Inframundo
Habitación de Tenma
Las palabras que estaban escritas en la carta que Pandora le había dejado no salían de su cabeza y no sabía que pensar pero de algo estaba seguro: iba a hablar con Pandora para aclarar todo.
Tenma llamó a Drusila y le pidió que ella llamase a Pandora a su habitación.
-¿A la señorita Pandora?- pregunta Drusila incrédula-¡ella no querrá verlo!-
-Estoy seguro de eso pero dile que es importante y si se niega a venir... dale esto, ella entenderá- dice Tenma entregándole una pequeña caja donde estaban las cenizas de la carta.
-Como usted desee, señor Tenma- dice Drusila haciendo una reverencia para marcharse pero Tenma la detiene.
-¿Señor Tenma? ¡Oh, vamos! Ya hablamos de eso, cuando estemos solos, llámame solo Tenma-
-Como usted prefiera, se...digo Tenma- él sonrió al oír eso y acarició la cabeza de Drusila.
-Me recuerdas mucho a Sasha, Dru- Tenma abraza a Drusila, sorprendiéndola.
-¿A qué te refieres, Tenma?- pregunta sin entender.
-Eres como una hermana menor para mí, Dru- dice y besa su frente tiernamente- ahora ve, llévale la caja a Pandora y... no le menciones a nadie lo de la carta que ella escribió-
-Como quieras, Tenma- dice y se va sin hacer una reverencia.
Tenma también ríe cuando ella se va.
-Veo que aprendes rápido a ser informal, ¿eh, Dru?- dice con una sonrisa.
Cocina
-¡No lo puedo creer!- exclama Pandora lavando los platos. Ella cambió mucho cuando se convirtió en doncella, ahora ya no vestía sus elegantes vestidos sino que llevaba un vestido negro hasta las rodillas, medias can can negras, unas simples zapatillas negras, y su pelo estaba recogido con un moño negro que caía para ambos lados. No llevaba la pulsera que le permitía ir a los Campos Elíseos, Hades le había quitado, al igual que todas sus joyas.
-¡Señorita Pandora!- dice Drusila entrando.
-No grites, estoy al lado tuyo- reclama Pandora- ¿qué quieres?-
-El señor Tenma quiere que vayas a sus aposentos-
-¿Disculpa? ¿Quién se cree que es para darme órdenes? Aún no he caído tan bajo-
-Dijo que si usted se negaba que le entregara esto- dice Drusila y le da la caja con las cenizas.
-¿Qué es esto?- pregunta Pandora y la abre, quedando sorprendida- ...Dile a Pegaso que iré en cuánto terminé de lavar los platos-
-Descuide, yo terminaré por usted, no sería buena idea dejar esperando al señor Tenma- dice Drusila empezando a lavar los platos.
-Esta bien- dice Pandora y se va, guardando la caja en un bolsillo de su vestido.
Habitación de Tenma
Pandora estaba en frente de la puerta, sin atreverse a tocar y dudando, pero suspira y golpea.
-Adelante- se escucha la voz de Tenma desde adentro y Pandora entra, cerrando la puerta.
-¿Para qué me mandaste llamar?- pregunta.
-Quiero una explicación que solo tú me puedas dar- dice Tenma- ¿por qué me mandaste esa carta? No entendí a que te referías con Perséfone-
-Perséfone era la esposa de mi señor Hades en la Era Mitológica- dice simplemente Pandora.
-Aún no entiendo que tengo que ver en todo esto-
-A pesar de no amar a mi señor Hades, Perséfone no aceptaba que él tenga amantes o ojos para alguien más. Ella era muy celosa y controladora. Cualquier amante que tuviera mi señor Hades sería cruelmente castigada. Sin embargo, mi señor Hades se enamoró... Pero no de una mujer. Esa fue la mayor humillación que sintió Perséfone-
-¿Hades se enamoró de...Un hombre?- pregunta Tenma incrédulo y empieza a reír.
-¿Todavía no unes los puntos, Pegaso?- pregunta Pandora seria- TÚ representas la constelación PEGASO, mi señor Hades TE AMÓ-
-¿H-hades amó... A P-pegaso?- pregunta Tenma incrédulo cayendo sentado en la cama- debe haber un error-
-No hay ningún error, Pegaso, mi señor Hades lo amó y sus sentimientos fueron correspondidos. Por eso Hades aceptó el trato, él estaba seguro que tu también sentirías algo por él, que tu lo amarías... Él pensó que con la convivencia tu recuperarías tus recuerdos de la Era Mitológicas y te acordarías de cuánto lo amaste-
-La Era Mitológica ya pasó, pasado pisado, estamos en el presente y yo no soy homosexual- dice Tenma seguro de si mismo.
