Suga’’.
—¿Qué haces tú aquí? —remarqué el tú.
—¿Eh? Tu padre me invito, por qué otra razón estaría aquí. Y… —sonrió burlonamente—. Buena caída, idiota. —rió.
Me sonrojé al punto de no poder más.
¡¿Vio cómo me caí?! ¿Y más encima se burla de mí?
—¡Oh! ¿Tú eres Suga? —exclamó mi madre mientras salía de la cocina—. ¡Qué educado y qué guapo!
Si, si míster universo. ¿Cuándo le darán su premio?
¿Qué le ven? Además, ¡¿Desde cuándo mi madre se comporta así?!
—¡Jimin! —gritó mi madre—.¡Pon la mesa!
Vi como Suga hacía una mueca burlona, mi madre estaba encantada con él. Perdón por no salir lindo, perdónenme la vida.
—Jimin —escuché la voz de Jin—. ¿Estás bien? ¿Él es de quien me hablabas?
—Si. —respondí—. Tal y como lo viste, aparenta ser ‘’lindo’’ pero en realidad no lo es.
Terminé de hacer lo quehaceres y fui al salón, toda mi familia estaba ahí con ese tal Suga.
—Bien, creo que es hora de comer. —dijo mi padre, haciendo que todos se levantaran y fueran hasta el comedor.
Suga pasó al lado mío haciendo que chocara y callera.
—¡Auch! —me quejé—. ¿Qué te pasa idiota?
—¡Jimin! Suga es un invitado, no lo llames idiota. —regañó mi madre.
Iba a responder pero no tenía sentido. ¿Qué sentido tiene responderle si no me va a creer?
Todo porque Suga tiene una cara ‘’bonita’’ que parece niño bueno.
Y para colmo tuve que estar sentado al lado de él.
—¿Tienes novia, Suga? —preguntó mi madre.
—No creo que eso se le pregunte a un invitado… —respondió mi hermano.
—No te preocupes, Jin. No me molesta, en absoluto y no señora, no tengo novia.
Claro, seguro te creo.
—¿¡Enserio!? ¡Pero eres muy apuesto y educado! —exclamó mi madre—. Al menos debe haber alguna persona que te guste.
Suga quedó unos segundos en silencio, como si tratara de acordarse de algo.
—Hay una persona, pero dudo que me recuerde—sonrió apenado.
—¿Amor no correspondido? —pregunté. Al fin mi primera palabra desde que me senté en la mesa.
—Supongo. —respondió Suga.
¿Hay una chica que no le gusta él? ¿¡Enserio!?
Debería conocerla.
—N-No nos deprimamos ahora, ¿sí? —cambió el tema mi madre—. ¿Qué te parecería pasar la noche aquí Suga?
—¡¿Qué?! —dijimos al unísono.
—¡Claro! ¿Por qué no? Además ya es tarde…y sería más seguro que pasaras la noche aquí.
—No quisiera molestar… —respondió Suga.
—Claro que no lo haces, es más, ¡Dormirás con Jimin!
¡¿QUÉ?!
—¡¿Qué?! —exclamé—. ¡No! ¡No! y ¡No!
—¡Por favor, Jimin! No eres un niño pequeño, aprende a compartir.
¡Compartiría con todos menos con ese idiota!
—¿No podría dormir en la habitación de Jin? —pregunté.
—Cláro que no, Jin tiene descansar mañana tiene que trabajar y la tuya es lo suficientemente grande.
Seguro se vengará por lo de la mañana… Mierda, estoy muerto.