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Después de unos minutos el oxigeno se volvió necesario, dándole final a aquel beso. Gilbert se separo lentamente de los labios del italiano, observando sus mejillas sonrojadas y sus labios entre abiertos. En el tiempo que llevaba de conocerlo se había dado cuenta de que Lovino era gruñón, mal humorado, molesto, y que tenia un extenso vocabulario, de groserías e insultos, pero, en ese momento, se veía tan... lindo.
-¡A-aléjate!- aquella imagen de un lindo Lovino desapareció en solo un instante, el italiano empujo a Gilbert con fuerza, lo ultimo que pudo ver el alemán de Lovino fue aquel peculiar rulo que se erguía unos centímetros por encima de su cabeza, después de eso, sintió su espalda golpear contra el piso y sus ojos solo pudieron observar el techo de aquella aula.
-Oye, ¿que te pasa?- pregunto el albino sentando en el suelo y sobando su cabeza.-¿Por que me empujas?
-T-tu, ¿p-por que me b-besaste?- pregunto Lovino sin moverse de donde se encontraba, mirando sonrojado a Gilbert.
-Solo te hacia un favor, deberías estar contento acabas de recibir un beso de la persona mas asombrosa del planeta, ademas, se nota que te gustaba.- dijo mirando al italiano con una sonrisa en su rostro.
-C-claro q-que no me gusto, b-bastardo.- el rojo en sus mejillas aumento en intensidad ante lo que el otro había dicho, tal vez le había gustado aquel beso, solo un poco, pero no pensaba reconocerlo, no pensaba aceptar que le había gustado que aquel alemán le besara.
-Kesesesese por supuesto que te gusto, a todos les gustaría recibir un beso de mi parte, porque soy genial.- se acerco a Lovino.- Ven, te daré otro Lovi~, yo se que lo deseas.
-¡I-idiota!, me largo de aquí.- dijo levantándose del suelo y abrió la puerta, siendo observado por Gilbert.- ¡Imbécil!- grito, para después sotar la puerta con tanta fuerza como le fue posible, marchándose de aquel lugar.
-Mmm... es lindo, pero, es demasiado irritante... como sea, lo importante es que gane el primer reto, kesesesese sera divertido ver la cara de Antonio cuando tenga que comerse la asquerosa ¿comida? de el cejón.- Gilbert reía solo al imaginarse a su amigo comiendo aquellas cosas raras y de mal sabor que preparaba el ingles, porque era comida ¿no? al menos eso decía Arthur.
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Antonio continuaba con su búsqueda sin tener ni idea de donde se podían encontrar Lovino y Gilbert. Continuo caminando al rededor de le zona donde les vio por ultima vez, hasta que escucho un estruendoso portazo y un grito del italiano. Corrió hacia el lugar de donde habían provenido aquellos sonidos, que en realidad no estaba tan lejos, pues solo recorrió unos metros y pudo ver a Lovino caminando rápidamente, parecía estar diciendo algo, pero no le podía escuchar, el español comenzó a correr hacia el italiano, que estaba demasiado cansado para correr.
-¡Lovi!-grito a unos pocos metros de distancia del otro.
-No me llames así bastardo, y a-aléjate de mi.-dijo Lovino sin detener su andar, aun con la cara sonrojada de un color similar al de el tomate.
-En este momento pareces un lindo y muy rojo tomate, ¿sabias Lovi?- dijo Antonio acercándose a Lovino e ignorando todo lo anteriormente dicho por este.- ¿Que sucedió?-pregunto a Lovino que parecía estar enfadado.
-"¿Que sucedió?", veras idiota, sucede que al parecer es el "día de acoso a Lovino", primero tu y después e-ese imbécil canoso.- dijo alejándose del español al recordar lo que había pasado con el antes.
-Sobre eso... lo siento Lovino, no se que me paso...- si quería ganar debía estar en buenos términos con el, así seria mas sencillo, ademas parecía que Gilbert se había beneficiado con su fracaso.-¿Que te hizo Gil?- pregunto, aunque ya se imaginaba que había hecho y esperaba todavía tener oportunidad para ganar.
-N-no te importa, y déjame en paz, bastardo.- después de decir aquello el italiano salio corriendo y logro salir finalmente de la escuela, dejando solo a Antonio.
-¿Cuando tenia que ir a ver a Fran y Gil?-se pregunto a si mismo el español.
-Hoy.- dijo Gilbert con un sonrisa en su rostro apareciendo a un lado suyo, causando que Antonio se sobresaltara.
-Me asustaste, ¿por que estas tan feliz?-pregunto Antonio.
-Porque tu estas mas cerca de tener que comerte lo que sea que cocina el cejón.- dijo riendo.
-¿HE?, tu...¿lo lograste?.-pregunto a pesar de que la respuesta era obvia.
-Si, te lo dije, nadie se resiste a mi asombrosidad.
"No pensé que esto terminaría de esta forma... se suponía que quien se enamoraría perdidamente seria él, no nosotros, no yo..."
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