-¿Cómo estás tan seguro? Puedes ser homosexual sin saberlo, de hecho, tienes hasta los 18 años para saber tu orientación sexual y si mal lo recuerdo, tienes 15 años... Todo puede cambiar en 3 años, Pegaso. Mi vida cambió mucho de la noche a la mañana, literalmente, ¿quién sabe cuántos cambios sufrirás en 3 años?-
-¡Yo no soy homosexual, Pandora! Un homosexual no podría tener sexo con alguien del sexo opuesto, ¿no? Pues porque si no lo sabías, yo tuve sexo con Yuzuriha de Grulla y no dude ni un momento en hacerlo- Tenma dijo eso tan seguro de si mismo que sorprendió a Pandora. Aunque, en realidad, si era verdad lo que Tenma había dicho.
-¿Cómo...Cómo es posible...Tu destino es amar a mi señor Hades?-
-¡Mi destino no esta escrito! Yo lo comienzo, yo lo escribo, y yo lo acabo-
Giudecca
Hades estaba sentado en el trono tomando el té que Lyfia le había traído.
-Lyfia, ¿cómo le va a Pandora como doncella?- pregunta Hades.
-No sabe mucho de lavar, señor Hades, o de cocinar pero supongo que con un poco de práctica todo estará bien-
-Más le vale que se acostumbre porque pasará toda su vida como doncella. En el Inframundo, tienes que ser merecedor de tu título- dice Hades dando otro sorbo a su té.
-Señor Hades, usted...disculpe la pregunta pero... ¿usted cree que Tenma de Pegaso realmente sea homosexual?-
-No te lo voy a negar, Lyfia, después de todo, de todas las doncellas tu eres la más confiable y la más correcta. Si, tengo mis dudas acerca de eso pero quiero creer que solo son dudas, que no son verdad...Tenma me amará, así lo predijeron las Moiras, diosas del destino, en la Era Mitológica-
-A propósito, señor Hades, ¿cuándo llegará la nueva líder de los Espectros?-
-Mañana mismo, Lyfia. Reuniré a todos los espectros y la presentaré. Es un secreto, ¿entendido?-
-Entendido, señor Hades- dice Lyfia sonriendo.
Santuario
Casa de Piscis
Albafica estaba observando sus hermosas rosas rojas cuando sintió un cosmos demasiado familiar en la Casa de Piscis.
-¿Qué quieres, Manigoldo?- pregunta de espaldas a él, sin mirarlo.
-Una explicación- dice simplemente. Aunque no lo mire, Albafica sabía que Manigoldo estaba sonriendo. Lo conocía demasiado bien...
-¿Sobre? Sabes que odio los misterios-
-Sobre...- empieza Manigoldo caminando hacía él. Le toma de los hombros y lo hace darse vuelta para mirarlo a la cara- ¿por qué fuiste a la Casa de Cáncer mientras dormía?-
Albafica jamás se esperó que Manigoldo se diera cuenta de eso, mucho menos que lo cuestionará. Estaba seguro que estaba más rojo que un tomate por la vergüenza y quería que la tierra lo comiera ahí mismo, en ese mismo momento.
-¿Cómo...Cómo lo sabes?- pregunta por fin luego de unos minutos en silencio.
-Dejaste una de tus rosas rojas en la puerta de mi habitación, a parte de tu olor...-Manigoldo sonríe- Aún no respondes a mi pregunta, ¿por qué fuiste a la Casa de Cáncer? Si no respondes en cinco segundos, tomaré mi propia conclusión- dice riendo.
-Porque...Porque quería disculparme- dice avergonzado, bajando la cabeza.
-¿Disculparte?-
-Por como te trate cuando reviviste. Sé que no debí pero... En verdad, no sé que fue lo que me pasó-
-Ah, eso no tiene importancia, siempre me tratas así-
Manigoldo se empieza a acercar a Albafica y sus labios se rozan. Cáncer sonríe y el sonrojo de Piscis aumenta. Hasta que finalmente sus labios se unen en un beso desesperado, anhelado por ambos desde hace mucho tiempo...
Continuará...