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Mi regalo de cumpleaños. por ChocoPyo

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Notas del fanfic:

Bueno, espero que con este mini fic que se me ocurrió el otro día las haga felices ^^

 

Notas del capitulo:

Bueno... no tengo nada que decir .-. bye y perdón por no poder actualizar los otros fics en un tiempo...

Falda roja ceñida al principio y holgada al final, una camisita del color de sus convers blancos y una mini-boina del color de la falda. Una pequeña encantadora a los ojos de cualquiera.

Un pucherito rebelde adornó sus labiecillos rosados sacando a flote sus emociones. Estaba inconforme con su actual cuarto, ya que lo creía feo y descolorido. Ya tenía un tiempo intentando hablar con sus padres sobre aquello, pero ambos le decían que así estaba bien, y que de feo no tenía nada. Por supuesto ella no lo creía así. Quería algo mejor puesto que sus papás le daban lo que quisiese, así que le extrañaba el que le dijeran que no a algo.

Suspiró y frunció el entrecejo, encontrándose a ella misma pensando en su gatito y que el nuevo color de su habitación debía ser amarillo con rayitas blancas. Frunció la boca y salió directo al cuarto de sus padres. Al ver que la puerta se hallaba cerrado tocó unas veces débilmente, esperando recibir un "adelante, nena" o lo que fuese, total de que le dejasen entrar.

— Papi... ¿Podemos hablar? —preguntó de forma tímida cuando llegó a donde el mayor esculcaba los cajones del mueble color caoba.

— Claro cariño, ya sabes que para eso no necesitas preguntar. —dejó su labor de lado para girarse a mirar a su niña, su bebe, su otro amor, su GaeGo. Al verla notó que traía puesta la boina que le regaló en su tercer cumpleaños, y que desde entonces amaba ponerse siempre que tenía la oportunidad; sonrió por eso.

— Es sólo que... Bueno... Ya sabes papi. —agachó la vista, queriendo ocultar sus ojos de los de NamJoon, quien asintió sin ocultar la risilla que se le escapó al saber a qué se refería la pelinegra.

Claro, debía salir igual a JungKook y a él, con un cabello negro como los dos, sólo que a diferencia de ellos, el de ella era hermosamente largo; la misma sonrisa de NamJoon adornaba la pequeña carita que en esos momentos miraba al suelo, pero también contaba con esa dulce voz como la de su Kookie. Bella y armoniosa. Amaba a GaeGo como a su esposo o a sí mismo, de eso no tenía duda, incluso llegaba a jurar que en ocasiones el meno se ponía celosos por tanta atención dirigida a la niña y no a él. Aunque claramente eso se solucionaba con un te amo al oido y una noche entera haciendo el amor.

El mayor se levantó del suelo y se acercó a donde la menor, tocó su cabeza provocando que volteara a verlo, su padre le sonrió y se agachó hasta quedar a su altura para hablarle.

— Cariño... —esa era la quinta vez en ese mes que le hablaba sobre eso, y comenzaba a creer que no dejaría en paz el tema hasta que su habitación fuera remodelada y decorada a su gusto. Pensó que la mejor manera de hacer feliz a GaeGo, será dándole una sorpresa para su cumpleaños; y no estaba tan lejos esa fecha. Ya había hablado de eso con el más chico, y acordaron que le darían ese regalo para mantener contenta a su bebe. Faltaba poco para que dejara de ser hija única, así que pensaban consentirla lo más posible para que luego no les recriminara sobre la poca atención hacia su persona, puesto que un bebe se llevaría casi toda su atención.— ¿Qué tal si hablamos con mami, eh? —la pequeña murmuró un sí para después arrojársele al de pelo teñido de rubio gritando un "vamos papi" cargado de desbordante energía y bastante potencia para su edad, aunque era normal en una niña de 4 años.

Una vez que llegaron a bajo, JungKook, quien estaba ocupado preparando la cena, se giró sorprendido y con una sonrisa en los labios al ver a su pequeña GaeGo colgada del brazo izquierdo de su padre, y como este le mimaba haciendo partes cortas de rap que englobaban a la familia. Su familia.
Dejó a un lado el cortar vegetales y se dirigió a abrazar a su marido y a su nena, besándole la frente y recibiendo un beso en las dos mejillas por parte de sus niños. Besó al mayor en la boca y acarició la pequeña cabecita que llenaba el hueco entre los dos cuerpos más grandes.

— Amor, —habló el moreno bajando a la niña, que los miraba expectante desde el suelo.— GaeGo dice que quiere que arreglemos su cuarto. —JungKook largó una risilla regresando a la tarea de picar vegetales negando levemente con la cabeza, mientras que NamJoon volteaba a donde su pequeña ocultando una risilla por la sorpresa de la que eran cómplices él y su jóven marido. La menor hizo un gesto con su mano, dándole a entender a su padre que siguiera intentándolo y no se rindiese. El más grande acató la orden de inmediato con una sonrisa en su boca.— ¿Le arreglamos el cuarto?

Abrazó por la espalda al pelinegro al mismo tiempo que una mirada llena de esperanza los observaba.

— ¿Podemos, papá? —preguntó por primera vez sin dejar de verlos. El que hacía el papel de mamá se giró todavía con el otro cuerpo bien pegado a él, sonrió y soltó un suspiro cargado de duda, fingida obviamente.

— Bueno… No te voy  responder ahora, pero, ¿Qué tal si me dices a mí —se señaló con el dedo índice— y a tu padre, —señaló a su pareja quien seguía cal chacal pegado a su espalda, dificultándole un poco hacer la labores.— que es lo que quieres como regalo de cumpleaños?

GaeGo bajó la mirada unos segundos mordiendo su labio inferior, al poco tiempo volvió a subirla diciendo firme:

— Quiero que arreglen mi cuarto, y le pongan un color nuevo, y que sea amarillo. Amarillo con blanco.

Los padres, orgullosos por su hija, sonrieron mas no le respondiendo, lo que le dejó una duda flotante en la mente de la más chica.

 

 

Cuando por fin llegó el día de su cumpleaños, todos sus parientes estaban de visita en casa, listos para recibirlos, puesto que se habían ido de “viaje”, supuestamente, pues querían darle la sorpresa a su nena cuando llegaran a casa. El encargado de todo mientras sus padres estaban fuera fue “el tío HoSeokie” junto a su novio JiMin.
Por supuesto HoSeok ni en sueños podría con arreglar un cuarto para la pequeña hija de su hermano, por suerte tenía consigo a su pareja, un experto en decorar interiores, más específicamente cuartos de niñas pequeñas de 4 años de edad.

Al llegar a casa todo fue perfecto. Cantaron las mañanitas, le dieron muchos regalos sus tíos y amigos de sus padres, incluso sus vecinos habían ido, ya que NamJoon era una persona importante y casi media corea le conocía. Le entusiasmaba la idea de ser querida por muchas personas, por lo que ni siquiera se esperó la sorpresa que esperaba en su habitación. Todo amarillo con rayas blanca, tal y como había dicho.

Notas finales:

Bueno, perdón de nuevo, pero tengo examenes y ni siquiera eh estidiado U^-^U así que bee... espero que me dejen rws si les gustó y si le entendieron...

 

Bye bye~~


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